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Una picadura de garrapata y la enfermedad de Lyme

Una picadura de garrapata y la enfermedad de Lyme

Autora principal: Jana Plou González

Vol. XV; nº 24; 1242

A tick bite and Lyme disease

Fecha de recepción: 06/10/2020

Fecha de aceptación: 11/12/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 24 –  Segunda quincena de Diciembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 24; 1242 

AUTORAS POR ORDEN:

1ºJana Plou González (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España).

2ºAlba Domínguez Romero (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España).

3ºEva Ciprés Añaños (CRP Santo Cristo de los Milagros, Zaragoza, España.

4ºLucía Largo Sola (Centro de Salud Actur Oeste, Zaragoza, España).

5ºCristina Villar Yus (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España).

RESUMEN

Objetivo principal: con la redacción de este artículo se está pretendiendo ampliar o mejorar el conocimiento en relación a una enfermedad infecciosa bacteriana como es la enfermedad de Lyme. Hay que tener muy presente la necesidad primordial de saber reconocer rápidamente los signos y síntomas agudos de esta enfermedad, para así poder llevar a cabo de la forma más temprana posible el tratamiento correspondiente. Sin un diagnóstico y tratamiento temprano, podría llegar a aumentar el riesgo de transformarse en una enfermedad de tipo grave con su consecuente incremento de manifestaciones clínicas y secuelas.

Metodología: se ha utilizado como herramienta de trabajo para la realización de este artículo una búsqueda bibliográfica a través de diversas páginas o sedes web oficiales, bases de datos, etc. para poder llegar a redactar de una forma útil, clara y resumida la información analizada acerca de la enfermedad de Lyme.

Conclusión principal: es importante saber que esta enfermedad no es de tipo contagioso, y por tanto no se puede transmitir de una persona a otra. Se debe incidir en la educación sanitaria en cuanto a materia de prevención, sobre todo en personas que viven en zonas endémicas de esta enfermedad, ya que es un pilar imprescindible a la hora de lograr una disminución en su incidencia de casos.

Palabras clave: enfermedad de Lyme, Borrelia Burgdorferi, eritema migrans, garrapata.

ABSTRACT

Main objective: with the writing of this article the aim is to expand or improve knowledge regarding a bacterial infectious disease such as Lyme disease. It´s necessary to bear in mind the fundamental need to know how to quickly recognize the acute signs and symptoms of this disease, in order to be able to carry out the corresponding treatment as early as possible. Without early diagnosis and treatment, it could increase the risk of transformation into a severe disease with its consequent increase in clinical manifestations and sequelae.

Methodology: a bibliographic search through different pages or official web sites, databases, etc. has been used as a working tool to carry out this article. To be able to write in a useful, clear and summarized way the analyzed information about Lyme disease.

Main Conclusion: it´s important to know that this disease is not contagious, and therefore cannot be transmitted from one person to another. There should be an impact on health education in terms of prevention, especially in people living in endemic areas of this disease, since it´s an essential pillar when it comes to reducing its incidence of cases.

Keywords: Lyme disease, Borrelia Burgdorferi, erythema migrans, tick.

INTRODUCCIÓN (1-7,9)

La enfermedad de Lyme o Borreliosis de Lyme es una zoonosis causada por una bacteria espiroqueta gramnegativa anaerobia llamada Borrelia Burgdorferi, este microorganismo se encuentra en algunas especies de garrapatas de nuestro medio. Dicha enfermedad se transmite y llega a presentarse en humanos a través de la picadura de una de estas garrapatas infectadas con la bacteria en cuestión, por tanto, es considerada una zoonosis ya que son los animales los que actúan como reservorio de dicha espiroqueta, generalmente roedores (ratones, ardillas, musarañas) y cérvidos (ciervos y venado).

La enfermedad más prevalente es la transmitida a través de las garrapatas, ya que ha llegado a ser endémica en ciertas partes de Estados Unidos, Europa y Asia. Existen cuatro tipos de especies de espiroquetas causantes de dicha patología, la Borrelia Burgdorferi y la Borrelia Mayonii la causan en los Estados Unidos, mientras que la Borrelia Afzelii y la Borrelia Garinii en Europa y Asia.

Por otra parte, las bacterias más comunes en dichas regiones se transmiten a través de la picadura de alguna de las siguientes garrapatas de género Ixodes, las cuales poseen un alto poder de propagación de la bacteria culpable de esta patología:

  • Ixodes Scapularis o garrapata de patas negras («garrapata del venado o de los ciervos») en nordeste y norte de los Estados Unidos.
  • Ixodes Pacificus o garrapata occidental de patas negras en el oeste de los Estados Unidos.
  • Ixodes Ricinus en Europa.
  • Ixodes Persulcatus en Asia.

