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Salud testicular: panorama actual y perspectivas futuras

Salud testicular: panorama actual y perspectivas futuras

Autor principal: Frandanny Vallejo Rivas

Vol. XX; nº 04; 119

Testicular health: current overview and future perspectives

Fecha de recepción: 15/01/2025

Fecha de aceptación: 19/02/2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 04 Segunda quincena de Febrero de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 04; 119

Autor:

Msc. Dr Frandanny Vallejo Rivas

Encargado de área de investigación y Simulación, CISEC, UNIBE, Médico Servicio Emergencias Hospital San Vicente de Paul, Costa Rica

Resumen

La salud testicular es un componente esencial del bienestar masculino, que influye directamente en la fertilidad, el equilibrio hormonal y la calidad de vida. Esta investigación integra hallazgos de diversos estudios que destacan la importancia de un diagnóstico oportuno, medidas preventivas y enfoques terapéuticos avanzados para el manejo de afecciones testiculares. Un ejemplo relevante es la torsión del cordón espermático, que exige intervención quirúrgica inmediata para restaurar la circulación sanguínea y preservar la viabilidad del testículo. La evidencia reciente subraya el papel de la ecografía Doppler como una herramienta diagnóstica rápida y precisa, capaz de distinguir la torsión de otras inflamaciones, como la epididimitis.

Más allá de los problemas agudos, condiciones crónicas como el varicocele y el dolor testicular idiopático pueden provocar molestias persistentes y afectar la fertilidad si no se abordan adecuadamente. Un manejo personalizado—que combina terapias conservadoras y opciones quirúrgicas—mejora los resultados clínicos y la calidad de vida. Asimismo, trastornos genéticos como el síndrome de Klinefelter subrayan la relevancia de la detección temprana, permitiendo la asistencia reproductiva especializada y el apoyo psicológico necesario.

Una línea de investigación cada vez más importante es la preservación de la fertilidad en niños y adolescentes con cáncer. La criopreservación de tejido testicular antes de la quimioterapia ha mostrado resultados alentadores para salvaguardar células espermatogénicas, brindando esperanzas de paternidad futura. Este avance, respaldado por una década de práctica clínica, representa un logro en medicina reproductiva y potencia las expectativas de descendencia biológica. Finalmente, las estrategias de promoción de la salud—incluyendo la autoexploración, la consulta médica temprana y una educación sexual integral—resultan fundamentales para lograr una detección precoz de patologías y empoderar a los hombres en la toma de decisiones informadas.

Palabras clave: Salud testicular, Fertilidad, Torsión, Epididimitis, Síndrome de Klinefelter

Abstract

Testicular health is a crucial component of male well-being, directly influencing fertility, hormonal balance, and overall quality of life. This research synthesizes findings from various studies emphasizing the importance of timely diagnosis, preventive measures, and advanced therapeutic approaches in managing testicular conditions. A prominent example is spermatic cord torsion, which demands immediate surgical intervention to restore blood flow and preserve testicular viability. Recent evidence underscores the role of Doppler ultrasound as a rapid and accurate diagnostic tool, capable of distinguishing torsion from other inflammatory conditions, such as epididymitis.

Beyond acute issues, chronic conditions like varicocele and idiopathic testicular pain can lead to persistent discomfort and potentially compromise fertility if left untreated. A personalized management strategy—combining conservative therapies and surgical options—improves clinical outcomes and enhances quality of life. Similarly, genetic disorders such as Klinefelter syndrome highlight the importance of early detection, enabling specialized reproductive assistance and necessary psychological support.

An increasingly critical area of research centers on fertility preservation in children and adolescents with cancer. Testicular tissue cryopreservation prior to chemotherapy has shown promising results for safeguarding spermatogenic cells, offering the possibility of future paternity. Backed by a decade of clinical practice, this breakthrough marks a pivotal achievement in reproductive medicine, fostering hope for biological offspring. Finally, health promotion strategies—including testicular self-examination, early medical consultation, and comprehensive sexual education—are vital for early detection of pathologies, empowering men to make informed decisions about their well-being

Keywords: Testicular health, Fertility, Torsion, Epididymitis, Klinefelter syndrome

Introducción

La salud testicular es un componente fundamental de la salud masculina que, aunque frecuentemente ignorado, tiene profundas implicaciones para la calidad de vida, la fertilidad y el bienestar general de los hombres. A lo largo de esta discusión, se han explorado diversos aspectos relacionados con el diagnóstico, tratamiento, prevención y manejo de las afecciones testiculares, subrayando su importancia en la medicina moderna. Esta introducción busca contextualizar la relevancia del tema y establecer el marco conceptual para comprender por qué la atención a la salud testicular es esencial.

La preservación de la fertilidad en niños y adolescentes que enfrentan tratamientos médicos agresivos, como la quimioterapia, es una de las áreas que subraya la importancia de la salud testicular. Según Barraud-Lange et al. (1), la criopreservación de tejido testicular ha demostrado ser una intervención efectiva y segura para preservar células espermatogénicas. Este enfoque permite a los pacientes jóvenes mantener la posibilidad de concebir en el futuro, un avance significativo en la medicina reproductiva moderna (1).

Por otro lado, la infertilidad masculina, responsable del 50% de los casos de infertilidad de pareja, está frecuentemente asociada con disfunciones testiculares. Duca et al. (2) destacan que los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un mayor riesgo de hipogonadismo e infertilidad, lo que refuerza la necesidad de monitorear y tratar las alteraciones testiculares de manera proactiva. Además, identifican el volumen testicular como un marcador más confiable que los niveles hormonales para predecir la espermatogénesis en esta población (2).

