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Aneurismas de grandes vasos

Aneurismas de grandes vasos

Resumen:

Un aneurisma es una protuberancia o crecimiento anormal de una arteria producido por lesión o debilidad de la pared del vaso sanguíneo. Si bien los aneurismas pueden aparecer en cualquiera de los distintos vasos sanguíneos, casi siempre se encuentran en las arterias. En el presente trabajo nos hemos planteado el objetivo de definir y conocer los diferentes tipos de aneurismas de grandes vasos, para ello hemos realizado una revisión bibliográfica a través de la búsqueda en distintas bases de datos como son Dialnet, Medline Plus y PubMed.

Autores:

Sara Garrido Manové. Graduada en Enfermería.

Lorena del Rocío Padilla Camacho. Graduada en Enfermería.

Celia Garrido Manové. Graduada en Enfermería.

 

Palabras clave: aneurisma, grandes vasos, dilatación arterial.

Introducción:

El término de aneurisma deriva del griego aneuryneim que significa “dilatar”, por lo que se define aneurisma como la dilatación localizada e irreversible de una arteria producida por la alteración de su pared.

Una definición aceptada, la de Johnston y col., es una “dilatación focal de la arteria que supone un aumento de más del 50% del diámetro esperado”, basándose los datos en las medidas obtenidas en estudios de TAC en población general. En el caso de aorta abdominal correspondería a un diámetro superior a 3cm.

Se habla de aneurisma verdadero cuando afecta a las 3 capas y de pseudoaneurisma cuando la íntima y media están rotas y la dilatación es a expensas sólo de la adventicia.

Un aneurisma se clasifica de acuerdo a su forma y el daño subsiguiente de la arteria afectada, así se encuentran con aneurisma fusiforme, sacular y disecante.

El aneurisma fusiforme, el tipo más común, tiene una forma de huso alrededor de toda la circunferencia del vaso, apareciendo un saco unilateral en el lado de la arteria. En contraste, el aneurisma sacular afecta sólo a una parte de la circunferencia arterial y se caracteriza porque presenta más posibilidades de romperse.

Un aneurisma disecante se desarrolla a partir de una grieta o rasgadura en la pared íntima que recubre una túnica media comprometida. Esta situación produce acumulación de sangre en la nueva cavidad entre las capas del vaso.

Algunas de las ubicaciones comunes de los aneurismas son:

  • Aorta.
  • Cerebro (aneurisma cerebral).
  • Miembro inferior (aneurisma de arteria poplítea).
  • Intestino (aneurisma de la arteria mesentérica).
  • Aneurisma de la arteria esplénica.

Aunque todos los tipos de aneurisma pueden desarrollarse en cualquier arteria, el lugar principal de formación es la aorta, debido a que tiene un diámetro mucho más grande y está sujeta a grandes presiones. Los aneurismas aórticos se encuentran en el segmento torácico, y más comúnmente en las porciones abdominales.

Objetivos:

Con este trabajo nos planteamos el objetivo de ofrecer la información necesaria acerca de  cuáles son los aneurismas de grandes vasos.

Metodología:

Hemos realizado una revisión bibliográfica mediante una búsqueda en distintas bases de datos como son Dialnet, Medline Plus y PubMed.

Desarrollo:

Un aneurisma es un ensanchamiento anormal de las paredes de una arteria. Las arterias son vasos sanguíneos que transportan sangre oxigenada desde el corazón hacia otras partes del cuerpo. Si un aneurisma crece, puede romperse y provocar una hemorragia peligrosa e incluso la muerte.

La mayoría de los aneurismas ocurre en la aorta, la arteria principal que sale del corazón y pasa por el pecho y el abdomen. También pueden ocurrir en las arterias del cerebro y otras partes del cuerpo. Si un aneurisma cerebral se rompe, produce un derrame.

Los aneurismas pueden desarrollarse y crecer antes de causar síntomas. Con frecuencia, si se detectan y se tratan anticipadamente, los médicos pueden detener la ruptura de los aneurismas. Para encontrarlos se usan pruebas de imágenes. Muchas veces los aneurismas se encuentran por accidente durante pruebas hechas por otras razones. Los dos tratamientos principales son las medicinas y la cirugía.

  • Aneurisma de Aorta

La aorta es un conducto a través del cual la sangre impulsada desde el ventrículo izquierdo pasa y se distribuye en el lecho arterial sistémico. El diámetro máximo en adultos corresponde a su origen (3cm), disminuyendo caudalmente siendo de 2,5cm a nivel de la porción de aorta descendente torácica hasta 1,8cm en la porción abdominal de la misma.

La aorta, además de ser un conducto de propiedades elásticas, ejerce una función activa, distendiéndose durante la sístole para almacenar parte del volumen de eyección y aprovechar su capacidad de retracción elástica durante la diástole impulsando el remanente, lo que garantiza el mantenimiento del flujo a la periferia durante la diástole.

