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Medicamentos antituberculosos. Tratamiento

Medicamentos antituberculosos

Resumen:

La tuberculosis ha emergido como un enorme problema de salud pública en las últimas décadas. A nivel mundial es la segunda causa infecciosa de muerte después de la infección por VIH. Es por ello que se realizó una revisión bibliográfica durante el período de octubre a noviembre de 2013 con el objetivo de mostrar las drogas anti-tuberculosas utilizadas en la terapia farmacológica estándar de esta enfermedad.

Medicamentos antituberculosos

AUTORES:

  1. Maylín Miranda Vergara. Estudiante de tercer Año de Medicina.
  2. Taimí Miranda Vergara. Estudiante de quinto Año de Medicina. Alumna Ayudante en Cirugía General.
  3. Yanier Serrano García. Médico General Básico. Diplomado en Oftalmología Clínica.
  4. Mebel Agramonte Cuan. Especialista de primer grado en Medicina Interna. Profesor Asistente. Máster en Enfermedades Infecciosas.
  5. Juan Carlos González Rodríguez. Especialista de primer grado en Medicina Interna. Profesor Asistente.
  6. Alena Vejerano Duany. Especialista de primer Grado en Medicina General e Integral. Profesor instructor. Máster en Enfermedades Infecciosas. Residente terminal en Oftalmología.

Universidad de Ciencias Médicas Dr. ¨Carlos J. Finlay¨, Camagüey. Cuba.

Dentro de los objetivos de la terapia anti-tuberculosa son asegurar la cura sin recaídas además de prevenir la muerte y evitar la transmisión de la enfermedad previniendo la aparición de cepas multirresistentes. Las pautas más eficaces para el tratamiento la tuberculosis son las que incluyen isoniacida, rifampicina y pirazinamida durante dos meses, con un cuarto fármaco asociado (etambutol o estreptomicina) en áreas con resistencias primarias a isoniacida. Las drogas de segunda línea son de más difícil manejo y sólo deben usarse cuando sea imprescindible, deben ser dadas y monitorizadas por profesionales con experiencia en su uso.

Palabras clave: tuberculosis, rifampicina, isoniazida, estreptomicina, pirazinamida, etambutol.

Introducción:

La Tuberculosis (TB) es una enfermedad cuya presencia ha sido constante en la historia de la humanidad. Quizás la primera «cita bibliográfica» que se pueda hallar en relación a ella, se encuentre en los libros del Antiguo Testamento, donde se hace referencia a la enfermedad consuntiva que afectó al pueblo judío durante su estancia en Egipto, tradicional zona de gran prevalencia de la enfermedad. (1, 2)

A pesar de existir desde tiempos remotos, no puede ser considerada como una enfermedad del pasado, ya que actualmente mata a aproximadamente 2 millones de personas por año en el mundo. Se han encontrado sus huellas en restos humanos procedentes del neolítico. Paul Bartels en su ya clásico artículo de 1907, describió el primer caso de tuberculosis a partir de varias vértebras dorsales encontradas en un cementerio de Herdelherg, pertenecientes a un adulto joven que vivió aproximadamente en el año 5 000 a.n.e. (1)

Ha sido posible seguir el rastro de la tuberculosis en momias egipcias, en los textos de medicina clásica y en los testimonios históricos a través de las curas por el “toque real”. En los primeros escritos médicos fue descrita con los nombres de consunción o tisis (phthisis) y es así como hay datos de la cultura hindú que la describen como consunción (latín consumere). (1, 3,4)

Roberto Koch, nace el 11 de diciembre de 1843, y se dedica a la investigación científico-bacteriológica. El 24 de marzo de 1882 presenta a la Sociedad de Fisiología de Berlín una comunicación titulada ‘‘Sobre la etiología de la tuberculosis», demostrando la existencia del Mycobacterium tuberculosis como único agente causal de la tuberculosis en todas sus formas, la vía de transmisión de sujeto a sujeto, métodos de tinción, cultivo y formas de reactivación en el humano. A la tuberculina, proteína derivada del germen, inicialmente se le atribuye poder curativo y hoy en día es utilizada con el nombre de PPD como elemento de estudio epidemiológico y de diagnóstico de gran importancia. (1)

La emergencia de la tuberculosis constituye una amenaza para la salud pública mundial, a pesar de la existencia de tratamientos eficaces y las medidas de control promovidas por la OMS y la UICTER mediante la estrategia DOTS (tratamiento directamente observado de corta duración). (5)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año hay 9 millones de casos nuevos de tuberculosis. Aproximadamente 2 mil millones de personas (1 de cada 3 en el mundo) están infectadas por Mycobacterium tuberculosis. Anualmente, mueren de tuberculosis aproxima­damente 1.5 millones de personas, lo que la convierte en la segunda causa principal de muerte por enfermedades infecciosas después del VIH/sida, (4) y se proyecta que para el año 2020 el número de casos nuevos se elevará a 10 millones si no se logran implementar medidas que contribuyan al control de esta enfermedad.(6)

En 2012, 8,6 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1,3 millones murieron por esta causa. (7)

En la región de las Américas, según informes de la OMS-OPS el número de casos notificados oscilaba entre 230 000 y 250 000. Existen diferencias en cuanto a la carga de la enfermedad en cada país, lo que permite la clasificación y las necesidades de acción. (5)

La historia de la tuberculosis en Cuba ha sido muy bien estudiada. No obstante, se considera oportuno destacar que entre los antecedentes de la lucha contra la enfermedad tuberculosa en el país, según Carlos María Trelles Govín, el impreso más antiguo sobre tuberculosis en Cuba es una hoja suelta titulada “Sucinta disertación sobre la tisis” de 1791, están además los artículos que escribió en 1850 el doctor Ramón de Piña y Peñuela, en los que se relaciona la topografía médica con la enfermedad. En la