Protectores bucales en la prevención de lesiones en la cavidad oral en deportistas
Un tercio de todas las lesiones dentales guardan relación con el deporte. El riesgo de lesión está influenciado por las características del deporte y las del deportista. El efecto beneficioso de los protectores bucales, en la protección de las estructuras de la cavidad bucal de los posibles traumatismos que pueden ocurrir en el trascurso del deporte ha sido ampliamente probado.
Protectores bucales en la prevención de lesiones en la cavidad oral en deportistas
Patricia María Puga Guil. Doctora en Odontología por la Universidad de Granada.
Daniel Gálvez Estévez. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada.
RESUMEN
Existen diferentes tipos de protectores bucales, según su forma de fabricación, pero todos deben cumplir una serie de requisitos para cumplir correctamente su función protectora de las estructuras bucales. Se ha observado también un efecto protector de conmoción cerebral y de lesiones cervicales
Palabras clave: Odontología deportiva, Pediatría, Medicina del deporte, Traumatismos bucales, Protectores bucales deportivos, Prevención.
OBJETIVOS:
- Definir el concepto de protector bucal.
- Diferenciar los tipos de protectores bucales y sus características.
- Entender la importancia del uso de protectores deportivos en la prevención de traumatismos bucales y otras lesiones en la práctica de deportiva.
INTRODUCCIÓN:
Un protector bucal es una prótesis intraoral, cuya función es proteger las estructuras de la cavidad bucal (dientes, labios, obturaciones o tratamientos dentales, lengua, mejillas, articulación temporomandibular, etc.) de los posibles traumatismos, tanto directos como indirectos, que pueden ocurrir en la práctica de deportes de contacto violentos. Los protectores bucales son obligatorios en deportes de contacto violento, como el rugby, el hockey y el boxeo, en los que es probable el riesgo de lesión. Las personas que practiquen deportes de contacto incidental, como el baloncesto, el béisbol, la lucha libre, el fútbol y el voleibol, pueden considerar utilizar un protector bucal para prevenir lesiones de la boca.
Según la Asociación Americana de Odontología (ADA), un tercio de todas las lesiones dentales guardan relación con el deporte. El efecto protector de los protectores bucales ha sido ampliamente probada y evaluada.
No todos los deportes presentan el mismo riesgo de sufrir traumatismos, por ello es que los diferentes deportes han sido clasificados por la Federación Internacional del Deporte (FID) en función del riesgo de traumatismo dental (Tabla 1). Generalmente los traumatismos cráneo-faciales se asocian a los deportes de contacto, pero existen deportes en los que el riesgo parece ser mínimo, pero presentan mayor incidencia de traumas que la esperable.
Las lesiones traumáticas producidas durante la práctica deportiva pueden clasificarse en lesiones leves y lesiones graves. Las lesiones leves son aquellas que no impide continuar el juego. Se da un tratamiento provisional y al finalizar el juego se explora al deportista. En cambio, las lesiones graves obligan a parar el juego y a que el jugador se retire sin poder jugar un mínimo de tres semanas.En cuanto a la localización más frecuente de estas lesiones, se observa una mayor frecuencia de lesiones en los tejidos blandos, bien en forma de edemas, hematomas, mordeduras y erosiones de labios y lengua. Le sigue en frecuencia las lesiones óseas, principalmente en la región maxilar, y el pómulo.
La evidencia de protección contra lesiones en el deporte por el uso de protectores bucales se basa principalmente en series de casos y estudios sobre lesiones causadas retrospectivos. Muchos autores citan que el uso de protectores bucales como la evidencia de una protección efectiva. Cuando se presentan los estudios de lesiones de los equipos individuales, el número de lesiones son generalmente demasiado bajas como para sacar conclusiones adecuadas del uso de protectores bucales. En un estudio de corte transversal grande del rugby universitario, mostró un efecto protector significativo para cualquier tipo de lesión.