Debido a su exposición continúa a la presión pulsátil y fuerzas de cizallamiento está particularmente predispuesta a sufrir lesiones secundarias a trauma mecánico, siendo mayor el riesgo de ruptura y de aparición de dilataciones aneurismáticas.

La arterioesclerosis es la principal causa de formación de aneurismas aórticos. El principal riesgo para la formación de aneurismas por arterioesclerosis es la hipertensión. Las cifras altas de tensión favorecen la destrucción de la capa media y disminuyen la adherencia de la íntima, debilitando así la pared arterial.

Otros factores de riesgo, como el tabaquismo e hipercolesterolemia, aparecen asociados con un aumento en la incidencia de aneurismas aórticos.

La etiología del aneurisma de aorta la podemos encontrar en la tabla 1:

ETIOLOGÍA DEL ANEURISMA DE AORTA

  • Arterioesclerosis.
  • Hipertensión.
  • Tabaquismo.
  • Hipercolesterolemia.
  • Enfermedades inflamatorias:
  • Aortitis bacterianas.
  • Aortitis por hongos.
  • Enfermedades autoinmunes:
  • Aorto-arteritis de Takayasu.
  • Arteritis de células gigantes.
  • Enfermedad de Bechcet.
  • Aortitis asociadas a enfermedad reumatoidea.
  • Aortitis relacionada con fibrosis retroperitoneal (enfermedad de Ormond).
  • Enfermedades infecciosas:
  • Aortitis luética (sífilis).
  • Drogas:
  • Cocaína.
  • Anfetaminas.
  • Origen congénito:
  • Coartación aórtica.
  • Válvula aórtica bicúspide.
  • Síndrome de Turner.
  • Traumatismo.
  • Embarazo.

Tabla 1.

  • Aneurisma de Aorta Abdominal

Los aneurismas abdominales, afectan al 2-5% de los mayores de 60 años y más en hombres que en mujeres.

La mayoría son de etiología arterioesclerótica y de ubicación infrarrenal y pueden extenderse a una o ambas arterias ilíacas (70% de los casos). Según la forma, en el 75% de los casos los aneurismas son fusiformes y el resto saculares.

El 75% de los pacientes son asintomáticos, y se descubren por hallazgos en exámenes de rutina o por una masa pulsátil en determinadas posiciones corporales. Ocasionalmente el diagnóstico se hace por laparotomía por otras patologías. Si existen síntomas, ello indica que el aneurisma está expandiéndose o que su rotura es inminente.

Los pacientes sintomáticos consultan por:

  • Dolor en el hemiabdomen superior, en zona lumbar o en la región inguinal.
  • Masa pulsátil, dolorosa a la palpación, en zona umbilical o supraumbilical.
  • Síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos y pérdida de peso, en aneurismas de gran tamaño.
  • Ruido sistólico sobre la aorta.
  • Antecedentes de calambres de larga duración en los glúteos, muslos y pantorrillas.
  • Asociado a episodios isquémicos en miembro inferior.

A menudo, la rotura del aneurisma es la primera manifestación clínica del aneurisma aórtico abdominal, se estima que sólo 1/3 se diagnostica antes de que se rompa.

El dolor abdominal o de espalda de inicio brusco, la hipotensión y la presencia de masa pulsátil en exploración física, constituyen lo que se denomina tríada clásica.

  • Aneurisma de Aorta Torácica

Alrededor de un 25% de aneurismas aórticos degenerativos afectan a la aorta torácica. En la mayoría de los casos afectan a arco y aorta descendente, a diferencia de los luéticos que tienen mayor frecuencia en aorta ascendente.

El 40% son asintomáticos en el momento del diagnóstico, siendo descubiertos por hallazgos accidentales en un examen físico y radiológico de tórax rutinario.

La edad promedio oscila alrededor de los 50-60 años, siendo éstos por lo general hipertensos.

La mayoría presentan variedad de síntomas antes de que se produzca la ruptura y muerte del paciente. La sintomatología depende de las características y tamaño de la dilatación.

El dolor torácico es generalmente el motivo de consulta más frecuente, secundario a compresión de estructuras musculoesqueléticas vecinas y, en otros casos, por ruptura del aneurisma.

La compresión de la vía aérea superior puede condicionar disnea, tos o neumonitis distal al área de obstrucción. En algunos casos la erosión del parénquima pulmonar puede dar como resultado la aparición de hemoptisis.

De manera similar, la compresión el esófago puede dar lugar a disfagia o hematemesis. La aparición de ronquera debe hacer sospechar la existencia de tracción del nervio vago a nivel del arco aórtico.

Otras manifestaciones clínicas son: (tabla 2).

SINTOMATOLOGÍA SEGÚN LOCALIZACIÓN

Aorta Ascendente

  • Dolor en el pecho profundo, difuso e intenso.
  • Insuficiencia válvula aórtica.

