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Ozempic®: riesgos asociado a su uso

Ozempic®: riesgos asociado a su uso

Autora principal: Paula Neily Younes

Vol. XX; nº 05; 186

Ozempic®: risks associated with its use

Fecha de recepción: 09/02/2025

Fecha de aceptación: 07/03/2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 05 Primera quincena de Marzo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 05; 186

Autores:

Paula Neily Younes1, Gustavo Antonio Chacón Jaikel2, Oscar Mario Calderón Peraza3, Amanda Chaverri Solano4, Daniela Quirós Trejos5, Stephanie Naranjo Alfaro6, Angélica Madrigal Ureña7

  1. Investigadora independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8524-5207
  2. Investigador independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0008-8857-5533
  3. Investigador independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0001-8149-6639
  4. Investigadora independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0005-4349-3436
  5. Investigadora independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6127-7634
  6. Investigadora independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9293-0616
  7. Investigadora independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0001-1259-2459

Resumen

La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a millones de adultos a nivel mundial, y está vinculada a complicaciones como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. En respuesta a esta creciente prevalencia, los tratamientos para la obesidad han evolucionado, incluidas opciones farmacológicas como los agonistas del receptor GLP-1, entre los cuales destaca el semaglutide. Este medicamento se utiliza principalmente para tratar la diabetes tipo 2, pero también se ha aprobado para la pérdida de peso en pacientes obesos.

El semaglutide actúa estimulando la liberación de insulina, inhibiendo la secreción de glucagón y reduciendo el vaciamiento gástrico, lo que contribuye a la pérdida de peso. Sin embargo, su uso no está exento de efectos secundarios, entre los cuales se incluyen trastornos gastrointestinales, aumento en la frecuencia cardíaca, colelitiasis, aumento en el riesgo de cáncer de tiroides, entre otras.

A pesar de estos efectos adversos, los beneficios cardiovasculares y la reducción del riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad justifican su uso en pacientes cuidadosamente seleccionados. Esta revisión proporciona una visión general de las indicaciones, dosis y efectos adversos de semaglutide, destacando su eficacia y los riesgos asociados.

Palabras clave: semaglutide, péptido similar al glucagón tipo 1, obesidad, riesgo

Abstract

Obesity is a chronic disease that affects millions of adults worldwide and is linked to complications such as type 2 diabetes, hypertension, and cardiovascular diseases. In response to this growing prevalence, treatments for obesity have evolved, including pharmacological options such as GLP-1 receptor agonists, among which semaglutide stands out. This medication is primarily used to treat type 2 diabetes, but it has also been approved for weight loss in obese patients.

Semaglutide works by stimulating insulin release, inhibiting glucagon secretion, and slowing gastric emptying, which contributes to weight loss. However, its use is not without side effects, which include gastrointestinal disorders, increased heart rate, cholelithiasis, and an increased risk of thyroid cancer, among others.

Despite these adverse effects, the cardiovascular benefits and the reduction of obesity-related disease risks justify its use in carefully selected patients. This review provides an overview of the indications, dosage, and side effects of semaglutide, highlighting its effectiveness and associated risks.

Keywords: semaglutide, glucagon-like peptide 1, obesity, risk

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que actualmente afecta hasta a 650 millones de adultos a nivel mundial (1). Dicha patología está asociada a complicaciones cardiometabólicas, como por ejemplo; diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemia, enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca y fibrilación atrial (1,2). Adicionalmente, la obesidad también se relaciona con una carga socioeconómica significativa, la cual se estima que en el año 2019 costó 5 millones a nivel internacional (2). Dentro de las posibles opciones más comúnmente ofrecidas a los pacientes con obesidad se encuentran los abordajes no invasivos; como ejercicio, dieta, terapia conductual o terapia farmacológica, o los abordajes invasivos como la cirugía bariátrica (3). Una pérdida de peso del 5% o más podría disminuir el riesgo de las complicaciones previamente mencionadas, mientras que con pérdidas mayores el beneficio es exponencial (1).

Asimismo y relacionado al auge en la incidencia de la obesidad, con los actuales aumentos en la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2, se ha requerido un avance en cuanto a investigación y terapias novedosas para el tratamiento de la enfermedad. Una de las más novedosas terapias que ha emergido son los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1 por sus siglas en inglés), los cuales se han visto sometidos a un estricto escrutinio para valorar su seguridad y eficacia a largo plazo (4). Estos agentes se basan en la hormona endógena incretina GLP-1, derivada del intestino, que es un potente estimulador de la insulina y al mismo tiempo suprime la secreción de glucagón (4).

