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Plan de cuidados en un proceso quirúrgico: obesidad mórbida por laparoscopia. A propósito de un caso

-Tienen firmados los consentimientos de anestesia y cirugía

-Le han realizado una radiografía de tórax

-Le han realizado un electrocardiograma (ECG)

-La ha realizado una analítica (comprobando la fecha siempre ya que es válida 6 meses)

Toda la información que se le transmita será acorde a su nivel de comprensión, es decir, adecuando las explicaciones de forma que entienda al personal sanitario.

Antes de proceder al quirófano, se ha de explicar la intervención a la paciente, explicándole que primero la dormirán antes de proceder a la operación en sí. Además se informa de los beneficios de la laparoscopia frente a la cirugía abierta, de modo que disminuya así su ansiedad y temor por la intervención ya que esta resulta menos invasiva y dañina para ella.

Se resuelve cualquier duda acerca de la anestesia general, ya que esta es motivo de mucho temor en la paciente. Se le indica que no tiene porque pasar nada y que cualquier duda también puede preguntársela al médico anestesista que vaya a seguir su intervención.

En este momento es fundamental la empatía, porque son minutos clave en la vida de las personas que se someten a esta intervención, ya que ésta va a cambiar radicalmente su estilo de vida y sus hábitos alimentarios

Finalizado este proceso y cuando indiquen las enfermeras que estarán en el quirófano que el paciente ya puede pasar, informando a la paciente que va a entrar ya a quirófano para comenzar su intervención.

Proceso operatorio (quirófano)

Una vez en el quirófano, se coloca a la paciente en la mesa quirúrgica en decúbito supino. La primera acción que se realiza para controlar el estado físico de la paciente será colocar el pulsioxímetro. Seguidamente se colocan los electrodos para monitorizarle y el manguito de la tensión.

Además, la paciente ha de estar cubierta con sábanas y mantas térmicas aluminizadas para evitar riesgos de hipotermia, ya que durante la operación les suele bajar la temperatura. También llevan unas calzas en los pies.

Durante el tiempo que la paciente está en quirófano y no está dormida, se procura estar solo el personal que se precise en ese momento, al igual que evitar decir ciertos comentarios que puedan afectar psicológicamente a la paciente, aumentando su ansiedad y temor por la intervención.

Mediante se procede a la anestesia general, se explica el proceso que se sigue al igual que algunos síntomas que irá sintiendo conforme le inducen la sedación, de forma que se evita que la paciente se preocupe. El propofol, usado para dormir a la paciente, y el bromuro de rocuronio como relajante muscular, han de administrarse en dosis dobles en comparación con otro tipo de pacientes, ya que esta paciente presenta mayor masa corporal y necesita más cantidad de medicación.

Una vez dormida y relajada, y que el anestesista haya conseguido intubarle, se hincha el neumobalón del tubo orotraqueal que lleva la paciente sin pasar de los 10ml de aire para evitar dañar la tráquea. Este tampoco deberá estar poco hinchado y bien fijado para evitar que se desentube la paciente y se desature. Ha de estar conectado también a un capnógrafo que nos indique el CO2 que está siendo espirado por la paciente.

Tras esto, se colocan unos trozos de esparadrapo para cubrir ambos ojos, de forma que permanezcan cerrados y evitando la lesión corneal durante la operación.

A la vez, con la ayuda del celador, se procede a colocar a la paciente con las piernas abiertas, fijándolas bien a la mesa, al igual que el resto del cuerpo, de forma que se proporcione seguridad para la paciente en el caso que se requiera movilizarle durante la intervención (Trendelemburg, antitrendelemburg, hacia los laterales…). La posición en la que está la paciente es la más cómoda para trabajar y la más ergonómica para la paciente, ya que hay que evitar lesiones o daños post-operatorios.

Otra medida de seguridad y de asepsia que se sigue es la de la esterilidad. Los cirujanos que se vayan a encargar de la intervención como de la enfermera instrumentista han de estar estériles para evitar el mayor riesgo de infección en la paciente. Uno de los cirujanos pintara la zona en la que se va a trabajar con povidona yodada, en este caso el abdomen, para considerarla aséptica. Tras ello, se colocarán unos paños estériles que delimiten el campo quirúrgico. Todo el material a usar también ha de estar estéril para no transmitir infecciones.

Esta intervención es menos invasiva que la cirugía abierta, pero tiene algunos riesgos, como son los causados por el neumoperitoneo creado al insuflar dióxido de carbono (CO2) en el abdomen. Hemos de estar pendientes de las posibles complicaciones que la presión intraabdominal provoca, tales como: hemodinámicas, respiratorias o arritmias. Además una distensión excesiva podría provocar bradicardias, pudiendo llegar incluso a asistolia. Es por ello, muy importante el control de la presión intraabdominal que se ejerce con el CO2 necesario para ver la cavidad abdominal con amplitud. En este caso, la paciente no precisa sondaje vesical ya que es una intervención que se realiza de forma rápida a no ser que haya alguna complicación.

Durante la intervención, se irán administrando los fármacos necesarios para favorecer el buen estado de la paciente, como la analgesia (Fentanest ®), si precisa más propofol porque la paciente se está despertando o más relajante muscular. También se irá controlando que la vía venosa periférica sigue en correcto estado y repondremos el suero fisiológico o Ringer lactato que están conectados a ella una vez que se gasten.