Aorta Transversa

Aorta Descendente

  • Asintomático hasta ruptura.

Asociados a compresión de estructuras vecinas.

Tabla 2.

  • Disección de aorta

Es más frecuente en el varón que en la mujer, con una ocurrencia máxima en la sexta y séptima décadas de vida.

La disección de aorta o aneurisma disecante de aorta se produce por la aparición de un desgarro de la íntima de la aorta, de forma brusca, dando lugar al paso de sangre desde la luz arterial a la pared de la misma, destruyendo la capa media y separando la íntima de la adventicia en zonas y distancias variables a lo largo de la aorta.

En ocasiones, el aneurisma disecante de aorta se produce sin desgarro de la íntima identificable. Suele ser una patología aguda, grave y en la mayoría de los casos mortal.

La clasificación de la disección de aorta se basa en la localización de dicha disección (tabla 3).

CLASIFICACIÓN DE STANFORD

Tipo A: Disección de la aorta ascendente y descendente.

Tipo B: Disección de la aorta descendente.

CLASIFICACIÓN DE DE BAKEY

Tipo 1: Disección de toda la aorta.

Tipo 2: Disección de aorta ascendente.

Tipo 3: Disección de aorta descendente.

Tabla 3.

Puede presentarse de forma aguda, que es la que lleva menos de dos semanas de evolución, o crónica, que es la que lleva dos o más semanas. La crónica presenta un mejor pronóstico y tiene una mortalidad menor.

La sintomatología depende de la extensión de la misma, de los vasos colaterales comprometidos y de si se produce la rotura de la adventicia. El síntoma más frecuente es el dolor torácico. Suele ser de aparición brusca, muy intenso, disminuyendo de intensidad al pasar el tiempo. La localización del dolor se relaciona generalmente con el lugar de origen de la disección.

Junto al dolor, el paciente suele presentar náuseas, vómitos, mareo y sudoración. La disección aórtica puede dar lugar a insuficiencia aórtica aguda y, secundariamente, insuficiencia cardiaca izquierda, por lo que el paciente puede presentar disnea por edema agudo de pulmón.

La rotura de la aorta puede producir derrame pericárdico y taponamiento cardiaco, refiriendo el paciente dolor torácico punzante, disnea, mareo y, a veces, síncope.

La obstrucción de las ramas de la aorta puede dar lugar a síntomas de isquemia miocárdica, accidentes cerebrovasculares, isquemia de órganos abdominales y de extremidades inferiores. Por todo ello, el paciente puede presentar angina o dolor torácico por IAM, síntomas neurológicos, dolor abdominal o un cuadro de abdomen agudo, o dolor e impotencia funcional en extremidades inferiores.

En la mayoría de los casos como se ha comentado anteriormente, los aneurismas son asintomáticos hasta su ruptura, de ahí su diagnóstico temprano. Suelen diagnosticarse por causalidad durante una exploración sistemática.

El diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente y en las exploraciones complementarias.

En relación al pronóstico de los aneurismas, resaltar que si no son tratados, los aneurismas de aorta tienden a volverse progresivamente más grandes, aunque el ritmo de crecimiento es impredecible en cada individuo. El riesgo para la salud del individuo resulta principalmente de la potencial ruptura del aneurisma aórtico causando una masiva hemorragia interna, resultando frecuentemente en una rápida muerte.

Las rupturas son más frecuentes en la aorta ascendente (65%) y menos frecuente en la aorta abdominal (32%).

Un 75% de los pacientes con disección aórtica que no recibe tratamiento muere en las dos primeras semanas. Por el contrario, el 60% de los que sí son tratados y que sobreviven a las dos primeras semanas siguen vivos al cabo de 5 años; el 40% sobrevive por lo menos 10 años.

Conclusiones:

Desde el punto de vista de Enfermería, la Enfermería tiene un gran campo de actuación en estas patologías, ya que podemos actuar en distintos niveles: preventivo-educativo como asistencial. En la prevención de estas patologías, el profesional enfermero puede educar al paciente en la modificación de los factores de riesgo aconsejándose una dieta pobre en grasas, control de la tensión arterial, realización de ejercicio físico, control del colesterol, etc.

Por tanto debemos de conocer muy bien todos estos puntos para poder abordar los cuidados necesarios.

Bibliografía:

  • Díez-Tejedor, E., Del Brutto, O., Álvarez-Sabín, J., Muñoz, M., & Abiusi, G. (2001). Clasificación de las enfermedades cerebrovasculares. Sociedad Iberoamericana de Enfermedades Cerebrovasculares. Rev Neurol, 33(5), 455-64.
  • Torralba, M.D & Serrano, F.J. (2015). Aneurismas de grandes vasos. En Experto Universitario de Enfermería en patología vascular. (pp.333-362). Madrid: Logoss.