Inicio > Ginecología y Obstetricia > Toxoplasmosis, embarazo y abortos a repetición: ¿una tríada inevitable? > Página 3

Toxoplasmosis, embarazo y abortos a repetición: ¿una tríada inevitable?

Toxoplasma gondii.

Los hijos de las mujeres que se han expuesto al Toxoplasma gondii antes del embarazo no tienen riesgo de desarrollar la toxoplasmosis congénita debido a que la inmunidad desarrollada por la madre protege al feto de la infección.

La primoinfección contraída durante el embarazo es generalmente asintomática 10. La infección aguda en embarazadas no se evidencia en alrededor de 90% de los casos 11. En el resto aparecen signos clínicos; éstos son generalmente una linfoadenopatía cervical posterior, ligero cansancio, febrícula y en algunos casos, artralgias. Esta infección es benigna en la mayoría de los casos pero puede tener graves consecuencias si el parásito cruza la placenta e infecta al feto.

Aproximadamente la tercera parte de las madres que adquieren la toxoplasmosis durante el embarazo transmiten la infección a su hijo. La tasa de transmisión varía de acuerdo con el trimestre en el cual la embarazada adquiere la infección, incrementándose este riesgo en el transcurso del mismo, desde el 15% cuando la exposición ocurre en el primer trimestre, al 30% en el segundo hasta el 60% en el tercero 12.

Cuando la infección primaria por Toxoplasma gondii tiene lugar durante el primer trimestre del embarazo ocurre el aborto espontáneo en la mayoría de los casos; los fetos que sobreviven a la infección en esta etapa presentarán uno o más de la clásica tríada de signos asociados con la toxoplasmosis congénita: hidrocefalia, coriorretinitis y calcificaciones cerebrales. Esta forma severa de la enfermedad representa solamente el 10% de los casos de toxoplasmosis congénita

Los fetos que se infectan después del primer trimestre, como ya se ha señalado, tienen generalmente aspecto normal al nacimiento, pero las manifestaciones de la enfermedad aparecen luego en el transcurso de la infancia y la niñez. Estas incluyen coriorretinitis, ceguera, retardo mental y psicomotor, epilepsia, sordera, entre otras.

De esta manera queda evidenciado que la infección por toxoplasmosis solo provoca aborto una solo vez cuando se produce la primoinfección durante el embarazo, o sea, Toxoplasma gondii no provoca abortos a repetición ya que las mujeres que adquieren la infección antes del embarazo quedan inmunizadas protegiéndose de una nueva infección y manteniendo limitada la infección crónica. Puesto que el tratamiento de la madre puede reducir la incidencia de la infección congénita, favorecer el pronóstico de la enfermedad y reducir las secuelas en los infantes siendo importante el diagnóstico oportuno y preciso.

Para el diagnóstico de toxoplasmosis requiere una orientación clínica, epidemiológica y serológica. Para confirmarla es necesario identificar, aislar el parásito o detectar su ADN, pero esto es posible solo en laboratorios especializados, por lo que es importante recurrir al serodiagnóstico en los centros de atención primaria y secundaria.

De las técnicas desarrolladas a través de la cuales se pueden evidenciar la existencia de anticuerpos contra el parásito , se sigue considerando como técnica de referencia el dye-test, por su especificidad y sensibilidad, pero dada la dificultad y el riesgo de trabajar con el parásito vivo, sólo se realiza en los centros de referencia.

Las pruebas más utilizadas son la inmunofluorescencia indirecta (IFI), la cual muestra una cinética humoral semejante a la Dye test, no requiere la utilización de parásitos vivos, es rápida, fácil de realizar y económica. En Cuba este es el método más empleado, y requiere del análisis de dos sueros en cada paciente (uno al inicio de la infección y otro a los 21 días), tratando de hacer evidente una seroconversión o aumento en al menos cuatro títulos de anticuerpos entre el primero y el segundo suero.

En paralelo con esta técnica, en Cuba, se emplean los métodos inmunoenzimáticos (ELISA) a través del Sistema Ultramicroanalítico (SUMA), que detecta IgG y permite estudios de seroprevalencia. Estas técnicas son cualitativas y cuantitativas. Para la investigación de toxoplasmosis congénita se recomiendan el método de Inmuno sorbent Aglutination Assay (ISAGA), que es sensible y especifico, no requiere uso de conjugados y se lee como una prueba de aglutinación. Este principio favorece la detección de IgA, IgM e IgG.

Para interpretar correctamente los resultados de las pruebas serológicas debemos relacionarlo con la dinámica de la respuesta inmune ante este parásito, analizar los resultados de la demostración de IgG en la embarazada: la presencia de IgG en la forma mantenida con niveles generalmente bajos e indica que la paciente tuvo contacto con el agente y goza de inmunidad para el mismo; esto indica que no existe peligro de transmisión al feto; la ausencia de IgG indica que la gestante no ha estado en contacto con dicho agente, que carece de inmunidad ante éste y que puede transmitirlo al feto; la presencia de IgM y/o variaciones significativas del título de IgG en un período corto de tiempo indica infección reciente o activa.

A las seroconversiones durante el embarazo se les debe detectar además inmunoglobulinas de la fase aguda, y aislar el ADN del parásito por PCR en el líquido amniótico. En este caso el recién nacido también debe ser estudiado para detectar títulos de IgG, más altos en él que en la madre o que aumenten tras los seis meses de vida, con IgG positivas. La seguridad en la detección de seroconversión en embarazadas es de gran importancia, primero porque un falso positivo puede ocasionar un aborto innecesario, y segundo porque la terapéutica inmediata evitaría cuadros graves para el feto.

Una de las formas que coadyuvan en la prevención de las enfermedades transmisibles es el conocimiento de la forma en que éstas se adquieren. En el caso de la toxoplasmosis lo esencial es evitar la ingestión de las formas infectantes del parásito. De ahí la importancia de recomendar y explicar las medidas fundamentales que debe adoptar la embarazada seronegativa para evitar la primoinfección durante el embarazo. Dado que la infección se adquiere por vía oral, las medidas se circunscriben a la higiene de las manos y los alimentos. Además el cuidado en relación con los gatos, evitar su alimentación con carne cruda, cuidados especiales con sus materias fecales, control de ratones y ratas que son fuente de infección para los mismos y de forma general