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Síndrome de escaldadura estafilocócica

Síndrome de escaldadura estafilocócica

Autora principal: Vanessa Rojas Navarrete

Vol. XX; nº 03; 93

Staphylococcal scald syndrome

Fecha de recepción: 16/01/2025

Fecha de aceptación: 11/02/2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 03 Primera quincena de Febrero de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 03; 93

Autores:

Dra. Vanessa Rojas Navarrete

Médico general, Hospital Nacional de Niños, San José Costa Rica

Código médico 15457

Dr. Luis Carlos Velásquez Ventura

Médico general, Hospital Nacional de Niños, San José Costa Rica

Código médico 16452

Dr. Jonathan Montero Oses

Médico general, Hospital Nacional de Niños, San José Costa Rica

Código médico 14157

Dra. Angélica Salazar Barrantes

Médico general, Hospital Nacional de Niños, San José Costa Rica

Código médico 13801

Dra. Evelyn Miranda Barquero

Médico general, Área de Salud Alajuela Sur, Alajuela Costa Rica

Código médico 11542

RESUMEN

Este artículo presenta una revisión integral acerca del síndrome de escaldadura estafilocócica (SEE) que es una enfermedad cutánea que afecta principalmente a los bebés y niños pequeños. Se realizó una búsqueda en diversas bases de datos de artículos científicos. Se presentan la definición, historia, etiología, manifestaciones, relevancia clínica, diagnóstico y tratamiento del síndrome de escaldadura estafilocócica. Se concluye que esta afección dermatológica es de importancia en pacientes inmunodeprimidos o con poco desarrollo de su sistema inmunológico como los recién nacidos. Se establecen los parámetros actuales de la enfermedad y los tratamientos más novedosos al respecto.

Palabras clave: “escaldadura”, “estafilococia”, “Toxinas exfoliativas”, “ampollas cutáneas”.

ABSTRACT

This article presents a comprehensive review of staphylococcal scald syndrome (SSS), a skin disease that primarily affects infants and young children. A search was conducted in various databases of scientific articles. The definition, history, etiology, manifestations, clinical relevance, diagnosis and treatment of staphylococcal scald syndrome are presented. It is concluded that this dermatological condition is important in immunosuppressed patients or those with little development of their immune system, such as newborns. The current parameters of the disease and the most innovative treatments in this regard are established.

Keywords “scald”, “staphylococc”, “exfoliative toxins”, “skin blisters”.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

El síndrome de escaldadura estafilocócica (SEE) es una afección cutánea grave que afecta principalmente a bebés y niños pequeños y se caracteriza por una rápida descamación de la piel que se asemeja a quemaduras graves. Este síndrome es causado por cepas específicas de Staphylococcus aureus que producen toxinas exfoliativas que alteran las conexiones entre las células cutáneas. La afección suele surgir después de una infección estafilocócica localizada, como el impétigo, en la que las toxinas ingresan al torrente sanguíneo y afectan áreas distantes de la piel, lo que provoca ampollas y descamación generalizadas. A diferencia de otros trastornos cutáneos que causan ampollas, el SEE no afecta las membranas mucosas, lo que hace que su presentación sea distinta y crítica para el diagnóstico.

La fisiopatología del SEE implica la acción de toxinas exfoliativas que se dirigen específicamente a la desmogleína 1, una proteína crucial para mantener la integridad de la epidermis. Cuando estas toxinas se unen a la desmogleína 1, causan una ruptura en la adhesión celular, lo que hace que la capa superior de la piel se desprenda y se desprenda. Los síntomas iniciales suelen incluir fiebre y enrojecimiento alrededor del sitio de la infección, seguidos de la formación de ampollas llenas de líquido que se rompen fácilmente, dando lugar a áreas dolorosas de piel húmeda. La rápida progresión de los síntomas puede provocar una pérdida significativa de líquido y aumentar el riesgo de infecciones secundarias, lo que destaca la importancia de una intervención médica rápida.

El diagnóstico de SEE es principalmente clínico, basado en los síntomas característicos y los hallazgos del examen físico. Los proveedores de atención médica pueden realizar biopsias o cultivos de piel para descartar otras afecciones que se presentan de manera similar, como la necrólisis epidérmica tóxica o el impétigo ampolloso. El tratamiento generalmente requiere hospitalización, donde los pacientes reciben antibióticos intravenosos para combatir la infección estafilocócica subyacente y cuidados de apoyo similares al tratamiento de las quemaduras. Con un tratamiento oportuno y adecuado, el pronóstico para las personas afectadas generalmente es favorable; sin embargo, la conciencia y el reconocimiento temprano son esenciales para prevenir las complicaciones asociadas con esta afección grave.

