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Problemas de adicción en la embarazada

Problemas de adicción en la embarazada

Autora principal: María del Carmen Calle Mena

Vol. XVI; nº 10; 521

Addiction problems in the pregnant

Fecha de recepción: 10/04/2021

Fecha de aceptación: 25/05/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 10 –  Segunda quincena de Mayo de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 10; 521 

AUTORAS:

María del Carmen Calle Mena.

Patricia María Villa Gómez.

Marina Arróniz Gutiérrez.

CENTRO DE TRABAJO:

Hospital de Jerez de la Frontera, Cádiz, España.

RESUMEN

El efecto de las drogas en la gestación es más acusado en el estado de salud materno tanto físico como psicológico, lo que conlleva a un mal control prenatal y a consecuencias negativas para el feto y neonato.

El binomio gestación y drogadicción es frecuente en nuestro medio y en nuestra actividad diaria. A esto, hay que añadir que la población joven femenina está aumentando el consumo de drogas, siendo común la politoxicomanía junto a una elevada ingesta de alcohol y tabaco.

El abordaje de estas mujeres gestantes con este tipo de problemas, consta primero en considerarlas embarazadas de alto riesgo, entrando a formar parte de un protocolo de seguimiento específico de control prenatal.

PALABRAS CLAVE

Drogas, embarazo, adicción, alcohol, tabaco.

ABSTRACT

The effect of drugs on pregnancy is more pronounced on the physical and psychological state of maternal health, which leads to poor prenatal control and negative consequences for the fetus and neonate.

The pairing of pregnancy and drug addiction is frequent in our environment and in our daily activities. To this, it must be added that the young female population is increasing drug use, with polydrug addiction being common along with a high intake of alcohol and tobacco.

The approach to these pregnant women with this type of problems consists first in considering them high-risk pregnant women, becoming part of a specific follow-up protocol for prenatal control.

KEYWORDS

Drugs, pregnancy, addiction, alcohol, tobacco.+

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/

El manuscrito es original y no contiene plagio

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

La drogadicción es un grave problema de salud, que afecta a hombres y mujeres de todas las edades y condiciones sociales. El abuso de drogas puede generar además problemas específicos que requieren de diferentes estrategias y abordajes terapéuticos.

El principal efecto del abuso de drogas sobre la gestación es el compromiso del estado de salud general materno, manifestado por malnutrición, poca asistencia prenatal, grave estrés psicosocial, intercurrencia de enfermedades infecciosas, toxicidad y por todo esto gran perjuicio al feto y al neonato.

En la etiología del abuso de drogas encontramos múltiples factores, abusos sexuales en la infancia y adolescencia, malos tratos físicos y psíquicos por parte de la pareja y presencia de enfermedades como ansiedad y depresión. En bastantes ocasiones encontramos un inapropiado manejo de ciertos problemas afectivos.

Con frecuencia estas mujeres presentan escasa autoestima y poca confianza en ellas mismas.

Según NIDA (Nacional Institute on Drug Abuse) en los últimos 25 años se han encontrado factores que sitúan a los jóvenes en situación de riesgo de consumo de drogas, así como factores de protección frente a éstas. Los factores más importantes son los desarrollados dentro del seno familiar.

METODOLOGÍA

Este artículo se centra en la revisión de los estudios basados en la evidencia científica existente en:

-Las principales bases de dados: Pubmed, Cochrane Plus, Cuiden y Medline.

-Revistas científicas: Nure Investigación, Matronas Profesión y Matronas Hoy.

-Protocolos existentes en los hospitales de la Comunidad Andaluza

Tabaco

Lehtovirta y Forss en 1978 demostraron que después de fumar un cigarrillo se produce una disminución significativa del flujo sanguíneo intervelloso, a los 15 minutos se normaliza. Esta disminución está relacionada con la acción de la nicotina, que provoca una vasoconstricción de las arterias uteroplacentarias.

La nicotina atraviesa la placenta inmediatamente. El hígado fetal tiene cierta incapacidad para metabolizar dicha sustancia, por lo que la desaparición en sangre fetal es mas lenta que en sangre materna.

El monóxido de carbono tiene mayor afinidad por la hemoglobina que el oxígeno, forma la carboxihemoglobina (HbCO), esto provoca la disminución de la capacidad de transportar oxígeno por parte de la hemoglobina. El porcentaje de HbCO aumenta de forma paralela a la concentración de CO inhalado. En la sangre de las mujeres embarazadas fumadoras habituales, se encuentran cifras de HbCO de hasta un 14% y en sus hijos 2-3 veces más elevadas que en los de las embarazadas no fumadoras.