Otra dimensión clave de la justificación es el manejo de condiciones genéticas como el síndrome de Klinefelter. Esta afección afecta la función testicular y puede llevar a la infertilidad si no se interviene oportunamente. Sá et al. (3) analizan las opciones de reproducción asistida para estos pacientes, subrayando la importancia de un diagnóstico temprano y de estrategias terapéuticas adaptadas a las necesidades individuales. Las técnicas de recuperación de esperma han sido fundamentales para ofrecer a estos hombres una oportunidad real de paternidad biológica (3).

Además de los aspectos médicos, la promoción de la educación y la conciencia sobre la autoexploración testicular y los síntomas de alarma son herramientas cruciales en la prevención y detección temprana de enfermedades graves. La implementación de campañas educativas no solo mejora los resultados clínicos, sino que también empodera a los hombres para tomar decisiones informadas sobre su salud.

El dolor testicular es uno de los síntomas más comunes asociados con la salud testicular y puede variar desde condiciones benignas hasta emergencias médicas críticas. La torsión testicular, por ejemplo, es una de las afecciones más graves que requiere atención médica inmediata. Según Almeida-Paredes y Jurado-Melo (4), esta condición puede afectar significativamente la viabilidad del testículo y la calidad de vida del paciente si no se trata oportunamente (4). De manera similar, la epididimitis, causada comúnmente por infecciones bacterianas, resalta la necesidad de un diagnóstico temprano y un manejo adecuado para evitar complicaciones graves.

El diagnóstico del dolor testicular combina la experiencia clínica con el uso de herramientas avanzadas como el ultrasonido Doppler. Este método permite diferenciar entre condiciones con síntomas similares, como la torsión testicular y la epididimitis, ofreciendo un enfoque preciso y eficiente para el manejo de estas afecciones. Según Correa et al. (5), el uso del Doppler ha transformado la forma en que se diagnostican estas patologías, mejorando significativamente los resultados clínicos y reduciendo los riesgos asociados (5).

Otro aspecto crucial es la prevención y educación en salud testicular. La autoexploración testicular, promovida desde la adolescencia, es una herramienta fundamental para la detección temprana de anomalías como el cáncer testicular. La educación en salud sexual también juega un papel vital, especialmente en la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden afectar la salud testicular. Brasil et al. (6) destacan que la educación integral en salud sexual no solo mejora los comportamientos preventivos, sino que también empodera a los jóvenes para tomar decisiones informadas sobre su salud (6).

Además de la prevención, el manejo terapéutico de condiciones específicas como el varicocele o el dolor testicular idiopático subraya la importancia de los enfoques personalizados en medicina. Según Newman et al. (7), los tratamientos conservadores y las intervenciones quirúrgicas adaptadas a las necesidades individuales han demostrado ser efectivos para mejorar la calidad de vida de los pacientes (7).

La investigación también ha destacado la importancia de preservar la fertilidad en niños y adolescentes sometidos a tratamientos oncológicos. La criopreservación de tejido testicular, como lo demuestran Barraud-Lange et al. (1), es una innovación que ofrece una esperanza real para estos pacientes, garantizando que puedan tener opciones reproductivas en el futuro (1).

Breve referente teórico

En primer lugar, la torsión testicular ha sido ampliamente estudiada debido a sus implicaciones en la salud reproductiva masculina. Esta condición es una emergencia médica que afecta principalmente a varones jóvenes, interrumpiendo el flujo sanguíneo hacia el testículo y poniendo en riesgo su viabilidad. Según Almeida-Paredes y Jurado-Melo (4), el manejo oportuno de esta afección puede restaurar la función endocrina y mejorar la calidad del esperma a largo plazo. Sin embargo, los autores subrayan la necesidad de educación médica y campañas de concienciación para identificar los síntomas tempranos y mejorar los tiempos de respuesta clínica. Este estudio destaca cómo la torsión testicular no solo pone en riesgo la fertilidad, sino que también tiene un impacto psicológico significativo en los pacientes y sus familias (4).

En segundo lugar, el síndrome de Klinefelter ha sido identificado como una de las principales causas genéticas de infertilidad masculina. Caracterizado por la presencia de un cromosoma X adicional, esta condición provoca atrofia testicular y producción limitada de esperma. Sá et al. (3) exploraron las opciones de tratamiento para estos pacientes, destacando que la recuperación de espermatozoides mediante técnicas de reproducción asistida ofrece una solución viable para preservar la fertilidad. Este enfoque combina avances tecnológicos y terapéuticos, subrayando la importancia de un diagnóstico temprano para maximizar las posibilidades de éxito reproductivo. Además, el estudio aborda los desafíos emocionales y sociales que enfrentan los hombres con esta condición, haciendo un llamado a estrategias de apoyo integral (3).

La criopreservación del tejido testicular se ha convertido en una técnica emergente para preservar la fertilidad en niños que enfrentan tratamientos oncológicos agresivos. Barraud-Lange et al. (1) examinan más de 350 casos, concluyendo que este procedimiento es seguro y efectivo para conservar células espermatogénicas en la mayoría de los casos. Sin embargo, los autores enfatizan la necesidad de estudios a largo plazo para evaluar la funcionalidad del tejido preservado. Este avance representa un cambio paradigmático en el manejo de la fertilidad pediátrica, destacando la relevancia de combinar terapias innovadoras con asesoramiento genético y psicológico para las familias afectadas (1).

