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Cómo repercute la administración de oxitocina intraparto en la conducta de apego del recién nacido

Cómo repercute la administración de oxitocina intraparto en la conducta de apego del recién nacido

Autora principal: Olga Rocío Roldán Luque

Vol. XVII; nº 4; 174

How the administration of intrapartum oxytocin affects the attachment behavior of the newborn

Fecha de recepción: 16/01/2022

Fecha de aceptación: 18/02/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 4 – Segunda quincena de Febrero de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 4; 174

Autoras:

Olga Rocío Roldán Luque. Matrona Hospital Universitario Donostia. San Sebastián, España. María Caballero Rodríguez. Matrona Hospital Universitario Donostia. San Sebastián, España. Ana María Martín Jiménez. Matrona Hospital Universitario Donostia. San Sebastián, España.

Los autores de este manuscrito declaran que

Todos ellos han   participado   en   su   elaboración   y   no   tienen   conflictos de   intereses La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/

Emanuscrito es  original y no contieneplagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han   obtenido   los   permisos   necesarios   para   las   imágenes   y    gráficos    utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.

Resumen:

Desde la introducción de la teoría del Apego por Bowly en el siglo XX, muchos han sido los autores que han demostrado la importancia del establecimiento de este vínculo de manera precoz para el adecuado neurodesarrollo del niño y de la adaptación de la madre a la crianza. Nada más nacer el cerebro de la madre y del niño están bañados en un mar de hormonas que afectan al vínculo y a todas las relaciones sociales posteriores.

La oxitocina es la principal hormona que actúa en este vínculo del apego. El posparto inmediato se caracteriza por niveles máximos de oxitocina y endorfinas, que hacen que la madre y el niño tengan una conexión neurofisiológica, sus sistemas se regulan recíprocamente. Los partos que no se desencadenan de forma fisiológica tienen un componente extra, el estrés y la liberación de catecolaminas que son adversarias de la oxitocina y su función. La oxitocina exógena administrada intraparto, provoca una desensibilización de los receptores de oxitocina. Estos niveles se asocian con una disminución de endógena en el puerperio y una dificultad en el inicio de la lactancia materna. Se ha encontrado evidencia acerca de la posibilidad de que la oxitocina exógena administrada a la madre pase al cerebro del recién nacido y provoque efectos adversos en su neurodesarrollo.

Se ha estudiado la oxitocina endógena por el efecto ansiolítico que tiene para la madre y el efecto analgésico y la protección frente a la hipoxia en el momento del parto para el feto. Actualmente hay líneas investigación abiertas en cuanto a la relación oxitocina exógena y autismo. Se insta a los profesionales a favorecer el contacto precoz y la lactancia materna posparto.

Palabras Clave: oxitocina, apego materno, parto

Abstract:

Since the introduction of the theory of attachment by Bowly in the twentieth century, many authors have demonstrated the importance of establishing this link early for the proper neurodevelopment of the child and the adaptation of the mother to the upbringing. As soon as the mother’s and the child’s brains are born, they are bathed in a sea of hormones that affect the bond and all subsequent social relationships.

Oxytocin is the main hormone that acts on this attachment bond. The immediate postpartum is characterized by maximum levels of oxytocin and endorphins, which make the mother and the child have a neurophysiological connection, their systems are mutually regulated. Deliveries that are not physiologically triggered have an extra component, stress and the release of catecholamines that are adverse to oxytocin and its function. Exogenous oxytocin, given intrapartum, causes desensitization of oxytocin receptors. These levels are associated with a decrease of endogenous in the puerperium and a difficulty in the beginning of breastfeeding. Evidence has been found that exogenous oxytocin given to the mother may pass into the brain of the newborn and cause adverse effects on the neurodevelopment of the newborn.

Endogenous oxytocin has been studied for the anxiolytic effect it has for the mother and the analgesic effect and protection against hypoxia at the time of childbirth for the fetus. Currently there are research lines open on the relationship between exogenous oxytocin and autism. Professionals are encouraged to encourage early contact and post-partum breastfeeding.

Keywords: oxytocin, mother attachment, chilbirth

Introducción

La teoría del apego se considera un hito de la psicología contemporánea desde su introducción por Bowly en el siglo XX ha infundido una nueva forma de entender el vínculo madre-hijo.

