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Caracterización de la automedicación en jóvenes universitarios de población multicultural

analgésico, independientemente del tipo de analgésico y de su naturaleza antipirética.

Al respecto, el paracetamol, ha sido asociado al desarrollo de neutropenia, granulocitopenia, pancitopenia y leucopenia; si se consume de modo prolongado y en dosis elevadas, puede ocasionar daño renal e incluso necrosis hepática y existen varias contraindicaciones para su uso, por ejemplo, en pacientes con daño hepático, que reciben medicamentos hepatotóxicos o que tienen nefropatía (Morón y Levy, 2002), estos datos son ajenos al conocimiento común de la población y por lo tanto, son vulnerables a consecuencias negativas por su uso sin indicación médica específica.

En el presente estudio, cabe desatacar que los estudiantes como parte de sus hábitos de automedicación, en un considerable porcentaje consumen vitaminas (42%)  y antiparasitarios (10%). Respecto a ello, estos resultados coinciden con De Pablo (2011), habiendo encontrado en su estudio con jóvenes universitarios el consumo de vitamínicos  con un 56% y de antiparasitarios con 15%.

El uso de vitaminas de forma indiscriminada, puede deberse al constante anuncio publicitario en televisión y revistas, que como han mencionado Baos (1996) y De Pablo (2011), se asocia con la creencia popular que mejoran el rendimiento académico y comúnmente han sido utilizados a través de las distintas generaciones. Aun cuando varios estudios sustentan que las vitaminas son de los fármacos con menor riesgo de toxicidad y efectos adversos, éstos dependen, en gran medida, de la actividad, género, edad y existencia o no de alteraciones primarias a nivel renal o hepático. Dentro de las reacciones más frecuentes relacionadas con las megadosis de vitamínicos,  están  la diarrea, ansiedad o crisis de pánico, palpitaciones, insomnio, problemas respiratorios, dolor torácico, erupciones cutáneas y urticarias (Thomas, 2016).

Por último, respecto al uso de antiparasitarios, sucede una situación similar, son utilizados de modo habitual por las familias como respuesta al continuo anuncio publicitario, lo anterior, sin conocer los usos específicos de los diferentes productos químicos antiparasitarios que se ofertan para su compra. Aunque esto coincide con la recomendación de la OPS, enfatizando que las familias deben desparasitarse dos veces por año aunque no presenten sintomatología en pro del control de estas infecciones (OPS, 2011), el consumo de este tipo de fármacos, tiene contraindicaciones como es en el caso de diarreas agudas, dolor de cabeza, náuseas,  sequedad de boca y sabor metálico según el producto químico utilizado. No obstante, el consumo de antiparasitarios juega un papel muy importante no solo para el tratamiento de las parasitosis, sino que también están comprendidos dentro de las diferentes medidas de salud pública y control, para reducir la transmisión de estas enfermedades parasitarias.

Los efectos secundarios del uso de los antiparasitarios son muy variados y dependen del tipo de antiparasitario ingerido así como su composición y van desde síntomas gastrointestinales leves hasta afecciones graves del tipo cardiológico, renales, hemáticas e incluso neuropsiquiatrícas. Dentro de las afecciones más frecuentes están, náuseas, vómito, cefalea, mareos, vértigos, anorexia, diarreas, exantema, insomnio, poli neuropatías, arritmias (SSA, 2007).

A manera de conclusión, podemos expresar que, si bien es cierto que la automedicación responsable y con conocimiento, podría ser útil para el primer nivel de atención en salud, también es cierto que la población no está preparada aún para evitar consecuencias por el uso no indicado e indiscriminado de medicamentos con consecuencias adversas para su salud.

Es importante que las autoridades correspondientes, regulen de modo eficaz, tanto la venta de los medicamentos como los anuncios publicitarios de los mismos, siendo éstos el primer contacto que la población tiene con los medicamentos.

México cuenta con una amplia normatividad para el control de la producción, almacenamiento y distribución de medicamentos de patente, genéricos y OTC (medicamentos de venta libre). Esta actividad es responsabilidad directa de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, COFEPRIS (SSA, 2014), el cual debe establecer programas de vigilancia constante que contribuyan a disminuir las posibilidades de riesgos o daños a la población por el uso de estos mismos. Sin embargo, la mala educación en la minimización de riesgos en su salud de parte del consumidor al automedicarse, es lo que desencadena problemas más grandes para su salud, y sobre todo son causantes de que aumente cada día más la resistencia al efecto de algunos medicamentos.

Literatura Consultada

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http://www.news-medical.net/health/Vitamin-C-Side-Effects-(Spanish).aspx