Inicio > Bioética. Ética médica. Ética en Enfermería > La toma de decisiones y el consentimiento informado. Los comités de ética

La toma de decisiones y el consentimiento informado. Los comités de ética

La toma de decisiones y el consentimiento informado. Los comités de ética

RESUMEN

El presente trabajo repasa brevemente el concepto de autonomía, los criterios para la toma de decisiones, los comités de ética y las voluntades anticipadas en el contexto de la salud.

La toma de decisiones y el consentimiento informado. Los comités de ética

Autor: Luis Villarejo Aguilar. Diplomado en Enfermería. Atención Primaria de Salud.

Palabras clave: autonomía, bioética, ética, ciencias de la salud

ABSTRACT

This paper briefly reviews the concept of autonomy, the criteria for decision-making, ethics committees and wills in the context of health.

Keywords: autonomy, bioethics, ethics, health sciences

INTRODUCCIÓN

1. Autonomía moral, autonomía para tomar decisiones y autonomía en el ámbito de la salud.

Característica de la moral kantiana que supone al obrar moral independiente (o autónomo) de cualquier norma o fin exterior al hombre mismo. Se le opone (según Kant) la heteronomía de los demás sistemas éticos. Sería, en resumidas cuentas, la capacidad de decisión racional del individuo.

La autonomía para tomar decisiones está ligada al consentimiento informado y su esencia es considerar que las decisiones en salud, para ser moralmente aceptables, deben ser autónomas. En salud una decisión es autónoma cuando cumple tres condiciones: voluntariedad, información y capacidad.

Está regulado por la LEY 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Tiene por objeto la regulación de los derechos y obligaciones de los pacientes, usuarios y profesionales, así como de los centros y servicios sanitarios, públicos y privados, en materia de autonomía del paciente y de información y documentación clínica.

2. Criterios que se utilizan frecuentemente para la toma de decisiones.

Autonomía del paciente: El paciente es sujeto activo de cualquier intervención médica. Debe estar al tanto de todo el proceso de su enfermedad y participar en la toma de decisiones prestando su consentimiento, después de haber sido correcta y suficientemente informado.

El mejor interés para el paciente: Mientras el paciente sea capaz de comprender y tomar decisiones autónomamente, el médico debe favorecer la comunicación, estimular la participación del paciente y conocer sus preferencias con vistas a una adecuada toma de decisiones. El paciente debe valorar responsablemente los beneficios y riesgos que comportan las posibles alternativas para el tratamiento de su enfermedad, eligiendo, con ayuda del médico, el tratamiento que considera más beneficioso.

Situaciones de urgencia: Cuando la decisión debe tomarse en una situación de urgencia, donde no cabe la posibilidad de una adecuada reflexión y contraste con el propio paciente, la decisión viene afectada por los siguientes factores: Premura de tiempo, Inconsciencia, Ausencia de familiares, Posible contingencia de medios técnicos o humanos.

Las condiciones para que una decisión sea correcta en la práctica clínica están fundamentadas en estos principios:

– Principio de integridad: La intención y de la alternativa elegida, son dos aspectos de un único acto voluntario, forman una unidad inseparable. Para que una acción humana sea buena (éticamente correcta) hace falta que sean buenas tanto la intención como la acción exterior (alternativa elegida). Este principio aporta el verdadero sentido al axioma “un fin bueno no justifica los medios malos” y “no se puede hacer el mal para que venga un bien”.

– Principio de imparcialidad: evita que los propios intereses lleven a racionalizar la situación para tratar de justificar las posturas no rectas. Recordar la regla de oro “ponerse en el lugar del otro” y pensar que los bienes de la persona son comunes a quien decide y a quien recibe los efectos de la decisión. Los efectos secundarios negativos, son negativos aunque afecten a otros. Los efectos de las acciones los debo evaluar imparcialmente tanto si me afectan a mí o a otros, siguen siendo negativos. Tendencia a considerar sólo como negativos los efectos que uno padece.

– Principio de totalidad o terapéutico. Su fundamento es que cada órgano particular está subordinado al conjunto del cuerpo y debe someterse a él en caso de conflicto. El cuerpo, no en sentido exclusivo, sino que incluye la totalidad de la persona: el bien del corporal dentro del conjunto del bien moral y espiritual.

3. Voluntades anticipadas y autonomía.

Las voluntades anticipadas consisten en una serie de instrucciones respecto a los deseos de una persona capaz en relación con los posibles tratamientos médicos, previendo un futuro de incapacidad para decidir. Están bastante difundidas en nuestra sociedad pero, en mi opinión, son poco útiles para una adecuada toma de decisiones. En ellas se proclaman principalmente dos principios: el rechazo a la eutanasia y la necesidad de instaurar cuidados paliativos hasta el momento del fallecimiento. Además este documento posee las siguientes ventajas: En él, el paciente expresa sus preferencias, dependiendo de diferentes circunstancias clínicas que pueden presentarse, que son explicadas por los profesionales que lo atienden. No se aplica únicamente a pacientes terminales, sino que cualquier paciente puede suscribir un directorio médico expresando sus preferencias, valores y actitudes. Propone medidas terapéuticas concretas en situaciones peculiares donde el paciente acepta o rechaza los diferentes procedimientos clínicos. Además, el documento permite la elección de un apoderado que actúe como representante del paciente en la toma de decisiones.

4. Los comités de ética.

El CEA puede definirse de modo general como «un grupo multidisciplinar de personas que, dentro de una institución sanitaria, ha sido específicamente establecido para aconsejar a los profesionales sanitarios en sus decisiones sobre las cuestiones éticas planteadas en el curso de la práctica clínica» (Cohen, 1988; Cranford y col. 1985; US Goverment Oficce, 1983). Los Comités se perfilan como un medio para la solución de los problemas éticos de nuevo planteamiento. Es fundamental que en la composición del CEA exista variedad de profesionales que estará relacionada con el tipo de especialidades médicas existentes en ese centro