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Síndrome del arnés

Síndrome del arnés

El arnés es un elemento de seguridad que se utiliza tanto en prácticas deportivas como en actividades laborales.

RESUMEN:

Así, es un instrumento de seguridad para trabajos de altura, y un elemento utilizado habitualmente en la escalada, alpinismo, espeleología o descenso de barrancos.

Aún siendo un elemento de seguridad, quedar colgado del mismo tras una caída presenta una serie de riesgos asociados, que, si bien pueden evitarse si el equipo de rescate actúa con rapidez, en caso de producirse puede tener graves consecuencias.

ABSTRACT:

PALABRAS CLAVE: arnés, hipotensión, ortostático, hipotensión ortostática, suspensión, inmovilidad

KEY WORDS: harness, hypotension, orthostatic, orthostatic hypotension, suspension, immobility

AUTORES:

Acosta Barrera, Clara Luz. Diplomada Universitaria en Enfermería. 061 Servicio Aragonés de Salud, en Sabiñánigo.

Barrera Moreno, Iona. Licenciada en Medicina. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de salud de Taco. Tenerife

Benedé Ubieto, Pablo. Graduado Universitario en Enfermería. 061 Aragón, Ambuibérica, en Jaca. Enfermero HEMS SEM Cataluña

Sasal Pérez, Sara. Diplomada Universitaria en Enfermería. 061 Servicio Aragonés de Salud, en Monzón.

INTRODUCCIÓN:

Aunque habitualmente, al pensar en daño producido por el arnés, lo asociemos al daño que se produce durante la caída, por la detección brusca, y por tanto lo asociemos a lesiones traumáticas, el “síndrome del arnés” hace referencia a otra patología más grave (y menos conocida, tanto por el personal sanitario como por el personal que utiliza esta herramienta), y que no siempre se acompaña de lesiones traumáticas.

Tras la caída inicial, el usuario pasa a encontrarse suspendido por el arnés. Y en esta fase, que puede ser muy rápida, y en especial si el paciente está inconsciente o con imposibilidad de moverse puede ser potencialmente mortal, es en el momento en el que encontramos las características propicias para que se produzca el síndrome del arnés.

El “síndrome del arnés” es conocido también por otros nombres, con similar significado: “mal del arnés”, “shock ortostático”, “trauma por suspensión”, “síndrome ortostático”.

Esta grave patología requiere la combinación de dos factores para su aparición: Suspensión e inmovilidad. Hemos de tener en cuenta que su aparición puede ser muy rápida, y su progreso se puede producir también a gran velocidad, por lo que debemos de actuar con gran premura.

La sintomatología inicial (y más leve) que el paciente manifiesta es malestar general, sensación de hormigueo y entumecimiento en las extremidades, sensación de asfixia, zumbido de oídos, mareo, náuseas, pérdida de visión, sensación de pérdida de consciencia… Hemos de tener en cuenta la dificultad de valoración de estos síntomas en un paciente que encontremos inconsciente (y que la inconsciencia puede deberse al síndrome del arnés o a otra problema asociado a la caída, o incluso ser la causa de la misma). Más objetivamente podremos observar cianosis periférica y edemas en manos y pies.

Si no se actúa con rapidez, sigue progresando la sintomatología, apareciendo clínica más grave y potencialmente letal: hipotensión arterial, alteraciones cardiacas (alteraciones del ECG, bradicardia, taquicardia…). Si el accidentado no es descendido rápidamente, en este momento la muerte será inminente.

Aunque las causas que producen el síndrome del arnés no están del todo claras, es evidente que la obstrucción del retorno venoso tiene un papel esencial en su aparición. La compresión que ejercen las correas del arnés sobre los nervios parece poco importante, y se ha descartado la compresión arterial como causa del mismo.

Actualmente encontramos cuatro tipos de arnés: El pélvico o de cintura, muy utilizado por los montañeros; el integral, utilizado más habitualmente en espeleología; el de dos piezas independientes (pélvico y torácico) unidas entre sí por un mosquetón; y el arnés posterior, utilizado en el mundo laboral. Encontramos bibliografía que describe el síndrome del arnés con cualquiera de los modelos utilizados.

