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Principios básicos del cateterismo urinario

Principios básicos del cateterismo urinario

Autora principal: Andrea María Palacios García

Vol. XIX; nº 17; 784

Basic principles of urinary catheterism and stents

Fecha de recepción: 01/08/2024

Fecha de aceptación: 10/09/2024

Incluido en Revista Electrónica de Portal esMedicos.com Volumen XIX. Número 17 Primera quincena de Septiembre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 17; 784

Autores: Andrea María Palacios García, Clara Lanau Campo, Elena Oliver García, Jimena Aramburu Llorente, Mireia Pujol Saumell, Nuria Sánchez López, Elena Cañadillas Sánchez

Centro de Trabajo actual: Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.

Resumen:

La uropatía obstructiva es una patología común en la práctica clínica urológica que puede conllevar una elevada morbimortalidad al paciente, tanto por el dolor o sepsis en su fase aguda como las posibles consecuencias a largo plazo tales como la pérdida de la función renal. El objetivo terapéutico principal de los todos los procesos que cursan con uropatía obstructiva es el restablecimiento del drenaje urinario normal desde la unidad funcional renal hasta su correcta expulsión ya sea uretral o al exterior por derivaciones urinarias. Este proceso se puede realizar ya sea a través del tratamiento etiológico de la obstrucción o permitiendo el paso de orina mientras no es posible tratar la causa o cuando el tratamiento deba diferirse.  Mediante el siguiente artículo se exponen las técnicas más comunes de derivación urinaria con la finalidad del conocimiento de las mismas, sus indicaciones, técnica y posibles complicaciones de cara a la selección del procedimiento adecuado a cada paciente y caso clínico.

Palabras clave: “sondaje vesical”, “cistostomía”, “cateterismo ureteral” , “nefrostomía” y “catéter urinario”

Abstract:

Obstructive uropathy is a common condition in urological clinical practice that can lead to high morbidity and mortality for the patient, both due to pain or sepsis in its acute phase and potential long-term consequences such as loss of renal function. The primary therapeutic goal in all processes involving obstructive uropathy is to restore normal urinary drainage from the functional renal unit to its proper expulsion, either through the urethra or externally via urinary diversions. This can be achieved either by treating the underlying cause of the obstruction or by allowing urine to pass while it is not possible to treat the cause or when the treatment must be deferred. This article presents the most common urinary diversion techniques, with the aim of understanding their indications, techniques, and possible complications to select the appropriate procedure for each patient and clinical case.

Keywords: “bladder catheterization”, “cystostomy”, “ureteral catheterization”, “nephrostomy”, “urinary catheter”

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

Actualmente en nuestro entorno es habitual el drenaje del tracto urinario mediante sondas y catéteres, siendo ya una práctica común realizada no sólo por urólogos sino también por profesionales del ámbito sociosanitario. La elección del tipo de catéter y su material depende no sólo de la localización de la obstrucción sino también de varios factores, como las condiciones del paciente donde deben tenerse en cuenta la presencia de infecciones concomitantes, las causas que generan la obstrucción y el pronóstico de su enfermedad. Otro punto a tener en cuenta es el propósito del drenaje urinario ya sea temporal o permanente y su objetivo,  siendo únicamente  la seguridad y el control postoperatorio o la eliminación de una obstrucción en la vía urinaria. Para evitar complicaciones durante el procedimiento y las posibles lesiones iatrogénicas, es fundamental tener un profundo conocimiento de la anatomía del sistema urinario y recibir una formación adecuada para la correcta realización de las técnicas. En pacientes portadores de drenajes urinarios, debe llevarse a cabo un seguimiento estricto para garantizar un funcionamiento óptimo del dispositivo y prevenir posibles complicaciones derivadas de un uso incorrecto.

MATERIAL Y MÉTODOS

La investigación llevada a cabo consiste en una revisión bibliográfica en la que se incluyeron un total de   24 artículos en lengua inglesa, publicados entre 1998 y 2020. La búsqueda se llevó a cabo en las siguientes bases de datos: PubMed, MEDLINE y Cochrane mediante las palabras clave “urinary catheter”, “obstruction”, “drainage”, “stents” , “technique” “complication” “indication” para cada técnica urológica a estudiar, donde se incluye el sondaje vesical, la cistostomía suprapúbica, el cateterismo ureteral y la nefrostomía.