Una vez finalizada esta, se limpiará bien la zona en la que se ha trabajado, al igual que las heridas quirúrgicas de una forma estéril, y se cubren con unos apósitos.

Tras esto, se procede a despertar a la paciente. Una vez que recupere la respiración espontánea y que esté despierta, se desentuba a la paciente, controlando siempre la saturación de oxígeno, de forma que se vigile siempre que esta no se queda en niveles inferiores a los normales. Se aspiraran las secreciones que puedan quedarse en la vía aérea y le colocamos una mascarilla Ventimask al 50%, conectada a una toma oxígeno, como prevención a que no se desature la paciente. Lo último de los materiales a retirar (esparadrapos de los ojos, electrodos, manguito de la tensión, etc.) será entonces el pulsioxímetro.

La paciente también estará aturdida, desorientada y algo nerviosa al principio. Es el personal de Enfermería los que le tranquilizarán indicándole que todo ha salido muy bien, contándole que sigue en el quirófano pero que la intervención ha acabado. Se acompaña durante el traslado para hacerle sentir que hay alguien con ella y explicándole que ahora estará a otra habitación donde permanecerá 2 horas hasta que se pase el efecto de la anestesia.

Post-operatorio inmediato (URPA)

Nada más llegar a la sala del despertar o URPA, la enfermera de quirófano informa de la situación a una de las enfermeras que esté allí, indicándole que todo ha ido correctamente y que no tiene alergias. Se colocará a la paciente en el box que le corresponde, proporcionándole siempre la intimidad que precise. En estos casos la paciente ya está en su cama, por lo que no hay que volver a trasladarla. Se cubrirá bien con la ropa de la cama para que no baje su temperatura corporal.

Se conecta rápidamente la mascarilla a la toma de oxígeno y colocamos el pulsioxímetro como medida de control físico principal.

Se vuelve a monitorizarla y a medir las constantes. También se controlará que los apósitos están limpios.

Como medidas de seguridad también se cuenta con la inclinación de la cabeza en 30º y barras laterales en la cama.

Se procede a la administración de los medicamentos prescritos por el médico para el post-operatorio. Estos son la analgesia, en este caso usados por vía venosa en un suero fisiológico de 100ml el PAN: Primperán®, Adolonta® y Nolotil®). Se vigilan también las posibles complicaciones que estos puedan dar.

Durante su estancia en la URPA, se realizarán preguntas acerca de cómo se encuentra, si presenta mucho dolor, comprobando que presenta buen color de piel y mucosas y está consciente y orientada. Al igual que se siguen controlando las constantes vitales como desde un principio.

En esta sala, al igual que en la pre-anestesia y en el quirófano se ha de evitar decir o se tendrá la precaución de que la paciente no nos oiga decir comentarios que puedan ponerle nerviosa o afectarle psicológicamente, como temas relacionados con su aspecto físico.

Se atenderá e intentará responder a todas sus dudas. La paciente no hace más que repetir las siguientes preguntas: “¿Ha ido todo bien?” y “¿Saben mis familiares que yo estoy bien?”. El personal le contestará de forma amable y tranquila que la intervención ha ido muy bien y sus familiares ya están informados de ello. Además, más adelante pasará el doctor que el explicará cómo ha ido la intervención y que ha sido el mismo quien ha informado previamente a su familia de que la operación ha sido un éxito.

Tras un periodo de tiempo y comprobar el bienestar de la paciente, que todas las constantes siguen bien, que tiene buena saturación tras la retirada de la mascarilla de forma gradual y que los apósitos siguen limpios, se avisa a la planta donde permanecerá ingresada para informar a las enfermeras y a los familiares de que ya le dan el alta en el post-operatorio inmediato. Antes se comprobara que la hoja de Enfermería con la información de la paciente este en correcto orden junto con su historia clínica.

EVALUACIÓN

Se comprueba que tras la intervención a la que ha sido sometida no ha provocado complicaciones en la salud de la paciente, así como que haya ido comenzando progresivamente la ingesta de alimentos, la cual ha tolerado. Además, se observa que las heridas de la intervención han cicatrizado en perfecto estado sin signos de infección.

Se seguirá mostrándole apoyo y empatía cada vez que nos pregunte o refiera preocupaciones acerca de su cambio en el estilo de vida y sus hábitos alimentarios. Además de nuestras indicaciones sobre nuevos hábitos saludables que debe de llevar, le informaremos que puede preguntarle al médico, quien le puede aclarar más la citación e indicar nuevos consejos.

CONCLUSIONES

  • Uso de un plan de cuidados basado en la evidencia científica
  • Aplicación del plan de cuidados de forma individualizada y continuada
  • Los cuidados han de mejorar tanto el aspecto físico como psicológico de la paciente
  • Evaluar los resultados para comprobar los beneficios obtenidos

Anexos – Plan de cuidados en un proceso quirúrgico. Obesidad mórbida por laparoscopia

Anexos – Plan de cuidados en un proceso quirúrgico. Obesidad mórbida por laparoscopia 

BIBLIOGRAFÍA

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  2. Johnson, M.; McCloskey Dochterman, J.; Butcher, H.K.; Moorhead, S.; Swanson, E.; Bulechek, G.M.; Maas, M.L. Interrelaciones NANDA, NOC y NIC. Diagósticos enfermeros, resultados e intervenciones. 2 ª ed. © 2006. Última reimpresión: 2010. ISBN13: 978848174946-5. Editado por: ELSEVIER
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