Un estudio sobre escolares y el baloncesto demostró que los usuarios de protectores bucales tuvieron una reducción de 10 veces en las lesiones dentales en comparación con los no portadores. La mayoría de estas lesiones fueron laceraciones de labio.
La evidencia también muestra que los protectores bucales previenen la conmoción cerebral en caso de traumatismo cráneo-encefálico durante la práctica deportiva. Diversos estudios muestran que son un medio eficaz para la prevención de la conmoción cerebral y las lesiones de médula, aunque estas afirmaciones tienen sus limitaciones. Sobre este efecto de los protectores bucales destacan los trabajos de Strenger et al. y los de Hickey et al.
Strenger afirmaba beneficio tanto para la cabeza y lesiones de la columna cervical con el protector bucal. Para ello realizó un estudio sobre un equipo de fútbol, en el que cinco casos demostraron que el uso protector bucal había corregido los síntomas de la enfermedad de Menière. También se observó que siete juagadores del equipo que necesitaban tracción cervical antes de los partidos, dejaron de necesitar dicha tracción tras la instauración del uso habitual de los protectores bucales. Esto ha hecho pensar que las fuerzas de impacto mandibular aplicadas a la cabeza y al cuello se atenúan, dando como resultado un menor número de lesiones. Por ello los estudios de Hickey trabajaron sobre cadáveres con rotectores bucales, aplicando fuerzas en la cabeza como consecuencia de un golpe.
Las características propias del deportistas, tales como malposiciones dentales, patologías bucales, etc.; también van a condicionar la recomendación de utilización de protector bucales. (Tabla 2).
Un buen protector bucal, además de cumplir la función para la que ha sido diseñado (protección del aparato estomatognático), debe cumplir los siguientes requisitos:
- Permitir la respiración oral y la deglución salival.
- Presentar cualidades de buena retención y comodidad.
- Facilidad para poner y quitar.
- Permitir hablar de manera entendible.
- Mantener su forma y dimensión estable (no afectarse por los cambios de temperatura)
- Ser flexible, adaptable e impermeable
- Presentar propiedades antialérgicas y atóxicas.
- No tener olor ni sabor.
- Resistencia al desgarro.
Según la forma de fabricación, los protectores bucales se clasifican en: 1) Prefabricados, 2) Moldeables, 3) Hechos a medida (Tabla 4).
Los Protectores bucales prefabricados no son aconsejables ya que al estar prefabricados, son holgados para poder adaptarse a cualquier boca. No son retentivos, el usuario debe mantener los labios sellados y los dientes en contacto para que no se mueva. Se fabrican en goma o plástico y pueden adquirirse en tiendas de productos deportivos.
Los Protectores bucales moldeables tienen forma de cubeta o de concha. Son de goma dura o plástico, en forma de herradura con un contorno interior elásticos que se ajusta a los dientes, de forma termo o autopolimerizable. La cubeta o concha se llena con el material elástico ablandado y se inserta en los dientes superiores. La oclusión y el sellado labial darán forma a al material blando, obtenido un protector con buena adaptación a la características de cada deportista.
Los protectores bucales a medida se fabrican individualmente, a partir de moldes de escayola, obtenidos de impresiones de alginato de la boca del deportista. Son totalmente individuales, adaptadas a las características anatómicas del deportista y al deporte que practica.
Antes del diseño y realización de cualquier protector bucal, es necesario que el deportista se someta a una exploración bucal y se restauren la salud de dientes y encías antes de adaptar el protector bucal.
El protector bucal suele realizarse para el maxilar superior, salvo en pacientes con maloclusión de clase III; en los que se adapta para los dientes del maxilar inferior. El diseño del protector bucal debe cumplir las características marcadas en la tabla 4.
Es fundamental informar al paciente/deportista sobre los cuidados que requiere el mantenedor bucal para su mantenimiento y para una mayor durabilidad. (Tabla 5)