Fisiopatología:

La inmovilidad parece ser el problema desencadenante del cuadro. Es cuando el paciente está inconsciente o cuando no puede moverse, cuando se produce un acúmulo importante de sangre (sobre todo en las extremidades inferiores) debido a la compresión del sistema de retorno venoso.

Encontramos tres picos importantes donde se produce el fallecimiento de nuestro paciente. Cada uno de estos picos tiene unas causas que debemos de conocer para intentar evitar en la medida de lo posible:

Muerte durante la suspensión: producida por “shock hipovolémico por secuestro”. La sangre se acumula, como hemos nombrado, habitualmente en las extremidades inferiores, produciendo una disminución del retorno venoso, lo que se traduce en una disminución de la precarga del ventrículo derecho; esto produce una disminución del gasto cardiaco, y por ello una caída de la presión de perfusión cerebral, por lo que se produce una isquemia-hipoxia cerebral.

-Muerte del rescate: Esta se produce por una sobrecarga brusca del ventrículo derecho. Tenemos un paciente suspendido por el arnés, y en el que se está produciendo un “secuestro” de sangre por las extremidades inferiores del mismo. Si, en el momento del rescate, colocamos al paciente en posición horizontal, se produce un retorno masivo de la sangre acumulada en las extremidades durante el tiempo de suspensión, y con ello una sobrecarga aguda del ventrículo derecho, pudiendo ocasionar de manera asociada el fallecimiento del paciente.

Muerte tardía: Esta se asocia al uso del arnés, aunque no tanto al “síndrome del arnés”. Es la producida entre 24h y hasta 11 días después del rescate, debida a un fallo multiorgánico que se produciría como consecuencia de una rabdomiolisis y un fracaso renal agudo asociado al mismo, con las mismas características de las que se producirían por un síndrome por aplastamiento. No es la isquemia la causa de este fallecimiento, sino la compresión, inmovilización y presión, que produciría la rabdomiolisis con fatales consecuencias.

Prevención:

En la prevención del síndrome diferenciamos dos tipos de acciones: las personales (evitando la aparición del síndrome) y las genéricas (destinadas a divulgar su gravedad y concienciar).

Acciones personales:

-Animar a la víctima consciente a mover las piernas mientras permanezca suspendida

-Si no puede moverlas, aconsejarle que mantenga una posición corporal semisentada y/o con las rodillas dobladas.

Acciones generales:

-Divulgar la gravedad del síndrome entre los profesionales implicados en el rescate y tratamiento.

-Concienciar sobre el peligro de una víctima herida, inmóvil o inconsciente. Destacando que la posibilidad de muerte puede darse rápidamente (incluso en menos de 10 minutos)

-Garantizar un rescate rápido, combinando técnicas, entrenamiento y supervisión.

-Los deportistas deberán adquirir la formación específica para poder resolver situaciones de auto rescate.

-A los trabajadores de altura se les debe proporcionar formación específica y entrenamiento adecuado, incluyendo técnicas de rescate.

Tratamiento:

-Víctimas conscientes: Deberán ser colocadas en posición semisentada, de cuclillas o agachadas.

-Víctimas inconscientes: Deberán colocarse en posición fetal (alternativa a la posición lateral de seguridad).

-Mantener éstas posiciones entre 20 y 40 minutos y, después pasar gradualmente a la posición horizontal.

-Mantener la permeabilidad de la vía aérea.

-Monitorización de constantes vitales.

-Medidas de soporte vital básico o avanzado cuando fueran necesarias.

-Si shock o hipotensión arterial: reponer volúmenes antes de administrar fármacos vasoactivos.

-Control de la glucemia (especialmente en presencia de agotamiento).

-Tratamiento de las lesiones asociadas: TCE, traumatismo torácico, abdominal y/o ortopédico.

-Víctimas politraumatizadas: analgesia adecuada.

-Traslado rápido a un centro hospitalario.

CONCLUSIÓN:

El Síndrome del Arnés constituye un riesgo vital para todos aquellos deportistas que practiquen escalada, alpinismo, barranquismo y/o espeleología, como también para aquellos trabajadores de altura. Es importante divulgar su gravedad para concienciar y evitar su aparición.

Es fundamental que tanto los deportistas de éstas modalidades como los trabajadores de altura estén bien formados y entrenados en maniobras de auto rescate.

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