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Salud Sexual y Reproductiva en Chiapas: Análisis de los factores subyacentes de la vulnerabilidad

Ahora bien, las decisiones y conductas en materia de salud sexual y reproductiva tienen consecuencias perdurables para las oportunidades de vida de una persona y para su vulnerabilidad. Es por ello, y por la relación que esto tiene con la vulnerabilidad que la salud sexual y reproductiva ha ingresado en la agenda pública en las últimas décadas poniendo en juego conceptos que refieren a los derechos de las mujeres a decidir sobre el propio cuerpo, al disfrute de la sexualidad, a vivir una vida libre de violencias y a la anticoncepción, estos no llegan a ser difundidos y reflexionados con la población adolescente encontrándonos con situaciones cotidianas donde los derechos se vulneran.

Estos problemas se potencializan ante la ausencia de políticas de estado en salud y educación que garanticen acciones asistenciales, preventivas y promocionales con continuidad implicando la coordinación y convergencia entre las instituciones gubernamentales, no gubernamentales y la sociedad civil en general. Por todo lo anterior, si las condiciones de la población son inseguras dentro del ámbito económico, educativo, de vivienda, la situación se considera más complicada. Esta realidad es necesaria de abordar  formal y concienzudamente e insertar estos análisis para la adecuación de políticas educativas y de salud acordes a las realidades de los pueblos y de sus propias vulnerabilidades.

En el presente documento, se exponen resultados de un proyecto de investigación cuyos objetivos buscaron el análisis de variables relacionadas con el cuidado de la salud sexual, vida sexual activa, enfermedades de transmisión sexual y percepción sobre el embarazo no planeado, de población joven y adulta en un estado como Chiapas, en México, entidad que ocupa el primer lugar en pobreza y marginación de su población a nivel nacional;  asimismo, tiene el lugar más alto de embarazos en adolescentes y ocupa el quinto lugar a nivel nacional de personas con Sida (CENSIDA, 2017).

Objetivo

Analizar los factores subyacentes a la vulnerabilidad  respecto a la salud sexual y reproductiva a partir de las variables relacionadas con la educación sexual recibida, vida sexual activa, enfermedades de transmisión sexual y percepción sobre el embarazo no planeado, de población joven y adulta en Chiapas, México.

Métodos

Este trabajo se deriva de una investigación cuanti-cualitativa, con un diseño correlacional sobre las opiniones y actitudes de los jóvenes y adultos sobre diferentes variables centradas en el tema de la salud sexual y reproductiva. Se realizó en las ciudades de Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal, Comitán y Huixtla, Chiapas. La población objeto se definió jóvenes dentro del grupo etario de 17 a 25  años de edad (AGNU, 2018), y adultos dentro del grupo etario de 25-65 años.

Se utilizó la técnica de muestreo aleatorio simple y un nivel de confiabilidad del 95%. Se obtuvo una muestra de n=800 individuos para el estudio.

El instrumento aplicado fue tipo encuesta multipropósito, diseñado para el presente estudio y se corrobora estadísticamente su fiabilidad, compuesto por  tres partes, la primera con variables de descripción general del informante, la segunda con 25 variables relacionadas con educación para la salud  y la tercera de relaciones afectivas y autocuidado con nueve variables y  una pregunta de opinión.

Las dimensiones incluidas en el instrumento se dividen en situación socio-familiar, educación sexual, vida sexual activa, percepción sobre el embarazo; relaciones afectivas y autocuidado, estado de salud y evaluación de políticas públicas de salud sexual y reproductiva. El instrumento se aplicó a población joven y adulta en general con el diligenciamiento de un consentimiento informado y no se solicitaron datos personales o de identificación de los participantes.

Resultados

En cuanto al lugar de procedencia, 24% son originarios de Huixtla, 15% originarios de Comitán, 17% de Tuxtla Gutiérrez, 20% de San Cristóbal de las Casas y el resto (24%) de diversas localidades del estado de Chiapas.

La muestra, n=800, representa a ambos grupos etarios 17-25 y 25-65 años. El primer grupo con una edad promedio de 18 años y el segundo grupo con una edad promedio de 33 años. La participación de mujeres fue en un 60% y 40% del sexo masculino.

En cuanto a la condición o estado civil, dentro del grupo de los jóvenes, el 3% son casados, 18% en unión libre y 79% solteros. Del grupo de adultos, 36% solteros, 4% divorciados y 60% casados. De los jóvenes, el 12% tienen hijos  (1-2 hijos) y de los adultos 78% tienen hijos (1-2 hijos).

Por grado de escolaridad, los jóvenes cuentan con nivel bachillerato (60%) y con carrera técnica el 34%, el resto sin escolaridad. Del grupo de adultos, bachillerato 6%, carrera técnica 20%, 61% con nivel licenciatura, 13% nivel maestría.

Respecto al nivel de estudios de la madre, el 62% con grado primaria; 25% secundaria; 2% preparatoria; 4% universidad, 2% posgrado, 3% sin escolaridad y 2% analfabetas. Del nivel de estudios del padre, el 56% con grado primaria; 27% secundaria; 8% preparatoria; 4% universidad, 5% analfabetas.

En cuanto a los medios de comunicación preferentes, en el grupo de los jóvenes, el total de los entrevistados prefieren la red internet, mientras que en los adultos prefieren la televisión (45%), seguida de la internet (25%) y a las pláticas, conferencias y radio (30%).

Respecto de la derechohabiencia, el 100% de los jóvenes entrevistados cuentan con acceso al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). De los adultos, 70% al Instituto Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); 30% a la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA).