Encontramos un riesgo aumentado de desprendimiento de placenta normalmente inserta y de placenta previa. Esto puede justificar el incremento de la mortalidad perinatal entre las fumadoras. Factores como la edad avanzada, la multiparidad y la susceptibilidad individual al tóxico, incrementan los riesgos hemorrágicos en el tercer trimestre.

El tabaco aumenta el índice metabólico de la gestante, junto con una ingesta reducida justifica la disminución del aumento de peso en el embarazo.

No se ha relacionado con malformaciones congénitas. Aumenta el riesgo de rotura prematura de membranas, hemorragias anteparto, retraso de crecimiento intrauterino y de mortalidad perinatal.

Alcohol

Jones y Smith describieron en hijos de gestantes alcohólicas crónicas una embriopatía recurrente grave que cursa con abortos, síndrome de enanismo intraútero con debilidad mental y malformaciones. A partir de aquí se establecen numerosas líneas de investigación, concluyendo en el síndrome de alcoholismo fetal (SAF).

Se han visto malformaciones faciales, fisuras palpebrales cortas, ojos pequeños y alargados, nariz pequeña, filturm poco diferenciado, labio superior adelgazado. Estos niños presentan irritabilidad, temblores, hiperactividad e hiperexcitabilidad, disminución del reflejo succión, alteraciones del comportamiento y retraso mental.

El retraso del crecimiento puede prolongarse a lo largo de la infancia e incluso de la adolescencia.

La ingesta de alcohol también se relaciona con un aumento del riesgo para interiorizar trastornos como la depresión y la identidad negativa.

Cocaína

Los efectos pueden estar potenciados en la embarazada. La cocaína es metabolizada por las colinesterasas plasmáticas encontrándose disminuida durante el embarazo. La progesterona, al aumentar la desmetilación a norcocaína (compuesto vasoactivo más potente), puede elevar su susceptibilidad.

La cocaína atraviesa fácilmente la barrera placentaria, alcanzando en sangre fetal hasta un 80% de las concentraciones plasmáticas maternas. A esto se le suma, que su eliminación es más lenta, lo que aumenta su toxicidad en el feto.

El vasoespasmo provocado por la cocaína disminuye el flujo placentario, lo que produce un menor aporte sanguíneo hacia el feto con el consiguiente estado de hipoxia y de sufrimiento fetal crónico. Diferentes estudios demuestran mayor incidencia de desprendimiento de placenta normalmente inserta debido de una parte a la mala placentación en el primer trimestre y por la vasoconstricción aguda. La disminución de receptores β-adrenérgicos en el miometrio, produce una predisposición al trabajo de parto prematuro.

Como consecuencia de la vasoconstricción que produce, los fetos presentan:

  • Alteraciones esqueléticas, retraso del crecimiento de las extremidades
  • Alteraciones cerebrales, infarto cerebral, atrofia, lesiones quísticas y edema
  • Alteraciones respiratorias, síndrome de muerte súbita del lactante
  • Alteraciones estructurales o funcionales cardiacas
  • Alteraciones renales
  • Retraso del crecimiento intreauterino
  • Sufrimiento fetal y muerte perinatal
  • Alteraciones de la conducta como irritabilidad, temblores, dificultad para el aprendizaje, etc.

Aumentan los problemas maternos como infecciones y anemias.

El tratamiento se basa en psicoterapia de apoyo y la administración de los complejos vitamínicos.

Heroína

Los efectos nocivos sobre la gestación pueden deberse a las conductas y ambientes vinculados con el uso de la droga como al efecto directo de su consumo. Unos cuidados prenatales adecuados pueden evitar estos efectos nocivos, aun cuando la gestante consuma una droga sustituta como es la Metadona.

La heroína tiene una rápida transferencia placentaria. Se estima una frecuencia de abortos espontáneos entre un 14,3% y 29,8%, frente al 10% en la población general. Debido a la falta de vigilancia y seguimiento su cuantificación real es bastante difícil.

La incidencia de partos prematuros oscila entre un 18,5% y un 47% dependiendo de diferentes estudios. No son una de las complicaciones más importantes del embarazo de la heroinómana.

Son mas frecuentes la incidencia de infecciones, adquiridas a través de jeringuillas: hepatitis B, hepatitis C, virus de la inmunodeficiencia humana.

