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Comportamiento del asma bronquial en gestantes

interacción de esos factores con los elementos ambientales lo que determina la prevalencia real de la enfermedad. (7-8)

A comienzos del siglo XVIII, Van Helmon señaló por primera vez que el asma era una contracción muscular de los bronquios más pequeños, y fue también el precursor en relacionarla con la hipersensibilidad hacia algunas sustancias como el polvo, los alimentos y otras. La mortalidad, morbilidad y prevalencia del asma bronquial han aumentado por todo el mundo en las tres últimas décadas. (9-11)  El asma bronquial afecta por igual a ambos sexos, puede comenzar en cualquier época de la vida, aunque generalmente debuta antes de los 25 años. Se considera que afecta entre el 5% y el 10% de la población mundial, (12,13) pero en este sentido se muestra muy variable en diferentes partes del mundo, es una enfermedad ampliamente extendida sobre todo en los países con costa, ejemplo: Inglaterra, Nueva Zelanda y Cuba. (3,4)

En Cuba entre el 8.3% y un 10% de la población padece de Asma. Sir Williams Osler afirmó que el Asma nunca causaba el fallecimiento de los pacientes; sin embargo, hoy numerosos estudios muestran que el asma conlleva un alto riesgo de morir, aunque en general se acepta que es una causa infrecuente de muerte .Hoy en día se admite que el Asma Bronquial constituye la tercera causa de muerte en países desarrollados; (14-15) y como bien sabemos si la paciente está embarazada esto puede ser causa de de alto índice de morbilidad y mortalidad  materna- perinatal. (8)

El embarazo en la adolescencia es uno de los problemas más relevantes en salud reproductiva en el mundo; se ha calculado que alrededor de 15 millones de adolescentes dan a luz cada año, cifra que corresponde a una quinta parte de todos los nacimientos. (1)

Estudios realizados en diferentes regiones han explorado el impacto del embarazo en la adolescente sobre la morbilidad materna y neonatal. Al comparar las cifras con datos provenientes de mujeres adultas, se observa que las adolescentes presentan una mayor incidencia de complicaciones médicas que involucran tanto a la madre, como al niño; datos recientes indican que estos riesgos son especialmente relevantes para las adolescentes más jóvenes. Las adolescentes tienen 75% más riesgo de tener un parto prematuro que las mujeres adultas. (2,3) Se ha encontrado que la incidencia de bajo peso al nacer (< 2.500 gramos) es más del doble en adolescentes con relación a mujeres adultas y que la mortalidad neonatal (0 -28 días) es casi 3 veces mayor. (4)

En otros estudios se ha observado un incremento de los partos prematuros que a su vez son los que más contribuyen a las muertes neonatales. (5) A pesar de la magnitud del problema, no es completamente claro si estos resultados dependen de factores biológicos o si son únicamente la consecuencia de factores sociodemográficos que se asocian con el embarazo en la adolescencia.

El embarazo en la adolescencia es un impacto de considerable magnitud en la vida de los jóvenes, en su salud que en nuestro estudio concomita con el asma bronquial durante el embarazo, y por  ende es un factor favorecedor de perjudicar la salud materno fetal; en la de su hijo, su pareja, su familia, ambiente y la comunidad en su conjunto.

«Asumir la maternidad durante el proceso de crecimiento biológico, psicológico y social, vivirla en el momento en que se deben resolver los propios conflictos, antes de haber logrado la propia identidad personal y la madurez emocional, genera gran ansiedad, incertidumbre e interferencia con el logro de la madurez biopsicosocial»

Desde el punto de vista psicosocial, se presenta lo que se ha dado en llamar el síndrome del fracaso de la adolescente embarazada, dentro del cual se incluye lo siguiente: a) Fracaso de la específica función de la adolescencia, o sea, el logro de la propia identidad; b) Fracaso en la continuación de sus estudios; c) Fracaso para constituir una familia estable; d) Fracaso para llegar a sostenerse a sí misma, puesto que casi siempre tienen que continuar bajo la dependencia de sus padres; e) Fracaso potencial de lograr hijos sanos (prematuridad, recién nacidos de alto riesgo perinatal), y f) Inmadurez e insuficiente preparación para la adecuada crianza de sus hijos

También se ha demostrado que niños de madres quienes fumaron durante el embarazo son casi dos veces más propensas a desarrollar asma que los hijos de madres que no fumaron. (13-17)

Estudios epidemiológicos han permitido predecir que la prevención del consumo de tabaco tendría un impacto gigante en la disminución de morbilidad y mortalidad asociada con este hábito. (2) Las consecuencias deletéreas para la salud también se han probado en aquellos expuestos en forma indirecta al humo de cigarrillo, sobre todo en la población que se por esta enfermedad. Expone durante su desarrollo como ocurre en el caso del feto durante la gestación y en el niño durante los primeros años de vida. En esta población también habría un gran impacto en la reducción de la mortalidad con medidas preventivas efectivas

La asociación entre la exposición al humo de tabaco y daño  pulmonar en el recién nacido se ha establecido desde hace ya más de dos decenios y ha involucrado múltiples estudios. (12,13)  Aun cuando se conoce que son más de 4000 los tóxicos emanados del tabaco, solo se han estudiado la carboxihemoglobina., y nicotina.

Datos de función pulmonar en recién nacidos muestran una clara disminución en aquellos niños expuestos a tabaquismo materno comparado con aquellos no expuestos.  El efecto de la nicotina y otros tóxicos disminuye los movimientos respiratorios fetales normales, disminuye el flujo placentario y el aporte de oxígeno, todos factores que van a determinar un retardo del crecimiento pulmonar. (14,15)

Asimismo provoca cambios estructurales e inflamatorios en la vía aérea. Este efecto se atribuye fácilmente a las concentraciones de nicotina que alcanza en orina de un recién nacido prematuro, magnitud comparable con la de un adulto fumador.

También se ha demostrado que niños de madres quienes fumaron durante el embarazo son casi dos veces más propensas a desarrollar asma que los hijos de madres que no fumaron. (13-17)

Se plantea que el asma bronquial puede complicar el embarazo en 4% y ocasiona trastornos en la oxigenación materno-fetal cuando no se controla adecuadamente. Se ha demostrado en estudios que la enfermedad empeora en el 37% de las embarazadas, mejora en un 29% y sigue igual en un 37%, y es más frecuente en el segundo trimestre e inicio del tercero y casi no se produce en las últimas cuatro semanas del embarazo y trabajo de parto.