Educación sexual, vida sexual activa, percepción sobre el embarazo. En cuanto a la comunicación sobre temas relacionados con la sexualidad, tanto jóvenes como adultos (100%) hablan algunas veces con amigos o padres. El 100% de los adultos con hijos mencionan que nunca hablan con sus hijos sobre sexualidad. La fuente de información sobre temas sexuales más importante para los adultos entrevistados fue la madre (60%) seguido del profesor (15%). Para loa jóvenes, el 100% aludió a los libros en internet. Las pláticas de sexualidad con la pareja la practican el 87% el resto afirma no platicar al respecto.

El 97% de los jóvenes y adultos entrevistados han tenido relaciones sexuales por lo menos una vez en su vida. El porcentaje restante fue de No Respuesta. De las mujeres entrevistadas que tienen vida sexual activa, el 65% reconoce tener miedo a embarazarse. Respecto al embarazo adolescente, el 83% lo considera un problema, el 17% no lo considera un problema y explica que solo es cuestión de adaptarse. El 100% considera que el embarazo no planeado es un problema.

Respecto a la percepción con relación a si alguien contrae alguna enfermedad sexual, esta persona ya no puede tener pareja nunca más en su vida, los entrevistados contestaron 34% que en efecto ya no pueden tener vida sexual activa; el porcentaje restante considera que sí.

Si una persona está casada o vive con su pareja y contrae una enfermedad sexual, ¿Debe comunicar a su pareja?, los entrevistados consideran que si (93%), un 7% considera que no debe decirlo solo tratarse.

El 53% de los entrevistados consideran que un hombre es más propenso a contraer una enfermedad sexual que una mujer, expresando que esto se debe a que los hombres son más promiscuos que las mujeres. El porcentaje restante (47%), considera que hay igualdad de probabilidades para ambos géneros biológicos.

Percepciones sobre el autocuidado en las relaciones sexuales.  Adultos que a lo largo de su vida ha presentado algún problema de salud sexual suman el 5%, siendo enfermedades como clamidia, gonorrea, herpes genital y micosis. En jóvenes no reportan algún problema de este tipo.

El 100% de los adultos y jóvenes han escuchado sobre el término Enfermedades de Transmisión Sexual. En los jóvenes (100%) afirman que ETS es sinónimo de Enfermedades Venéreas; mientras que en los adultos solo lo afirma el 87%, aunque el 13% que afirman que no son sinónimos no explicaron por qué lo consideran así.

Al especificar sobre las situaciones en que se puede transmitir alguna enfermedad sexual incluyendo el SIDA, los entrevistados (94%) contestaron que en las relaciones sexuales y al recibir sangre.

En específico al preguntar cómo valorarían su propio riesgo de contraer alguna enfermedad con su comportamiento sexual actual; los jóvenes (100%) afirman no correr ningún riesgo. De los adultos el 83% afirma que ningún riesgo y el 17% considera que un alto riesgo de contraer alguna ETS. En los jóvenes el 100% afirman que en ninguna ocasión han tenido miedo de haberse podido infectar del virus del sida. En los adultos, el 84% no han tenido ese temor y el 16% sí.

Respecto a lo que consideran medidas para prevenir el SIDA, los entrevistados expusieron: Lavarse después de las relaciones sexuales (85% nada eficaz); elegir correctamente las parejas  (83% bastante eficaz); tener pocas parejas  (82% bastante eficaz); usar un preservativo masculino (82% bastante eficaz); usar espermicidas  (92% muy eficaz); pedir un test de sida a la pareja (80% nada eficaz), principalmente. El 93% de los entrevistados considera que usar condón es la manera más eficaz de prevenir enfermedades de trasmisión sexual no obstante, el 22% nunca utiliza condón; 78% solo algunas veces.

Discusión

Lo expuesto en este artículo, muestra resultados de un estudio analítico realizado en zona de Alta Marginación Socioeconómica dentro de un país Latinoamericano con condiciones de inequidad y pobreza altamente marcadas en zonas de compleja realidad geográfica, étnica y social.

En México, la diversidad geográfica, socioeconómica y cultural, han sido factores determinantes de la falta de equidad en el acceso a los servicios de salud. Esta inequidad no es resultado solamente de factores económicos, o políticas de salud, sino que diversos estudios indican que los servicios de salud son subutilizados, debido a barreras culturales o físicas; a las percepciones por parte de la comunidad sobre la calidad y la capacidad resolutiva de los servicios; a la falta de conocimiento y comprensión de los problemas de salud requieren atención sanitaria inmediata (Rual, 2007; Montesano-Delfín et al, 2009; Carrión, 2009; Reyes-Guillén et al 2014, 2016 y Leva et al 2015).

Esta realidad es analizada desde la multiculturalidad o diversidad étnica, que puede definirse como la coexistencia de culturas en un mismo espacio geográfico, y desde luego que en la actualidad esto es una constante; más aún en países que fueron colonizados y actualmente existen en un esquema de desarrollo imperante sobre sus sistemas originales.

Para el caso específico de la salud sexual y reproductiva, en estos espacios, se aprecian elementos culturales propios, profundamente arraigados en la población diversa. Una población que coexiste; pero que presenta dificultades para la intercomunicación debido a estas diversas culturas en ocasiones discrepantes. Dentro de los factores subyacentes de la vulnerabilidad de la población de estudio, está francamente reflejada con las condiciones de pobreza, el bajo IDH, el bajo índice de salud para Chiapas. Lo anterior paradójicamente, ya que según datos del PNUD, Huixtla, San Cristóbal, Tuxtla Gutiérrez, son municipios considerados como de alto IDH.