Para Bowlby (1958) el apego se formaría a partir de la necesidad del recién nacido humano para mantener proximidad con una figura que le provea lo necesario para su supervivencia. 1

Esta necesidad hace que se desarrolle un sistema conductual de control, compuesto por cinco respuestas humanas instintivas: chupar, llorar, aferrarse, aproximarse y sonreír. Las cuales son se consideran independientes pero serían integradas a través de las experiencias con los cuidadores, que una vez interiorizadas, irían conformando la conducta global de apego.2

Según Ibone Olza hay que diferenciar entre la conducta de apego y el vínculo de apego. El vínculo “es la unión que se establece entre el recién nacido y su madre, cumple una función biológica de brindar protección, supervivencia y en última instancia reiteración”. En los años que siguieron al desarrollo de la teoría se estudiaron las características del vínculo, como son la importancia de la disponibilidad y sensibilidad de la madre y el sistema de conductas que desenvuelve el bebé para lograr que su madre esté cerca, lo que le permite sentirse confiado y poco a poco empezar a investigar el mundo.3

M. Ainsworth, una de las colegas de Bowlby, en los años 60, desarrolló una serie de estudios que le llevaron a establecer una clasificación de las diferentes modalidades de apego.1

Diseñó un modelo denominado “Situación extraña”, un experimento en el que se observaban a los bebés respondiendo a las distintos estímulos (encontrarse en un lugar nuevo, una mujer adulta que no conocía, estar separado de su madre por un breve periodo de tiempo y estar solo en un lugar desconocido un momento). En esta “Situación extraña” jueces experimentados interpretaron el comportamiento interactivo en cuatro escalas: proximidad y búsqueda de contacto, mantenimiento de contacto, resistencia y evitación. Estos experimentos les llevó a Ainstworth a definir tres patrones de apego: Apego Seguro, el Apego Ansioso/Evitativo, y el Apego Ansioso/Ambivalente. 4

En el Apego Seguro, los niños tenían una figura de apego segura a partir de la cual explorar el entorno. Cuando se enfrentaban a eventos estresantes (como dejarles solos en un ambiente desconocido), emitían algún tipo de señal que les consintiera aumentar la proximidad con su figura de apego. Cuando lo conseguían volvían a continuar explorando. En el Apego Ansioso/Evitativo, los niños que evidenciaban un momento de separación con sus madres se mostraban indiferentes cuando ellas retornaban: no las saludaban, ignoraban sus intentos de contacto y actuaban con indiferencia ante su presencia. En el caso del Apego Ansioso/Ambivalente, se percibieron comportamientos compuestos de ansiedad y acercamiento. Cuando estos niños se unían a sus madres tras una breve separación transmitían señales de ansiedad paralelamente a su comportamiento de apego.1

Ya en las investigaciones de los años 70 se corroboró que los niños que habían tenido un vínculo seguro con su madre desde el nacimiento, eran más cooperativos, empáticos, socialmente competentes, más curiosos en aprender y explorar y más seguros, que los niños que habían desarrollado un vínculo inseguro con sus madres.2

En la actualidad se sabe que estas relaciones de apego son la base para generar la confianza y la seguridad en uno mismo que permite el adecuado desarrollo de la personalidad. En la el establecimiento del apego el niño desarrolla su autoconcepto, y la capacidad de tener relaciones afectivas cercanas, de procurar y recibir atenciones y de cuidar a los demás.3

El concepto de apego remonta sus raíces en el imprinting; traducido al español como impronta, proceso por el cual las crías de algunas especies fijan la imagen de una figura adulta (normalmente su madre, pero no siempre) y la toman como objeto referencial al que siguen a todas partes.2,4

Este fenómeno se da en las especies precociales, fundamentalmente aves. Las crías de estas especies nacen con los sistemas perceptivos y motores prontos y pueden moverse y seguir a su objeto maternal rápidamente. De hecho se las llama “nidífugas” porque tras nacer dejan el nido para seguir a su figura de referencia.

Por el contrario, el ser humano, se encuentra entre las especies atriciales en la que las crías deben pasar por un largo proceso de aprendizaje para adquirir las características de los adultos. 2

Para que este proceso sea posible es necesario que se desarrolle el vínculo de apego, para que esta relación maternal satisfactoria permita que el hijo sobreviva biológica y psicológicamente.5

Según Paankseep (1998) el comportamiento maternal componente biológico fuerte, que ocurre antes y después del parto. Las interacciones socio-emocionales y cognitivas humanas configuran el comportamiento maternal por la alteración de determinados componentes neuroquímicos, hormonales y de neurotransmisión, que le brindan la intensidad emocional que las caracteriza. Estas conductas maternales de sostén, vitales para la supervivencia, no se deben solo al aprendizaje individual si no que se transmitirían por medio de mecanismos biológicos hereditarios a nivel de la especie.4,5