En el año 2021, Ozempic® (semaglutide), un agonista GLP-1 fue uno de los medicamentos más recetados en los Estados Unidos (5). A pesar de que Ozempic® actualmente está aprobado por la U.S. Food and Drug Administration (FDA) para personas con diabetes tipo 2, también se usa de forma no autorizada para ayudar a los pacientes no diabéticos a perder peso  (6). Existen tres productos de semaglutide aprobados por la FDA: Ozempic, Wegovy y Rybelsus (5). Ozempic y Rybelsus están indicados para controlar los niveles de azúcar en sangre en adultos con diabetes tipo 2, mientras que Wegovy ha sido aprobado para la pérdida de peso en personas mayores de 12 años (5,6). Recientemente, la FDA amplió la indicación de la semaglutide para incluir su uso en la reducción del riesgo cardiovascular y derrames cerebrales (5).

Metodología

En el presente trabajo se realizó una revisión bibliográfica descriptiva con información actualizada sobre el semaglutide, o su forma comercial, Ozempic®, sus indicaciones, dosis y efectos adversos. Se elaboró a partir de información consultada en las bases de datos de Pubmed y Google Académico utilizando los términos de búsqueda: “Ozempic” “semaglutide” “GLP-1” y “efectos adversos”. Dicha investigación estuvo sujeta a una limitación temporal, incluyendo artículos en inglés y español, publicados en los últimos 5 años. La selección y delimitación de los estudios se fundamentó en el nivel de complejidad y relevancia que se le desea otorgar a la presente revisión. Se excluyeron artículos de antigüedad mayor a los 5 años o sin información pertinente sobre el tema. En total se utilizaron 12 artículos para la elaboración de esta revisión bibliográfica.

Discusión

1. Fisiopatología

GLP-1 es una hormona liberada en las células L del intestino delgado distal y del colon en respuesta al consumo oral de nutrientes (1,7). Al unirse a los receptores GLP-1 que se expresan en varios tejidos, como células pancreáticas, mucosa gástrica, riñón e hipotálamo, actúa como una señal de saciedad, estimula la liberación de insulina, inhibe la secreción de glucagón y enlentece el vaciamiento gástrico (1,6,7). Además de los mecanismos mencionados, se ha destacado el rol del semaglutide en la pérdida de peso por medio de efectos directos e indirectos sobre las vías neuronales implicadas en el control del apetito hedónico y homeostático en roedores (1,8).

2. Uso y dosis

En pacientes con diabetes mellitus tipo 2, la dosis máxima recomendada es de 2 mg, administrada por medio de inyecciones semanales subcutáneas en muslo, brazo o abdomen  (1,6). En pacientes que utilicen dicho medicamento con el objetivo de perder peso, los estudios clínicos utilizaron una dosis inicial de 0.25 mg, la cual fue titulada gradualmente en un periodo de 16 semanas (aumentando la dosis cada 4 semanas) hasta alcanzar una dosis de 2.4 mg por semana (1,6). Cabe destacar que se encuentra disponible en jeringas precargadas de un solo uso y que debe utilizarse el mismo día de cada semana (1).

En el estudio STEP-1 se demostró que los pacientes que recibieron semaglutide por 68 semanas perdieron un 14.9% del peso, en comparación a aquellos pacientes con placebo, quienes perdieron un 2.4% de su peso corporal (6). Dichos porcentajes de pérdida de peso pueden mantenerse al continuar el tratamiento por hasta 104 semanas, tras lo cual los porcentajes de pérdida de peso superan las pérdidas de peso alcanzadas con otras cualquier otra farmacoterapia reportada actualmente (9).

3. Efectos secundarios

Estadísticamente, los estudios han demostrado una mayor incidencia de mujeres que reportan efectos adversos, en comparación a hombres, adicionalmente la edad de los pacientes presenciando efectos adversos ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo (10). Con dichos cambios, es importante continuar investigando los factores externos que puedan afectar estas estadísticas, como por ejemplo, factores conductuales, socioeconómicos o psicológicos. Asimismo, se han demostrados menores tasas de uso de agonistas del receptor GLP-1 en poblaciones asiáticas, hispanas y afroamericanas, así como en clases sociales bajas, por lo cual, se ameritan más estudios e investigaciones que profundicen la prevalencia de efectos adversos en ellos (10).

