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Propuesta sobre metodología enfermera para detectar y eliminar el  autoestigma en pacientes con patología dual

Propuesta sobre metodología enfermera para detectar y eliminar el  autoestigma en pacientes con patología dual

Durante los últimos años han sido numerosos los estudios que se han interesado en analizar el estigma social de las personas con trastorno mental y drogadicción. Conocer el nivel de autoestima de los pacientes duales que son atendidos en una Unidad de Salud Mental Comunitaria y Centro Comarcal de Drogodependencias, así como detectar la presencia de autoestigma y poner en marcha estrategias para mejorar el autoconcepto son nuestros objetivos.

AUTORES:

Eva María Ortega Justicia. Enfermera Especialista en Salud Mental vía EIR 2013-2015.

Lucía Bravo Llinas. Enfermera Especialista en Salud Mental vía EIR 2015-2017.

Tamara Ferres Carrascosa. Diplomada en Enfermería  por la Universidad de Granada.

Palabras clave: Autoestigma; Patología Dual; Enfermedad Mental; Adicciones.

Resumen

A través de instrumentos como la Escala de Autoestima de Rosenberg, la valoración estructurada de Enfermería  según los patrones funcionales de Marjory Gordon, que nos van a ayudar a obtener más información y completarla, y la selección de intervenciones y actividades de Enfermería, de la Nursing Interventions Classification (NIC), vamos a trabajar para conseguir mejorar el autoconcepto de los pacientes. Trabajar con la totalidad de la sociedad es responsabilidad de muchos agentes entre los que nos encontramos también los sanitarios, pero debido a su dificultad debemos trabajar individualmente con cualquier paciente.

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos años han sido numerosos los estudios que se han interesado en analizar el estigma social de las personas con trastorno mental y drogadicción. Teniendo en consideración los avances logrados en la mejora del tratamiento y en la mejora de la calidad de vida de estas personas, parece incongruente abordar a principios del siglo XXI el estigma que produce el trastorno mental. No obstante, el estigma que envuelve a esta población no parece que haya reducido si no que, en ciertos contextos, se considera que ha aumentado, llegando a elegir entre los propios pacientes duales, qué rol les es menos dañino para enfrentarse a la sociedad: “loco” o “drogadicto”.

OBJETIVOS

-Conocer nivel de autoestima de los pacientes duales que son atendidos en la Unidad de Salud Mental Comunitaria y Centro Comarcal de Drogodependencias.

-Detectar la presencia de autoestigma en esta población.

-Poner en marcha estrategias con los pacientes duales que presenten autoestigma para eliminar este autoconcepto.

METODOLOGÍA

Escala de autestima de Rosenberg.

Valoración de Enfermería  por patrones funcionales de M. Gordon.

Utilización de la NIC para trabajar con los pacientes en la reducción de autopercepción de inferioridad.

Entrevista abierta.

DESARROLLO

La presencia del estigma en las sociedades más desarrolladas como la nuestra no es un elemento de reciente aparición. El término “estigma” fue acuñado en 1963 por el sociólogo Erving Goffman cuyas ideas han tenido una enorme repercusión en la psiquiatría moderna. Cabe recordar que fue Goffman quien llamó la atención en su libro “Internados” sobre los efectos dañinos de las instituciones totales sobre los individuos y de cómo los cuarteles, asilos, internados, hospitales, orfanatos o manicomios ejercían una presión normativizante sobre los internos, generando nuevas patologías sobreañadidas a las que presentaban los individuos antes de su internamiento y que de alguna forma propició en los años 70 el desmantelamiento de estos entornos y su sustitución por estructuras comunitarias.

El rechazo por parte de la sociedad ante el colectivo de enfermos mentales y/o personas con adicciones, el concepto asumido de incapacidad, repercute en cómo las personas con enfermedad mental o drogodependencias se conciben a sí mismas. Estas personas a la hora de conseguir sus metas tienen que luchar “contracorriente” para poder afrontar las barreras y desconfianza que les rodea. La familia es una parte de la sociedad que pone esas barreras, a veces sobreprotegiendo a la persona y otras desmarcándose de ella.

Apunta Kielhofner que “el conocimiento de que uno es menos capaz que los otros o de lo que uno fue alguna vez puede ser una fuente de considerable dolor emocional. Por esa razón algunos se desvían de su camino, para evitar situaciones que brindan ocasiones para el fracaso…cuando la vergüenza o el temor al fracaso de una persona gobierna su sentido de capacidad no hay incentivos para tomar riesgos, para aprender nuevas habilidades o para aprovechar mejor lo que uno tiene”.

La revisión de otros estudios muestra que estudiaron los efectos del estigma social sobre el nivel afectivo, cognitivo, social y laboral, edades de la población general en las que se asocia mayor estigma social, experiencias sociales de las personas con enfermedad mental, estudios estadísticos sobre ocupaciones laborales de población con problemas de salud mental, pero pocos estudios son los que ponen de manifiesto el conocer la autoestima, la volición, la historia de vida de las personas con las que trabajamos.

Por los dispositivos de Unidad de Salud Mental Comunitaria y Centro Comarcal de drogodependencias aparecía en la consulta que a través de la entrevista abierta con el paciente, este se identificaba con un aspecto de su problemática.

En el servicio de Salud Mental Comunitaria se apreciaba una tendencia a identificarse con el rol de enfermo mental, negando su problemática de adicción o restando importancia, como si no fuera algo que le repercutiese de forma negativa en ningún aspecto, incluso en algunos casos siendo un facilitador de la conducta social ya que se producen los consumos en el entorno de amigos y personas cercanas. Mientras que el Centro Comarcal de Drogodependencias la identificación de los pacientes tendía más al de persona con problemas (o no) de adicción y la negación de padecer un trastorno mental, entendido para ellos como algo “fuera de su control” y crónico que conlleva una connotación negativa mayor para situarse en su entorno que el de la adicción.

Por ello la conveniencia de tener una información al respecto de forma que desde Enfermería  tenga un enfoque de trabajo propio. A través de instrumentos como:

1.- Escala de Autoestima de Rosenberg: indicado para explorar la autoestima personal entendida como los sentimientos de valía personal y de respeto a sí mismo. La escala consta de 10 ítems, frases de las que cinco están enunciadas de forma positiva y cinco de forma negativa para controlar el efecto de la aquiescencia autoadministrada. Interpretación: de los ítems 1 al 5, las respuestas de la A a la D se puntúan de 4 a 1 .De los ítems del 6 al 10, las respuestas de la A a la D se puntúan e 1 a 4. Los resultados obtenidos pueden comprender de:

-De 30 a 40 puntos: Autoestima elevada. Considerada como a autoestima normal.

-De 26 a 29 puntos: Autoestima media. No presencia problemas de autoestima graves, pero es conveniente mejorarla.

-Menos de 25 puntos: Autoestima baja. Existen problemas significativos de autoestima

2.- La valoración estructurada de Enfermería  según los patrones funcionales de Marjory Gordon, que nos van a ayudar a obtener más información y completarla, especialmente de los patrones:

-Percepción de la salud: conocer la propia percepción de la persona sobre su situación salud y bienestar.

-Autopercepción/autoconcepto: los patrones de autoconcepto y percepción del estado de ánimo.

-Rol/relaciones: patrones de compromiso con el rol y las relaciones.

-Tolerancia al estrés: patrón de adaptación y afrontamiento de la persona a los procesos vitales, y su efectividad, manifestada en términos de tolerancia al estrés.

3.- Selección de intervenciones y actividades de Enfermería  de la NIC a través de las que vamos a trabajar para conseguir mejorar el autoconcepto de los pacientes como: