Administración de fármacos por vía intramuscular. Análisis de la técnica
La vía intramuscular, usada en multitud de ocasiones por las ventajas que presenta, precisa como cualquier técnica una serie de conocimientos y cuidados previos y posteriores a la realización. Conocer, prevenir y educar al paciente resulta muy importante para el éxito del procedimiento.
Autores
Pablo Solana Clemente. Graduado en Enfermería
Cristina Palacín. Graduada en enfermería
Sara Poderós. Graduada en enfermería
Natalia Sánchez Gallego. Graduada en enfermería
Judit Vera Bailón. Graduada en enfermería
Palabras clave: intramuscular, punción, fármacos.
Abstract
Intramuscular injection, used in many occasions for the advantages, requires as any technique a series of knowledge and cares before and after the procedure. Knowing, preventing and educating the patient is very important for the success of the procedure.
Keywords: intramuscular, puncture, drug
El objetivo de la técnica de administración intramuscular es la de administrar fármacos a través de una punción en el músculo, para que después se absorba y tenga el fin deseado, ya sea preventivo o terapéutico
Esta técnica de administración no es inocua, como posiblemente cualquier otra y tiene una serie de contraindicaciones, ya sea por una absorción anormal, cuando pueda existir peligro para el paciente o como es lógico cuando el paciente ha presentado una reacción alérgico al fármaco administrado por otras vías de administración.
Así mismo, los casos de insuficiencia circulatoria son un punto de contraindicación de esta vía por el enlentecimiento de la absorción, recurriendo por tanto a otras vías como puede ser la venosa.
Como en la mayoría de procedimientos de enfermería se deben tener en cuenta una serie de precauciones previas a la administración de la medicación. Quizá la más importante sea el aseguramiento de que el paciente no tiene antecedentes de alergia o de intolerancia al fármaco.
En cada paciente debemos valorar de manera individualizada la zona de punción, eligiendo de todas las disponible la más adecuada para evitar posibles lesiones en los nervios.
Los lugares con inflamaciones, edemas o irritaciones, igual que las zonas con problemas dermatológicos están contraindicados para su punción.
Una vez realizada la punción, es imprescindible aspirar varias veces para asegurar que la aguja intramuscular, no ha alcanzado ningún zona con vasos sanguíneos.
En pacientes crónicos, que requieren administración farmacológica por esta vía de manera continua, debemos establecer un programa para rotar el punto de punción con el fin de dejar que las zonas puncionadas se recuperen de manera favorable.
No menos importante es la comprobación de la integridad del fármaco a administrar, así como su conservación y su fecha de caducidad
Información al paciente
Por todos es conocida la incertidumbre que genera el someterse a una punción. De este modo, informar al paciente es crucial. Así, tendremos que explicarle en qué consiste la técnica, el por qué de la misma y las precauciones y signos de alarma posteriores a la administración.
Así mismo, el paciente tiene que ser consciente de que puede experimentar una sensación de escozor y dolor leve que puede variar en función de factores personales, de la gestión del dolor y de la medicación a administrar.
También resulta muy importante exponer las distintas zonas a puncionar, haciendo partícipe al paciente del proceso, pudiendo elegir si no existe contraindicación la que pueda resultarle más cómoda.
Regiones anatómicas para posible punción
En primer lugar, y posiblemente la más utilizada es la región ventroglútea, la cual se corresponde con el glúteo medio, que a su tiempo está situado sobre el glúteo menor. En muchas ocasiones es la mejor zona de punción por su escasez de nervios y vasos de gran tamaño, por su grosor muscular y por contener menos capa grasa que la región de la nalga.
Esta zona podrá ser utilizada en todos los pacientes mayores de 7 meses de edad, ya sea en posición de decúbito supino, decúbito prono o decúbito lateral, a pesar de que en ésta última es más sencilla la localización.
Otra de las zonas de elección es la del vasto externo, ya que se trata de un músculo con un grosor adecuado y bien desarrollado en pacientes adultos y niños. De hecho, se trata de la zona de elección en los lactantes hasta que alcanzan los siete meses de edad, debido a que el desarrollo glúteo es menor en esta etapa de la vida.