Los estudios precursores de Spitz (1945), mostraron en los años 40 que el contacto y cuidado humano era tan necesario para sobrevivir para los recién nacidos como el alimento o el abrigo. Por otro parte, Harlow con sus experimentos con primates, comprobó que los bebés prefieren un muñeco que simula su madre cuando está forrado con materiales cálidos, que cuando solamente es una estructura de alambre. Además en presencia del muñeco “cálido” generaban un comportamiento motor de exploración mucho más intenso.2

En los últimos períodos, las líneas de investigación se han dirigido a desvelar los mecanismos químicos, neurológicos y hormonales que intervienen en el vínculo entre el recién nacido y su madre tras el parto, lo que se llama neurobiología del apego.4

Sabemos que los bebés reconocen a sus madres desde el momento del nacimiento gracias al olfato (ya que reconocen a su madre por el olor que liberan las glándulas mamarias similar al líquido amniótico) y que prefieren escuchar su voz a cualquier otro sonido. Cuando nacen por parto vaginal los bebés están en estado de alerta y precisan ser colocados en el vientre de su madre piel con piel. Desde ahí saben cómo reptar y llegar hasta su pecho y como iniciar la lactancia en las dos primeras horas de vida.2

Tras el nacimiento tanto el cerebro del niño como el de la madre están bañados por un mar de hormonas que interfieren profundamente en el vínculo y que en un futuro tendrán un papel fundamental en todas las relaciones sociales que establezca el bebé conforme vaya creciendo.3

Las sustancias que dirigen estos mecanismos son algunos neuropéptidos como la oxitocina y la prolactina, así como unos opiodes endógenos, las endorfinas.

En el quinto mes de embarazo la madre ya percibe los movimientos del feto y comienza la secreción de oxitocina. Esta hormona es una molécula concluyente para la flexibilidad funcional que genera el vínculo del apego.6

Objetivos:

  • Conocer el papel de la oxitocina en el apego madre-recién nacido.
  • Describir la repercusión de administración de oxitocina exógena durante el parto en la conductas de apego de madre y recién nacido.
  • Identificar los aspectos que podemos reforzar como matronas para evitar la transcendencia de esta acción.

Resultados.

NEUROBIOLOGÍA DEL APEGO:

El vínculo de apego forma parte del proceso biológico natural. Está regulado por la corteza cerebral, específicamente por las cortezas orbifrontal y cingular. Las señales que emite el feto produce la liberación de neurotransmisores cerebrales en la madre, como la oxitocina (hormona de la confianza), la prolactina (hormona que interviene en la producción de leche) y la dopamina (regula los sistemas de recompensa). Estas moléculas se fusionan con los receptores cerebrales y realizan su actividad específica. Los fundamentos neurales principales del vínculo de apego son:

  • La corteza orbitofrontal (OF): se ocupa de la integración neurobiológica de los sistemas de recompensa, conectando las neuronas que producen dopamina. Los fragmentos laterales de esta corteza se activan con los estímulos visuales, táctiles y olfativos, contemplados como emociones positivas del vínculo.
  • La región anterior de la corteza cingular (ACC): se activa en la evaluación del comportamiento y en las respuestas afectivas en las relaciones con los demás.
  • La corteza occipitotemporal y, concretamente, la llamada corteza fusiforme (Fu): interviene en la expresión de las caras, lo que ayuda a la compresión del niño.
  • La corteza insular (I): responsable del procesamiento de las caricias, aspecto clave en la relación afectiva madre-hijo.6

Para entender la neurobiología del apego es importante conocer cómo funciona el sistema nervioso central y el eje hipotálamo-endocrino-adrenal.

La adrenalina y noradrenalina, hormonas de lucha o huida, son secretadas por las glándulas adrenales, cuando nuestro cuerpo experimenta estrés, provocado por miedo, ansiedad hambre o frio. Además la noradrenalina actúa activando la respuesta de lucha o huida e incrementando el estado de alerta o atención. 5,6,7

El desencadenamiento del parto puede inhibirse por los niveles altos de catecolaminas liberadas en este periodo, que reducen la producción de oxitocina. A su vez las catecolaminas dirigen el flujo sanguíneo hacia el grupo de músculos principales, reduciendo la cantidad de sangre que llega al útero y la placenta y por tanto al bebé. 4

Esto ocurre en los mamíferos que paren en la naturaleza. La presencia de un peligro acechando, activa el sistema de lucha o huida, e inhibe por tanto cualquier indicio de inicio de parto, concentrando la energía muscular para huir hacia un lugar seguro. 5

Es por esto que, los niveles altos de catecolaminas han sido asociados con partos más largos y patrones de frecuencia cardiaca fetal patológicos provocados por el estrés, al disminuir el flujo de sangre y oxígeno al feto. Por ello se deduce que las mamíferas necesitan sentir seguridad e intimidad para evitar las complicaciones del parto y el establecimiento del apego.6,7

Cuando el parto es inminente, también hay un súbito incremento de catecolaminas, que activa el reflejo de “eyección fetal”. La madre sufre una fulminante sensación de energía, por los altos niveles de estas hormonas, que le lleva a pujar de manera fácil y rápida.

