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Características psicoemocionales de los pacientes del hogar geriátrico San Vicente de Paul

seguidamente el periodo de la Juventud, este se da desde los 20 años hasta los 35 años con; continuando el periodo de la Madurez desde los 35 años a los 50 años de edad, luego el periodo de la Adultez que va desde los 50 a los 65 años de edad y el periodo de la vejez o Tercera edad que es desde los 65 años de edad en adelante.

La Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en Viena (1982) adopto la definición de ancianos respecto de la población de 60 años y más. Desde el punto de vista Demográfico, adulto mayor es aquella persona que ha entrado en el sexto decenio de la vida. Desde el punto de vista Económico, una persona mayor es aquel individuo que se encuentra jubilado y, por lo tanto deja de ser considerado como un sujeto productivo; esto, por lo regular, sucede después de los 65 años en los hombres y de los 60 años en las mujeres. Desde una perspectiva familiar, se identifica a los adultos mayores con la salida del último hijo del hogar o con la llegada de los nietos; de hecho, este grupo de especialistas ha considerado como un sinónimo el ser adulto mayor o el pertenecer a la tercera edad, pues es la base de la tercera generación en una familia.

A través de la Fundación Valle del Lili, Macías, G. (2010) describe que la vejez es un estado biológico, psicológico y social irreversible al que se llega a cierta edad de la vida, en el que se pueden evidenciar diversas características, como las alteraciones físicas que pueden manifestarse como trastornos mentales con confusión y/o desorientación; disminución de la capacidad funcional o psicológica; aunque esto varía de persona a persona, también resalta que los signos y síntomas típicos de una enfermedad pueden enmascararse o ser leves, y que además son concurrentes los problemas orgánicos, psicológicos y sociales.

De igual forma, Preciado, S., Cobarrubias, E. y Arias, M. (2011) citan a Papalia (2001), el cual resalta que las características físicas son las más utilizadas como indicadores de la vejez entre las que incluye los problemas de salud, debido a que conforme va pasando el tiempo el ser humano se va deteriorando y sus fuerzas así como la salud ya no son las mismas, inclusive la gran parte de los adultos empiezan a mostrar dificultad para moverse, al igual que el dolor que ocasionan algunas enfermedades o que simplemente se dan por la edad y los deterioro sensoriales o las alteraciones funcionales. Por otra parte Silva, L y otros autores (2006) también describen algunas características de los ancianos, como la vulnerabilidad a las agresiones, sus mecanismos de defensas son limitados y tienen menos reserva fisiológica, presentan pluripatologías y mayor tendencia a la cronicidad e invalidez, las enfermedades se manifiestan con una sintomatología atípica y además describen que tienen mayor implicación social y mayor repercusión psíquica.

Es de importancia señalar, que en el adulto mayor el bienestar psicológico adquiere gran relevancia debido a que las probabilidades de enfermedad y disfunciones aumentan, por ello, en la calidad de los años de vida que quedan por vivir, su promoción es fundamental, así lo señalan Acosta, C., y Palacios, N. (2008) además refieren que para algunos investigadores la satisfacción o bienestar subjetivo es la estimación cognitiva del grado de satisfacción con la propia vida, y esa satisfacción expresa o concreta en la correspondencia entre metas obtenidas y deseadas y para otros, el tono emocional es el núcleo de la satisfacción del sujeto con su vida presente al compararla con su ajuste en el pasado.

Cabe destacar que todos los seres humanos independientemente de la edad experimentan diversas necesidades, Maslow (1970) citado por Mary, M., y Mary, B. (1978) en su jerarquía describe las necesidades fisiológicas las cuales son fundamentales, y también las necesidades de seguridad y estabilidad, amor y pertenencia, autoestima y autorrealización, Maslow muestra la importancia relativa de cada necesidad y la relaciones jerárquicas entre ellas.

Cardoso, A., Martín, A. y otros (2005) citan el modelo de Henderson, V. (1921) propone que el ser humano forma un todo bio-psico-social y que independencia es igual a salud. Al anciano, como a todo ser humano, le atribuyen catorce necesidades fundamentales como la necesidad de respirar normalmente, comer y beber de forma adecuada, eliminar por todas las vías corporales, moverse y mantener una buena alineación corporal, dormir y descansar, necesidad de usar ropas adecuadas, vestirse y desvestirse, necesidad de mantener una temperatura corporal dentro de los límites normales, mantener la higiene corporal y la integridad de la piel, evitar los peligros ambientales, comunicarse con los demás y expresar su sexualidad y sus emociones, vivir con sus propias creencias y valores, llevar a cabo actividades con un sentido de autorrealización, actuar en actividades recreativas y también la necesidad de aprender.

Es importante señalar que el mundo del anciano está muy relacionado con el proceso de pérdidas, que impactan, y que en algunas ocasiones hacen entrar a la persona mayor en estado de crisis, así lo señala Astrada, E., y Quiroga, J. (2009) además señala que las pérdidas que sufre el anciano se dan en todas las esferas de su mundo; por ello es importante reconocer que en la vejez son mayores las necesidades psicológicas, emocionales y espirituales que las físicas. Son requerimientos psicológicos o mentales de origen intra psíquicos que suelen centrarse en sentimientos básicos como amor, confianza, autoestima, autorrealización e identidad, que evidentemente el adulto mayor precisa satisfacer con ayuda, para mantener el equilibrio o hemostasia y lograr bienestar. Del mismo modo, Caprio (1985) citado por Astrada, E., y Quiroga, J. (2009) señala que las necesidades emocionales como el amor, es tan básico como el esqueleto de la vida emocional.

Dado que las necesidades del adulto mayor son tanto físicas como emocionales es sustancioso definir el concepto de salud mental, la Organización Mundial de la Salud (2007) la define como un estado de bienestar, el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Además agrega que la promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias y que el principal fin ha de ser promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para