METODOLOGÍA

La estrategia de análisis histórico tiene por objeto examinar el impacto que ha tenido la parenteral más allá de sus posibilidades técnicas en la era de la covid 19. De esta forma, esta revisión narrativa se realizó mediante la integración de bases de datos como Taylor&Francis, PubMed, Cochrane Library, Springer y EBSCO para identificar artículos de investigación originales entre los que se ubican deportes relacionados con el síndrome escaldadura estafilocócica. La estrategia de búsqueda adoptada para los propósitos de este documento incluyó los siguientes descriptores: “escaldadura”, “estadilocoica”, “Toxinas exfoliativas”, “ampollas cutáneas”.

RESULTADOS

Definición

El síndrome de piel escaldada estafilocócica es una afección cutánea grave que afecta principalmente a bebés y niños pequeños y se caracteriza por la exfoliación de la capa externa de la piel debido a las toxinas producidas por ciertas cepas de Staphylococcus aureus. El síndrome también se conoce como enfermedad de Ritter von Ritterschein, especialmente en los recién nacidos. Suele comenzar con infecciones localizadas, a menudo en zonas como los conductos nasales o el ombligo, donde las bacterias liberan toxinas exfoliativas en el torrente sanguíneo. Estas toxinas atacan a la desmogleína-1, una proteína crucial para la adhesión celular en la epidermis, lo que provoca ampollas generalizadas y descamación de la piel que se asemeja a quemaduras graves. Los síntomas pueden incluir fiebre, irritabilidad y un sarpullido rojo doloroso que progresa a ampollas llenas de líquido. La afección puede poner en peligro la vida, especialmente en personas con sistemas inmunitarios comprometidos o insuficiencia renal, por lo que es esencial una intervención médica inmediata(1).

La afección se describió por primera vez a principios del siglo XX cuando se relacionó con brotes en unidades neonatales. Con el tiempo, la comprensión de su fisiopatología evolucionó, revelando que aproximadamente el 5% de las cepas de S. aureus son capaces de causar este síndrome. Los conceptos erróneos iniciales sobre que las infecciones estafilocócicas eran exclusivamente purulentas retrasaron el reconocimiento de estas cepas dermopáticas. Hoy en día, el síndrome de S. aureus se entiende como una emergencia dermatológica que requiere hospitalización y tratamiento con antibióticos y cuidados paliativos. Si bien las tasas de mortalidad son bajas en los niños (1-5%), pueden ser significativamente más altas en los adultos debido a condiciones de salud subyacentes (2)

Relevancia clínica

El síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE es un problema clínico importante, en particular entre los bebés y las personas inmunodeprimidas. Esta afección, causada principalmente por cepas productoras de toxinas de Staphylococcus aureus, produce descamación generalizada y eritema, que imitan quemaduras graves. Las toxinas exfoliativas, que se dirigen específicamente a la desmogleína 1 en la epidermis, provocan ampollas superficiales en la piel y desprendimiento de la capa externa de la piel. Si bien el SEE es más frecuente en niños menores de cinco años, su aparición en adultos, especialmente aquellos con problemas de salud subyacentes, se asocia con tasas de morbilidad y mortalidad más altas (40-63%) en comparación con los niños (menos del 10%) (3).

Agente etiológico

El síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE es causado principalmente por Staphylococcus aureus, específicamente cepas que producen toxinas exfoliativas, que son serina proteasas que escinden la desmogleína-1, una proteína de adhesión clave en la epidermis. Esta escisión conduce a una pérdida de adhesión entre células, lo que resulta en la formación de ampollas grandes y frágiles que pueden romperse fácilmente, causando una exfoliación generalizada de la piel y un aspecto escaldado. La enfermedad afecta predominantemente a bebés y niños pequeños debido a sus sistemas inmunológicos inmaduros y la función de barrera de la piel, aunque también puede ocurrir en adultos con afecciones de salud subyacentes, como insuficiencia renal o estados inmunodeprimidos. La presentación clínica generalmente incluye fiebre, irritabilidad y el rápido desarrollo de parches eritematosos que progresan a ampollas y descamación en 24 a 48 horas. El reconocimiento rápido y el tratamiento con antibióticos adecuados, como vancomicina o clindamicina, son cruciales para controlar el SEE y prevenir complicaciones como infecciones secundarias o deshidratación (4).