Esta situación explica que aunque los niveles altos de adrenalina inhiben a la oxitocina, que los niveles adecuados de adrenalina/noradrenalina, cuando no hay intervenciones en el parto, incrementan las contracciones. Después del parto los niveles de catecolaminas en la madre descienden acusadamente, manifestándose con distermia y temblores. 7

Así mismo, en la última etapa del embarazo, la glándula adrenal del feto experimenta un aumento de tamaño, lo que hace que en la fase de expulsivo del parto, el recién nacido también experimente un aumento de catecolaminas que actúan cono factor protector de la hipoxia. Además estos niveles altos de catecolaminas garantizan que el recién nacido esté alerta y despierto en su primer contacto con la madre. Esta descarga de catecolominas asegura la supervivencia pero primordialmente facilita el vínculo de apego. Este estado de alerta tranquila del recién nacido, descrito como periodo sensitivo por Klaus y Kennell, permite que venga preparado para que éste grabe sus primeros minutos de vida en la memoria y los recuerde para siempre y así sea el inicio del vínculo de apego.6

OXITOCINA ENDÓGENA

La oxitocina es una hormona que se sintetiza en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo y en el cuerpo lúteo. Se libera por la neurohipófisis al torrente sanguíneo y actúa como un neurotransmisor.

Los receptores de oxitocina se encuentran principalmente en el útero y la glándula mamaria, pero también existen en el cerebro, de ahí la relación que existe entre la conducta maternal y los cambios que se producen en los sistemas neuroatómicos y endocrinos.7,8 Se ha determinado que la oxitocina tiene efectos poderosos sobre el sistema nervioso central, produce sensación de serenidad y relajación, disminuye la frecuencia cardiaca, reduce la respuesta al estrés y favorece las relaciones sociales. Además tiene un efecto antidiurético, esto explica el nexo con la retención de líquidos de las gestantes al final del embarazo.

El inicio de la lactancia, la eyección de leche y el inicio del vínculo madre-hijo, depende, entre otras cosas, de la secreción pulsátil de oxitocina por la hipófisis posterior, y también de la síntesis de oxitocina por las células mioepiteliales a través de un mecanismo local (movilización del Ca+2) de retroalimentación positiva. Este efecto se ve potenciado porque el número de receptores aumenta progresivamente durante la gestación, lo que hace al miometrio más sensible a la oxitocina. Este flujo de liberación pulsatil durante el parto hace que exista un mecanismo de feedback entre el útero y la hipófisis (reflejo de Ferguson). La presión de la cabeza fetal sobre el cuello uterino es transmitida a través de las terminaciones nerviosas por la médula llegando a hipotálamo e hipófisis, mecanismo que asegura la continuidad de las contracciones en el parto.9

La oxitocina endógena se libera de forma creciente durante el parto fisiológico, y alcanza los valores máximos en el cerebro materno en la primera hora tras el parto. Este fenómeno se asocia con el periodo sensitivo temprano en el que existe una atmósfera neurohormonal definida tanto en el cerebro materno, como en el del recién nacido. El cerebro de la madre está bañado de oxitocina endógena y endorfinas, es decir, está impregnada por una sensación amorosa profunda de bienestar y placer, y el del recién nacido tiene la capacidad para grabarlo en su memoria y que le produzca bienestar. Esto hace de este momento que sea imprescindible, irrepetible y único.10 En un estudio realizado en Rusia (Bystrova 2009), una muestra de recién nacidos se dividió en dos grupos, unos fueron separados nada más nacer unas horas de sus madres, y otros no. Un año después un grupo de psicólogos analizó estas diadas madre-hijo y encontraron que la interacción es más efectiva y reciproca en los niños que estuvieron con sus madres nada más nacer. Esto demuestra que hay un periodo sensitivo clave en la impronta.7,8,9

En los nacimientos por cesárea programada sin trabajo de parto previo, no se produce este pico de oxitocina endógena y se ha especulado que las mujeres que no presentan este aumento de oxitocina endógena podrían tener más dificultades en la interacción temprana en el lactante.

