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Evaluación de la acción terapéutica para el tratamiento de las infecciones de vías urinarias en un hospital privado de la Ciudad de México

complicada. La forma de presentación sintomática varía desde síntomas irritativos (polaquiuria, frecuencia, urgencia) hasta manifestaciones sistémicas como bacteriemia y sepsis. (5) En pacientes con enfermedades neurológicas puede ser complicada la manera de presentación y la única forma sería como deterioro neurológico o fatiga. (2,7)

Las bacterias más comunes son Escherichia coli en primer lugar y después Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabillis y Morganella morganii. (8) Los organismos aislados en infecciones complicadas tienden a ser más resistentes que en las no complicadas. (5)

El diagnóstico por laboratorio debe ser con examen general de orina y urocultivo previo al tratamiento con antibióticos. En el examen general de orina, los datos importantes a buscar son nitritos, bacteriuria, piuria y, en ocasiones, hematuria. (1,5) El urocultivo, cuando se toma previo a tratamiento con antibióticos, tiene una sensibilidad de 50-95% y especificidad de 85-99%. Nos ayuda a confirmar la infección de vías urinarias, a identificar el organismo y sus susceptibilidades. Sin embargo, es importante recordar que el urocultivo no nos hace el diagnóstico de infección de vías urinarias. (9,10) El número de bacterias que se considera importante para diagnosticar es mínimo de 10^8 cfu/L en pacientes sin cateterización. En pacientes en quienes se obtiene la muestra por catéter, cualquier número es considerado como infección. (2,11)

El tratamiento para la infección asintomática no está recomendado, ya que no ofrece beneficio en los pacientes, ni en los portadores de sonda vesical, ni geriátricos, ni diabéticos. (3) En los pacientes sintomáticos, de manera empírica, se recomienda el inicio de tratamiento con quinolonas; debido al aumento creciente de la resistencia a trimetroprim/sulfametoxazol, éste no se recomienda como primera línea de tratamiento en poblaciones en las que ya se conoce que existe susceptibilidad importante. (1,5,6) En un estudio llevado a cabo en Monterrey, analizaron 652 urocultivos y evaluaron la resistencia antimicrobiana en la infección urinaria por Escherichia coli, se encontró una resistencia alta de 59% y 32.8% para trimetroprim sulfametoxazol y quinolonas respectivamente; por lo que concluyen que no se recomienda la terapia empírica con estos dos antibióticos. (9) La duración del tratamiento puede ser de 5 a 14 días. El régimen de 7 días se recomienda para pacientes con infecciones de vías urinarias bajas y el de 14, para pacientes con presentación más severa, bacteremia o sepsis. Para pielonefritis, se pueden dar ciclos cortos de 3 días con aminoglucósido. (1,5,6,13)

Las infecciones de vías urinarias son las infecciones más comunes en el mundo. En Estados Unidos de Norteamérica, se estimaron 8.6 millones de visitas en 2007. (14) En cuanto al panorama en México, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó en 2011 que las infecciones de vías urinarias ocuparon el tercer sitio dentro de las principales causas de morbilidad. (15) Debido a la frecuencia de estas infecciones en nuestro medio, así como a los patrones de resistencia incrementados, decidimos valorar el protocolo de estudio y manejo en los pacientes con diagnóstico de infección de vías urinarias en nuestro hospital y compararlo con las guías de práctica clínica actuales.

MATERIAL Y MÉTODO

Se realizó un estudio descriptivo y retrospectivo de expedientes con diagnóstico de infección de vías urinarias durante el año 2012. Se incluyeron los expedientes en los que se documentó la infección de vías urinarias de pacientes adultos (mayores de 18 años). Los criterios de exclusión fueron mujeres embarazadas y expedientes incompletos. Se obtuvo un total de 148 expediente, se excluyeron 15. Quedó una muestra final de 133 expedientes. Para el registro de la información, se diseñó una cédula con base en las Guías de Práctica Clínica de Diagnóstico y Tratamiento de Infección de vías urinarias, tanto mexicanas como extranjeras. (1,5,6,7,11,12)

Se identificó cómo se realizó el diagnóstico, los estudios realizados, el tratamiento instaurado y si existió la necesidad de cambio de tratamiento. Se desarrolló una base en Excel para recolectar los datos y se aplicaron pruebas de estadística descriptiva. Se obtuvieron valores porcentuales de las variables y se calcularon frecuencias simples y porcentajes.

RESULTADOS

La distribución por género fue la siguiente: 74% mujeres y el 26% hombres.

La distribución por grupos de edad fue de la siguiente manera: 64% se encontraban en el grupo de los adultos mayores (60 años o más), 16% en el grupo de 48 a 59 años, 11% en el grupo de 39-48 años y 5% y 4% en los grupos de 29 a 38 años y 18 a 28 años, respectivamente. (Gráfico 1).

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Infecciones urinarias. Edad

Los antecedentes personales patológicos fueron: hipertensión arterial sistémica en el 57%, diabetes mellitus tipo 2 en el 50%, enfermedad renal crónica en el 13%, enfermedades cardiovasculares (incluye cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular) en el 12%, enfermedades pulmonares, (incluye enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma) en el 12%, hiperplasia prostática benigna en el 8%, hipotiroidismo en el 6%, antecedente de cáncer (incluye tiroides, mama, piel, ovario, leucemia mieloide crónica y mieloma múltiple) en el 6%, osteoartritis en el 6%, antecedente de evento vascular cerebral en el 6%, enfermedades hepáticas (incluye insuficiencia hepática y cirrosis) en el 5%, enfermedad de Parkinson en el 4%, enfermedades psiquiátricas (incluye depresión y ansiedad) en el 3%, glaucoma en el 3%, enfermedades reumatológicas (incluye Sjögren, lupus eritematoso sistémico y artritis reumatoide) en el 3%, enfermedad de Alzheimer en el 2%. El 16% eran sanos. (Gráfico 2)

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Infecciones urinarias. Antecedentes patológicos

Los síntomas que motivaron a los pacientes a acudir a recibir atención médica fueron los