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Cáncer de cuello de útero

inmunidad natural con la edad.

– Coinfecciones. La Chlamydia trachomatis parece ser un cofactor que actúa por inducción de inflamación crónica y metabolitos mutagénicos. El Herpes simple tipo 2 también parece actuar como cofactor, con una evidencia algo más dudosa.

– Deficiencias nutricionales y bajos niveles de antioxidantes son otros factores propuestos.

– Conducta sexual de la población. El contagio por el virus se produce piel a piel. Los lugares más susceptibles de invasión viral son aquellos donde se producen procesos de rápida replicación y diferenciación celular, como la zona de transformación escamocolumnar del cérvix (más activa aún en mujeres jóvenes) y la línea pectínea anal, desarrollando displasias y neoplasias en estas localizaciones. El preservativo, se ha comprobado que es un factor protector, pero no de forma total, para el contagio y adquisición de lesiones precursoras.

Parece que la circuncisión masculina también es un factor protector.

El virus del papiloma humano (VPH) también se relaciona con el cáncer de vulva.

– Situación social. Aquí incluimos a las personas con nivel socioeconómico bajo, las que están en prisión (con prevalencias en España de virus del papiloma humano (VPH) positivo hasta del 46%) y las que provienen de países que no tienen sistemas de cribado (en un estudio realizado en Barcelona se detectó en extranjeras de diversas procedencias una prevalencia de virus del papiloma humano (VPH) del 14,3%, en comparación con las españolas del 2,7%).

– Estado inmunológico. Además de la pérdida de inmunidad natural con la edad, los polimorfismos del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA) y del gen supresor tumoral p53 son otros determinantes inmunológicos de susceptibilidad.

– Especial consideración merece el papel del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), como muestran los estudios en los que se detectó que en mujeres VIH positivas el riesgo de infección por virus del papiloma humano (VPH) de alto y bajo riesgo sería de entre 1,8 y 2,7 veces superior con una persistencia 1, 9 veces mayor.

DETECCIÓN PRECOZ CÁNCER CERVIX

Citología de Papanicolaou

La citología de Papanicolaou (citología exfoliativa cervicovaginal) fue la primera prueba diagnóstica introducida en la década de los 60 para la detección precoz del cáncer de cérvix. El cribado tiene como objetivo detectar lesiones precursoras en el epitelio cervical que serían el antecedente del cáncer invasor. La larga duración de las lesiones que lo preceden y el hecho

de que puedan detectarse mediante la citología y ser tratadas de forma adecuada permiten la prevención del carcinoma invasor.

Los programas organizados de cribado poblacional mediante la citología de Papanicolaou han demostrado su efectividad al disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en los países donde se han aplicado de forma masiva, por encima del 70-80% de la población, sistemática y continuada durante años. También los programas oportunistas o no organizados

han logrado disminuir las tasas de cáncer de cérvix aunque en menor medida que los organizados. Los factores que condicionan la efectividad y eficiencia son la incidencia del tumor, la historia natural de la enfermedad, la sensibilidad de la citología y las dificultades de captación de los grupos de mayor riesgo de cáncer de cérvix.

La citología de Papanicolaou consiste en la toma, observación e interpretación de una muestra de células del cérvix de diferentes ubicaciones. Esta prueba detecta cambios inflamatorios, infecciosos o la presencia de células anormales y neoplásicas. Las citologías deben ser interpretadas y por lo tanto están sujetas a error.

La sensibilidad de la citología exfoliativa es de un 50% y su especificidad del 98% para poblaciones de baja prevalencia. El volumen de falsos negativos es elevado. La mayor parte de los falsos negativos se produce por una toma de muestra inadecuada, y sólo un tercio por errores en la lectura.

Los errores se reducen al mejorar la garantía de calidad del programa de cribado.

Existen otros posibles métodos de cribado como la colposcopia (que se usa como prueba diagnóstica), la inspección visual (normal, con acético o con solución yodo yodurada de lugol), la cervicografía y la sonda polar.

La aplicación de los programas de cribado realizada de forma eficaz, ha demostrado ser efectiva en la reducción de la incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en todo el mundo, aunque ninguno ha logrado erradicar totalmente la enfermedad.

En España es muy popular la citología, y el 75% de las mujeres se hace una al menos cada tres años, se realizan unos diez millones de citologías anuales.

Aunque cuatro de cada cinco mujeres con cáncer de cuello no se ha hecho citología, por lo que de las 600 muertes anuales por cáncer de cuello de útero, no se había hecho citología el 80% de las mujeres.

Con estas cifras nos podemos hacer una idea de la importancia del cribado y posterior tratamiento de la enfermedad.

Prevención primaria.

El hecho de que se haya demostrado la relación causal entre la persistencia de una infección por virus del papiloma humano (VPH) y la aparición de cáncer de cérvix ha conseguido que, en la actualidad, se esté barajando la aplicación de estrategias de prevención primaria. Su objetivo sería disminuir la prevalencia de las infecciones persistentes por virus del papiloma humano (VPH). Hasta el momento no existe un tratamiento eficaz para la infección por virus