Dolor Testicular

El dolor testicular  (8) es un síntoma clínico que afecta a hombres de todas las edades y que abarca desde condiciones benignas hasta emergencias médicas críticas. Este tipo de dolor puede originarse por causas locales en el testículo o por irradiación de zonas cercanas, como la región lumbar o la pelvis. La identificación precisa de la causa es fundamental, ya que las implicaciones clínicas varían ampliamente y pueden afectar desde la calidad de vida hasta la fertilidad del paciente.

El dolor testicular puede manifestarse como agudo o crónico, dependiendo de su duración y presentación clínica. Las causas agudas incluyen torsión testicular, epididimo-orquitis e incluso trombosis venosa espermática. Por otro lado, las causas crónicas suelen estar relacionadas con neuropatías, problemas estructurales o inflamaciones recurrentes. Estudios recientes han identificado la torsión testicular como una de las principales emergencias médicas asociadas con este síntoma, donde cada minuto cuenta para preservar la función testicular (8).

Diversidad Etiológica

Entre las múltiples causas, la torsión testicular destaca por su relevancia clínica. Esta condición implica la torsión del cordón espermático, lo que bloquea el flujo sanguíneo al testículo. Los síntomas clásicos incluyen dolor severo y repentino acompañado de náuseas o vómitos. Estudios como el de Kalangi et al. (8) enfatizan la importancia de la intervención quirúrgica inmediata para evitar daños irreversibles al tejido testicular. De igual forma, condiciones inflamatorias como la epididimo-orquitis, asociada frecuentemente con infecciones bacterianas, representan una causa común en adultos jóvenes y requieren tratamientos antibióticos específicos (9).

Métodos Diagnósticos y Desafíos

El diagnóstico del dolor testicular comienza con una evaluación clínica exhaustiva que incluye la historia médica y un examen físico detallado. Las herramientas como el ultrasonido Doppler son esenciales para diferenciar entre condiciones que podrían confundirse, como la torsión testicular y la epididimitis. Este método permite evaluar el flujo sanguíneo, clave para establecer un diagnóstico preciso (10).

Perspectivas de Tratamiento

El manejo del dolor testicular depende de la etiología subyacente. Para la torsión testicular, la cirugía de emergencia es la única solución viable. En contraste, las infecciones como la epididimitis se tratan con antibióticos dirigidos, mientras que las causas crónicas pueden requerir enfoques multidisciplinarios, que incluyen fisioterapia, medicación para el dolor neuropático e incluso intervenciones quirúrgicas en casos graves (11).

Causas del Dolor Testicular

El dolor testicular es un síntoma frecuente que puede surgir por diversas causas, desde emergencias médicas hasta afecciones crónicas menos graves. En esta sección, se exploran las principales causas: torsión testicular, epididimitis, varicocele y lesiones traumáticas, todas con particular relevancia en la práctica médica.

Torsión Testicular

La torsión testicular representa una emergencia médica crítica. Ocurre cuando el testículo gira sobre su eje, torsionando el cordón espermático y cortando el flujo sanguíneo hacia el testículo. Es más común en adolescentes y adultos jóvenes, con síntomas característicos como dolor intenso y repentino, a menudo acompañado de náuseas y vómitos. La intervención quirúrgica dentro de las primeras seis horas es esencial para prevenir necrosis testicular (8).
Según Alzahrani et al. (10), algunos casos ocurren durante el sueño, lo que puede retrasar el diagnóstico. Por ello, es vital educar a los pacientes sobre los síntomas de alerta. La falta de tratamiento oportuno puede resultar en la pérdida del testículo afectado, lo que resalta la importancia de la detección y manejo temprano (10).

Epididimitis

La epididimitis, una inflamación del epidídimo, es común en hombres jóvenes y sexualmente activos. Generalmente es causada por infecciones bacterianas, particularmente por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae. Los síntomas incluyen dolor testicular progresivo, fiebre y, en algunos casos, secreción uretral. El tratamiento estándar incluye antibióticos específicos y analgésicos, además de orientación en salud sexual para prevenir recurrencias (12).
El diagnóstico temprano mediante ecografía Doppler es crucial para diferenciarla de otras causas como la torsión testicular. Este enfoque no solo mejora el manejo clínico, sino que también reduce las complicaciones a largo plazo.

Varicocele

El varicocele es una dilatación anormal de las venas en el escroto, que genera dolor sordo y una sensación de pesadez, especialmente al final del día. Es una causa frecuente de infertilidad masculina, afectando principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Aunque en muchos casos no requiere tratamiento inmediato, puede necesitar intervención quirúrgica en pacientes sintomáticos o con problemas de fertilidad (13).
Los métodos conservadores, como el uso de ropa interior de soporte, también son efectivos para aliviar los síntomas en casos menos severos. Sin embargo, la evaluación periódica es clave para evitar complicaciones futuras.

Lesiones Traumáticas

Los traumas directos al testículo, como los que ocurren durante actividades deportivas o accidentes, son una causa frecuente de dolor agudo. Aunque muchas lesiones son menores y autolimitadas, otras pueden causar complicaciones graves, como hematomas o rupturas testiculares.
El manejo inicial incluye un examen físico detallado y estudios de imágenes, como ultrasonido, para evaluar la extensión del daño. En casos severos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica inmediata para preservar la función testicular (14).

Diagnóstico del Dolor Testicular

El diagnóstico del dolor testicular es un proceso crítico que requiere una evaluación clínica detallada combinada con herramientas diagnósticas específicas. En esta sección, exploramos los pasos esenciales para abordar esta condición desde una perspectiva médica integral.

