Inicio > Medicina Interna > Síndrome de Adam

Síndrome de Adam

Síndrome de Adam

INTRODUCCIÓN.

El síndrome de Adam, también conocido como menopausia masculina o andropausia es una fase transitoria asociada al proceso de envejecimiento de los hombres. Se debe principalmente  a la reducción natural en la concentración de testosterona biodisponible que tiene lugar en la etapa de adultez madura del hombre, entre los 50-65 años.

AUTORES.

María del Mar Domínguez Ibáñez. D.U.E

Piedras Alba Ponce Labrador. D.U.E

Raquel María Pino Martos.  D.U.E

PALABRA CLAVE. Testosterona. Andropausia. Menopausia masculina. PADAM. Andropenia. Andrógeno deficiencia.

CONTENIDO.

La testosterona es una hormona sexual secretada en mayor proporción por los testículos y una pequeña cantidad en la capa reticular de la corteza suprarrenal. Entre sus funciones destacamos; la producción de proteínas, glóbulos rojos, formación ósea, hidratos de carbono, función hepática, formación de la próstata y conducta sexual normal.

Su producción es constante a lo largo de la vida pero a partir de los 30 años se reduce entre un 10-15% cada 10 años, de manera que a los 50 su producción es del 50%. Esto, unido al aumento de la concentración de SHBG (globulina fijadora de hormonas sexuales), cuyo trabajo es atrapar la testosterona circulante, hace que disminuya la concentración de la hormona biodisponible de forma significativa y con ello su efecto sobre los tejidos.

Como consecuencia el hombre experimenta una serie de síntomas que son variables según la concentración de testosterona que presente, desde síntomas leves hasta cambios que pueden suponer un riesgo para la vida de la persona. Se clasifican en:

  • Menores:
    • Falta de libido y deseo sexual.
    • Fatiga.
    • Mengua la erección.
    • Irritabilidad, nerviosismo.
    • Depresión.
    • Dolor de cabeza.
    • Cambios emocionales, psicológicos y de conducta.
    • Menos masa muscular.
    • Pérdida de resistencia muscular.
    • Aumento de la grasa corporal a nivel central y superior del cuerpo. Aumento de peso.
    • Pérdida de concentración, orientación espacial.
    • Aumento de la sudoración.
    • Disminución del vello corporal, calvicie.
    • Sofocos.
    • Trastornos miccionales.
    • Misma concentración de espermatozoides pero con menor movilidad, con mayor número de espermatozoides anómalos y menos volumen eyaculado.
  • Mayores: Suponen un riesgo mayor para la salud del hombre.
    • Afectación cardiovascular.
    • Osteoporosis: la testosterona es importante para mantener el equilibrio entre la osteosíntesis (formación de hueso) y resorción ósea. Tanto en el hombre como en la mujer debido al proceso de envejecimiento y durante el mismo se reduce la densidad ósea. Esto unido a la disminución de testosterona hace que en el varón aumente la probabilidad de osteoporosis y con ello el riesgo de fracturas. Las más frecuentes son la fractura de cadera, muñeca, columna o costillas.

Se trata de una enfermedad de difícil diagnóstico, ya que tiene lugar en una etapa de la vida en la que el hombre se cuestiona diversos aspectos generales sobre su vida y con frecuencia su sintomatología se le atribuye a cambios en el estado de ánimo, como la depresión, o síntomas propios del proceso natural de envejecimiento.

La PADAM (deficiencia parcial de andrógenos en el adulto mayor) por su semejanza con la menopausia en la mujer en ocasiones es llamada menopausia masculina. Pese a que difiere en que no presenta signos claros que marquen la transición, como es el caso de la menopausia en la mujer, ambas comparten la caída de hormonas, (estrógenos en la mujer y testosterona en el hombre) la aparición de forma gradual de los cambios y gran parte de su sintomatología.

Su aparición también se relaciona con el estilo de vida de la persona por ello existen una serie de recomendaciones para mantener los niveles de testosterona y disminuir así los síntomas. Estas son:

  • Consumir verduras de hojas verdes, pescados, cereales integrales, yogurt, frutos secos.
  • Alimentos ricos en magnesio y zinc.
  • Canes bajas en grasa como el pollo y pavo.
  • Evitar la cafeína y el alcohol.
  • Beber abundante agua.
  • Descansar bien.
  • Hacer ejercicio por la mañana.
  • Evitar el estrés.
  • Realizar exámenes prostáticos de forma periódica.
  • Medir niveles de testosterona a partir de los 40 años.

También existe una terapia hormonal con testosterona. Se puede administrar de forma intramuscular, vía oral o la presentación más aconsejada, en geles.  Existen contraindicaciones absolutas para las  terapias hormonales como el Ca mama en varones o Ca de próstata y contraindicaciones relativas como son: la hepatopatía, cardiopatía, patología vascular, edema, enfermedad renal, diabetes mellitus. A las 3-6 semanas se obtienen mejoría en los síntomas

BIBLIOGRAFÍA.

  • Endocrinología. Antonino Jara Albarrán. 2ª Edición. Editorial Médica Panamericana. 2011.
  • esfarmi.com
  • Sexualidad y afectos en la vejez. Félix López Sánchez. Pirámide. 2012.
  • Enfermería y envejecimiento. Misericordia García Hernández. Rosa Martínez Sellarés. Editorial Elsevier Masson. 2012.