y el paciente.
Entrevista en profundidad (semiestructurada): se realizó para establecer empatía con la familia, conocer su membresía, explorar e interpretar la funcionalidad familiar a partir de las categorías de análisis asumidas para el estudio y evaluar los recursos psicológicos subyacentes en la dinámica familiar que necesiten ser potenciados en el proceso de rehabilitación. Se tomó como referente los elementos planteados en la técnica FF-SIL propuesta por la Lic. Dolores de la Cuesta Freijomil, Lic. Esther Pérez González, Lic. Isabel Lourdes Bernal, las que abordaron la funcionalidad familiar desde un análisis predominantemente cuantitativo.
Entrevista no estructurada: con el objetivo de obtener información actualizada y contextualizada de la problemática en estudio, así como definir criterios o pautas para la selección de los sujetos. Se aplicó al personal médico.
Técnica Diez deseos: se utilizó para conocer proyectos, necesidades, aspiraciones, jerarquizados por cada uno de los miembros de la familia; adaptándola a los objetivos de la investigación mediante la frase “Yo deseo que mi familia…”.
Se tuvieron en cuenta dos momentos fundamentales para el desarrollo de la investigación:
Etapa diagnóstica: período que comprendió las fases preparatoria y trabajo de campo. Esta se inició con la revisión bibliográfica de los referentes teóricos de la investigación, seguidamente se ofreció la solicitud formal del permiso para la entrada al campo, el contacto con la familia y el paciente a través de su consentimiento informado. Se recogieron los datos mediante sondeos, notas de campo y la aplicación de los instrumentos diagnósticos, con el fin de evaluar los indicadores del funcionamiento familiar e identificar las demandas interventivas.
Etapa de diseño: contempló las fases analítica y salida del campo. El análisis de los datos se realizó utilizando como métodos: el análisis de contenido y la triangulación de datos. Para el diseño del programa se tomó como referente las concepciones de Pichón – Rivière; con el objetivo de potenciar el desarrollo de recursos psicológicos funcionales en familias con uno de sus miembros adicto al alcohol, insertado al programa de rehabilitación. Este diseño partió de tres tareas interventivas tomadas del modelo de intervención familiar de la psicóloga Patricia Arés Muzio: tareas básicas, tareas de enfrentamiento y tareas de desarrollo; las cuales se materializaron mediante el trabajo con la familia. Para las sesiones de intervención familiar, se tomaron las técnicas más utilizadas por el enfoque sistémico y el cognitivo conductual (psicodrama, técnicas comunicacionales y otras). Las sesiones de trabajo se desarrollaron en diez encuentros, de aproximadamente una hora de duración con tres frecuencias semanales.
La elaboración del programa, incluyó dos etapas sucesivas para su instrumentación: una etapa de implementación y una etapa de evaluación, a través de las siguientes pautas: el apoyo de la familia en la rehabilitación del alcoholismo, la evolución familiar respecto a los indicadores de funcionalidad y los testimonios propios de los participantes acerca de la efectividad del programa.
La salida del campo se realizó luego de la etapa diagnóstica, ya que no se extenderá el estudio hasta la implementación de la estrategia.
RESULTADOS
Los miembros del equipo multidisciplinario coinciden en que la mayoría de los pacientes alcohólicos ingresados en la sala de uso indebido de drogas, presentan escaso apoyo familiar, evidenciándose en la poca participación de la familia en las intervenciones que se realizan como parte del tratamiento, esta situación además de constituir una necesidad manifestada por los pacientes, se ha convertido en móvil para las deserciones del programa y la pérdida de motivación. Opinan que la mayor responsabilidad en la rehabilitación recae en las personas adictas, independientemente de la incomprensión, el desconocimiento del alcoholismo como enfermedad y el pobre apoyo de las familias a las acciones llevadas a cabo por el equipo de salud, constituyen aspectos que inciden negativamente en la rehabilitación de la persona alcohólica, al no ponerse la familia en función del proceso y por ende, no propiciar condiciones favorables para el logro de los objetivos del tratamiento del interés de la familia en lograr dicho objetivo . Esto reafirma la idea de que el trabajo con la familia no es suficiente.
Al evaluar el funcionamiento familiar podemos decir que las cuatro familias objeto de investigación, presentan disfuncionalidad, encontrándose alteraciones en todas las categorías, las cuales se expresaron de la siguiente manera:
– Cohesión familiar: En las cuatro familias este indicador es deficiente, significándose que en los casos (A, B y C) se reconoce críticamente que no se apoyan, que no existe consenso en la toma de decisiones y no se perciben de forma unida; sin embargo en el caso (D), a pesar de que presentan las características mencionadas estos se autodenominan como una familia cohesiva, sólo porque muestran preocupación por algún problema, cuestión que no indica cohesión, ya que carecen de capacidad para realizar acciones colectivas para solucionar los conflictos, tomar decisiones y apoyarse, quedando la preocupación manifiesta en el plano subjetivo.
– Armonía familiar: Esta unidad estrechamente vinculada con la anterior, permitió profundizar en la dinámica existente en las relaciones intrafamiliares de cada uno de los casos, observándose en todos carencia de empatía entre sus miembros, prevalencia de intereses individuales sobre los colectivos, presencia de islas en el subsistema familiar, entiéndase la misma como vidas independientes, siendo preciso señalar que esta situación es percibida como una necesidad.
– Comunicación: En las familias estudiadas existen deficiencias en este sentido, con predominio de estilos rígidos o pocos flexibles (familia A y D), llegando a la violencia verbal y física (familia C) o en el otro extremo asumiendo permisividad y sobreprotección (familia B). En sentido general se hizo manifiesto la existencia de seudomensajes, censuras y críticas, donde los miembros de cada familia expresaron escasa capacidad de escucha, limitada apertura, llegando a la inexpresión de sentimientos y afectos (cuestión asociada a la afectividad), un elemento significativo fue que en los cuatro casos prevalece la escasez de diálogo, con pocas motivaciones y temas a tratar. Se hizo evidente la presencia de mensajes difusos con carga emocional negativa, evidenciándose en las constantes discusiones que se presentan en el seno familiar, así como las alianzas y coaliciones