En situaciones estresantes, como la hemorragia posparto, el parto prolongado o la cesárea, la secreción pulsátil de oxitocina se reemplaza por una secreción continua que aminora la estimulación de las células mioepiteliales.7

Por otra parte en el tejido mamario, la oxitocina produce la contracción de las células mioepiteliales mamarias, produciendo el vaciamiento alveolar y la eyección de leche. En este proceso, la secreción de oxitocina también está regulada por una respuesta refleja a estímulos táctiles del pezón, ya sea por succión o manipulación y a los psicológicos prorrumpidos por el neonato.11

La oxitocina también actúa sobre el tejido eréctil del pene, y media en el orgasmo femenino actuando sobre el clítoris.

Por lo tanto, se ha estudiado la oxitocina por su papel fundamental en el comportamiento humano, pero además influye en la memoria social, en la conducta maternal, en el apego y en la sexualidad.12,13

Se ha demostrado, que los circuitos sobre los que actúa la oxitocina son activados por actividades sociales como son el juego, el cuidado de las crías y la actividad sexual.

Este papel de la oxitocina ha sido evaluado recientemente en parejas humanas. En un estudio longitudinal de seis meses de seguimiento, con 160 madres y padres que vivían con sus bebés

recién nacidos, Gordon et al, demostraron que los niveles de oxitocina aumentaban durante este período. Examinaron que existía un paralelismo entre el aumento de oxitocina y los comportamientos de contacto, vocalizaciones afectuosas, estimulación táctil y exposición de objetos de los progenitores.13,14

OXITOCINA EXÓGENA.

La administración de oxitocina exógena se contempla en la mayoría de los partos, sobre todo en nulíparas. Se usa de manera rutinaria y generalizada, porque se presupone que los efectos son conocidos y benignos, inclusive se tiende a aumentar la dosis para evitar que el parto termine en cesárea. Sin embargo, no deja de considerarse como la droga que con más frecuencia se asocia a efectos adversos prevenibles o evitables en el parto. 8

Se ha corroborado que la administración de oxitocina sintética intraparto se asocia con niveles más bajos de oxitocina endógena en sangre materna dos días después del parto, y niveles aumentados de prolactina, lo que parece ser una alteración del mecanismo de retroalimentación de ambas hormonas dosis dependiente provocado por la oxitocina sintética. La principal diferencia radica en a pesar de que la oxitocina sintética tiene la misma composición química que la endógena no tiene los mismos efectos beneficiosos por no liberarse de forma pulsátil. Además se ha especulado que la sintética no penetra en el cerebro de la madre, por lo tanto no aporta los efectos beneficiosos en el cerebro materno. La sintética, al bloquearse los nervios que liberan la endógena, induce contracciones mucho más dolorosas, más prolongadas. Esto es un círculo vicioso que hace que prácticamente sea obligatorio el uso de la epidural que también tiene sus efectos secundarios.15,16

El impacto que la oxitocina exógena tiene en la conducta y en la lactancia, no está estudiado en profundidad. Pero sí sabemos que la oxitocina exógena puede: aumentar o imitar la respuesta de estrés, interrumpir la secreción pulsátil de oxitocina, alterar la respuesta de los receptores de oxitocina de las células mioepiteliales y endoteliales, así como la desensibilización de estos receptores. En resumen, altera el equilibro de la oxitocina endógena y perturba la contrucción neuronal en el periodo sensitivo del nacimiento, alterando la adaptación madre-hijo.10 Además la oxitocina intraparto parece mermar los reflejos del recién nacido involucrados en la lactancia. Jordan el al, en un estudio realizado con 48.000 mujeres, vieron cómo la administración de oxitocina se asociaba con unas tasas menores de lactancia materna a las 48h de vida del recién nacido. Así mismo, Wiklund et al, en un trabajo realizado con más de 500 mujeres establecía que la oxitocina sintética se asociaba a un inicio tardío de la lactancia materna.11

En cuanto a la hipótesis de si la oxitocina puede pasar al cerebro del recién nacido, se considera que hay dos barreras que evitan su paso: la barrera materno-placentaria y la barrera hematoencefálica. La barrera placentaria tiene oxitocinasas que aparentan ser efectivas degradando la oxitocina. Pero en sus estudios, Malek et al, encontraron que en la difusión madre-feto y feto-madre de oxitocina, el transporte es mayor en dirección madre-feto que feto-

