Inicio > Cuidados Intensivos. Cuidados Críticos. > Paciente crítico: importancia de su movilización y consecuencias de la inmovilización > Página 2

Paciente crítico: importancia de su movilización y consecuencias de la inmovilización

Principales complicaciones causadas por la inmovilización

–       Sistema cardio-circulatorio: la inmovilización prolongada provoca una disminución del tono vagal con un incremento de la frecuencia cardiaca lo que genera hipotensión y taquicardia y como consecuencia se produce una alteración de la perfusión del miocardio con una disminución del gasto cardiaco. Además, la inmovilización prolongada supone para el paciente un aumento del riesgo de sufrir estasis venoso lo que dificulta que la sangre retorne correctamente al corazón y por tanto un mayor riesgo de que se generen trombos venosos. Para evitar esta situación a estos pacientes se les realiza profilaxis antitrombótica mediante la administración de fármacos o con el uso de medias/botas de impulso venoso y con controles sanguíneos de la coagulación (8,9).

–       Gastrointestinales: en el caso de los pacientes que están en situación de coma llevan colocada una sonda nasogástrica que, además de emplearse para la administración de nutrición enteral y medicación, permite aislar la vía digestiva de la respiratoria en caso de vómito evitando broncoaspiraciones. Consecuencia de la falta de inmovilización, el ritmo gastrointestinal se ve enlentecido lo que provoca que el contenido gástrico se vacíe más lentamente y por tanto aumente el volumen residual dificultando la absorción de medicación administrada por esta vía. Por ello, durante la movilización hay que interrumpir la perfusión de nutrición. La colocación prolongada de la sonda nasogástrica aumenta el riesgo de úlceras gástricas, que unido a la profilaxis antitrombótica que precisan este tipo de pacientes incrementa el riesgo de hemorragias digestiva. El déficit nutricional provocado por las complicaciones derivadas de la inmovilización tiene un efecto negativo en el proceso de recuperación del paciente y en su calidad de vida generando a su vez otras complicaciones como infecciones o aumento de la estancia hospitalaria. Otra complicación gastrointestinal frecuente en los pacientes críticos relacionada con la falta de movilización es el estreñimiento (10).

–       Respiratorias: la estancia prolongada en uci provoca en los pacientes una disminución de la forma física, disnea o debilidad muscular afectando enormemente los músculos que intervienen en el proceso de ventilación pulmonar. El mecanismo de la tos en estos pacientes se encuentra alterado provocando la aparición de atelectasias y un acumulo de secreciones con tapones de moco que a su vez aumentan el riesgo de sobreinfecciones, favoreciendo la aparición neumonías nosocomiales o la prolongación de la ventilación mecánica invasiva o no invasiva. Todo ello debilita aún más al individuo y prolonga su estancia en uci. Una forma de prevenir esta situación es colocar al paciente en posición semisentado para favorecer la ventilación y la movilización de secreciones. Resulta especialmente útil, cuando está indicado, la aplicación de fisioterapia respiratoria mediante el uso de incentivadores respiratorios y otras terapias (5,11,12).

–       Musculoesquelético: la inmovilización produce una gran pérdida de masa muscular. Esta pérdida se produce de forma muy rápida, con mayor grado de intensidad durante la primera semana. Se incrementa el metabolismo y como consecuencia se produce atrofia muscular y tetraparesia flácida que, unido al desequilibro de electrolitos que presentan, acaba generando alteraciones en la contracción muscular. Uno de los iones que se ve fuertemente alterado es el calcio y por tanto a menudo hay desmineralización del hueso en estos pacientes, así como anquilosis articular. Otros electrolitos comúnmente alterados son el sodio, el potasio y el fósforo.  Por ello es importante que en el momento que el paciente puede comenzar a realizar ejercicios de rehabilitación se pongas las medidas adecuadas para ello (8,13).

–       Dermatológicas: muy unido a las complicaciones del sistema musculoesquelético encontramos las complicaciones a nivel tegumentario. Lo más frecuente a este nivel es la aparición de úlceras por presiones debido a la falta de movilización unido a la situación de desnutrición que habitualmente presentan los pacientes críticos.