Fisiopatología

El síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE es una grave afección dermatológica causada por toxinas exfoliativas de ciertas cepas de Staphylococcus aureus. La fisiopatología involucra dos exotoxinas, ETA y ETB, que destruyen la desmogleína 1 (Dsg-1), una proteína esencial para la adhesión celular en la epidermis. Esto provoca una división intraepidérmica, resultando en ampollas y exfoliación de la piel, similar a quemaduras. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, malestar, eritema y formación de ampollas. Aunque la epidermis se daña, las mucosas permanecen intactas debido a la distribución diferenciada de las desmogleínas(5).

El SEE afecta principalmente a niños pequeños y neonatos, debido a su sistema inmunológico inmaduro. En adultos y niños mayores, la inmunidad mediada por anticuerpos reduce la gravedad de la enfermedad. La infección puede comenzar de forma localizada, en sitios como la nasofaringe o el ombligo, y progresar a una diseminación sistémica a través del torrente sanguíneo (5).

Manifestaciones Clínicas

Las manifestaciones clínicas suelen comenzar con síntomas prodrómicos como irritabilidad, fiebre y malestar, que son seguidos por el rápido desarrollo de erupciones eritematosas. Estas erupciones progresan para formar ampollas y ampollas frágiles que pueden romperse fácilmente, lo que lleva a una descamación generalizada de la piel. Un sello distintivo del SEE es el signo de Nikolsky positivo, donde una presión suave sobre la piel da como resultado la separación de la epidermis de la dermis, indicativo de una división intraepidérmica causada por las toxinas que atacan a la desmogleína-1, una proteína esencial para la adhesión de los queratinocitos en la epidermis (6)

La enfermedad se puede clasificar en dos formas: localizada y generalizada. La forma localizada, a menudo denominada impétigo ampolloso, puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en niños. Por el contrario, el SEE generalizado afecta predominantemente a recién nacidos y niños pequeños debido a sus sistemas inmunitarios inmaduros y a una depuración renal menos eficiente de las toxinas. La forma generalizada se caracteriza por una absorción sistémica de toxinas que conduce a una exfoliación generalizada de la piel. Aunque el SEE se asocia generalmente con bajas tasas de mortalidad en pacientes pediátricos (menos del 5%), los adultos o las personas inmunodeprimidas enfrentan riesgos significativamente mayores, con tasas de mortalidad que alcanzan hasta el 60% (7).

Diagnostico

El diagnóstico del síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE se basa principalmente en la evaluación clínica, ya que la afección presenta síntomas distintivos que pueden diferenciarla de otros trastornos dermatológicos. En los casos en los que el diagnóstico no está claro, el examen histopatológico de una biopsia de piel puede revelar una hendidura intraepidérmica superficial debajo del estrato córneo, que es característica del SEE. También se pueden realizar cultivos de sitios sospechosos de infección, como la nasofaringe o el ombligo en neonatos, para identificar portadores asintomáticos de S. aureus, aunque un cultivo negativo no excluye el SEE, ya que la enfermedad está mediada por toxinas y no depende únicamente de la presencia bacteriana. El diagnóstico temprano y preciso es crucial para un tratamiento eficaz, que generalmente incluye hospitalización para reanimación con líquidos y antibióticos intravenosos para combatir la infección subyacente y prevenir complicaciones (8).

Tratamiento

El tratamiento del síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE implica principalmente el uso de antibióticos intravenosos para combatir la infección subyacente por Staphylococcus aureus y controlar los síntomas causados por las toxinas exfoliativas. El tratamiento de primera línea generalmente incluye penicilinas resistentes a la penicilinasa, como nafcilina u oxacilina, que se administran por vía intravenosa en dosis adecuadas para la edad y el peso del paciente. En los casos en los que se sospecha o se identifica S. aureus resistente a la meticilina (MRSA), se pueden utilizar vancomicina o linezolid como alternativas. La clindamicina a menudo se incluye en el régimen de tratamiento debido a su capacidad para inhibir la producción de toxinas al actuar sobre los ribosomas bacterianos, aunque su eficacia puede variar según los patrones de resistencia local (9).