madre, por lo que, según esta premisa, la oxitocina exógena administrada a la madre podría llegar a la circulación fetal. Por otro lado, se pensaba que la oxitocina no podría pasar la barrera hematoencefálica pero se han encontrado alguna singularidad que lleva a planteárselo. La primordial, que durante el parto, se produce una situación de estrés para la madre y para el niño que puede provocar una liberación de citocinas, o un estrés oxidativo que hace que la barrera hematoencefálica aumente su permeabilidad. Conjuntamente, debido a la inmadurez de la barrera hematoencefálica del lactante, puede que esta sea más permeable para pequeñas moléculas lipídicas insolubles. En síntesis, cabe la posibilidad de que durante el parto la oxitocina sintética administrada a la madre pueda pasar las barreras y llegar al cerebro del bebé. Por lo tanto la oxitocina intraparto pude llegar a disminuir los reflejos del recién nacido involucrados en la lactancia y por ende en el vínculo de apego.10,17

Discusión

Las conductas de apego más tempranas en el recién nacido o los llamados reflejos neonatales primitivos, son las destinadas a mantener la cercanía (interacción social) con la madre e iniciar la lactancia materna cuanto antes. Los recién nacidos sanos tienen la capacidad de reptar por el abdomen materno para descubrir el pezón en las primeras horas de vida y establecer así el contacto visual directo con la madre, conductas influidas por la oxitocina junto con un aprendizaje olfatorio.10

Por ello, el contacto piel con piel precoz y la succión promueven el apego por elevación de la oxitocina, que además favorece la contracción del útero tras el parto y disminuye el riesgo de hemorragia postparto. La oxitocina, también provoca la dilatación de los vasos sanguíneos en el pecho, lo que hace que puedan proveer de calor a sus bebes cuando los amamantan.16

Üvnas, investigadora sueca que estudió los efectos de la oxitocina en los recién nacidos, testificó que la succión, aunque no tengan hambre, tiene un efecto calmante en el recién nacido porque no es sólo la presencia del alimento en el estómago lo que libera oxitocina, sino que la succión en sí misma le proporciona efectos beneficiosos para el niño.15

Las cesáreas programadas, los partos inducidos con oxitocina sintética o las amenazas de parto pretérmino frenados con antagonistas de la oxitocina como el Atosibán, alteran el equilibrio de oxitocina y vasopresina en el recién nacido. De la mismamanera, la separación precoz madre-hijo, la lactancia artificial o la ausencia de contacto piel con piel inmediato comporta alteraciones de la liberación endógena de oxitocina. 17

Son numerosos los estudios que han comprobado como el estrés que genera la separación del bebé de su madre en las primeras horas de vida afecta el neurodesarrollo; el bebé llora por ausencia de su madre, al llorar el bebé produce niveles altísimos de cortisol que pueden ser dañinos para su propio cerebro. Se ha demostrado que al igual que el cortisol (la hormona que se produce cuando estamos estresados) que libera la embarazada estresada daña al bebé también el propio estrés del bebé por la reparación en esas primeras horas y días de vida, puede llegar a ser muy neurotóxico. Por tanto, aunque se produce una situación de estrés con niveles de cortisol regulados que es beneficiosa y que lo mantiene en alerta, el separarlo de su madre en los primeros minutos puede ser muy perjudicial y dificulta el éxito de la lactancia materna.18,19

Por todo ello, podemos afirmar que la lactancia materna, el contacto piel con piel prolongado y prácticas como el masaje infantil, el colecho o el método canguro, facilitan el apego seguro, y hacen que tengan un alto poder terapéutico para los niños que han sido separados de sus madres de manera temprana y/o que no han recibido un cuidado adecuado en los primeros meses de vida como ocurre con los niños adoptados.3

En cuanto a la lactancia materna, sabemos que reduce la reactividad fisiológica a varios estímulos estresantes. Las madres que lactan refieren con mayor frecuencia un estado emocional de bienestar y menor ansiedad e interactúan de forma más positiva con sus bebés, que aquellas que optan por lactancia artificial. De igual forma se ha observado una reducción de la respuesta autonómica (frecuencia cardiaca y conductancia de la piel) ante el llanto de los bebés en las madres lactantes frente a las no lactantes. Este declive en la respuesta al estrés incumbida por la lactancia materna, podría verse como una respuesta adaptativa que preserva a las madres de una respuesta exagerada a los estímulos estresantes que garantiza una lactancia exitosa.10

Según un estudio, las madres que tenían niveles más altos de oxitocina en el primer trimestre los mantenían durante el embarazo y después en el posparto presentaban más conductas maternales y armonizaban más con los bebés que las que tenían los niveles más bajos. Además, referían vivencias más positivas y placenteras con sus bebés.