Las garrapatas generalmente viven en bosques y praderas de Canadá, Estados Unidos, Europa y Asia, como no pueden volar, se aferran a pequeños arbustos, prados o hierba alta, generalmente cerca del suelo y esperan a que un animal o ser humano pase cerca para adherirse a su piel y alimentarse de su sangre transmitiendo a su vez la enfermedad al torrente sanguíneo del sujeto en el caso de que esa garrapata se encuentre infectada por la bacteria en cuestión.

Además, las garrapatas son pequeñas y difíciles de ver, pueden llegar a adherirse a cualquier parte del cuerpo, pero frecuentemente se adhieren a la piel en áreas difíciles de observar a primera vista, partes con pelo y/o húmedas, como sería en las ingles, axilas y entre el cuero cabelludo. Generalmente, la garrapata debe mantenerse adherida al sujeto entre 36 y 48 horas para llegar a transmitir la bacteria. Por tanto, si dentro de esos dos días de margen nos logramos deshacer de la garrapata, el riesgo de que nos haya podido transmitir la enfermedad de Lyme es bastante bajo.

Esta patología comienza a causar síntomas leves, como un pequeño sarpullido o enrojecimiento en la piel (eritema migratorio) que aparece en el sitio de la picadura de la garrapata, cefalea, fiebre, cansancio, malestar generalizado. Pero sin un diagnóstico y tratamiento temprano podría llegar a convertirse en una enfermedad de tipo grave, ya que la infección que provoca dicha bacteria podría llegar a extenderse al sistema musculoesquelético e incluso al corazón y sistema nervioso del que la padece.

FACTORES DE RIESGO (1,3,5,8,9)

Aunque cualquier persona es susceptible de ser mordida por una garrapata, hay personas que poseen más riesgo de contraer la enfermedad como muchos trabajadores, especialmente los que trabajan en la agricultura, la construcción, el paisajismo, guardabosques o la gestión de la vida silvestre, veterinarios, jardineros y cualquier persona que trabaje al aire libre o en contacto con animales que puedan portar garrapatas (incluidas mascotas, como perros, gatos, etc).

Por otra parte, también tienen un riesgo añadido de contraer esta enfermedad las personas que tengan su residencia cerca de zonas rodeadas de pastizales, zonas boscosas o las personas que pasen mucho tiempo al aire libre realizando diversas actividades (senderismo, camping, observación de aves, golf, caza, pesca, etc.), especialmente en dichas zonas.

Además, otro factor de riesgo importante sería no conseguir deshacerse de las garrapatas adheridas a la piel del sujeto de una manera inmediata y adecuada, ya que si la garrapata se logra mantener adherida a la piel entre 36 y 48 horas habrá un riesgo muy alto de que la bacteria pueda llegar a introducirse en el torrente sanguíneo del sujeto y acabar provocándole la enfermedad si esa garrapata se encontraba infectada.

Las garrapatas pueden encontrarse de forma activa en el medio ambiente la mayor parte del año. Sin embargo, es mucho mayor el riesgo de sufrir la picadura de las garrapatas entre los meses de mayo a septiembre (meses de verano), debido a que se encuentran dentro de sus ciclos biológicos de actividad y a que las personas pasan más tiempo de su vida al aire libre aprovechando el buen clima. Pero también puede haber riesgo de picaduras a principios de la estación de otoño o a finales del invierno si aún las temperaturas son inusualmente altas. Además, las garrapatas pueden llegar a desarrollarse y surgir antes de lo normal si se da un invierno especialmente templado.

CLÍNICA (1-7,9)

Las picaduras de las garrapatas generalmente son indoloras y a menudo pasan muy desapercibidas debido a los sitios tan selectivos a los que se adhieren en la piel del sujeto. En cuanto a los signos y síntomas de la enfermedad de Lyme, varían ampliamente de una persona a otra siendo cambiantes e intermitentes, pero los síntomas más comunes durante la fase inicial comienzan entre los 3 y 30 días después de la picadura de la garrapata infectada:

  • Erupción cutánea o sarpullido rojo concéntrico al área de la picadura (eritema migratorio).
  • Cansancio o fatiga, malestar general.
  • Fiebre y escalofríos.
  • Dolor de cabeza o cefalea.
  • Espasmos o debilidad generalizada (mialgias).
  • Entumecimiento u hormigueo muscular y articular (artralgias).
  • Ganglios linfáticos inflamados.