Evaluación Clínica

El primer paso para diagnosticar el dolor testicular es una historia clínica detallada y un examen físico exhaustivo. Los médicos buscan diferenciar entre las diversas etiologías, que incluyen desde infecciones y traumatismos hasta emergencias como la torsión testicular. Algunos signos clave son fiebre, disuria o secreciones anormales, que pueden orientar hacia infecciones como la epididimitis (8). La evaluación física también incluye inspección del escroto en busca de edema, eritema y sensibilidad localizada. Además, se evalúan reflejos como el cremastérico, que puede estar ausente en casos de torsión testicular, proporcionando una pista diagnóstica vital. Según Mallik et al. (14), los errores en la etapa de anamnesis y exploración inicial son responsables de diagnósticos tardíos, lo que resalta la importancia de una evaluación clínica rigurosa (14).

Ultrasonido Doppler

El ultrasonido Doppler es la herramienta diagnóstica más confiable para el dolor testicular, especialmente cuando se sospecha torsión testicular o epididimitis. Este método permite evaluar el flujo sanguíneo al testículo afectado, diferenciando entre torsión (flujo disminuido o ausente) y epididimitis (flujo incrementado). Según Correa et al. (5), los hallazgos como el “signo de remolino” del cordón espermático son característicos de la torsión testicular y pueden confirmar el diagnóstico en minutos (5).  Además, el Doppler es particularmente útil en pacientes pediátricos y adolescentes, donde la presentación clínica puede ser atípica o solaparse con otras condiciones. Según Mundell et al. (12), el ultrasonido Doppler ha mejorado significativamente las tasas de diagnóstico precoz, lo que se traduce en mejores resultados clínicos para afecciones tratables (12).

Otros Métodos Diagnósticos

En algunos casos, cuando los hallazgos del ultrasonido son ambiguos, otras herramientas de imágenes como la resonancia magnética pueden ser necesarias. Esto es especialmente relevante en casos raros de dolor testicular, como el infarto testicular segmentario, que puede simular neoplasias testiculares y requiere un enfoque diagnóstico especializado (15).

Tratamientos Comunes del Dolor Testicular

El tratamiento del dolor testicular varía según la causa subyacente, abarcando desde intervenciones quirúrgicas de emergencia hasta enfoques conservadores. En esta sección, se detallan las opciones de manejo para tres de las causas más comunes: torsión testicular, epididimitis y varicocele, además del manejo del dolor idiopático.

Torsión Testicular: Una Emergencia Médica

La torsión testicular es una condición crítica que requiere intervención quirúrgica inmediata. En esta afección, el testículo gira sobre el cordón espermático, interrumpiendo el flujo sanguíneo. Según Mundell et al. (12), el tratamiento debe realizarse dentro de las primeras 4-8 horas tras el inicio de los síntomas para maximizar las probabilidades de salvar el tejido testicular. Este estudio resalta que la demora en el diagnóstico y la intervención quirúrgica puede llevar a complicaciones graves, incluyendo la pérdida del testículo afectado (12).
Además de la cirugía, en algunos casos puede intentarse una desrotación manual como medida temporal, pero no debe sustituir la intervención quirúrgica definitiva. Barbosa et al. (16) enfatizan que la educación sobre los síntomas de alerta, como dolor súbito y severo, puede mejorar los tiempos de respuesta y reducir complicaciones graves (16).

Epididimitis: Manejo Médico y Preventivo

La epididimitis, una inflamación del epidídimo generalmente causada por infecciones bacterianas, es tratada eficazmente con antibióticos y analgésicos. El tratamiento se enfoca en combatir la infección subyacente, usualmente causada por Chlamydia trachomatis o Neisseria gonorrhoeae. Según Mallik et al. (14), es esencial realizar un seguimiento adecuado para prevenir complicaciones como abscesos o infertilidad, además de educar a los pacientes sobre la importancia de las prácticas sexuales seguras (14).
El ultrasonido Doppler sigue siendo una herramienta crucial para diferenciar entre epididimitis y otras condiciones más graves como la torsión testicular. Este enfoque mejora significativamente la precisión del tratamiento y evita intervenciones innecesarias.

Varicocele y Dolor Idiopático: Abordajes Conservadores

El varicocele, caracterizado por una dilatación de las venas dentro del escroto, puede causar dolor crónico y está asociado con infertilidad en algunos hombres. Según Newman et al. (7), los tratamientos conservadores, como el uso de ropa interior de soporte y analgésicos, suelen ser suficientes en casos leves.

Sin embargo, en casos sintomáticos o asociados con infertilidad, la cirugía correctiva (como la varicocelectomía) puede ser necesaria (7). Para el dolor idiopático, los enfoques multidisciplinarios han demostrado ser eficaces. Esto incluye fisioterapia, manejo del dolor neuropático y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas. Mondschein et al. (11) destacan que un enfoque conservador y personalizado puede resolver el dolor en la mayoría de los casos (11).

Prevención y Educación en Salud Testicular

La prevención y la educación son pilares fundamentales para garantizar la salud testicular y evitar complicaciones graves a través de la autoexploración regular y la educación en salud sexual. En esta sección, se desarrollan estrategias para fomentar la detección temprana de problemas y reducir riesgos asociados con infecciones y enfermedades.

Autoexploración Testicular: Un Hábito Esencial

La autoexploración testicular es una práctica preventiva sencilla pero poderosa. Consiste en que los hombres examinen sus testículos regularmente en busca de bultos, cambios en tamaño o textura, y otros signos inusuales. Esta técnica es especialmente útil para detectar problemas como el cáncer testicular en etapas tempranas, aumentando significativamente las tasas de supervivencia.

Según Zaitawa (17), “la educación temprana sobre la autoexploración es crucial para desarrollar relaciones interpersonales saludables y fomentar el autocuidado” (17).
La autoexploración debe ser promovida desde la adolescencia, idealmente con apoyo de campañas educativas en escuelas y centros de salud. Estas iniciativas pueden incluir guías paso a paso sobre cómo realizarla de forma adecuada y en qué momentos consultar a un médico en caso de encontrar anormalidades.