Anfetaminas, Marihuana y LSD

Las gestantes consumidoras de anfetaminas presentan una clínica similar a la de las usuarias de cocaína dado que esas sustancias también estimulan los receptores adrenérgicos. Su consumo aumenta la taquicardia ventricular y asistolia durante la anestesia obstétrica. Algunos autores señalan a la placenta como un órgano diana de la toxicidad por anfetamina. La anfetamina es un potente inhibidor competitivo del transportador placentario de noradrenalina y en menor grado del de serotonina. Las concentraciones aumentadas de esas monoaminas vasoactivas en el espacio intervelloso pueden explicar la hipertensión materna, retraso del crecimiento fetal, disminución del flujo úteroplacentario, trabajo de parto prematuro y desprendimiento prematuro de placenta. Se ha comunicado síndrome de abstinencia neonatal.

La marihuana consumida de forma habitual provoca efectos pulmonares similares, pero mas intensos que los del tabaco, bronquitis aguda y crónica, aumento de los niveles de carboxihemoglobina. Produciendo también depresión, letargia y disminución de la líbido. Esta relacionado con parto prematuro, expulsión de meconio y mayor necesidad de reanimación neonatal.

Con el consumo de LSD se observa una alteración de la percepción del tiempo, del espacio y del esquema corporal, sumado a una alteración de los sentidos. Puede llegar a una despersonalización con disociación del yo.

No se ha demostrado mayor incidencia de malformaciones fetales. Algunos estudios demuestran mayor posibilidad de aberraciones cromosómicas, inhibiciones mitótitcas en la descendencia de mujeres que consumen LSD.

ACTUACIÓN DE LA MATRONA

El embarazo de una mujer toxicómana debe considerarse de alto riesgo puesto que se dan las siguientes circunstancias:

  • Asociación del consumo de diferentes drogas
  • Precariedad de las condiciones de vida
  • Escasa vigilancia prenatal

La gestante toxicómana debe verse como una persona enfermera, con características propias, debemos facilitarle el acceso a las consultas y conseguir que adopte una actitud positiva hacia su embarazo.

Debemos programar visitas frecuentes. De forma que cada dos semanas hasta la semana 32-34 y a partir de aquí de forma semanal. Una anamnesis cuidadosa acerca del consumo de drogas como son el tipo, dosis y síndrome de abstinencia. Intentaremos la deshabituación e integración en los programas de mantenimiento.

Investigaremos sobre las condiciones de vida y mantendremos contacto con los servicios sociales para intentar mejorarlas.

Debemos corregir la malnutrición si existe. Descartar procesos infecciosos que puedan acompañar a la situación. Trataremos la anemia que es frecuente encontrar en estas pacientes.

Las amenazas de parto prematuro se tratarán con cautela con β-miméticos ya que no es infrecuente que estas pacientes hayan padecido alguna cardiopatía previa al embarazo.

Controlaremos el crecimiento fetal así como el despistaje de malformaciones congénitas, mediante ecografías.

Estas gestantes deben ser incluidas en un programa de educación maternal, adecuado a sus necesidades. Así como en un grupo de terapia.

Se pedirá análisis toxicológico en orina, a lo largo del embarazo, para un mejor control de la paciente.

Suele ser difícil convencer a estas mujeres que los programas de deshabituación tengan un efecto positivo. Temen una acción legal o intervenciones de los servicios de protección de menores.  Se han identificado algunos factores para mejorar la participación. Los programas de deshabituación no deben ser asumidos como un problema aislado sino como un problema dentro del contexto del cuidado prenatal y el seguimiento postparto.

El puerperio es una etapa fundamental para intentar la deshabituación. Se sienten motivadas y responsables. La paciente debe derivarse a su centro de salud para continuar o iniciar programas de terapia para la deshabituación y rehabilitación.

Resaltar la necesidad de atención específica al recién nacido, detención de un posible síndrome de abstinencia y diagnóstico precoz de enfermedades infecciosas de transmisión vertical.

CONCLUSIÓN

El embarazo y el nacimiento de un hijo es una situación excepcional para lograr la deshabituación a la droga. Sin embargo, esto resulta difícil si no se logra desde una perspectiva multidisciplinar.

Los mejores programas son los que ofrecen servicios integrales para satisfacer necesidades fundamentales. La asistencia debe realizarse con un equipo multidisciplinar. Además de terapias conductuales y/o terapias farmacológicas, la mujer consumidora de drogas puede requerir otras medidas como prevención de la violencia, ayuda a la rehabilitación y reinmersión y asesoramiento sobre ayudas legales y sociales. Una relación directa y sin prejuicios puede ser la clave de la adherencia al tratamiento y de una buena relación con el equipo que la atiende.

Cada vez son más las mujeres que hacen uso de sustancias de síntesis y de cocaína además de tabaco y sobre todo alcohol, de una forma social, sin saber que están embarazadas, por lo que nuestro abordaje del problema debe ser más amplio.

BIBLIOGRAFÍA

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