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Retinopatía en diabéticos tipo 2 en el primer nivel de atención

con una disminución de la visión nocturna, acompañada de una pobre recuperación de visión tras la exposición a luz brillante; otros síntomas incluyen alteraciones en la visión de los colores donde los ven pálidos o descoloridos especialmente el azul y amarillo, observan manchas flotantes, puntos o telarañas en la visión, cambios en la visión de borroso a claro, áreas parcialmente oscuras en los campos visuales y por ultimo una pérdida de la visión. Esta evolución tiene lugar en un tiempo bastante prolongado; factores como el control glucémico y la presión arterial son clave en este proceso evolutivo.

Diagnóstico de la retinopatía diabética

Realizar un diagnóstico precoz de la retinopatía diabética es fundamental para prevenir la pérdida visual en pacientes diabéticos según la ADA.

Todos los pacientes diabéticos tipo 2 deberían tener un primer examen oftalmológico al momento del diagnóstico de diabetes.

Posteriormente, el seguimiento se realiza dependiendo de los hallazgos encontrados y del nivel de severidad de la retinopatía

Sin embargo en la atención primaria donde el médico no es oftalmólogo se debe realizar de primera mano exploraciones como la agudeza visual, test bicromático, test de la rejilla de amsler y lo más importante el examen de fondo de ojo para ayudarse a determinar el diagnostico de retinopatía diabética cuando con lo único que se cuenta es con un oftalmoscopio directo.

Exploración: Fondo de ojo

Examen que se realiza en atención primaria y que valora el área interna del ojo por medio de la oftalmoscopia que incluye la observación de la retina, sus vasos y el nervio óptico. Con el oftalmoscopio directo se puede apreciar el área más posterior, que incluye el nervio óptico, las arcadas vasculares y la mácula, conocido como el polo posterior. Al dirigir una luz a través de la pupila se observa un reflejo rojizo que normalmente la llena de manera casi uniforme. Este color reflejado por las capas pigmentadas de la coroides y el epitelio pigmentado de la retina, y por los vasos retinianos, no es generado por la retina, que en sí misma es casi toda transparente. La presencia de un reflejo rojo normal indica que no existen opacidades en el camino de la luz y que la retina, al menos en su porción posterior, no está desprendida. El oftalmoscopio directo brinda aproximadamente una magnificación de 15 dioptrías y es muy útil por su facilidad para examinar el disco óptico y el polo posterior de la retina, incluyendo la mácula, pero no sirve para evaluar áreas más anteriores.

Es de vital importancia para la prevención de la retinopatía diabética un estricto y adecuado control de las cifras de glicemia en el paciente diabético así como el adecuado control de la presión arterial.

Todo paciente diabético requiere una valoración anual por el oftalmólogo para estudiar el estado de la retina, especialmente cuando tienen diabetes diagnosticada desde tiempo atrás, pues el mayor tiempo de evolución de la enfermedad incrementa la posibilidad de retinopatía.

Conclusión

La retinopatía diabética es una de las causas principales de debilitación visual en el mundo. Debido al aumento en la incidencia de diabetes y el nivel socioeconómico, se produce un aumento dramático de personas con retinopatía diabética, a pesar de la educación y el control glucémico.

La retinopatía diabética tiene por lo general un curso progresivo, aunque en sus primeras fases ciertas lesiones pueden remitir de forma espontánea. La retinopatía no proliferativa, consiste en la aparición de microangioaneurismas, pequeñas hemorragias intrarretinianas y exudados. En esta primera fase la reducción de la agudeza visual puede ser moderada o nula, excepto cuando aparece edema de la mácula o los exudados y las hemorragias aparecen en esta localización.

El diagnóstico y tratamiento de la retinopatía diabética debe ser integral y multidisciplinario, ya que no es suficiente con acertar cuál es el diagnóstico y qué tratamiento se debe dar, sino que el verdadero éxito del tratamiento va a depender de: un manejo metabólico adecuado y estricto; la forma en que se realiza el seguimiento ocular luego del diagnóstico; la educación del paciente sobre las consecuencias sobre la visión que implica la diabetes, y de su comprensión sobre la evolución de las etapas de la retinopatía con y sin tratamiento; así como el conocimiento y capacidad del médico para tomar decisiones terapéuticas correctas y eficaces en el momento oportuno, sin pérdida de tiempo, siempre que sea posible según los medios que se tenga o derivar al paciente tempranamente al especialista oftalmólogo para estudiar la retinopatía profundamente para evitar lesiones irreversibles o ceguera.

El médico de la atención primaria es el encargado de vigilar de manera estrecha al paciente diabético, pues de su correcta práctica dependerá la oportuna evaluación del paciente. Si en el primer nivel no se detiene o no se detecta la retinopatía diabética el paciente corre el riesgo de presentar ceguera a largo plazo, esto traduce el desempeño, dedicación y actualización del médico familiar, de lo contrario se estará dejando que la enfermedad consuma lentamente al paciente diabético, lo cual disminuirá su calidad de vida.

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