Educación en Salud Sexual: Promoviendo Relaciones Saludables

La educación en salud sexual es otro componente clave para la prevención de infecciones y complicaciones. Según Brasil et al. (6), los adolescentes suelen tener conocimientos insuficientes sobre métodos anticonceptivos y síntomas de infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que subraya la necesidad de programas educativos integrales (6).
Además, la promoción del uso de preservativos no solo previene ITS como la clamidia y la gonorrea, sino que también protege contra embarazos no deseados. Los programas educativos que incluyen charlas interactivas y distribución de recursos, como preservativos gratuitos, han demostrado ser eficaces para aumentar el uso de métodos de barrera entre los jóvenes.

Reconocimiento de Síntomas de Alarma

Un aspecto crítico de la educación preventiva es enseñar a los hombres a reconocer los síntomas de alarma que podrían indicar condiciones graves, como torsión testicular o epididimitis. Esto incluye dolor súbito, inflamación, fiebre o secreción anormal. Según Mundia y Ackson (18), los programas educativos equilibrados y no basados en mensajes de miedo son más efectivos para cambiar actitudes y fomentar comportamientos saludables (18).
Al entender la importancia de actuar rápidamente ante estos síntomas, se pueden prevenir complicaciones graves, como la pérdida del testículo por falta de flujo sanguíneo.

Importancia de la Consulta Médica Temprana

El acceso temprano a la atención médica es vital para abordar cualquier signo sospechoso en el aparato reproductor masculino. Los hombres deben ser conscientes de que buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino una medida proactiva para proteger su salud. Las consultas regulares permiten detectar problemas potenciales antes de que se agraven.
La creación de espacios seguros y confidenciales en clínicas y hospitales, donde los jóvenes puedan expresar sus preocupaciones sin temor a ser juzgados, también es fundamental. Según Fahrurrajib y Hakimi (19), la intervención educativa mostró un impacto significativo en la intención de protegerse mediante comportamientos sexuales responsables (19).

Metodología

Para la elaboración de este estudio académico, se siguió una metodología de revisión integrativa que permitió abordar de manera amplia los aspectos clínicos, diagnósticos, terapéuticos y preventivos relacionados con la salud testicular. A continuación, se describen los pasos y criterios utilizados:

Se realizó una búsqueda sistemática en bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web of Science. Los términos de búsqueda incluyeron “testicular health”, “fertility preservation”, “testicular torsion”, “epididymitis”, “Klinefelter syndrome”, “male infertility”, entre otros, tanto en inglés como en español. De esta manera, se obtuvieron artículos relevantes publicados en los últimos 15 años.

Además de las bases de datos generales, se consultaron revistas especializadas en urología y andrología, como Andrology, The Journal of Clinical Medicine, Human Reproduction, Asian Andrology and Neurology Journal y Revista Mexicana de Urología. Esto garantizó la inclusión de estudios con rigor metodológico y relevancia clínica. Se priorizaron artículos originales, revisiones sistemáticas y metaanálisis.

Criterios de Inclusión y Exclusión

Inclusión: Estudios en humanos, artículos en inglés y español, publicaciones con revisión por pares y que abordaran específicamente la salud testicular, incluyendo fertilidad, dolor testicular, torsión, epididimitis o afecciones genéticas relacionadas (por ejemplo, síndrome de Klinefelter).

Exclusión: Estudios con muestras pequeñas o enfoques no clínicos, duplicados, artículos en idiomas distintos al inglés o español y trabajos publicados antes de 2008.

Cada artículo se analizó de forma independiente para extraer datos relevantes sobre epidemiología, diagnóstico, tratamiento y prevención de afecciones testiculares. Posteriormente, se llevó a cabo una síntesis de la información siguiendo un enfoque narrativo, agrupando los hallazgos por temas principales: torsión testicular, dolor crónico, fertilidad y preservación de la misma, entre otros.

La información se contrastó con directrices clínicas y guías de práctica profesional emitidas por sociedades médicas especializadas. Asimismo, se revisó la consistencia de los resultados y se identificaron áreas de controversia o de investigación futura.

Esta metodología permitió integrar hallazgos científicos de alta calidad y garantizar la validez de la información presentada. Asimismo, al centrarse en criterios de inclusión claros y revistas de prestigio, se logró abarcar una visión panorámica y actualizada de la salud testicular.

Resultados y su análisis

Los resultados indican que la salud testicular es un componente prioritario de la salud masculina. Se identificó que alteraciones como la torsión testicular, la epididimitis, el varicocele y distintas afecciones genéticas (por ejemplo, el síndrome de Klinefelter) tienen repercusiones directas sobre la fertilidad, la función hormonal y el bienestar general de los hombres. Esta afirmación se sustenta en que la mayoría de los estudios revisados reportan cómo los trastornos testiculares pueden comprometer la calidad de vida, generar dolor crónico y afectar el equilibrio emocional, además de reducir considerablemente las posibilidades de paternidad.

En relación con la epidemiología, se constató que la torsión testicular es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, mientras que afecciones como el varicocele se extienden a grupos etarios mayores, influyendo progresivamente en la fertilidad a largo plazo. La mayor parte de los estudios hallados coincidió en que la prevención primaria, mediante autoexploración y educación en salud sexual, sigue siendo subóptima, lo cual se vincula con la falta de políticas de salud pública que visibilicen la importancia de los cuidados testiculares.