 La duración de la terapia con antibióticos generalmente dura de 7 a 14 días, dependiendo de la gravedad de la afección y la respuesta del paciente al tratamiento. Además de la terapia con antibióticos, los cuidados paliativos son fundamentales para controlar la pérdida de líquidos y prevenir infecciones secundarias. Los pacientes con afectación extensa de la piel pueden requerir reanimación con líquidos y un control cuidadoso de los niveles de electrolitos para abordar la deshidratación y otras complicaciones. Se pueden aplicar tratamientos tópicos, como mupirocina o ácido fusídico, en las áreas afectadas para ayudar a controlar las infecciones locales y promover la curación. Después del tratamiento inicial, los pacientes suelen recibir el alta después de aproximadamente una semana, pero se les recomienda que continúen con los antibióticos orales durante un total de 10 a 14 días. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los niños se recuperan completamente del SEE sin complicaciones a largo plazo; sin embargo, los adultos pueden enfrentar un mayor riesgo de resultados graves debido a problemas de salud subyacentes (10).

El tratamiento antimicrobiano

El tratamiento antimicrobiano del síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE implica principalmente el uso de antibióticos intravenosos para atacar eficazmente al Staphylococcus aureus, el agente causal. La terapia de primera línea generalmente incluye penicilinas resistentes a la penicilinasa, como nafcilina u oxacilina, que son efectivas contra cepas de bacterias sensibles a la meticilina. En los casos en que se sospecha la presencia de S. aureus resistente a la meticilina (MRSA), se recomienda vancomicina o linezolid para asegurar una cobertura adecuada. La clindamicina también se usa con frecuencia, ya que no solo trata la infección, sino que puede inhibir la producción de toxinas exfoliativas al actuar sobre los ribosomas bacterianos (11).

 La duración del tratamiento generalmente varía de 7 a 14 días, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la respuesta clínica del paciente Los cuidados paliativos son igualmente importantes en el manejo del SEE, en particular para abordar la pérdida de líquidos y prevenir infecciones secundarias. Los pacientes a menudo requieren un control cuidadoso y rehidratación debido a la extensa afectación de la piel y la posible pérdida de líquidos por la formación de ampollas. Se pueden aplicar tratamientos tópicos, como mupirocina o ácido fusídico, en las áreas afectadas para ayudar a controlar las infecciones locales y promover la curación. En general, el inicio temprano de la terapia antimicrobiana adecuada combinada con medidas de apoyo conduce a resultados favorables en la mayoría de los casos pediátricos, aunque los adultos con afecciones de salud subyacentes pueden experimentar complicaciones más graves(12).

El tratamiento sintomático

El tratamiento sintomático del síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE se centra en brindar cuidados paliativos para controlar los síntomas y las complicaciones asociadas con la afección. Los pacientes suelen requerir hospitalización para controlar y tratar la pérdida de líquidos debido a la descamación extensa de la piel y la formación de ampollas, que pueden provocar deshidratación y desequilibrios electrolíticos. Se administran líquidos intravenosos para mantener la hidratación, mientras que se utilizan analgésicos como el paracetamol para aliviar la fiebre y el malestar. Además, la aplicación de emolientes suaves en las áreas de piel afectadas ayuda a reducir la sensibilidad y promueve la curación al mantener la piel húmeda (13).

También se pueden aplicar tratamientos tópicos, como mupirocina o ácido fusídico, para prevenir infecciones bacterianas secundarias en la piel dañada. Es fundamental controlar cuidadosamente los signos de infección, ya que la barrera cutánea comprometida aumenta la susceptibilidad a los patógenos. En casos graves, puede ser necesaria una consulta con un dermatólogo o la transferencia a una unidad de quemados para garantizar un cuidado óptimo de la herida y el manejo de las complicaciones. En general, el tratamiento sintomático oportuno e integral es esencial para mejorar los resultados del paciente y facilitar la recuperación del SEE (14).

Prevención

La prevención del síndrome de piel escaldada por estafilococos SEE implica la implementación de prácticas de higiene eficaces y medidas de control de infecciones, en particular en entornos donde hay niños, como guarderías y hospitales. El lavado de manos regular con jabón antibacteriano es esencial, ya que ayuda a reducir la transmisión de Staphylococcus aureus, la bacteria responsable del SEE. Los cuidadores también deben asegurarse de que los cortes o heridas se mantengan limpios y cubiertos para evitar la entrada de bacterias. Además, evitar compartir artículos personales como toallas y ropa puede minimizar el riesgo de propagación de la bacteria. En los entornos de atención médica, el estricto cumplimiento de los protocolos de control de infecciones, incluida la desinfección adecuada de equipos y superficies, es crucial para prevenir brotes(15).