3.1 Tracto gastrointestinal

Tanto la formulación subcutánea como la oral de semaglutide se han relacionado a alteraciones gastrointestinales, las cuales son un efecto adverso ampliamente reportado con esta clase de medicamentos, entre los más frecuentes se encuentran; diarrea, estreñimiento, indigestión, náusea, vómito y dolor abdominal (1,4,6). Este efecto adverso es dosis-dependiente, es decir a mayores dosis es más frecuente que se reporten (4). Esto es una razón más para apoyar la titulación progresiva del medicamento.

En términos generales, estos efectos adversos son leves a moderados y generalmente autolimitados (4). Sin embargo, cabe destacar que hay pocos datos sobre cómo prevenir los síntomas gástricos causados por el semaglutide, lo que se recomienda actualmente es comer despacio, consumir porciones pequeñas en cada comida,  dejar de comer al sentirse satisfecho y evitar alimentos grasosos (1). La farmacoterapia antiemética ha sido efectiva en pacientes sanos, sin embargo hacen falta estudios a largo plazo para poder tomarlo como una práctica estandarizada (4).

A pesar de que la fisiopatología de estos efectos secundarios no se conoce a profundidad actualmente, no se cree que se deban al enlentecimiento del vaciamiento gástrico, esto debido a que también suceden en pacientes que están ayunando, por lo que se cree que son causados ​​por interacciones directas con los receptores GLP-1 del en el sistema nervioso central, en el tronco del encéfalo (área postrema) (8).

Es importante tomar en consideración la toma de este medicamento previo a cirugías, debido a que el enlentecimiento del vaciado gástrico aumenta el riesgo de vómitos y aspiración durante la intubación (6). Se recomienda descontinuar el medicamento 1 día previo a la cirugía en pacientes que lo utilizan a diario o 1 semana previo al procedimiento en aquellos que lo utilizan de forma semanal (6).

3.2 Piel

Se ha vuelto controversial y altamente conocido el término de “Ozempic face”, es decir, “cara Ozempic”, esto debido a que al perder tejido graso de forma rápida y súbita, los pacientes con este tratamiento pueden llegar a perder volumen en áreas faciales que usualmente se asocian a características de juventud (6). Adicionalmente, las arrugas en piel se vuelven más prominentes, así como la piel flácida o caída (6).

Los pacientes toman esta apariencia no debido únicamente a la pérdida de volumen, sino que existe también una pérdida significativa de colágeno, elastina y nutrientes, este último siendo

un frecuente agente causal de desnutrición (6).

3.3 Cardíaco

El principal y más comúnmente reportado efecto adverso cardíaco del semaglutide, y en general de los agonistas del receptor GLP-1, es un aumento en la frecuencia cardíaca de 1-4 latidos por minuto (lpm) (1). En el estudio SUSTAIN-6 se reportó un aumento de 2.75 latidos por minuto en la frecuencia cardíaca con la dosis de 0.5 mg de semaglutide, y de 3.2 lpm con la dosis de 1 mg (4). Sin embargo, cabe destacar que este aumento en la frecuencia cardíaca con semaglutide no se vio relacionado a eventos cardíacos adversos, cambios en la duración del intervalo QT o incidencia aumentada de hospitalización en falla cardíaca (1,4).

Todos los agonistas del receptor GLP-1 han demostrado no inferioridad en los resultados cardiovasculares en comparación a placebo, lo cual demuestra su seguridad (11). Adicionalmente, en varios estudios se han reportado reducciones significativas en los resultados de infarto al miocardio no fatal e ictus isquémico no fatal, lo cual demuestra, que no solo se trata de una no inferioridad, sino de un posible beneficio (11). Otros mecanismos beneficiosos para el riesgo cardiovascular del semaglutide son: natriuresis, diuresis, reducción de presión arterial y efecto antiinflamatorio (7).

3.4 Vesícula

Semaglutide, al igual que los demás agonistas del receptor GLP-1, se ha asociado a un aumento en el riesgo de colelitiasis en comparación a placebo, específicamente del 28% (1,4). Sin embargo cabe destacar que ninguno de estos eventos se ha relacionado a mortalidad (4).