Por otra parte, la literatura reciente muestra avances significativos en la preservación de la fertilidad, particularmente en pacientes oncológicos pediátricos y en hombres con síndromes genéticos como el de Klinefelter. Aun así, persisten retos relacionados con la eficacia a largo plazo de las intervenciones y con la necesidad de un mayor número de estudios que evalúen la calidad de vida de los pacientes tras someterse a procedimientos de preservación gonadal.

 Hallazgos sobre Torsión Testicular

La torsión testicular se reafirma como una de las principales emergencias urológicas, con un alto riesgo de pérdida testicular si no se interviene oportunamente. Los estudios revisados (en particular los citados como (4) y (8)) concluyen que la identificación temprana de los síntomas y la rapidez en la intervención quirúrgica constituyen factores determinantes para salvar el tejido testicular. De acuerdo con estos artículos, la ventana de tiempo más aceptada para minimizar la necrosis se sitúa entre 4 y 6 horas desde el inicio del dolor agudo.

Diagnóstico y Signos Clínicos

La sintomatología principal incluye dolor testicular de aparición súbita, generalmente unilateral, acompañado de náuseas, vómitos y, en ocasiones, alteraciones en la posición del testículo en el escroto.

Se enfatiza el uso del ultrasonido Doppler como prueba diagnóstica de elección para diferenciar la torsión testicular de otras afecciones como la epididimitis.

La ausencia del reflejo cremastérico se destacó como un signo clínico relevante para sospechar torsión.

Diversos estudios señalan que, cuando la cirugía se realiza dentro de las primeras 4 horas, la probabilidad de preservar la función testicular excede el 90%. Sin embargo, pasadas las 8-12 horas, esta probabilidad desciende de forma drástica, pudiendo situarse por debajo del 50%.

Los autores recalcan la importancia de la educación médica y de las campañas de concienciación para que los varones jóvenes, principales afectados, reconozcan los síntomas y acudan con urgencia a los servicios de salud.

A pesar de la amplia literatura y la clara evidencia sobre los beneficios de la intervención temprana, todavía se observan demoras significativas en la consulta médica. Dicha situación se relaciona con factores culturales, falta de educación en salud testicular y la tendencia a minimizar el dolor o a sentir vergüenza al hablar de problemas íntimos.

Se requiere un abordaje más integrado en la atención primaria y la implementación de protocolos de emergencia bien establecidos que reduzcan los tiempos de derivación al especialista.

Epididimitis y Dolor Testicular Crónico

La epididimitis emergió como la principal causa inflamatoria de dolor testicular, especialmente en varones sexualmente activos de 20 a 40 años. Los artículos revisados (p.ej., (12) y (14)) detallan que Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae siguen siendo los patógenos más frecuentes, aunque también se han descrito infecciones por bacterias comunes como Escherichia coli, sobre todo en pacientes de edad más avanzada o con otras comorbilidades.

Manejo Farmacológico y Seguimiento

Los hallazgos señalan que el uso temprano de antibióticos dirigidos (con cefalosporinas, fluoroquinolonas o macrólidos, dependiendo del agente etiológico) logra una mejoría clínica en la mayoría de los casos.

En cuanto al seguimiento, se aconseja evaluar la regresión de los síntomas a las 2-4 semanas e investigar si persisten focos infecciosos o factores predisponentes (por ejemplo, prácticas sexuales de riesgo).

Una proporción de pacientes evoluciona hacia la cronicidad del dolor, especialmente cuando la infección no es adecuadamente tratada o cuando coexisten factores como malformaciones anatómicas, varicocele o neuropatías locales.

El dolor testicular crónico se asocia con elevada afectación de la calidad de vida, destacando la necesidad de un abordaje multidisciplinario que incluya no solo especialistas en urología, sino también fisioterapeutas y psicólogos en casos de dolor persistente.

Si bien los esquemas de tratamiento antibiótico están bien establecidos, se identifica la falta de protocolos estandarizados para el manejo de la epididimitis crónica o recurrente. Asimismo, la educación en salud sexual y la promoción del uso de preservativos aparecen como medidas clave para reducir la incidencia de infecciones de transmisión sexual que afectan la salud testicular.

El abordaje integral del dolor crónico continúa siendo un reto, ya que combina componentes físicos y psicológicos; de ahí que la participación de equipos multidisciplinarios resulte esencial para lograr una recuperación efectiva.

Varicocele y Su Impacto en la Fertilidad

El varicocele fue consistentemente identificado como una de las causas más frecuentes de infertilidad masculina. La literatura (particularmente los artículos (7) y (13)) concuerda en que la presencia de varicocele, definida como la dilatación de las venas del plexo pampiniforme, puede reducir la calidad del esperma e influir de manera negativa en los índices de fertilización.

Existen diferentes modalidades de corrección quirúrgica (varicocelectomía abierta, laparoscópica y microquirúrgica). Los metaanálisis señalan que las técnicas microquirúrgicas ofrecen mejores tasas de éxito y una disminución de complicaciones como la hidrocele.

Tras la corrección quirúrgica, se ha observado un aumento significativo en la concentración, motilidad y morfología espermática, lo que redunda en una mejoría de la fertilidad en una proporción considerable de pacientes. Sin embargo, algunos hombres presentan mejorías parciales o no obtienen cambios relevantes, lo que evidencia la necesidad de un diagnóstico personalizado.

En casos leves, se recomiendan medidas como el uso de suspensorios escrotales y la reducción de actividades que aumenten la presión abdominal (p. ej., levantamiento de pesas) para mitigar los síntomas.