Beneficios de la movilización temprana:

El principal beneficio de comenzar con una movilización del paciente crítico a tiempo es la disminución de su estancia en uci y lo que ello conlleva como un menor riesgo de contraer infecciones nosocomiales entre otros. Además, se reduce el tiempo de ventilación mecánica, tanto invasiva como no invasiva, y la probabilidad de que aparezca delirium o recaídas. Supone una mejora de la resistencia, así como una disminución del estrés oxidativo y de la inflamación.

De forma general, movilizar a los pacientes desde el primer momento que su situación clínica lo permite ayuda a reducción de las complicaciones asociadas y a una mejor evolución (12,14).

CONCLUSIÓN

La movilización de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos lleva consigo un gran riesgo que los profesionales encargados del cuidado de estos deben tener en cuenta. Sin embargo, la realización de dicha movilización supone grandes beneficios para los pacientes y una disminución de la aparición de complicaciones, así como una menor estancia en la uci. Para llevarla a cabo es necesario conocer bien el estado clínico del paciente.

BIBLIOGRAFÍA

1.     Wilches EC, Muñoz VE, Girón E, Ortega D, Arias M, Peláez G et al. Implementación de un programa de movilización temprana en pacientes críticos. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2015; 15(4): 287-29.

2.     González R, López J, García A, Tesorero G, Botrán M, Carrillo A. Ingreso prolongado en la unidad de cuidados intensivos pediátricos: mortalidad y consumo de recursos asistenciales. Med Intensiva. 2011; 35(7): 401-456.

3.     Merino P, Bustamante E, Tueroa G, Maric J. Certificación en seguridad del paciente en un Servicio de Medicina Intensiva: nuestra experiencia con la norma UNE 179003. Med Intensiva. 2014; 38(5): 297-304.

4.     Romero P, Cornejo R, Tobar E, Llano OP, Gálvez R, Espinosa MA et al. Traqueostomía en el paciente crítico. Rev Hosp Clín Univ Chile. 2009; 20: 148-159.

5.     Córdova VH, Peña J, Quintero M. Neumonía asociada con ventilador en pacientes de la unidad de cuidados intensivos. Med Int Mex 2011; 27(2): 160-167.

6.     Melgarejo A, Bernat MD, Lorente IP. Análisis de eventos adversos asociados al traslado intrahospitalario del paciente crítico. Enferm Intensiva. 2014; 25(2): 58-64.

7.     Wilches EC, López ME, Arango GP. Rehabilitación funcional del paciente neurológico en la UCI. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2016: 119-142.

8.     Cardona EM, González A, Padilla G, Páez SI, Alejo LA, Rodríguez YL. Alteraciones asociadas al desacondicionamiento físico del paciente crítico en la unidad de cuidado intensivo. Revisión sistemática. Mov. Cient. 2011; 8(1): 131-142.

9.     Ibarra JL, Fernández MJ, Aguas EV, Pozo AF, Antillanca B, Galvarino D. Efectos del reposo prolongado en adultos mayores hospitalizados. An. Fac. Med. 2017; 78(4): 439-444.

10.  Montejo JC, Estébanez B. Complicaciones gastrointestinales en el paciente crítico. Nutr Hosp. 2007; 22 Supl 2.

11.  Gómez ML, González V, Olguin G, Rodríguez H. Manejo de las secreciones pulmonares en el paciente crítico. Enferm Intensiva. 2010;21(2):74–82

12.  Güell MR, Díaz S, Rodríguez G, Morante F, San M, Cejudo P et al. Rehabilitación respiratoria.  Arch Bronconeumol. 2014; 50(8): 332–344.

13.  Mondragón MA. Condición física y capacidad funcional en el paciente críticamente enfermo: efectos de las modalidades cinéticas. Rev CES Med 2103; 27(1): 53-66.

14.  Charry D, Lozano GV, Mogollón P, Rodríguez CL, Rodríguez YP. Efectos de la movilización temprana en la duración de la ventilación mecánica y en la estancia en cuidados intensivos. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2014; 14(1): 8-15.