Un estudio de la universidad de Yale comparó la activación del cerebro de las madres que amamanta a sus bebés con los que las madres que no amamantaban. Las que si lo hacían tenían más tareas del cerebro activas cuando lloraba su bebe, y esto se asociaba con unarespuesta más sensible. También se ha estudiado el cerebro de los bebés y se han comparado los amamantados con los que recibían lactancia mixta y artificial. Las diferencias en la sustancia blanca resultaron ser muy significativas.11

En otro estudio, se evaluó la liberación de oxitocina y prolactina en madres como respuesta a la lactancia materna durante el segundo día después del parto, y se observó que aquellas madres que recibieron oxitocina sintética durante el parto vía intravenosa o intramuscular para la prevención de la hemorragia posparto, o asociada con la administración de analgesia epidural, tuvieron los valores endógenos medios más bajos que en las que no habían recibido analgesia epidural y perfusión de oxitocina. También se observó que a mayor oxitocina intravenosa, menor era la producción de oxitocina endógena.18

De igual modo, los niveles de oxitocina sintética se relacionan con el incremento de los niveles séricos de prolactina. La prolactina presenta una disminución fisiológica después del parto, observándose una elevación en oleadas coincidentes con la succión del neonato. Los niveles

elevados de prolactina inducidos por la oxitocina exógena descompensan el equilibrio hormonal puerperal normal e intervienen por ello en el establecimiento de la lactancia materna. 17

A su vez, la progesterona ejecuta una doble acción sobre las neuronas del hipotálamo en el cerebro, por un lado impide la producción de cortisol y por otro permite almacenar altas dosis del oxitocina, con esto consigue mantener una baja respuesta a los agentes del estrés en la mujer gestante.19

A las mujeres que se les administra una perfusión oxitocina durante el parto deben estar monitorizadas, por riesgo de hipo e hipertensión, hipotonía, signos de rotura uterina, etc. lo cual interfiere en el desarrollo de un parto en un ambiente relajado. La medicalización del parto actúa aumentando el estrés materno y fetal, por lo que, al mismo tiempo que administramos oxitocina sintética, se va reduciendo la producción de oxitocina endógena, siendo necesario ir elevando progresivamente la dosis de perfusión para mantener la dinámica uterina y, en definitiva, ir interviniendo exponencialmente.17

El estado de liberación de oxitocina y estrés materno que se produce en el periodo expulsivo, al final del parto, requiere una vuelta a la estabilidad neuroendocrina mediante una adaptación, que conlleva cierto riesgo de oscilaciones anímicas y que, en los casos más graves, puede llegar a la depresión posparto.19 Se ha establecido por tanto una conexión existente entre depresión posparto y estrés materno durante el parto.15,20

Es conocido el importante poder ansiolítico de la oxitocina, que mejora la memoria social y fomenta el interés por las relaciones sociales. Esto reduce la soledad durante el puerperio y en general ayuda a mantener un beneficioso estado emocional. A su vez, la hormona materna se excreta en la leche y produce los mismos efectos en el cerebro del lactante, es decir, le produce relajación, serenidad, un mayor interés por las relaciones sociales y mejora la memoria social.11

La prolactina también tiene un efecto ansiolítico, interviniendo en la regulación del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA), por lo que la lactancia se ha descrito como factor protector en madres con trastornos afectivos. A su vez, la prolactina también promueve que la madre desarrolle conductas de protección. Por ejemplo, agudiza la capacidad discriminativa auditiva materna, lo que facilita la capacidad de vigilancia del recién nacido.3

Entre otro de los muchos efectos beneficiosos que tiene la oxitocina para el recién nacido se evidenció en un estudio realizado por Contreras García et al (2015) que la oxitocina alivia el dolor en el recién nacido al nacer. Para comprobarlo, se realizó un experimento con ratas, y se valoró la sensibilidad al dolor metiendo su cola en agua caliente. Resultó que las ratas tardaron más en sacar la cola del agua justo tras su nacimiento que a los dos días del mismo. Se concluyó que el umbral de sensibilidad era más alto justo tras el nacimiento que en los siguientes días. Además, se administró un fármaco antagonista de la de oxitocina (atosibán) a las ratas, lo que se tradujo en un aumento de la sensibilidad al dolor en las que acababan de nacer.17,18

Estos resultados nos llevan a la hipótesis de que los recién nacidos nacen con un analgesia natural, provocada por la acción que tiene la oxitocina sobre las neuronas nociceptivas. Ésta actúa modulando la acción desporalizante de GABA (neurotransmisor que regula la excitabilidad cerebral mediante la inhibición del disparo excesivo de neuronas). Estas acciones protectoras que tiene la oxitocina para el recién nacido, incluyen el papel analgésico, descrito anteriormente, y también el cambio transitorio en las acciones corticales del GABA de excitador a inhibidor (ralentiza la actividad cerebral) lo que promueve un aumento en la resistencia cerebral a la hipoxia.21