Lo más característico de esta infección es la visualización alrededor de la zona donde se ha producido la picadura de la garrapata, una erupción de tipo cutánea creciente (pequeña protuberancia o enrojecimiento) denominada como eritema migratorio o eritema migrans, esta erupción cutánea tiene el aspecto similar al de una “diana o blanco de tiro” porque conforme dicha erupción se va haciendo más y más grande y va ensanchándose, el color se vuelve más claro entre el centro y su zona más periférica imitando el dibujo que forma una diana de tiro, conforme pasan los días y se sigue extendiendo puede tomar forma de lo que se denomina en “ojo de buey” por la nueva forma que presenta. Generalmente aparece de 7 a 14 días después de la picadura en el 70-80% de los pacientes y puede durar hasta 8 semanas, el eritema de color más oscuro en el centro suele estar indurado y caliente al tacto, pero no causa dolor ni picor.

Si la infección causada por la bacteria que porta la garrapata no es tratada lo antes posible o de forma correcta podría llegar a extenderse o diseminarse al sistema musculoesquelético e incluso al corazón y sistema nervioso del que la padece, provocando por lo tanto los nuevos síntomas durante las semanas, meses o años siguientes:

  • Erupciones o sarpullidos cutáneos adicionales secundarias y múltiples en otras zonas del cuerpo, generalmente de menor tamaño y sin induración central.
  • Cefaleas severas con rigidez de cuello.
  • Artritiscon dolor intenso (Artritis de Lyme), entumecimiento u hormigueo e hinchazón de las articulaciones (especialmente en rodillas y cadera).
  • Parálisis facial temporal de un lado de la cara (Parálisis de Bell).
  • Episodios de mareos(sincope) o dificultad respiratoria (disnea de esfuerzo).
  • Palpitaciones, bloqueos auriculoventriculares, arritmias en el latido cardíaco (carditis de Lyme).
  • Leve encefalopatía con confusión mental, trastornos del humor, del ciclo sueño-vigilia y de la memoria.
  • Meningitis linfocítica o meningoencefalitis.

DIAGNÓSTICO (1,2,4,5,7)

El diagnóstico se debe basar en la realización de un examen médico completo para conseguir obtener la máxima información posible acerca de los signos y síntomas observables (eritema migratorio) que presente el paciente, la probabilidad real que tiene de haber estado en contacto directo con garrapatas de patas negras infectadas y las actividades de tipo laboral y de tiempo libre llevadas a cabo si se encontrara en una zona endémica, para así poder llegar a establecer un diagnóstico clínico y diferencial de la enfermedad de Lyme.

Cuando una persona se encuentra infectada por la bacteria en cuestión, su cuerpo produce anticuerpos (proteínas inmunitarias) a modo de respuesta para protegerse contra dicha infección bacteriana. Por tanto, la mayoría de las pruebas diagnósticas para la enfermedad de Lyme consisten en la detección de anticuerpos mediante un análisis de sangre venosa (serología) del paciente. A su vez, si es preciso se pueden llevar a cabo cultivos de sangre venosa y de otros líquidos corporales como del líquido cefalorraquídeo o del líquido sinovial para descartar que el origen de la enfermedad sean otros pátogenos.

Estos anticuerpos pueden llegar a tardar incluso semanas (de 2 a 5 semanas) en desarrollarse por lo que hay veces que dicha prueba puede mostrar «falsos negativos», debido a que aún habrá una cantidad insuficiente de anticuerpos en la sangre necesaria para que los análisis los puedan detectar con la precisión requerida, si dicha prueba diagnóstica se ha realizado poco tiempo después de haberse producido la picadura de la garrapata.

Se pueden llevar a cabo dos pruebas diagnósticas para la enfermedad de Lyme, la primera sería el llamado ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) y si se detectaran los anticuerpos esperados, tras ésta se realizaría la prueba de electroinmunotransferencia de Western Blot, ya que se utiliza como prueba confirmatoria del diagnóstico.

TRATAMIENTO (1,2,4-7)

Los antibióticos como la amoxicilina, doxiciclina, cefuroxima y la ceftriaxona por vía oral o parenteral (según la severidad de las manifestaciones), son bastante efectivos en el tratamiento de la enfermedad de Lyme, especialmente cuando el tratamiento se administra de una forma inmediata y se adapta de una manera adecuada al estado actual de la enfermedad en el que se encuentre el paciente y a su edad. Debido a que, en personas alérgicas a un antibiótico de tetraciclina, mujeres embarazadas, lactantes y niños menores de 8 años se evitaría la doxiciclina y en estos últimos, las dosis del resto de antibióticos se ajustarían según sus cifras de peso corporal. Además, se suele recomendar la toma de analgésicos y de antinflamatorios (AINE) para paliar los síntomas clínicos referentes al dolor e inflamación sufridos.

