Inicio > Psicología > Cambio psíquico en la sexta década de la vida > Página 8

Cambio psíquico en la sexta década de la vida

ocurren en cada una de las etapas de la vida y permanecen en un perfecto equilibrio en condiciones normales, no patológicas. Los ‘puntos de control’ y los mecanismos de reparación celulares permiten que las células dañadas sean reemplazadas, preservándose así la integridad funcional de tejidos y órganos. Sin embargo, en el envejecimiento este balance se inclina hacia la degeneración.

Los mecanismos de degeneración están principalmente relacionados a la generación de especies reactivas del oxígeno y a la glicación de proteínas; ambos procesos estrechamente relacionados a factores ambientales. Por otra parte, la pérdida de la capacidad de proliferación y regenerativa estaría determinada genéticamente por el acortamiento de los telómeros y los procesos de muerte celular.

Esta visión resalta la importancia y participación tanto de factores exógenos como endógenos en el envejecimiento, por lo que es muy probable que el envejecimiento del organismo no ocurra por un único motivo, sino por el suma de múltiples factores y procesos, cuyo balance general determina que el individuo envejezca. Por otro lado, es evidente que existen factores ambientales y comportamentales que pueden colaborar en el proceso de degradación o al contrario reforzar los mecanismos de defensa: los fumadores, debido a la inhalación permanente de radicales libres de oxígeno, pueden presentar ciertas manifestaciones de envejecimiento prematuro y un incremento en la frecuencia de patologías asociadas al envejecimiento, como las cataratas; la exposición repetida a la luz UV puede provocar un envejecimiento precoz de la piel, por las mismas razones la restricción calórica, iniciada en cualquier momento de la vida, mejora la mayor parte de los parámetros biológicos e incrementa la longevidad; sin embargo, si la restricción calórica es extrema, como ocurre en la anorexia, se produce una disminución de la fertilidad (lo que evidencia de nuevo la relación entre envejecimiento, equilibrio energético y reproducción); una dieta equilibrada, rica en fibras y vegetales, que presentan antioxidantes naturales, produce también un efecto positivo sobre el mantenimiento de las funciones celulares.

5- Punto de vista psicoanalítico: En éste capítulo desplegaremos el concepto de envejecimiento desde la perspectiva psicodinámica, sustentándolo en algunas de las teorías psicoanalíticas como, la temporalidad, de la evolución libidinal, del narcisismo, de la constitución de la interioridad psíquica, del principio placer-displacer y de las fuentes pulsionales, entre otros. Veamos una somera revisión del concepto sustentándolo en algunas citas Freudianas. Freud, (1905a), postulaba que las personas que se acercan a la cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la plasticidad de los procesos anímicos, y por otra parte también, porque el material que debería reelaborarse, prolongaría indefinidamente el tratamiento. Alcanzar la edad madura es una viscisitud libidinal en cuanto a su producción, aumento y disminución, distribución y desplazamiento, Freud, (1895b, 1905d, 921c).

Con la edad la libido no disminuye sino, al contrario aumenta, (1895b), çp. 102. En éste artículo, Freud lo afirma al decir que en el varón “[…] en la época de su potencia declinante y su libido creciente […]”; y también en “Leonardo…” donde dice que “[…] después de cumplidos los cincuenta […] no es raro que en el hombre la enérgico empuje […]”, Freud, (1910c), p. 124, (my italics). Es una fatalidad del desarrollo temporal, Freud, (1905d). Se vincula con el progresivo retiro de la libido de los objetos de amor, Freud, (1914c). En las Conferencias. (1916-17), dice que con el correr de los años -“influencia crónica”-, se intensifica una falencia de lo que actualmente llamamos sistema inmunitario. Defectos en éste para destruir fragmentos tóxicos generados por el propio organismo. Es la adherencia libidinal a objetos perdidos, inferencia lícita a partir de lo dicho en “La transitoriedad”, (1916ª; “[…] todavía somos jóvenes y capaces de vida cuando se sustituyen los objetos perdidos por otros nuevos, […].” Freud, (1923b), compara al Yo en su relación con el Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su cabalgadura superior a la suya, y que al igual que el jinete, se ve obligado alguna vez a dejarse conducir a donde su cabalgadura quiere. Es la liberación y transporte del pasado a un presente esperando el porvenir, Freud, (1937c). Una acumulación de pérdidas con la edad y al “[…] agotamiento de la capacidad receptiva – una suerte de entropía psíquica- […]”, Freud, (1937c), p.244. Una etapa del desarrollo (¿post-genital?), Gagey, J. (1992). Un enriquecimiento de la personalidad con la maduración como los quesos y los vinos), H. Péquignot, (1981). Es no disponer de viejos ante sí, solo de su memoria; tener jóvenes que tienen proyectos de los cuales no disponemos y cuya realización será una incógnita para nosotros.

Perspectiva temporal. Desde la perspectiva temporal, la edad madura es el lugar de integración del saber y la constitución de la historia; el instante de síntesis del pasado con un proyecto que va dejando de ser tal, por obra de un pensamiento fundado en la historia., pero generando nuevos acordes a la etapa vital. El yo registra e intenta armonizar la idea de lo probable con el sentimiento de posibilidad, incorpora la vivencia, lo fortuito. Esto genera sorpresa con relación al acontecimiento pasado. A cada instante éste pasado sufre reorganizaciones que dan por terminadas las ideas de verdad. La reorganización consiguiente se manifiesta como una revelación, un dato nuevo que asegura, o no, una más acabada significación. La toma de conciencia posterior exige una reelaboración que conduce a una puesta al día. Así visto, en la edad madura se constituye, paradojalmente una actualización -progresiva e incierta. El aparato psíquico se despliega y vive en el espacio a través del ritmo temporal generado por los encuentros. El paso del tiempo es marcado por las pequeñas ausencias, separaciones, pérdidas y duelos que dan vida a la interioridad. El errar aprendiendo y aceptando el paso del tiempo; ligando y vertebrando el transitar y la ausencia, forma parte de la aventura de la vida. La mudanza de la incertidumbre a la verdad y su inversa, se constituyen sobre los ejes de la relación placer / displacer, incertidumbre /verdad apoyados en el tiempo que les va dando materialización.

Recordemos la “Carta a Romain Rolland…Freud, (1936ª se viera obligada a creer en algo cuya realidad le parecía incierta […] y ahora ya no le asombrará a usted que el recuerdo de la vivencia en la Acrópolis me frecuentara desde que anciano yo mismo […]”, p. 214, 221, (mis itálicas).Por la vía del recuerdo, el texto habla de la relación de Freud con la duda. Esta se debe a la incertidumbre que su realidad cultural le posibilitaba. Luego, cuando viaja, a Grecia la experiencia le permite verificar aquello que la cultura enseña y asi reducir la eventualidad. Lo que antes era proyecto, pensamiento, es legalizado por el