Abuso sexual en niños y condiloma acuminado. Presentación de un paciente
Se considera abuso sexual infantil o pederastia a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder.
Abuso sexual en niños y condiloma acuminado. Presentación de un paciente
Autores: Dra. Mabel Rodríguez Hernández (1) Dra. María G. Chamizo Cabrera (2), Dra. Merlín Llerena González (3), Dr. Orlando Capote Tabares, (4), Dra. Diane Cordovéz Rodríguez (5).
- Especialista de II Grado en Medicina General Integral. Profesora Auxiliar. Master en Atención Primaria de Salud. Universidad de Ciencias Médicas “Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Santa Clara. Villa Clara. Cuba.
- Especialista de II Grado en Dermatología. Profesora Asistente. Master en Enfermedades Infecciosas. Hospital Pediátrico José Luís Miranda”. Santa Clara. Villa Clara. Cuba
- Especialista de I grado en Medicina General Integral. Profesora Asistente. Master en Longevidad Satisfactoria. Policlínico José Ramón León. Santa Clara. Villa Clara. Cuba
- Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesor Instructor. Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro. Santa Clara. Villa Clara. Cuba.
- Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesora Instructora. Policlínico Santo Domingo. Villa Clara. Cuba.
Universidad de Ciencias Médicas “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Villa Clara. Cuba
Resumen
Es un problema universal que está presente, en todas las culturas y sociedades constituyendo un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. Constituye una experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica. Todo abuso sexual es una violación al cuerpo, a los límites y a la confianza; es una ruptura a los límites personales, emocionales, sexuales y energéticos que provocan heridas profundas y que dejan cicatrices a nivel físico, emocional, espiritual y psicológico.
En este caso se trata de menor de 10 años de edad, blanca, femenina que fue víctima de un abuso sexual, comenzando luego con lesiones en los genitales. Esta niña ha presentado indicadores compatibles con secuelas del abuso sexual (tristeza, resistencia a la exploración) que han requerido una ampliación de las exploraciones en mejores condiciones (sedación general en quirófano); lo que ha permitido detectar indicadores altamente específicos, concluyentes, de abuso sexual (lesiones en el clítoris, cara interna de labios mayores, introito vaginal y región perianal compatibles con condiloma acuminado fundamental en el diagnóstico de certeza de abuso sexual.
En los adultos, el trastorno se considera una infección de transmisión sexual, pero en niños la presencia de estas es indicador de abuso sexual.
Palabras Clave: abuso sexual, condiloma acuminado, verrugas genitales.
Introducción
De manera genérica, se considera abuso sexual infantil o pederastia a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder. Se trata de un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y sociedades y que constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. Supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo. El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta. (1)
En su mayoría, los abusadores son varones (entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños. (2)
El abuso infantil se ha convertido en el mayor problema de salud a nivel mundial según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Datos recientes de la OMS muestran que 40 000 000 niños entre las edades de 0-14 alrededor del mundo sufren de abuso y negligencia requiriendo los servicios de salud y trabajo social. Se reportan más de 80,000 casos al año de abuso sexual a los niños/niñas pero el número de casos que no se reporta es aún mayor.
Estudios realizados en 19 países, entre los que se encuentran Sudáfrica y Suecia, han reportado un rango de prevalencia de abuso sexual entre 7 y 34% en niñas y 3 a 29% entre los varones. (1)
El síndrome de abuso sexual y el incesto son problemas sociales conocidos desde hace muchas décadas, sin embargo las prohibiciones impuestas por la familia y la sociedad, impidieron entrar en los detalles íntimos surgidos en las distintas formas de presentación. (3)
El abuso sexual se define como “la implicación de niños y adolescentes dependientes e inmaduros en cuanto a su desarrollo, en actividades sexuales que no comprenden plenamente y para las cuales son incapaces de dar su consentimiento informado o que violan los tabúes sociales o los papeles familiares”. (4) El “National Center and Neglect” de los EE.UU., define a estas actividades como “contactos o interacciones entre un niño y un adulto, cuando el primero se utiliza para estimulación sexual del segundo o de otra persona”. (5)
Todo abuso sexual es una violación al cuerpo, a los límites y a la confianza. Es una ruptura a los límites personales, emocionales, sexuales y energéticos que provocan heridas profundas y que dejan cicatrices a nivel físico, emocional, espiritual y psicológico. Esto produce en las personas una serie de síntomas que se pueden convertir en las semillas para iniciar el proceso de recuperación, agravado si se tiene en cuenta que en los