DISCUSIÓN

Tras la revisión de la literatura se desarrollan a continuación las técnicas de cateterismo más habituales dentro de la práctica clínica urológica, donde se incluyen el cateterismo vesical con sonda vesical o catéter suprapúbico, el cateterismo ureteral y la nefrostomía. Se analizan las indicaciones, características y complicaciones asociadas a los diferentes tipos de cateterismo.

CATETERISMO URETRAL O SONDAJE VESICAL 1,2

Su uso está indicado para el drenaje de orina retenida a nivel vesical como consecuencia de una obstrucción infravesical o para el acceso a nivel vesical como medio diagnóstico, terapéutico o como procedimiento de seguridad en el paciente.

Indicaciones

Este procedimiento está indicado en los casos de:

  • Retención de orina aguda o crónica.
  • Control estrecho de diuresis en pacientes complejos o durante procedimientos quirúrgicos.
  • Lavados vesicales o aplicación de tratamientos endovesicales.
  • Tutorización tras cirugías urológicas para cicatrización de anastomosis o como elemento de seguridad postoperatorio.
  • Como método diagnóstico en pruebas de imagen con contraste tales como la cistouretrografía miccional seriada (CUMS) o cistografías.

Contraindicaciones

Es un procedimiento que se debe evitar en procesos donde se sospecha posible lesión ureteral completa, en estos casos, puede realizarse el cateterismo uretral pero bajo visión endoscópica. Se desanconseja en casos de prostatitis aguda, donde la colocación de una cistostomía sería una alternativa a tener en cuenta si el paciente presenta retención de orina asociada.

Tipos de catéteres uretrales3

Las sondas vesicales pueden clasificarse según varias características: el material, calibre, tipo de punta, número de luces y capacidad del globo.

Según el material se dividen en látex ( para sondajes vesicales de menos de un mes), de silicona ( permite sondaje prolongado con recambios planificados cada dos meses) y de PVC o Nelaton, usadas para sondajes intermitentes, cálculos de residuos postmiccionales o instilaciones endovesicales.

La elección del calibre, el número de luces, el tipo de punta y la capacidad del globo dependerán de las características morfológicas de la uretra del paciente, el objetivo del uso de la sonda y las posibles complicaciones existentes durante el sondaje.

Técnica 4

No es necesaria la profilaxis antibiótica en todos los casos, se realizará en pacientes con antecedentes de infección del tracto urinario (ITU) tras manipulación uretral, anomalías anatómicas, portadores de sondaje vesical permanente de larga duración, inmunideprimidos y  pacientes con ITU en el momento del sondaje. 5

La colocación del paciente varón es en decúbito supino, mientras que en mujeres, es conveniente la flexión y separación de las rodillas, semejante a la posición ginecológica pero sin perneras.

La técnica se realiza siguiendo los siguientes pasos: 1,4

  • Lavado de genitales y desinfección con solución antiséptica.
  • Exposición e identificación de meato uretral, en mujeres, puede ser preciso la ayuda para la separación de los labios vaginales.
  • Preparación del campo estéril y del material estéril a utilizar.
  • Uso de lubricante con anestésico local, directamente en la uretra masculina y sobre sonda en la femenina.
  • Introducción de sonda con la mano dominante, en varones mediante tracción del pene.
  • Introducción completa de la sonda hasta el pabellón, objetivar salida de orina o realizar aspiración.
  • Llenado del globo vesical según capacidad establecida en la sonda y colocación de bolsa de orina.
  • En varones, devolver el prepucio a su posición inicial para evitar la parafimosis.

Complicaciones

La complicación más frecuente es la infección urinaria. Para evitarla es necesario mantener la esterilidad durante el procedimiento, así como evitar sondajes no necesarios y realizar recambios periódicos en pacientes con sondaje permanente.  Debe realizarse profilaxis antibiótica en pacientes con factores de riesgo. No está recomendado el tratamiento de bacteriúria asintomática en pacientes portadores de sonda  ni realización de urocultivos sin clínica asociada. 6

Otra complicación puede ser la realización de una lesión uretral o la generación de falsas vías, donde durante el proceso será objetivable la uretroragia. Tras lesiones a este nivel, existe una posibilidad aumentada de riesgo de estenosis uretral en un futuro.

