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Un niño con parálisis cerebral

normas de consenso:

  • Los niños menores de 3-4 años rara vez desarrollan deformidades fijas, óseas y contracturas musculares, por lo que responderán mejor a la fisioterapia, al tratamiento ortopédico, a la medicación oral y a los agentes bloqueadores neuromusculares.
  • La espasticidad debe ser tratada antes de los 5-6 años.
  • Cuando el paciente se hace mayor, la frecuencia de contracturas fijas, subluxaciones articulares, dislocaciones o deformidades óseas aumenta, con lo que crece la necesidad de tratamientos quirúrgicos (en los alargamientos del tendón de Aquiles la mejor respuesta se obtiene en niños mayores de 6 años).
  • Cuando el músculo está completamente desarrollado, se puede realizar la quimiodenervación o el bloqueo neuromuscular con toxina.

Los fármacos más usados son el blacofeno y la toxina botulínica tipo A. Existen otros agentes (alcohol, fenol y toxinas) que cuando se inyectan en la articulación producen un bloqueo neuromuscular. Y como tratamiento quirúrgico, se utiliza la rizotomía dorsal selectiva para la reducción de forma quirúrgica de la espasticidad, y tratamientos correctores para las distintas deformidades.

CONCLUSIÓN

– En los últimos años ha aumentado de forma inesperada tanto la incidencia como la prevalencia de la parálisis cerebral.

– Prácticamente no hay formas puras de parálisis cerebral, la mayoría de los niños muestran una mezcla de los 3 tipos principales de parálisis que existen, según el tipo motor de afectación: espástica, atetósica-distónica y atáxica.

– La resonancia magnética es el método de elección para el estudio de la parálisis cerebral, casi siempre proporciona información suficiente para establecer la etiología.

– La intervención temprana ayuda a fomentar a lo largo del crecimiento del niño la adquisición de las habilidades propias de un desarrollo normal, alcanzar la máxima autonomía posible y facilitar la convivencia en el núcleo familiar. Además el manejo de la parálisis cerebral requiere de la intervención de todos los miembros del equipo multidisciplinar y, sobre todo, la colaboración de la familia del niño.

– Los profesionales sanitarios necesitan estar actualizados sobre los avances que en este campo se acumulan en la literatura científica y poseer los conocimientos y habilidades necesarios con el objetivo de diseñar una propuesta de intervención para abordar las limitaciones del niño en su vida diaria y para facilitar a los padres su manejo, siendo fundamental para ello establecer una buena relación terapéutica con la familia.

TABLAS

Tabla nº1: Resumen de los factores de riesgo de la parálisis cerebral según el momento de aparición y el porcentaje que representa cada tipo para el total de casos de parálisis cerebral.

PRENATAL (70% de los casos de parálisis cerebral)

– Anoxia

– Hemorragia cerebral

– Infecciones intrauterinas (especialmente virales)

– Incompatibilidad sanguínea

– Exposición a radiaciones

– Ingestión de drogas

– Desnutrición materna

– Amenaza de aborto

– Medicamentos contraindicados

– Madre añosa o muy joven

– Gestación múltiple

– Retraso crecimiento intrauterino

– Alteraciones la coagulación, enfermedades autoinmunes, HTA (pre- eclampsia)

– Disfunción tiroidea materna

– Factores genéticos

– Hemorragia materna

PERINATAL (20% de los casos de parálisis cerebral)

– Prematuridad (menor de 33 semanas de gestación)

– Bajo peso al nacer (menor de 1.500 gramos)

– Hipoxia/asfixia perinatal

– Traumatismos mecánicos del parto

– Mal uso y aplicación de fórceps

– Placenta previa o desprendimiento

– Período expulsivo prolongado

– Posición fetal anómala

– Incompatibilidad de Rh entre madre y feto

– Broncoaspiración

– Fiebre materna durante el parto, Infección SNC o sistémica

– Hipoglucemia mantenida, hiperbilirrubinemia (ictericia)

– Hemorragia intracraneal

– Trastornos de coagulación sanguínea

POSTNATAL (10% de los casos de parálisis cerebral)

– Traumatismos craneales

– Infecciones cerebrales (encefalitis, meningitis…)

– Intoxicaciones por plomo o arsénico

– Accidentes cerebrovasculares (ACV)

– Fiebre alta con convulsiones

– Accidentes por descargas eléctricas

– Problemas metabólicos (hipoglucemia, hipocalcemia)

– Parada cardio-respiratoria

– Deshidratación grave

– Hidrocefalia

– Tumor intracraneal

Anexos – Un niño con parálisis cerebral

Anexos – Un niño con parálisis cerebral

BIBLIOGRAFÍA

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