Sin embargo, cuando el varicocele está asociado a dolor significativo o cuando se detecta un deterioro progresivo de la calidad seminal, la mayoría de los estudios aconsejan la intervención quirúrgica temprana.

Aunque la evidencia respalda la corrección quirúrgica, existe controversia acerca del umbral clínico que justifique la intervención, especialmente si el paciente no presenta dolor ni alteraciones espermáticas significativas.

Estudios recientes abogan por una mayor individualización de la terapia, considerando factores como la edad, el deseo reproductivo a corto o mediano plazo y la presencia de otros factores de riesgo para infertilidad.

Síndrome de Klinefelter y Alteraciones Genéticas

Los resultados en el contexto de afecciones genéticas resaltaron la prevalencia e importancia del síndrome de Klinefelter (47, XXY) como principal causa de hipogonadismo hipergonadotrópico en varones. Según la revisión (referencias (2) y (3)), los pacientes con Klinefelter suelen presentar un retraso en la pubertad, hipodesarrollo testicular y en muchos casos infertilidad, si bien existen opciones de preservación parcial de la fertilidad mediante procedimientos de recuperación espermática.

El uso de técnicas de reproducción asistida, como la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), ha brindado una oportunidad real de paternidad biológica para hombres con Klinefelter que logran recuperar una pequeña cantidad de espermatozoides.

Algunos estudios sugieren la conveniencia de realizar intervenciones tempranas (por ejemplo, en la adolescencia) para congelar tejido testicular, preservando células germinales antes de la atrofia progresiva.

El diagnóstico de Klinefelter genera un impacto no solo desde el punto de vista médico, sino también en la esfera emocional y social del individuo, dada la asociación con baja autoestima, dificultades de pareja y estigmatización. En consecuencia, se subraya la necesidad de brindar acompañamiento psicológico.

Las líneas de investigación apuntan a mejorar las tasas de éxito en la recuperación de espermatozoides mediante técnicas quirúrgicas como la micro-TESE (microdisección testicular). Sin embargo, la efectividad varía en función de la edad del paciente, el grado de fibrosis testicular y la oportunidad del diagnóstico.

Persiste el reto de proveer un abordaje multidisciplinario —urología, endocrinología, genética y psicología— para garantizar un acompañamiento integral en todas las etapas de la vida del paciente.

Preservación de la Fertilidad en Niños y Adolescentes con Cáncer

La criopreservación de tejido testicular surgió como un tema de gran relevancia a lo largo de la revisión. Los estudios de Barraud-Lange et al. (1), en los que se analizaron más de 350 casos, evidencian la factibilidad y seguridad de este procedimiento para niños y adolescentes que van a someterse a quimioterapia, radioterapia o trasplantes de médula ósea.

La mayoría de las investigaciones concluyen que el tejido testicular preservado conserva células espermatogénicas viables. Aunque aún se requieren ensayos a largo plazo para confirmar la capacidad de generar espermatozoides funcionales en la edad adulta, los indicios son prometedores.

Se resalta la importancia de informar a los padres y tutores sobre esta posibilidad, así como de proporcionar asesoramiento genético y psicológico para afrontar las implicaciones futuras.

Entre las principales limitaciones se menciona la imposibilidad de obtener muestras seminales en niños prepúberes, lo cual motiva el uso de la criopreservación de tejido testicular como alternativa.

A nivel ético, se discute la autonomía de un menor para decidir sobre su fertilidad futura. La mayoría de los protocolos contemplan el consentimiento informado de los padres o representantes legales, con miras a salvaguardar el interés superior del niño.

Este enfoque puede considerarse un punto de inflexión en la manera en que se maneja la fertilidad infantil frente a tratamientos oncológicos agresivos. Se observa la necesidad de equipos multidisciplinarios (oncólogos, urólogos, especialistas en medicina reproductiva y psicólogos) para implementar con éxito estas técnicas.

La investigación futura se orientará a mejorar las técnicas de autotrasplante de tejido testicular y a optimizar la viabilidad celular tras la descongelación.

Dolor Testicular Idiopático y Perspectivas de Manejo

Las causas idiopáticas —aquellas en las que no se identifica ninguna etiología clara, ni infecciosa, ni estructural— siguen representando un desafío para los clínicos. Aunque su prevalencia es menor que la de otras patologías como la torsión o la epididimitis, el dolor testicular idiopático puede volverse crónico y disminuir la calidad de vida del paciente.

La literatura señala que la combinación de fisioterapia del suelo pélvico, fármacos para el manejo del dolor neuropático (p. ej., gabapentina o pregabalina) y terapia psicológica o cognitivo-conductual, ofrece resultados alentadores para atenuar el dolor crónico.

En casos refractarios, se han descrito procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, como la denervación microquirúrgica del cordón espermático, con resultados variables.

Uno de los mayores retos radica en la falta de marcadores diagnósticos definitivos que permitan establecer con claridad la causa subyacente. Esto hace que el tratamiento se base en la exclusión de otras patologías y en la experiencia clínica.

La evidencia respalda el papel del apoyo emocional y psicológico para que el paciente pueda sobrellevar la incertidumbre y el estrés que genera un dolor persistente sin causa definida.

Los resultados de la revisión convergen en la necesidad de fortalecer la prevención secundaria (detección temprana) y terciaria (evitar complicaciones de enfermedades ya establecidas). Además, se subraya la relevancia de la educación en salud sexual y reproductiva en todos los niveles, desde la adolescencia.

Múltiples estudios destacan que la autoexploración testicular incrementa la detección de alteraciones como nódulos testiculares, cambios de tamaño o sensibilidad anormal. A pesar de ello, su adopción es baja por barreras culturales y falta de información.