La hematuria ex-vacuo es una complicación que se produce tras un vaciado rápido de la vejiga anteriormente distendida, aunque no existen ensayos que respalden el pinzado de la sonda, actualmente la mayoría de guías de práctica clínica recomiendan el vaciado vesical gradual para evitar la hematuria. 7,8

El decúbito de sonda es una complicación que suele ocurrir en portadores de sondaje vesical  prolongado, pudiendo asociar lesiones por erosión en meato uretral e incluso en uretra peneana. Todas estas lesiones son de muy difícil solución.

CATÉTER DE PUNCIÓN SUPRAPÚBICA O CISTOSTOMÍA SUPRAPÚBICA1,2

Esta técnica consiste en la realización de una punción directa de la vejiga a través del abdomen, a nivel hipogástrico, con la intención de colocar un catéter urinario. Normalmente se realiza en los casos en los que no está indicado el sondaje vesical o cuando no ha sido posible realizarlo.

Es una opción más a tener en cuenta en pacientes que deben portar derivación urinaria permanente por obstrucción infravesical, ya que evita complicaciones tales como el riesgo de lesiones uretrales y el decúbito de sonda.  Además, se considera una técnica con menores tasas de infección comparada con el sondaje vesical y que a la vez aporta  mayor autonomía al paciente.

Está contraindicada ante sospecha de carcinoma vesical, vejiga poco distendida o pacientes con alteraciones graves de la coagulación por el elevado riesgo de sangrado durante la punción.

Tipos de catéteres suprapúbicos

Los kits actuales de cistostomía suprapúbica pueden contener tanto sondas autorretentivas con balón como de una sola vía que deben fijarse a piel. Habitualmente están hechos de silicona y el calibre de las mismas suele comprender entre 8-12ch, habitualmente presentando punta abierta en ambos extremos para el recambio mediante guía. Todos los kits suelen incluir un trocar hueco de punción a través del cual se introduce posteriormente la sonda.

En pacientes con previsión de portar la cistostomía de forma prolongada, puede realizarse dilatación del trayecto para emplear sondas vesicales como sonda suprapúbica.

Técnica

Posicionamiento del paciente en decúbito supino. Es preciso que la vejiga se encuentre distendida para poder llevar a cabo el procedimiento con seguridad, puede realizarse el procedimiento sin control ecográfico, pero actualmente es altamente recomendable el guiado ecográfico. Antes de la realización de la técnica debe desinfectarse la zona de punción, que se encuentra habitualmente a 2-3 cm de la sínfisis púbica en el punto de la línea media.

Tras localizar el punto de punción se procede a la aplicación de anestésico local en el trayecto a puncionar. Como seguridad, puede introducirse a través del trayecto, previamente a la punción,  una aguja espinal para verificar la salida de orina.  A continuación, se realiza incisión con bisturí frio en la piel y se procede a la punción del trayecto con el trócar que se incluye en el kit, traspasando la fascia de los rectos y la pared anterior de la vejiga. Una vez comprobada la salida de orina a través del trócar, se introduce a través del mismo el catéter definitivo. Si presentan globo, se debe inflar. Si no, deben fijarse a piel con puntos.

Otra forma de punción es mediante técnica de Seldinger, pasando guía a través de una aguja hasta objetivarla en vejiga y  posteriormente dilatar el trayecto usando dilatadores sobre la misma guía hasta colocación de sonda definitiva.  En este caso no se utiliza el trócar de punción del kit.

Complicaciones9

La complicación más frecuente es la hematuria tras la punción, con complicación posterior de obstrucción del catéter de cistostomía por su calibre pequeño. En estos casos deben realizarse lavados a través del mismo.  Otras complicaciones a tener en cuenta son la posible lesión iatrogénica de vísceras abdominales durante la punción, sobre todo del intestino.10 Para evitarlo suele hacerse uso del ecógrafo. A nivel infeccioso, se considera un proceso con menor tasa de complicaciones infecciosas en comparación al sondaje vesical, aun así no está exento del riesgo de desarrollar ITU. 11

CATETERISMO URETERAL1,2

El objetivo de esta técnica es la evacuación de la orina acumulada normalmente a nivel supravesical. Los catéteres utilizados permiten el paso fluido de orina entre la cavidad renal hacia uréter y hasta su extremo distal, en la vejiga (uso de catéteres doble J) o hacia el exterior en casos de urostomías cutáneas o neovejiga tipo Bricker ( catéter mono J)  y catéteres de drenaje rectos externos.

