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Colocación de un catéter para hemodiálisis. Atención enfermera

Colocación de un catéter para hemodiálisis. Atención enfermera

La colocación de un catéter para hemodiálisis consiste en la canalización de una vena de gran calibre e insertarle un tubo (catéter) que nos permita extraer e introducir un volumen de sangre importante (aprox. 350cc por min.) para filtrarla y desechar las toxinas y líquidos acumulados en la sangre a consecuencia del fallo renal.

Objetivos

Colaborar con el Nefrólogo en la colocación de dicho catéter y atender las necesidades del paciente en todo el proceso.

Autoras: Carolina Martínez Serrano (DUE)

   Virginia Gómez Pérez (DUE)

   Carmen Gallego Matamoros (DUE)

Palabras Clave: hemodiálisis, diálisis, catéter permanente, catéter de diálisis, cuidados enfermeros, insuficiencia renal crónica, fallo renal.

Resumen

El catéter

El catéter de diálisis es un tubo sintético que se inserta en una vena de gran calibre y se usa para extraer sangre del paciente y devolverla tras ser depurada por la máquina de hemodiálisis, al mismo tiempo. Para que el tratamiento tenga buenos resultados se debe movilizar un volumen sanguíneo de aproximadamente 350 cc por minuto, a mayor flujo mejores resultados, aunque los buenos resultados no sólo dependen del flujo conseguido. Los terminales presentan un sistema de clamps que minimiza la manipulación y el riesgo de infección.

Los catéteres para hemodiálisis pueden ser transitorios o permanentes. Los transitorios tienen un uso limitado (< 3 semanas), para uso agudo y urgente ante la ausencia de un acceso venoso definitivo o complicaciones en el mismo. Los permanentes o tunelizados son de larga  permanencia y, definitivos en los casos en los que no se puede practicar una fistula arteriovenosa (conexión quirúrgica entre una arteria y una vena). Los catéteres permanentes tienen además un recubrimiento de dacrón que se introduce debajo de la piel y protege contra las infecciones.

Los catéteres pueden tener una o dos luces. Los de doble luz, presentan una luz que corresponde al acceso arterial (rojo, por donde se extrae la sangre) y otra correspondiente al acceso venoso (azul, por donde se introduce la sangre). La extracción y la devolución de la sangre se hacen al unísono y continuamente. Los de una sola luz, ofrecen la extracción e introducción pausada, es decir, por donde mismo sale la sangre, entra. De modo que primero tiene que salir y luego entrar, por lo que el tratamiento es de menor calidad ya que mueve menos cantidad de sangre en el mismo tiempo que un catéter de doble luz.

La composición de los catéteres pueden ser de poliuretano radio transparente, silicona… y En cuanto al diámetro del introductor, varía desde 7 a 12 Fr.

Colocación del catéter

El catéter se coloca debajo de la piel en el pecho, en el cuello o en el brazo, Se realizan 2 pequeños cortes de 2cm, uno para pinchar  la vena yugular, subclavia o braquial y otro más abajo por donde saldrá el tubo. Previamente se pone anestesia local para que el paciente no tenga molestias durante la realización de la técnica.

Otro acceso alternativo es la femoral, en la ingle, pero se intenta evitar por ser un sitio de mayor incomodidad para el paciente y mayor riesgo de infección por la humedad de la zona.

La punta del catéter debe quedar en la unión entre la cava superior y la aurícula, en el caso de abordaje superior, y al menos una longitud intravascular de 19 cm, para evitar recirculación, en el caso de recurrir a los miembros inferiores.

Riesgos y complicaciones de la colocación del catéter

Sangrado por el sitio de la punción (hematoma). Coágulo (trombo) en la vena canalizada. Emigración de coágulos al pulmón. Infección local o generalizada. Emigración del catéter del sistema. La complicación más grave, es la punción de la pleura provocando un neumotórax y/o hemotórax. Embolismo gaseoso. Arritmia cardiaca. Mal posicionamiento del catéter.

Las complicaciones más comunes en el funcionamiento de los catéteres de diálisis son: coagulación (trombosis), infecciones, acodamientos, tromboembolia, rotura del catéter.

Material y método.

Higiene adecuada de manos.

Preparar el campo quirúrgico con paño estéril fenestrado, gasas, compresas, suero fisiológico, betadine, lidocaína, agujas de carga, agujas intramusculares, aguja guía, dilatador y catéter, Jeringas, equipo de cura (2 pinzas y 1 tijeras), seda, bisturí, heparina al 1%, tapones, mascarillas, guantes y batas estériles.

Colocar al paciente en decúbito supino y en ligero Trendelemburg, pedir su colaboración. No debe moverse. Medir la Presión arterial. Apoyo emocional al paciente para aminorar su ansiedad o temor. Colocarse guantes no estériles. Aplicar solución antiséptica en la zona de punción.

Ayudar al nefrólogo durante el procedimiento.

Curar zona de colocación del catéter al terminar la técnica y cubrir con apósito estéril. Cubrir luces del catéter con saco estéril. Vigilar periódicamente si el apósito se mancha, en caso de sangrado hacer compresión directa durante más de 10 minutos. El paciente debe estar en reposo en las próximas horas para evitar el riesgo de sangrado. Recoger el material. Retirarse los guantes. Realizar lavado de manos.

Anotar en el registro de enfermería: procedimiento realizado, fecha y hora, incidencias y respuesta del paciente.

Finalmente tramitaremos la realización de Rx para comprobar la correcta colocación del catéter.

Objetivo del procedimiento

Conseguir un acceso vascular que nos permita un flujo adecuado para realizar el tratamiento de hemodiálisis.

Conclusión

Enfermería debe conocer la técnica de la colocación del catéter de hemodiálisis y sus riesgos ya que, es una técnica de alto riesgo y debe saber actuar ante cualquier tipo de complicación. Además de identificar errores en la práctica habitual para establecer alianzas con el equipo de intervención y subsanar dichos errores. Las complicaciones graves suele ser poco frecuente y la complicación leve más habitual es el sangrado por el sitio de punción (hematoma). Pero a largo plazo los catéteres pueden provocar otras complicaciones no menos graves, tales como infecciones, trombosis o estrecheces de dichas venas, por lo que desde enfermería debemos evaluar la cultura de seguridad del paciente para formarlo en sus autocuidados y prevención de las complicaciones. Desde enfermería debemos transmitir al paciente la importancia de una buena higiene y cuidados del catéter para reducir el riesgo de infecciones

Tras la inserción del catéter enfermería debe paliar el dolor con analgesia prescrita, elevar el cabecero durante las primeras horas y vigilar posible sangrado. Después de 24h, practicar cura estéril, vigilar signos de infección y revisar permeabilidad de las luces del catéter, sellar con heparina y registrar.

Finalmente, enfermería no debe descuidar el estado emocional del paciente, ya que se verá limitado en sus actividades de la vida diaria y en su imagen corporal. Orientar y prestar alternativas resolutorias.