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Terapia Floral para la ansiedad de los pacientes en el preoperatorio de la cirugía cardiovascular

sobrepasado a los depresivos como los más frecuentes en la población general; que la llamada fobia simple (una forma de trastorno ansioso) era la entidad más común y que el trastorno de pánico era, a su vez, el más frecuente entre la gente que se decidía a buscar tratamiento. 5

Como todas las emociones, la ansiedad en niveles mínimos tiene utilidad adaptativa, pues ayuda al individuo a prepararse para enfrentar algún peligro. En la vida moderna, la ansiedad se torna cada vez más desproporcionada y fuera de lugar, lo que hace que se convierta en un riesgo para la salud si se presenta en forma crónica. (6, 7)

La ansiedad se define como un estado de angustia e intranquilidad que acompaña a las enfermedades agudas, en particular, con sensación de constricción precordial y que impide el sosiego de los enfermos. (8)

La ansiedad puede ser entonces, según criterio de la autora, tanto un estado emocional transitorio, una respuesta situacional, un rasgo de Personalidad, un síntoma de alguna entidad clínica o un trastorno psiquiátrico definido.

Esta emoción se destaca por tener un papel relevante en algunos tipos de enfermedades, tales como: diabetes, artritis, asma, alteraciones gastrointestinales, dolor crónico, en las disfunciones sexuales, en las respuestas inmunológicas, en la hipertensión arterial y en los problemas cardiovasculares, fundamentalmente en aquellos que requieren de cirugía. (9)

En el caso de la cirugía cardiovascular la implicación de la ansiedad es mucho mayor, pues su presencia no solo se puede constatar en el comienzo de la enfermedad y en la etapa previa a la cirugía, sino que se mantiene presente en la evolución de la enfermedad y acompaña a todo el proceso quirúrgico y la etapa de recuperación de la misma.

Todo lo anterior explica que en el tratamiento de esta enfermedad es de suma importancia tener en cuenta la ansiedad, por su carácter obstaculizador de todo el proceso.

Cuando la persona presenta un alto grado de ansiedad, esta puede afectar la respuesta a las drogas anestésicas, la tensión arterial o la frecuencia cardíaca, sus heridas demoran más en cicatrizar, su sistema inmunológico se debilitará y el postoperatorio será más largo. También puede presentar insomnio, agresividad, dificultades de adaptabilidad al medio social y necesitará más analgésicos para controlar el dolor; las actitudes inadecuadas con respecto al cuidado de la propia enfermedad también pueden incrementarse.

La farmacología alopática carece de productos que sirven para reequilibrar las emociones, pues los que existen son bloqueadores o supresores de determinados sistemas bioquímicos, que además de enmascarar los síntomas subyacentes, tienen otros efectos colaterales indeseables tales como: adicciones, déficit de atención, alteraciones funcionales y orgánicas de la médula ósea, de hígado, sistema nervioso central y otros.

Según el tratamiento convencional es recomendable lograr la sedación del paciente y para ello se emplean de 5 a 10 miligramos diarios de Diazepam, que tiene efectos beneficiosos sobre el Sistema Nervioso Central y sobre el Sistema Cardiovascular, sin embargo, también se describen efectos adversos, tales como: somnolencia, mareos, fatiga y ataxia entre las más frecuentes, y otras menos frecuentes entre las que se describen los vértigos, confusión, depresión mental, obnubilación, hipotensión, cefaleas, disminución de la memoria, lenguaje entrecortado o disartria, cambios en la libido, temor, disturbios visuales, erupción, incontinencia urinaria y constipación.

Se describen reacciones paradójicas para el Diazepam:

  • Aumento de la hostilidad, irritabilidad y sueños vividos inquietantes.
  • Aumento de la ansiedad.
  • Psicosis o impulsos suicidas.
  • Estimula las crisis epilépticas.
  • Propicia estado confusionales reversibles.

Existen estudios que demuestran que cuando se prepara a la persona psicológicamente para cualquier intervención quirúrgica, brindándole información, enseñándole técnicas de relajación, escuchándolo y eliminando sus miedos, la ansiedad puede disminuir, la estadía hospitalaria es más corta, el dolor es menor; por lo tanto tiene menor necesidad de analgésicos, el post-operatorio es más corto y la persona logra un sentido de bienestar y de control. 3

No obstante, la cantidad de ansiedad que la persona puede experimentar y la capacidad del paciente para manejar la misma, depende de otros factores también, tales como: duración y magnitud de la enfermedad, experiencias previas relacionadas con cirugías, tiempo de preparación psicológica previa al acto quirúrgico, capacidad y tolerancia individual para soportar situaciones estresantes.

También se conoce que las herramientas psicológicas que habitualmente se emplean, no son suficientes para disminuir la ansiedad, puesto que no son capaces de actuar sobre todas las variables que interactúan frente a la proximidad de este evento vital, además de que la estancia hospitalaria previa a la cirugía es corta y no permite brindar una mayor preparación psicológica a estos pacientes.

Lo antes planteado ha motivado la búsqueda de modalidades alternativas de tratamiento, que logren efectos más completos y con mecanismos más inocuos. De ahí que en la actualidad exista internacionalmente gran proliferación de las terapias naturalistas para el manejo de los estados emocionales negativos, por los efectos beneficiosos que éstas ejercen sobre las personas.

Se aprecia un notable incremento de la Medicina Natural y Tradicional en países de Iberoamérica como: Argentina, Colombia, México, Venezuela, Perú y Brasil. También en otros como España, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. En Cuba se inicia su desarrollo a partir de 1990, estimulado por el intercambio con terapeutas de los países antes mencionados.

Esta medicina que algunos autores prefieren llamar Medicina Bioenergética, está basada en la Medicina Tradicional Asiática y comprende dos grandes campos terapéuticos:

Medicina externa: acupuntura, digitopuntura, masaje, ventosas y moxibustión.

Medicina interna: formulación de medicamentos que pueden ser de origen animal, vegetal o mineral.

Dentro de este ultimo campo terapéutico, encontramos la modalidad Terapia Floral, la cual utiliza esencias de flores silvestres y constituye una de las terapias prototípicas de la medicina vibracional por ser en los niveles sutiles donde tiene su origen la salud y la enfermedad.

Las flores de Bach están reconocidas por la organización Mundial de la salud (OMS)