Las diferencias entre los catéteres ureterales se pueden dividir según las características de su morfología , siendo el extremo proximal en J en los catéteres doble J o uniJ, o rectos en el caso del catéter ureteral externo. También se dividen según la evacuación de orina y  la morfología del extremo distal, siendo recta en el caso de evacuación al exterior y en J cuando drena a vejiga.

Una diferencia clara entre los catéteres y que de ello dependerá la técnica a escoger en su colocación,  es la necesidad de instrumentación con endoscopia para su colocación. En el caso de catéteres JJ o rectos externos es necesario la cistoscopia. La colocación del catéter Uni J puede realizarse únicamente bajo control escópico a través de las urostomías cutáneas. La extracción de los catéteres JJ precisa también de cistoscopia en el caso de no ser imantados, mientras que los catéteres Uni J o externos se retiran con facilidad.

Los catéteres pueden ser multiperforados o monoperforados y presentarse en diferentes diámetros o longitudes. La selección del catéter dependerá de las características del paciente y el caso clínico a tratar. La duración del catéter es  también un factor a tener en cuenta de cara a la selección del mismo y el planteamiento de los recambios, normalmente viene determinado por el tipo de material del cuál está compuesto.

Indicaciones 12,13

Su uso está indicado en obstrucciones ureterales intrínsecas tales como litiasis, tumores, estenosis ureteral o  de causa extrínseca por compresión externa. Se colocan también como tutorización en procedimientos quirúrgicos donde pueden existir lesiones ureterales, sobretodo en procedimientos ginecológicos como guía durante la cirugía. En cuanto a las cirugías urológicas su uso en procedimientos endourológicos es habitual,  tanto post-tratamiento para mejorar la eliminación de restos litiásicos, como en procedimientos que precisen segundas intervenciones o que no han sido posible ejecutar por imposibilidad de acceso ureteral. 14,15 También se hace uso durante las cistectomías para favorecer la cicatrización de la anastomosis uretero-ileal, colocando Uni J.

Técnica quirúrgica16

Las colocaciones de catéteres ureterales que precisen de cistoscopia normalmente se realizan bajo anestesia, siendo suficiente la sedación o punción raquídea y con profilaxis antibiótica previa a la intervención. Tras ello, el paciente se colocará en posición de litotomía para realizar el procedimiento, requiriendo control endoscópico así como asistencia flurosocópica para el control del ascenso del catéter y comprobación de su correcto posicionamiento.

La técnica se inicia mediante la desinfección de genitales y colocación de campo estéril.  Tras ello se realiza una cistoscopia reglada, localizando el meato ureteral que se desea cateterizar.  Posteriormente se  procede al paso de la guía a través del mismo y ascenso con catéter ureteral abierto sobre guía hasta cavidad renal. Si se objetiva salida de orina patológica, se tomará muestra de microbiología. Tras ello se realizará pielografía retrógrada para control fluorsocópico. Una vez  se haya ascendido a riñón y  la vía urinaria se contrastada, se  procede al ascenso del catéter a través de guía con ayuda de empujador en varones hasta objetivar correcto posicionamiento a nivel renal. En el caso de JJ se controla que el extremo distal quede alojado en vejiga con cistoscopia,  por lo que respecta al extremo distal del catéter recto externo, se fijará a sonda vesical.

En el caso de los catéteres Uni J en portadores de urostomía cutánea, se realiza ascenso de guía a través de uréter y colocación de stent bajo control fluroscópico.  En el caso de un paciente con Bricker que precise cateterismo en un segundo tiempo, no durante la cistectomía,  la colocación de los Uni J es dificultosa. Puede realizarse endoscópicamente a través de Bricker, con elevada dificultad llegando a cateterizar los uréteres de forma retrógrada tal y como se realiza en el proceso de la cistoscopia. Si no fuera posible, el acceso deberá ser percutáneo renal con colocación anterógrada del Uni J.