El tratamiento precoz de esta infección en una etapa temprana y localizada del paciente supondrá la curación de manera completa de la gran mayoría de los casos de esta enfermedad. Por tanto, el pronóstico suele ser positivo para los pacientes, sin embargo, algunos casos en las últimas etapas de la enfermedad pueden ser difíciles de tratar y algunos síntomas como los relacionados con la artritis pueden persistir incluso después del tratamiento administrado.

Por otra parte, en las zonas endémicas del mundo donde viven los tipos de garrapatas causantes de la enfermedad de Lyme, no se recomienda entre la población de dichas zonas el uso de una profilaxis antibiótica de manera inmediata para prevenir la aparición de esta enfermedad después de una picadura de garrapata ya que se deben de dar muchos otros factores como la identificación fiable del tipo de garrapata que le ha producido la picadura, el tiempo de adhesión a la piel, la edad y otras características personales del sujeto, etc.

PREVENCIÓN (1-5,8,9)

Es importante tener sentido común y tomar las precauciones necesarias en el caso de vivir, trabajar o encontrarse por cualquier motivo en zonas con riesgo de estar infectadas por garrapatas. La mejor prevención que se puede llevar a cabo es evitar las zonas boscosas y con hierbas altas endémicas donde viven las garrapatas de patas negras que pueden causar dicha enfermedad. Algunas precauciones o recomendaciones simples que se puede tomar para disminuir el riesgo de contraer la enfermedad serían:

  • Usar ropa de manga larga que cubra la piel, zapatos cerrados, guantes y sombrero.
  • Usar ropa de tonalidades o colores claros para poder visualizar más fácilmente a las garrapatas en el caso de que fuera preciso.
  • Usar repelentes para insectos de una concentración de DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida) del 20% o superior. Se debe aplicar sobre la ropa, pero también sobre la piel evitando manos, ojos y boca. Hay que recordar que los repelentes son productos tóxicos y por tanto hay que tener una serie de precauciones al usarlos.
  • Al desvestirse revisar la ropa y la piel en busca de garrapatas, especialmente después de volver de un área infestada de ellas. Es muy útil para eliminar las garrapatas que se puedan tener y todavía no se hayan conseguido adherir a la piel el ducharse nada más llegar a casa. Lavar y secar esa ropa a altas temperaturas.
  • Seguir los senderos marcados caminando por el centro de ellos y evitar caminar a través de arbustos o prados con hierba alta.
  • Si se vive en zonas endémicas y se tiene jardín, eliminar los arbustos y cortar el césped de manera periódica. También se debería apilar la madera ya cortada en una zona seca y soleada y de manera ordenada en el jardín para evitar que aparezcan roedores, los cuales también pueden ser el vehículo para estas garrapatas.

Se deben eliminar de la forma más inmediata posible a las garrapatas, para ello con unas pinzas de punta fina se agarrará la garrapata tan cerca de la superficie de la piel como se pueda. Después, se debe tirar hacia arriba de ella con una fuerza uniforme y constante sin interrupciones. Hay que realizarlo con cuidado sin llegar a aplastarla ni retorcerla ya que queremos sacarla entera y por completo con todas sus partes, es decir, de una pieza.

Una vez que se ha conseguido sacar a la garrapata entera, se debe lavar bien la zona de la picadura de ésta con agua y jabón y aplicar un antiséptico como alcohol o una solución de yodo en la zona. Se ha de desechar o eliminar la garrapata extraída de la piel del paciente colocándola en una solución alcohólica, metiéndola en una bolsa con cierre hermético o con algún tipo de sellado, envolviéndola usando una cinta adhesiva o tirándola a través del inodoro.

Se deben evitar utilizar remedios caseros para su extracción como llenar a la garrapata de vaselina en gel o pintar su cuerpo con esmalte de uñas o usar otro tipo de irritantes o incluso usar calor para favorecer su desprendimiento de la piel. Hay que recordar que lo que se pretende es eliminarla lo antes posible del cuerpo no esperar a que se separe sola con esos u otros remedios tradicionales.

