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Necesidad de eliminación en el recién nacido

Necesidad de eliminación en el recién nacido

Resumen:

Para realizar una valoración integral del recién nacido es necesario evaluar el patrón de eliminación, comprobando que se ha llevado a cabo la primera micción y deposición, así como el aspecto de las mismas y de las siguientes. Con esta valoración se pueden detectar posibles complicaciones y anomalías. Además, es importante educar a los padres sobre todos los aspectos relacionados.

Rosa María Ruiz García. Graduada en Enfermería.

Sara Garrido Manové. Graduada en Enfermería.

Lorena del Rocío Padilla Camacho. Graduada en Enfermería.

Palabras clave: eliminación, deposición, micción, recién nacido, cuidados.

Introducción:

Al igual que ocurre con las personas adultas, es importante que desde Enfermería se haga una valoración integral de los recién nacidos, para poder detectar posibles complicaciones o anomalías. Así, es relevante evaluar el estado de las deposiciones y de las micciones y llevar a cabo unos cuidados adecuados, entre los que destaca el cambio de pañal y la limpieza, pues una comprobación frecuente del estado del pañal del recién nacido, mejora el confort y bienestar del mismo.

Micción:

La primera micción debe tener lugar dentro de las primeras 24 horas del vida del recién nacido. Si vemos que se aproxima a los límites de tiempo y aún no se ha efectuado la primera micción, hay que ofrecerle al niño suero glucosado para favorecer la diuresis. Si aun así, no hay resultado, se debe avisar a un pediatra para que tome las decisiones pertinentes.

Con las primeras micciones, es decir, las que se producen en las primeras 48-72 horas de vida, la orina es muy concentrada, y, además, es muy usual que pueda aparecer en el pañal una mancha o halo de color rojo ladrillo, debido al elevado contenido en ácido úrico. Esto no debe ser signo de alarma, ya que es un suceso normal.

Conforme baja la leche de la madre y se comienza a incorporar un mayor volumen de líquido, la orina se vuelve más diluida.

Deposición:

La primera deposición debe ocurrir dentro de las 48 horas posteriores al parto. Si se aproxima a los límites de tiempo y no ha tenido lugar la primera deposición se estimula al recién nacido haciendo masajes abdominales o estimulación rectal. Si esas medidas no son efectivas, se puede emplear una sonda rectal lubricada, cuyo procedimiento es:

  1. Colocar al bebé en posición de Sims izquierda o decúbito lateral izquierdo para facilitar la salida de gases, se puede hacer en decúbito supino con las rodillas flexionadas sobre el abdomen si no tiene problemas respiratorios, y colocar una empapadera.
  2. Lavado de manos y colocación de guantes.
  3. Retirar pañal.
  4. Lavado de la zona con suero fisiológico y antiséptico.
  5. Lubricar la punta de la sonda con vaselina o lubricante urológico.
  6. Separar los glúteos para ver el ano.
  7. Introducir la sonda con suavidad unos 2´5 cm en dirección al ombligo. Parar si llora o siente resistencia.
  8. Comprobar la temperatura de la solución, que debe ser aproximadamente de 37.8ºC, e irla introduciendo lentamente y sin presión.
  9. Cerrar la sonda y dejarla durante un tiempo máximo de 20 minutos, ya que podemos provocar lesiones.
  10. Colocar una bolsa de recolección por si expulsa contenido fecal, para poder cuantificarlo si es necesario.
  11. Retirar la sonda y limpiar y desinfectar el área rectal.
  12. Quitarse los guantes y lavarse las manos.
  13. Registrar el proceso.

Durante las primeras 24 horas posteriores a la primera deposición, el aspecto de las defecaciones suelen ser de color negro y con consistencia espesa, denominándose meconios. En los días siguientes, se vuelven más verdosas-amarillentas, las cuales se llaman heces de transición. En días sucesivos, pasarán a un color amarillento, debido a la bajada de la leche materna y a cambios en el sistema digestivo.

El número de deposiciones al día es muy variable, pudiendo ser desde una con cada toma hasta una cada dos o tres días.

Dentro de los problemas relacionados con las deposiciones, podemos encontrarnos con casos de diarrea o de estreñimiento.

Las diarreas consisten en deposiciones muy fluidas o en cantidades superiores a los habitual, con posible presencia de moco y sangre, y acompañándose por lo general con irritabilidad, rechazo al alimento y vómitos.

El estreñimiento se da cuando el bebé no hace deposiciones en 24 o 48 horas o las deposiciones se endurecen, acompañándose de incomodidad o esfuerzo. No se debe dar ningún tipo de laxante sin que el médico haya valorado al niño.

Limpieza:

Es importante ver continuamente el pañal, comprobando que no esté mojado o que no haya presencia de deposiciones, ya que puede provocar irritabilidad de la zona, así como malestar al niño.

Durante el cambio de pañal y la limpieza de la zona, es importante que los padres estén presentes y atentos para poder adquirir los conocimientos necesarios.

El procedimiento de limpieza del niño y cambio del pañal comienza con la preparación y limpieza del cordón umbilical. Tras la misma, se debe preparar todo el material necesario:

  • Pañal limpio.
  • Agua tibia y esponja, así como una palangana.
  • Toalla pequeña para el secado posterior.
  • Crema protectora para la zona.
  • Cambiador.

Tras la preparación del material se comienza todo el proceso:

  1. Quitar el pañal sucio levantando suavemente las piernas del bebé, agarrando los pies con la mano no dominante y levantando un poco su espalda.
  2. Limpiar la zona con la esponja de agua tibia (se puede añadir un poco de jabón neutro). Este paso se realiza levantando de nuevo las piernas del bebé y limpiando de delante hacia atrás, para evitar posibles infecciones.
  3. Se debe limpiar bien los pliegues de las ingles, muslos y nalgas, pues pueden quedar restos, que pueden irritar la piel.
  4. En las niñas se deben limpiar muy bien los labios exteriores e interiores de la vagina.
  5. Secar muy bien con una toalla suave y de uso único del bebé.
  6. Levantar de nuevo las piernas del bebé para colocar el pañal limpio debajo, aplicando, además, una crema protectora hidratante. El pañal no debe apretar en exceso y debe dejar un hueco para el ombligo.

Otras eliminaciones:

Es posible que el niño experimente una serie de regurgitaciones, o segregación de gotas de leche por los estrógenos que pueden pasar de la madre el niño. Además, en las niñas es normal que aparezca una pequeña pérdida de sangre por vía vaginal, debido a la presencia de estrógenos.

Cuidados de Enfermería:

En resumen, como enfermeras, nuestra función respecto a la necesidad de eliminación, se basa en una serie de actividades:

  • Enseñanza de los padres sobre aspectos relacionados con la eliminación.
  • Valoración de la eliminación urinaria diaria.
  • Estimulación de la micción, si fuese necesario.
  • Cambio de pañal.
  • Valoración eliminación fecal diaria.
  • Estimulación de la deposición, si fuese necesario.
  • Evaluación los signos y síntomas de deshidratación.
  • Observación del funcionamiento intestinal.
  • Evaluar las características de las deposiciones.

Bibliografía:

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