Inicio > Enfermería > Recomendaciones de Enfermería al paciente con artrosis

Recomendaciones de Enfermería al paciente con artrosis

Recomendaciones de Enfermería al paciente con artrosis

Resumen

Se realiza una búsqueda bibliográfica en distintas bases de datos de interés científico para profundizar en conocimientos sobre la artrosis, describiendo sus factores de riesgo, síntomas, diagnóstico, así como las principales recomendaciones del profesional de Enfermería.

Recomendaciones de Enfermería al paciente con artrosis

Autor: Luna Aljama, José.

DUE H.U. Reina Sofía de Córdoba

INTRODUCCIÓN

La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, especialmente entre personas de edad avanzada. Se trata de una enfermedad crónica y progresiva que afecta a una o varias articulaciones, principalmente en manos, en las articulaciones de carga como las rodillas o las caderas, o en ciertas articulaciones de la columna vertebral. Se presenta dolor, deformidad y limitación de los movimientos de la articulación afecta. La artrosis se produce por el desgaste del cartílago que protege los extremos de los huesos, lo cual favorece el movimiento de la articulación.

Tradicionalmente la artrosis se ha dividido o clasificado en dos tipos:

  • Artrosis idiopática o primaria, que es la forma más habitual. No existe aparentemente ningún factor predisponente y la causa del progresivo deterioro del cartílago y la articulación es desconocida.
  • Artrosis secundaria, donde es identificable una alteración previa de la articulación. Algunas de las muchas causas de artrosis secundarias son los traumatismos previos (por ejemplo lesión del menisco de la rodilla), los traumatismos repetidos en algunas profesiones o enfermedades congénitas previas de la articulación.

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica en las siguientes bases de datos: PubMed, Cuiden y Medline, y en los siguientes metabuscadores: Google académico y The Cochrane Library. Para la búsqueda hemos utilizado los DeCs con los siguientes descriptores: “artrosis”, “síntomas”, “factores de riesgo”, “diagnóstico”, “prevención” “Enfermería”; empleando los operadores booleanos AND y OR. Se incluyeron estudios que estuviesen publicados en español o inglés, además de tener acceso completo al texto.

RESULTADOS

Factores de riesgo

Los factores de riesgo son aquellos determinantes que presenta una persona que la hacen más susceptible a sufrir una enfermedad. En el caso de la artrosis, estos son sus principales factores de riesgo:

  • Edad avanzada (se incrementa el riesgo a partir de los 50 años).
  • Sexo femenino.
  • Obesidad (sobre todo en artrosis localizada en articulaciones como las rodillas y otras que soporten peso como la zona lumbar de la columna vertebral).
  • Actividad deportiva y ciertas profesiones.
  • Menopausia.
  • Secuelas tras una cirugía y golpes repetidos sobre alguna articulación.
  • Antecedentes familiares: es posible la transmisión genética de la predisposición a sufrir artrosis. Los genes que regulan el colágeno, una proteína muy importante en la composición del cartílago, se transmiten de padres a hijos; y si estos genes están alterados, dan lugar a un colágeno poco funcional, lo que aumenta el riesgo de sufrir artrosis.

Síntomas

Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, progresivas y aparecen dilatadas en el tiempo. Los síntomas más frecuentes son el dolor articular, la limitación de los movimientos, los crujidos y, en algunas ocasiones, el derrame articular. Además, algunas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.

El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un primer estadio, éste se desencadena cuando se mueve o se realiza un esfuerzo con la articulación. Este dolor suele cesar con el reposo. Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca tanto con el movimiento, como con el reposo.

Uno de los puntos buenos del dolor artrósico es que no siempre es constante, por lo que los pacientes pueden estar durante largos periodos de tiempo sin padecer dolor, lo cual no significa que la artrosis no siga su evolución.

Diagnóstico

Debe basarse en la sintomatología, la exploración física y los signos radiológicos, descartando previamente otras enfermedades reumáticas.