Inicialmente, estos eventos se atribuían a la pérdida de peso inducida por los agonistas GLP-1, sin embargo, dado que esta complicación no se ha reportado con los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2), que también provocan una pérdida de peso significativa, y debido a que los eventos en la vesícula biliar también ocurrieron en pacientes mucho después de la pérdida de peso, se sugiere que podrían existir otros mecanismos (4). Una posible causa sería la disminución de la motilidad de la vesícula biliar, lo que favorece la formación de lodo biliar y cálculos (4).

3.5 Cáncer tiroides

Ambas formulaciones de semaglutide, la versión oral y la subcutánea, han recibido una advertencia oficial en los Estados Unidos por su riesgo en el desarrollo de tumores tiroideos de células C, lo cual es una precaución basada en estudios en roedores (4,5). Esto puede deberse a que las células tiroideas C expresan receptores GLP-1 (8). En el estudio ejecutado por Bezin et al., se reportó que el uso de agonistas del receptor GLP-1 por un plazo de 1 a 3 años se asoció a un riesgo aumento de todos los tipos de cáncer de tiroides, especialmente el cáncer medular de tiroides (5).

En las investigaciones realizadas por Schmidt et al, se observó un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides, específicamente del 25% en pacientes con sobrepeso y del 55% en pacientes obesos (5). Asimismo, con cada aumento del IMC de 5 puntos, el riesgo aumenta en un 30% (5). Estos hallazgos resaltan la necesidad de considerar la obesidad como un factor significativo de riesgo en la evaluación del riesgo de cáncer de tiroides, previo a la prescripción de agonistas de los receptores GLP-1. En conclusión, el semaglutide está contraindicado en pacientes con antecedente personal o heredofamiliar de cáncer medular de tiroides o neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (1).

3.6 Renal

En reportes iniciales, se reportó que los agonistas del receptor GLP-1 podrían causar lesión renal aguda (LRA), y se creía que podría deberse a deshidratación por los vómitos y diarrea que ocasionalmente provoca como parte de sus efectos adversos (4). Sin embargo, más adelante se comprobó que estos medicamentos también aumentan la natriuresis, lo cual sería un factor agravante para el riesgo de LRA, especialmente en pacientes frágiles o con medicamentos nefrotóxicos (4).

Por otro lado, los ensayos de resultados cardiovasculares han demostrado un beneficio en los efectos renales del semaglutide y medicamentos de su clase, probablemente secundario al beneficio de factores de riesgo cardiovascular que proveen (4). Dentro de ellos, se destaca, la reducción de macro-albuminuria (4). Por lo cual, a pesar del posible riesgo de LRA en algunos pacientes, hay evidencia también de la reducción de riesgo de nefropatía a largo plazo (4).

3.7 Retinopatía diabética
En el estudio SUSTAN-6, se destacó un aumento en el desarrollo de retinopatía en los pacientes recibiendo semaglutide, en comparación a los pacientes con placebo (3% versus 1.8%) (4,12). Asimismo, la incidencia de hemorragia vítrea también fue mayor en comparación a placebo (1% versus 0.4%) y en cuanto a los pacientes que desarrollaron ceguera relacionada a diabetes, un sorprendente 5% de pacientes con semaglutide se encontró en comparación a un 0.1% de los pacientes con placebo (12).

Conclusiones

El semaglutide es una opción efectiva para el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, mostrando una pérdida de peso significativa y mejoras en el control glicémico. No obstante, su uso está asociado a efectos secundarios, principalmente gastrointestinales, que pueden mitigarse con titulación gradual. Además, los pacientes deben tener en cuenta los posibles efectos estéticos, como la pérdida de volumen facial.

Aunque el semaglutide no ha mostrado efectos adversos graves en el sistema cardiovascular, se debe monitorizar su impacto en la frecuencia cardíaca. También se han reportado aumentos en el riesgo de colelitiasis y cáncer de tiroides, lo que contraindica su uso en ciertos pacientes. A pesar de un riesgo inicial de lesión renal aguda, se observan beneficios a largo plazo en la función renal.

Finalmente, la vigilancia ocular es clave, ya que se ha observado un aumento en la retinopatía diabética en pacientes tratados. En resumen, el semaglutide es una opción terapéutica valiosa, pero requiere un seguimiento cuidadoso de sus efectos adversos.

Conflictos de interés

Los autores no declaran conflictos de interés.

Referencias bibliográficas

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