El rol de campañas educativas en escuelas y universidades resulta vital. La mayoría de las investigaciones resalta la eficacia de talleres interactivos y materiales didácticos (folletos, aplicaciones móviles) para mejorar el conocimiento sobre salud testicular.

La educación sexual que incluye componentes sobre ITS, anatomía y fisiología masculina, métodos anticonceptivos y reconocimiento de signos de alarma, se revela como un factor crucial para reducir la incidencia de infecciones y para promover la búsqueda oportuna de atención médica ante síntomas como dolor testicular o cambios en la consistencia escrotal.

Se remarca la necesidad de formar a los profesionales de la salud y al personal docente para que transmitan esta información de manera asertiva, libre de mitos y estigmas.

Persiste un déficit de programas gubernamentales específicos que aborden la salud testicular de forma sistemática. Aunque algunas iniciativas locales muestran resultados positivos, su alcance suele ser limitado y no abarcan a toda la población masculina.

El ámbito digital constituye una oportunidad para difundir información y recursos de educación sexual. No obstante, la fiabilidad de los contenidos en Internet debe ser cuidadosamente supervisada para evitar la propagación de mitos o recomendaciones médicas no basadas en evidencia.

La revisión integrativa pone de relieve un panorama complejo y multidimensional de la salud testicular. Si bien se han documentado avances tangibles en el diagnóstico y tratamiento de afecciones específicas —sobre todo en el manejo de emergencias como la torsión testicular y en la introducción de técnicas innovadoras de preservación de la fertilidad—, persisten brechas significativas:

El factor tiempo es crucial en patologías como la torsión. Sin embargo, la mayoría de los artículos identifica demoras en la atención, vinculadas a desconocimiento de los síntomas, vergüenza o subestimación de la gravedad.

Aunque muchas intervenciones médicas y quirúrgicas logran resolver el problema agudo (por ejemplo, detener la torsión o curar una epididimitis), se requiere un mayor seguimiento de largo plazo para evaluar la función reproductiva, la recidiva del dolor o la aparición de complicaciones tardías.

El abordaje integral que reúna a urólogos, especialistas en fertilidad, endocrinólogos, psicólogos y fisioterapeutas es fundamental para mejorar los desenlaces, sobre todo en casos complejos como el síndrome de Klinefelter o el dolor testicular crónico de origen idiopático.

Aunque se dispone de ensayos clínicos y revisiones sistemáticas rigurosas, algunos aspectos, como la criopreservación de tejido testicular en prepuberales o la eficacia a muy largo plazo de las intervenciones en varicocele, continúan requiriendo estudios con muestras más grandes y seguimientos prolongados.

Conclusiones

Los resultados evidencian que la salud testicular es un área de la medicina que ha cobrado relevancia en las últimas décadas, promovida por la creciente conciencia sobre la necesidad de salvaguardar la fertilidad masculina y atender las necesidades de los pacientes desde una perspectiva integral. El aumento de la literatura científica y las mejoras en las técnicas diagnósticas (por ejemplo, el Doppler testicular) y terapéuticas (cirugía mínimamente invasiva, criopreservación) han permitido progresos considerables. Sin embargo, subsisten desafíos importantes:

Pese a los llamados a la acción, la implementación real de campañas de autoexploración y educación sexual sigue siendo desigual a nivel global. Muchos hombres desconocen los signos de alarma o no saben dónde acudir en caso de dolor testicular agudo.

Varias patologías, incluidas las genéticas y las asociadas a tratamientos oncológicos, exigen un acompañamiento sostenido a lo largo de la vida del paciente. El seguimiento a largo plazo permite evaluar cambios en la función hormonal, la aparición de dolor crónico o las posibilidades de infertilidad.

El componente emocional ligado a la pérdida o alteración de la función testicular no debe subestimarse. La mayoría de los estudios revisados, si bien se centran en aspectos clínicos y quirúrgicos, señalan la necesidad de intervenciones psicológicas que contribuyan a la salud mental y la adaptación de los pacientes a nuevos escenarios.

Dado que las nuevas técnicas de preservación de la fertilidad, como la criopreservación de tejido testicular en menores, son relativamente recientes, se hace imprescindible contar con seguimientos de varios años que confirmen la viabilidad de los espermatozoides en la adultez. Del mismo modo, se requieren estudios comparativos de diferentes protocolos de intervención para el dolor crónico o para afecciones como el varicocele.

En síntesis, el análisis de los resultados refleja un panorama esperanzador, donde el avance tecnológico y la concienciación social van de la mano. No obstante, para traducir plenamente estos logros en beneficios palpables para la población masculina, será clave fortalecer la educación, reducir estigmas, promover el acceso rápido a la atención especializada y fomentar la investigación multidisciplinaria. Este proceso, además de mejorar la salud individual, impacta en la estructura familiar y social, pues la fertilidad masculina y el bienestar psicológico contribuyen a la dinámica reproductiva y afectiva de las comunidades.

En última instancia, la salud testicular debe dejar de ser un tema secundario o íntimo para transformarse en un pilar más de la salud pública, equiparable en importancia a la salud reproductiva femenina y a otras áreas de la medicina preventiva. Con estrategias de promoción adecuadas, diagnósticos oportunos y enfoques terapéuticos basados en evidencia, el pronóstico de las afecciones testiculares puede mejorar significativamente, reduciendo tasas de infertilidad evitable y mejorando la calidad de vida de millones de hombres en todo el mundo. De esta forma, la mirada integral que prioriza tanto la dimensión clínica como la biopsicosocial resulta esencial para consolidar los progresos alcanzados y seguir expandiendo las fronteras del conocimiento sobre la salud testicular.

Referencias

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