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Dolor y limitación del movimiento

Dolor y limitación del movimiento

RESUMEN

El deterioro de la movilidad física en la sociedad actual es un problema de gran relevancia y cada vez más común, debido al envejecimiento de la población. Es un problema por la limitación del propio individuo y por la repercusión en la familia y en el cuidador principal. Las familias se encuentran desinformadas y con unas necesidades nuevas que no saben cómo manejar.

Josefa Martínez Gómez */ María Mercedes Ruiz Sorroche */ María Victoria Martínez Miras *

* Universidad de Almería, Diplomada Universitaria de Enfermería

Exponemos un caso clínico en el que detectamos de forma casual a una paciente con deterioro del movimiento y a través de la elaboración de un plan de cuidados se aumenta su autonomía y la de su cuidador principal, contando para ello con un equipo multidisciplinar y ofertando los recursos e información necesaria.

PALABRAS CLAVE: dolor, cuidador principal, analgesia, limitación del movimiento, prótesis de rodilla.

INTRODUCCIÓN

En la sociedad actual el Deterioro de la movilidad física es un problema de gran relevancia, no sólo por la limitación individual que ello supone sino por las consecuencias que tiene sobre la sociedad y directamente sobre la familia que se encarga de suplir las necesidades básicas que estos pacientes tienen sin cubrir, como la necesidad baño/higiene, vestido/acicalamiento, etc.

Estos pacientes suelen demandar más atención domiciliaria del equipo sanitario. Es por ello, la necesidad de confeccionar un plan integral tanto de la paciente como de la familia y cuidador principal, que aumente la autonomía del paciente, asesorando a la familia para poder realizar los cuidados pertinentes de la mejor manera posible, conociendo los recursos que podemos poner a su alcance. Por lo tanto, la labor de la enfermera de familia se centra en reforzar, aumentar, completar o sustituir los déficits del paciente y su familia, marcándose como objetivo que se alcance la máxima independencia.

Este diagnóstico enfermero es definido por la NANDA como la limitación del movimiento independiente, intencionado, que padece la persona en el conjunto de su cuerpo o de una o más extremidades.

Uno de los factores que influye directamente en la limitación del movimiento y por tanto en el deterioro de la movilidad es el dolor tras intervenciones quirúrgicas, más aún si hablamos de prótesis en las extremidades inferiores. En el caso de las prótesis de rodilla, cada vez son más elevados los pacientes que son sometidos a este tipo de intervención, debido a los avances en el diseño de las prótesis y de las técnicas quirúrgicas empleadas. Esto hace que sea una opción fiable para reducir el dolor y mejorar la funcionalidad.

Una prótesis de rodilla consiste en sustituir la articulación de la rodilla lesionada por una articulación artificial denominada prótesis. La duración de las prótesis cada vez es mayor, y las nuevas técnicas quirúrgicas permiten una fisioterapia precoz y más intensa que ayude a recuperar la funcionalidad de la rodilla, sin olvidar paliar el dolor con analgesia pautada por un facultativo.

La actitud activa del paciente es decisiva para una rápida y completa recuperación. El iniciar una fisioterapia precoz acelera la consecución de los logros funcionales a corto y medio plazo. Por el contrario, de no realizar fisioterapia y ejercicios rehabilitadores adecuados se aumentaría la posibilidad de limitaciones del movimiento. A continuación se enumeran una serie de ejercicios que nos servirán de guía para estos pacientes:

Ejercicios para el postoperatorio inmediato y el primer mes.

Estos ejercicios se inician tan pronto como el médico se lo indique, normalmente el día siguiente a la cirugía.