Tras ser extraída la garrapata de la piel se requiere prestar una especial atención a la piel por la posibilidad que se tiene de desarrollar algún tipo de sarpullido o erupción o incluso fiebre en los días y semanas siguientes tras la eliminación de la garrapata. Debido a que, si se presenta alguno de estos signos o síntomas, se debe acudir a un médico lo antes posible, aunque el riesgo real que existe de contraer la enfermedad de Lyme va a depender de muchos otros más factores añadidos, como el lugar donde se reside, el tipo de garrapata que provocó la picadura y el tiempo que estuvo adherida a la piel.

ANIMALES DOMÉSTICOS (4,9)

Algunos animales domésticos o también llamados mascotas (especialmente los perros) pueden llegar a padecer la enfermedad de Lyme. Éstos suelen presentar síntomas entre los 7 y 21 días después de sufrir la picadura y cursan con fiebre, inflamación de las articulaciones y cojera, disminución o pérdida del apetito y a veces pueden llegar a desarrollar una insuficiencia renal grave pudiendo ser mortal para ellos.

Sin embargo, por el momento aún no existen suficientes evidencias en los estudios científicos realizados hasta la fecha, acerca de que los animales domésticos consigan llegar a transmitir la enfermedad directamente a los seres humanos que se encuentren en estrecho contacto con ellos. Pero sí que se sostiene el hecho de que pueden llevar adheridas garrapatas infectadas en su piel y por tanto tendrían una función dentro de la cadena de transmisión como reservorio de la enfermedad.

Para reducir el riesgo de que un animal doméstico pueda ser víctima de una picadura de garrapata y por tanto de contraer la enfermedad de Lyme, se pueden poner en práctica alguna serie de recomendaciones simples a modo de prevención, las cuales serían:

  • Usar una correa para mantener al perro atado y controlado no permitiéndole que deambule por zonas infestadas de garrapatas.
  • Examinar periódicamente a las mascotas en busca de garrapatas de todo tipo y con más atención si vive en una zona endémica o si vuelve de una zona de riesgo.
  • Usar productos de manera regular para el control de garrapatas tanto tópicos (champús, aerosoles) como orales o en forma de collares antigarrapatas.
  • Si es apropiado para el animal, vacunarles para crearles una inmunidad de tipo artificial contra la enfermedad (existen dos tipos de vacunas para perros, para gatos no hay ya que no parecen ser susceptibles a padecer dicha enfermedad).

CONCLUSIONES

– La enfermedad de Lyme es una zoonosis, ya que se trata de una infección transmitida por garrapatas infectadas de una bacteria de tipo espiroqueta denominada Borrelia Burgdorferi. El primer signo clínicamente observable consiste en la aparición de una erupción cutánea o eritema migratorio justo alrededor de la zona donde se ha producido la picadura en cuestión, tras esto pueden aparecer ciertos síntomas muy similares a los que se pueden sufrir con una gripe convencional, aunque también pueden llegar a desarrollarse en el paciente alteraciones de tipo musculoesquelético, neurológico e incluso cardíaco.

– El diagnóstico de esta enfermedad suele ser principalmente de tipo clínico, acompañado de pruebas serológicas basadas en un análisis de los anticuerpos generados contra la infección causante. Por otra parte, el tratamiento de esta enfermedad consistirá en la administración de varias clases de antibióticos dependiendo de ciertos factores como la edad del paciente, la fase de la enfermedad en la que se encuentre y de su estado general, y su eficacia obviamente será mayor cuanto antes se inicie éste en el tiempo.

– Se ha de tener muy en cuenta que si la garrapata se logra mantener adherida a la piel entre 36 y 48 horas habrá un riesgo muy alto de que la bacteria que contengan se introduzca en el torrente circulatorio del sujeto, y le termine provocando la enfermedad si esa garrapata se encontraba previamente infectada, por tanto, si conseguimos eliminarla dentro de ese periodo de tiempo es bastante improbable que pueda transmitirse la enfermedad.

– Es importante saber que esta enfermedad no es de tipo contagioso, y por tanto no se puede transmitir de una persona a otra. Se debe incidir en la educación sanitaria en cuanto a materia de prevención, sobre todo en personas que viven en zonas endémicas de esta enfermedad, ya que es un pilar imprescindible a la hora de lograr una disminución en su incidencia de casos.

– Se deberían de poder llevar a cabo más estudios científicos, tanto para la comprensión de la persistencia que tienen algunas manifestaciones clínicas en ciertos pacientes tras un tratamiento considerado efectivo con antibioterapia, como para la realización de alguna vacuna autorizada para la prevención de la enfermedad de Lyme.

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