  • A la exploración física se objetivan: crujidos articulares, dolor local, calor de la articulación, deformidad ósea, derrame articular y nódulos de Heberden y Bouchard, entre los más frecuentes.
  • La radiografía es la primera prueba a solicitar de las articulaciones que presenten síntomas o signos de artrosis. Es importante realizar una radiografía de la articulación contralateral. Los signos radiológicos incluyen el estrechamiento del espacio articular, esclerosis del hueso subcondral, formación de osteofitos (prominencias óseas) marginales y alteraciones del contorno óseo.
  • Las pruebas de laboratorio no suelen mostrar ninguna alteración específica a no ser que exista una enfermedad asociada.

Recomendaciones de Enfermería

  • La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada, como la dieta mediterránea, realizar ejercicio físico de forma moderada, actividades que sean acordes a la edad y el estado físico actual de la persona y evitar la obesidad.
  • El ejercicio moderado, 10 a 20 minutos al día, como caminar por terreno llano o montar en bicicleta, es bueno para la artrosis de rodilla o de cadera. No se deben hacer aquellos ejercicios que produzcan dolor. Los días que se tenga más dolor es conveniente guardar reposo durante 2 o 3 días.
  • No se debe mantener mucho tiempo una postura, ni estar mucho tiempo de pie quieto. Hay que evitar posturas perjudiciales como estar de rodillas y ponerse en cuclillas.
  • Conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos pesados o las actividades laborales que implican sobreesfuerzo. En caso de tener la enfermedad se deben evitar los movimientos que producen dolor, sin llegar a inmovilizar la zona.
  • Por las mañanas, cuando se tiene mayor rigidez y dolor, es conveniente la ducha de agua caliente, con chorro fuerte para dar calor a las articulaciones y masaje local.
  • Hay que usar calor o frío, lo que mejor alivie, pero no más de 20-30 minutos al día. El calor local puede calmar el dolor, aplicado en forma de baño o con una manta eléctrica. El frío es bueno para reducir la inflamación y tonificar la zona. Por la mañana es normal que duela más, debido a la inactividad de la noche; por ello, el baño caliente por la mañana es una buena manera de desentumecer las articulaciones afectadas.
  • Se debe dormir en cama dura y sentarse en sillas de respaldo recto.
  • Mejor usar el ascensor que las escaleras.
  • No hay que caminar cargado de cosas; mejor usar el carro de la compra.
  • Usar un calzado cómodo también es fundamental, para evitar adoptar posturas incorrectas. Algunos pacientes encontrarán útil el uso de bastón, para favorecer la marcha, mantener el equilibrio y evitar las caídas.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Olivé Marqués, A. La artrosis: nuevos horizontes. Semin Fund Esp Reumatol. 2012;13(Supl 1):1-2.
  2. Peña Arrebola, A. Papel del ejercicio físico en el paciente con artrosis. Rehabilitacion 2003;37:307-22.
  3. Blanco García, F.J., Fernández Sueiro, J.L., de Toro Santos, F.J., Galdo Fernández, F. Artrosis. Medicine 2001;8:1781-9.
  4. Kelly, A.M. Tratamiento del dolor asociado a la artrosis. Nursing 2008;26:48-9.
  5. Mas Garriga, X. Definición, etiopatogenia, clasificación y formas de presentación. Aten Primaria 2014;46 Supl 1:3-10.
  6. Benito Ruiz, P. Guías y recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de la artrosis: en busca del consenso. Semin Fund Esp Reumatol 2012;13 Supl 1:3-8.
  7. Vargas Negrín, F., Medina Abellán, M.D., Hermosa Hernán, J.C., de Felipe Medina, R. Tratamiento del paciente con artrosis. Aten Primaria 2014;46 Supl 1:39-61.
  8. Giménez Basallote, S., Gimeno Marqués, A., Panero Hidalgo, P., Casals Sánchez, J.L. Recomendaciones de buena práctica clínica. De la evidencia a la práctica clínica: manejo de la artrosis, II. Semergen 2008;34:193-7.