  • Isométrico de cuádriceps: contraiga el músculo del muslo, mantenga de 5 a 10 segundos y posteriormente relaje. Realice este ejercicio durante unos 5 minutos varias veces a lo largo del día. Puede ayudarse poniendo una toalla pequeña en el hueco de la rodilla para tener la sensación de aplastarla.
  • Potenciación vasto interno: Con la pierna totalmente estirada sobre la cama, contraiga el músculo del muslo para levantar la pierna unos 20 cm de la cama (una cuarta). Mantener durante 5 a 10 segundos y luego descender lentamente. Repita el ejercicio 5 minutos de cada hora.
  • Bombeo con el tobillo: Este ejercicio puede realizarse tanto sentado como tumbado, y consiste en mover el pie arriba y abajo rítmicamente, contrayendo los músculos de la pierna (como si se estuviese pisando el acelerador de un coche o utilizando una máquina de coser de las antiguas). Realice este ejercicio periódicamente a lo largo del día para ayudar a que baje el edema (inflamación) de la pierna.
  • Ejercicios de extensión de rodilla: en la prótesis total de rodilla es muy importante evitar el déficit de extensión, que a menudo ya existe previamente y se acompaña de retracción de los músculos de la cara posterior del muslo. Ponga una pequeña toalla enrollada debajo del tobillo de forma que el talón no toque la cama. Apriete el muslo intentando extender la rodilla y tocar la cama con la parte posterior de la rodilla. Mantenga durante 5 a 10 segundos y relaje. Repítalo varias veces al día.
  • Flexión de la rodilla en la cama: Comenzando con la pierna estirada deslice el talón sobre la cama hacia los glúteos todo lo que pueda, mantenga unos 10 segundos y vuelva a estirar la pierna lentamente.
  • Flexión de rodilla con apoyo: sentado en el borde de la cama o en una silla alta, con el muslo bien apoyado, se coloca un pie detrás del talón de la rodilla operada como apoyo. Se dobla la rodilla lentamente tanto como se pueda, pudiendo cambiar el pie sano a la garganta del pie para ayudarse a doblar la rodilla. Se mantiene durante 5-10 segundos y después se estira ayudándose con el pie bueno detrás del talón.
  • Flexión de rodilla sin apoyo: Sentado sobre una silla alta con las piernas colgando, y con un rodillo o toalla bajo la rodilla, de manera que ésta quede más alta que la cadera, se eleva la pierna lentamente todo lo que se pueda. Se mantienen 10 segundos y posteriormente se vuelve a la posición de reposo para comenzar a doblarla todo lo que sea posible. Mantener 10 segundos y descansar el doble.

A partir del 2º mes de la intervención:

  • Flexión de rodilla asistida: sentado en el borde de la cama o en una silla alta, con el muslo bien apoyado, se dobla la rodilla tanto como se pueda, hasta que el pie descanse en el suelo. Con el pie ligeramente apoyado en el suelo, se desliza el cuerpo hacia delante en la silla para aumentar la flexión de la rodilla. Se mantiene por 5-10 segundos y después se extiende la rodilla.
  • Ejercicios de cuádriceps (extensor de la rodilla): Sentado en una silla alta y con la espalda bien recta, estire la pierna hasta la horizontal con el pie hacia usted. Mantenga la posición 10 segundos y descanse la pierna en el suelo o sobre un reposapies. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
  • Ejercicios de isquiotibales (flexores de rodilla): sentado/a en la misma silla recta y alta, y descansando la pierna sobre un reposapies, empuje con energía el reposapies con el talón. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
  • Ejercicios de estiramiento de cuádriceps (músculo situado en la cara anterior del muslo) para mejorar la flexión: túmbese en la cama boca abajo y cruce las piernas, dejando la pierna operada sobre la sana. Doble las rodillas acercando al máximo los talones a los glúteos. Con la pierna buena ayudamos a doblar la operada. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
  • Ejercicios de estiramiento de cuádriceps (músculo situado en la cara anterior del muslo) para mejorar la flexión: túmbese en la cama boca abajo y cruce las piernas, dejando la pierna operada sobre la sana. Doble las rodillas acercando al máximo los talones a los glúteos. Con la pierna buena ayudamos a doblar la operada. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
  • Ejercicios resistidos: consisten en hacer los mismos ejercicios de cuádriceps que se han mencionado, es decir, levantar la pierna estirada y ejercicios de doblar y estirar la rodilla estando sentado, pero con un peso colgando del tobillo. Este peso puede ser un saco de arena, piedras, garbanzos…, y no será superior a 0,5-1 kg al principio. En las tiendas de deporte existen también pesos para el tobillo que se fijan con velcro.

Una prótesis no es tan fuerte como una rodilla sana, se tendrá limitaciones como actividades deportistas intensas, pero realizará las actividades habituales. Es importante el control del peso después de la intervención para evitar sobrecarga.