En el paciente adulto, el lugar de punción viene determinado por la división de la zona del trocánter mayor y el cóndilo externo del fémur, del cuál se selecciona el tercio medio, siendo la posición adecuada en decúbito prono o sedestación.
La zona dorsoglútea, aparece formada por los músculos glúteos, pudiendo usarse en todo paciente que tenga un desarrollo adecuado de esta zona, estando contraindicado en pacientes menores de tres años, teniendo especial cuidado para evitar el nervio ciático, vasos o el propio hueso. Por lo que es preciso elegir la zona con cautela.
La palpación de la zona a puncionar se basa en localizar la espina iliaca posterosuperior, trazando una línea que nos imaginaremos hasta el trocánter mayor. Puncionar esa zona por la zona externa y por encima es seguro, puesto que el nervio irá en paralelo. La posición idónea será en decúbito prono o en decúbito lateral modificada con la rodilla flexionada, ya que así se favorece la relajación de los músculos y por tanto las molestias. La punción de esta zona, permite hasta un máximo de 7 ml de medicación.
En cuanto a la zona deltoidea, hacemos referencia al músculo deltoides, situado en la parte superior de los brazos. Su uso no es muy común salvo para situaciones concretas por su pequeño tamaño y por la proximidad con nervios y arterias. De este modo, su uso se reserva en adultos para inyecciones inferiores a dos mililitros y para ciertos tipos de vacunas. Cabe decir, que la absorción es más rápida en esta zona.
La zona de punción deltoidea la estableceremos colocando los dedos en el deltoides y el pulgar en la zona del acromion, de modo que la zona adecuada aparecerá unos cinco centímetros por debajo del mismo.
Las posiciones para la realización de la técnica idóneas, serán las más cómodas para el paciente, y dónde el personal pueda realizar una palpación y consecución de la técnica adecuada.
Por último, la zona del recto femoral, es otra de las zonas de punción, aunque utilizada en muy pocas ocasiones. Su inconveniente principal es el dolor que puede causarle al paciente, por lo que resulta bastante incómoda.
Complicaciones
La mayoría de las complicaciones suelen ser leves y relacionadas con la zona de inyección. Puede aparecer una lesión de los vasos sanguíneos, siendo las arterias glúteas las más comúnmente afectadas.
En algunas ocasiones, aparecen lesiones en nervios periféricos de la zona de punción como son la del nervio radial y la del ciático, apareciendo una parálisis del miembro afectado y dolor agudo.
Puede ocurrir, que la punción no alcance la zona indicada por diversos factores como pueden ser una técnica no adecuada o un movimiento brusco del paciente a la hora de realizar la misma.
Es imprescindible realizar la técnica de la forma más aséptica posible, puesto que en ocasiones, pacientes con incontinencia pueden tener alguna de las zonas de punción contaminadas por materias fecales.
Para evitar hematomas considerables, debe existir cautela en la punción de pacientes anticoagulados realizando una presión de la zona puncionada hasta que el sangrado cese.
Cuidados posteriores a la punción y precauciones
Tras la punción, debemos valorar el estado del paciente, por posibles problemas que pueden aparecer en la zona de punción o incluso por los fármacos administrados como ocurre en ocasiones con las penicilinas, antiinflamatorios y vacunas.
En caso de ser necesario la administración de varias inyecciones, hay que alternar el lugar de punción e incluso si la cantidad a administrar es considerable, valorar el cambio de plano de punción.
Si apareciera a la hora de realizar la técnica falta de integridad de la piel, inflamación, edemas o irritación, al punción se realizará a una distancia mínima de dos centímetros y medio del sitio donde se inyectó previamente.
De este modo, el registro por parte de enfermería del procedimiento en pacientes que requieren inyecciones de manera continua es importante para poder conocer su tolerabilidad y la rotación de las zonas de punción, realizando un registro del día que se administró, la dosis del fármaco prescrito, el lugar de inyección y el personal encargado de la misma.
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