En poblaciones con mayor riesgo, como los bebés y las personas inmunodeprimidas, la identificación y el tratamiento tempranos de cualquier infección estafilocócica son vitales. El manejo oportuno de las infecciones de la piel puede ayudar a prevenir la progresión al SEE. Además, las investigaciones en curso sobre vacunas contra S. aureus pueden ofrecer futuras vías de prevención, aunque actualmente no hay vacunas eficaces disponibles (16). La educación sobre el reconocimiento de los síntomas tempranos de las infecciones estafilocócicas puede empoderar a los cuidadores para que busquen una intervención médica oportuna, reduciendo así la incidencia del SEE y sus complicaciones asociadas.

Factores de riesgo

El síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE afecta principalmente a bebés y niños pequeños, especialmente a los recién nacidos debido a su sistema inmunológico inmaduro y su capacidad limitada para eliminar las toxinas de Staphylococcus aureus. Los niños menores de seis años también están en mayor riesgo debido a la fragilidad de su piel. Factores como afecciones cutáneas preexistentes o heridas pueden facilitar la infección. En adultos, aunque menos común, el SEE se presenta en personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellos con VIH/SIDA, enfermedades crónicas o que reciben tratamientos como quimioterapia o diálisis. La enfermedad puede propagarse rápidamente en entornos con contacto cercano, como unidades de cuidados intensivos neonatales o guarderías, lo que resalta la importancia de estrategias de prevención eficaces para controlar su transmisión (17).

Complicaciones

El síndrome de piel escaldada estafilocócica SEE puede causar complicaciones graves debido al daño extenso de la piel y la pérdida de la barrera epidérmica. Entre las complicaciones más comunes se encuentran la deshidratación, hipovolemia y desequilibrios electrolíticos, que requieren atención hospitalaria urgente. La pérdida de la barrera cutánea también aumenta el riesgo de infecciones secundarias, como celulitis y sepsis, que pueden derivar en septicemia y poner en peligro la vida. Además, en casos graves, puede ocurrir lesión renal aguda, especialmente en pacientes con afecciones renales preexistentes. Aunque en los niños el riesgo de cicatrices es bajo, los adultos pueden experimentar complicaciones mayores. La tasa de mortalidad en niños es baja, pero en adultos con comorbilidades puede superar el 60 %. El tratamiento temprano y agresivo es fundamental para reducir estos riesgos (18).

CONCLUSIONES

El síndrome de piel escaldada estafilocócica sigue siendo una preocupación clínica importante, en particular en poblaciones vulnerables como los bebés y las personas inmunodeprimidas. La afección es causada principalmente por Staphylococcus aureus, que produce toxinas exfoliativas que provocan manifestaciones cutáneas graves. Si bien la fase aguda del puede provocar complicaciones graves, como deshidratación e infecciones secundarias, el reconocimiento oportuno y el tratamiento adecuado son cruciales para obtener resultados positivos. Los avances en nuestra comprensión de la enfermedad, junto con prácticas de higiene rigurosas y medidas de control de infecciones, han sido fundamentales para reducir su incidencia y mejorar las estrategias de tratamiento.

De cara al futuro, la investigación en curso sobre el desarrollo de vacunas efectivas contra Staphylococcus aureus promete prevenir el SEE y otras infecciones estafilocócicas. A medida que seguimos enfrentando desafíos que plantea la resistencia a los antibióticos, la necesidad de estrategias de prevención innovadoras se vuelve cada vez más crítica. Además, aumentar la conciencia entre los proveedores de atención médica y los cuidadores sobre los factores de riesgo, los signos tempranos y el manejo del SEE mejorará aún más la atención al paciente. Al promover un enfoque integral que incluya educación, prevención e intervención oportuna, podemos mitigar significativamente el impacto del síndrome de Down y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. En última instancia, un esfuerzo colaborativo entre profesionales de la salud, investigadores y comunidades es esencial para combatir este síndrome potencialmente devastador de manera eficaz.

Ver anexo

LISTA DE REFERENCIAS

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