Complicaciones17,18

Existe la posibilidad de perforación del uréter en casos donde superar la obstrucción son complejos.  Pueden existir migraciones del catéter JJ al uréter si se introduce demasiado a nivel renal, así como descenso del mismo si no se desacopla del empujador o es arrastrado durante la salida del cistoscopio. La hematuria en las primeras horas es habitual y suele resolverse espontáneamente.

CATÉTER DE NEFROSTOMÍA

Su objetivo es el drenaje de orina desde la cavidad renal al exterior.  Existen varios tipos, pero en general se dividen en aquellos en forma de pigtail o bien en sondas de nefrostomía rectas, ambos pueden contar con un mecanismo autorretentivo con balón.

Indicaciones

Suelen utilizarse en casos de obstrucción a nivel ureteral donde no ha sido posible la colocación de un catéter ureteral.19,20 También es usado en fístulas ureterales para permitir la derivación urinaria y evitar fugas de orina a nivel ureteral. Así mismo, suele usarse tras un procedimiento de nefrolitotomía percutánea para permitir extracción de restos litiásicos con la intención de retirada posterior. Como fines diagnósticos se puede  emplear para la realización de técnicas de imagen con contraste de la vía urinaria.

Técnica21,22

Puede realizarse bajo anestesia local con profilaxis antibiótica previa, salvo en caso de pacientes inestables, donde conviene la supervisión anestésica. El paciente se coloca en posición de litotomía modificada de Valdivia con suero 3000ml bajo flanco del riñón a puncionar. Previa a la punción se determina mediante ecógrafo el lugar que permita realizar el mejor trayecto de la nefrostomía, como norma general, se intenta la punción en cálices inferiores.

Una vez determinado el punto de punción, se desinfecta la zona de punción y se colocan paños estériles sobre paciente y ecógrafo.  Se infiltra anestesia local del punto de entrada y del trayecto con Mepivacaína 2%. Tras ello, se realiza incisión con bisturí frío y con control ecográfico sobre guía se realiza punción con aguja de Chiba 22G hacia cáliz inferior. Se comprueba salida de orina y se realiza pielografía anterógrada. En casos de pionefrosis debe recogerse muestra de orina y evitar en lo posible la hiperpresión, reduciendo la cantidad de contraste en la pielografía anterógrada. 23 A continuación se introduce una guía a través de la aguja de Chiba y  tras visualización en vía urinaria mediante fluoroscopia, se retira aguja y ecógrafo. Se realizan dilataciones sobre guía hasta lograr superar el calibre del catéter definitivo.  Finalmente se introduce el catéter de nefrostomía final y se comprueba correcta posición mediante control radiológico.  Si no presenta mecanismo autorretentivo, debe fijarse el catéter a piel con puntos.

Complicaciones 24

Durante el proceso de colocación pueden producirse sangrados y hematuria, pudiéndose originar hematomas renales o perirrenales que pueden autorretenerse, o llegar producirse hematomas retroperitoneales que precisarán embolización selectiva.  Las fístulas arteriovenosas son raras, pero deben sospecharse en casos de sangrados intermitentes.  Así mismo, pueden realizarse lesiones en estructuras adyacentes durante la punción renal, como en el colon, suelen ser raras cuando se realiza técnica bajo control ecográfico

Tras la cirugía, las complicaciones más frecuentes suelen ser las infecciosas, la obstrucción de la sonda y las alteraciones cutáneas en portadores crónicos como eritema o decúbito de sonda.

CONCLUSIÓN

El correcto conocimiento de las diferentes técnicas de derivación urinarias tanto en sus indicaciones, contraindicaciones, técnica y posibles complicaciones es esencial para el desarrollo de la correcta práctica urológica. No solo es importante conocer la literatura para poder indicar qué procedimiento es óptimo ante cada caso presentado sino que la realización repetitiva de las técnicas permite el desarrollo de las habilidades instrumentales necesarias para el éxito en el tratamiento del paciente con los medios y la instrumentalización adecuada para cada caso, asumiendo el menor riesgo posible y reduciendo así las posibles complicaciones al paciente, que podrían suponer un aumento de la morbimortalidad.

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