En cuanto a la etiología y la patogénesis del autismo, se ha descrito una posible relación entre alteraciones ambientales en el período perinatal y autismo, aunque aún no está clara la interpretación de esta asociación, se batallan dos temas importantes: el papel de la oxitocina y la posible implicación de mecanismos epigenéticos. Son algunos los autores que tantean la hipótesis de que la manipulación de oxitocina en el periodo perinatal pueda tener repercusión en el origen del autismon ya que cada vez es mayor la evidencia de que la oxitocina desempeña un papel crucial en la interacción social de los seres humanos. La naturaleza de la desregulación epigenética es hasta la fecha desconocida, pero si se describe podría explicar por qué hasta ahora no se ha podido identificar alteraciones secuenciales en un huésped con genes candidatos.10

Así mismo, se ha comenzado a estudiar la posible utilidad de la oxitocina en el tratamiento de síntomas del autismo, utilizado experimentalmente oxitocina sintética intratanasal como posible tratamiento sintomático en adultos con autismo con resultados prometedores.10, 18, 22

Por otro lado existe otra línea de investigación abierta, donde se estudia experimentalmente la asociación del uso de oxitocina intraparto con mayores tasas de hiperbilirrubinemia neonatal, siendo considerado uno de los factores de riesgo etiológicos para esta patología. Asimismo, existen otros estudios que exponen casos de complicaciones neonatales asociadas con dosis abusivas de oxitocina durante el parto, como es el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética neonatal.22

¿Cómo puede ayudar la matrona en el establecimiento del vínculo del apego?

  • Respetar al máximo la fisiología del parto, favorecer la deambulación, cambios posturales…
  • Programar lo mínimo, permitir pródromos y/o inicio espontáneo del parto.
  • Favorecer impronta: priorizar la no separación madre-recién nacido en todos los casos y acompañamiento del otro progenitor.
  • Potenciar durante el puerperio el contacto piel con piel, colecho, favorecer el establecimiento de la lactancia materna.
  • Si decide lactancia artificial asemejar lo máximo posible a la lactancia materna: contacto estrecho madre-recién nacido, mirarle a los ojos, hablarle,…
  • Favorecer la intimidad y relajación de la madre, ambiente cálido y confortable.
  • Información y psicoeducación: reparación y psicoterapia en casos Introduciendo el tema de apego en las clases de educación maternal, informándonos del tipo de parto y saber identificar la presencia de un trauma para poder repararlo.
  • Recordar que la crianza de la especie humana dura entre 16 y 18 años, por lo que aunque se haya alterado mucho el escenario neuroquímico hay mucho tiempo para poder repararlo, pero para ello es importante identificar el momento de la alteración.

Conclusión.

 

Se ha confirmado que gracias a la liberación pulsátil de la oxitocina pulsátil, se generan efectos positivos a corto y largo plazo en la salud y el bienestar tanto de la madre como del recién nacido. El piel con piel tras el nacimiento favorece la liberación de oxitocina y todo ello está relacionado, con la estimulación de la conducta social y la disminución de la ansiedad y el estrés. El contacto piel con piel, la lactancia materna, el apoyo social y el contacto humano fomentan la liberación de oxitocina endógena que a su vez los fortalece y equilibra, potenciando sus efectos.

Todo esto nos lleva a concluir que cada vez es mayor la repercusión que tiene la administración de oxitocina intraparto, pero a pesar de ello seguimos utilizándola sin pensar en las consecuencias que pueden tener esta praxis profesional. Aunque haya evidencia de que separar a los recién nacidos es una práctica perjudicial y estresante tanto para los bebés como para las madres que puede dejar secuelas y afectar al neurodesarrollo infantil y al vínculo, tampoco se pone remedio para evitar esta situación.

Por ello, aunque nos queda mucho que hacer en este aspecto, desde las instituciones sanitarias se insta a los profesionales a proporcionar un ambiente íntimo, seguro y no estresante durante el parto y se recomienda el menor intervencionismo posible si no es esencial, y perpetrar acciones encaminadas a favorecer fisiológicamente el inicio de la lactancia.

Es importante continuar investigando acerca de los efectos que tiene la oxitocina en el organismo y en su implicación en el apego madre-hijo, así como buscar el establecimiento de criterios universales de dosificación y educar a los profesionales para que reduzcan su uso a las indicaciones estrictamente necesarias.

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