nivel de ansiedad y el estado de alerta del niño maltratado se dispara. A veces tiene comportamientos extremos: o bien agresivos o bien ausentes. Estos pequeños temen a sus cuidadores y temen llegar a casa. Los lactantes también muestran comportamientos anormales, como aumento de ansiedad en actividades que impliquen contacto o interacción con adultos (por ejemplo un cambio de pañales).
Los niños víctimas de abusos sexuales pueden manifestar poco interés por las actividades, sobre todo las físicas; se pueden observar conductas anormales para un niño, como comportamientos y concepciones sexuales sofisticadas o inhabituales, malas relaciones con sus compañeros, e incluso intentos de abuso sexual de niños más pequeños.
- Maltrato físico pasivo.
Es la negligencia en el cuidado físico (alimentación, higiene, revisiones médicas, calendario de vacunación…) cuyo máximo exponente es el abandono.
Las formas clínicas más frecuentes son el retraso psicomotor y el estaturoponderal, además de manifestar hambre de forma continua. Estos niños tienen un aspecto desaseado, ropa inapropiada, eritema crónico de pañal, parasitosis. Otra manifestación de este tipo de maltrato es la insatisfacción de requerimientos físicos o sanitarios (incumplimiento de vacunaciones o de tratamientos prescritos). El comportamiento de estos niños se ve alterado por esta situación de descuido y negligencia. Se aprecia que están continuamente cansados y su rendimiento escolar es malo, ya que presentan déficits de atención. Además pueden presentar retrasos en
el lenguaje, o reacciones agresivas, con el fin de llamar la atención e incluso llegar a la mendicidad y el robo (sobre todo de alimentos).
- Maltrato psíquico activo.
Es una conducta de tipo intelectual que causa daño emocional o intelectual en el menor. Se puede definir también como cualquier acto que rebaje la autoestima del niño o bloquee las iniciativas infantiles de interacción por parte de los miembros del grupo familiar. En esta categoría se incluyen el rechazo verbal, el insulto, la desvalorización repetida, la intimidación o las exigencias superiores a las propias de la edad o a sus capacidades.
- Maltrato psíquico pasivo.
Se denomina así a la negligencia en el cuidado psíquico del niño, como la falta de
cariño, comprensión o de estimulación al juego o a la educación.
En estos dos últimos casos las manifestaciones son de tipo comportamental o conductual. Puede aparecer:
– Trastornos del lenguaje.
– Tics, como succionar o morder.
– Conductas antisociales (robo, agresión, vandalismo).
– Aumento de la ansiedad y de sus consecuencias (trastornos del sueño).
– Reacciones psiconeuróticas (histeria, obsesión, fobias, hipocondría).
– Conductas demasiado fácilmente aceptables, pero inapropiadas para un niño, bien por ser demasiado adultas, bien por ser demasiado infantiles.
– Retardos en el desarrollo intelectual y emocional.
INTERVENCIONES PARA LA DETECCION DEL maltrato infantil.
En el momento de la realización de la entrevista clínica a los padres un punto destacable es el retraso en la demanda de atención médica tras acontecer la lesión. También se ha de sospechar ante una historia relatada por los padres con contradicciones o que describan etiologías poco comprensibles para la lesión que sufre el niño. En la entrevista el profesional no debe descartar interrogar al niño por la causa de la lesión. En ocasiones, sobre todo en ausencia de los padres, el niño puede comentar la causa abusiva del problema.
- Exploración física.
La exploración física de lesiones traumáticas ha de tener en cuenta que el estadio de las heridas indique momentos diferentes de producción. Si esto es así, o la lesión es claramente violenta hay que procurar un registro fotográfico de la misma. En los casos de abusos sexuales se inspeccionarán los genitales con un colonoscopio, o con un otoscopio si el menor es muy pequeño. Esta exploración ha de realizarla un pediatra de urgencias que conozca la morfología de los genitales normales. Para estas exploraciones físicas el uso de la mesa ginecológica quedará restringido para las niñas más mayores, si no hay que hacerlo en una camilla o mesa normal, colocando al niño en decúbito supino con las piernas en “rana” o en decúbito prono
genupectoral, según la zona a explorar.
- Pruebas complementarias.
Las imágenes radiográficas son de gran valor para la detección de casos de malos tratos, llegando a realizar exploraciones radiológicas de todo el cuerpo ante un indicio de maltrato.
En los abusos sexuales se recomiendan las mismas pruebas que en los casos de adultos: muestras de fluidos (para la detección de espermatozoides, ADN, enfermedades de transmisión sexual), y análisis de ropas, pelos, etc.
Ante la presencia de sospechas de malos tratos psicológicos es recomendable la valoración de un psiquiatra infantil, para determinar si las alteraciones del comportamiento tienen un origen violento psíquico.
- Diagnóstico.
El diagnóstico del maltrato infantil es muy complicado, pero hay que diferenciarlo (en la medida de lo posible) de otro tipo de causas. Las lesiones aisladas, o las que se produce todas a la vez pueden tener una explicación accidental. Es más fácil si las lesiones se han producido en diferentes momentos, o si las lesiones reproducen la forma del agente utilizado.
En los casos de violencia sexual se han de cumplir unos criterios fundamentales para poder aplicar dicho término. Son:
– Edad: que se sitúa hasta la primera fase de la adolescencia. A partir de esta edad se debe hablar de acoso sexual.
– Edad del agresor en asimetría con la del niño.
– Coerción, autoridad o influencia que pueda utilizar el agresor.
– El beneficio del adulto.
– El hecho de entrar en una construcción social que va a depender de los valores y normas de cada sociedad.
– La naturaleza abusiva es independiente del uso de la coerción, de la existencia de contacto genital o físico o de la persona que inicia la actividad o de las lesiones que pudieran tener lugar.
Indicadores inespecíficos en la asistencia sanitaria.
Existen una serie de indicadores inespecíficos orientativos de la existencia de un caso de maltrato infantil. Estos indicadores han de conocerlos el personal