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El disfraz de hombre que ayudó a las ginecólogas

El disfraz de hombre que ayudó a las ginecólogas

RESUMEN

Agnódice ha sido reconocida como la primera mujer ginecóloga de la historia. Este artículo describe su breve historia. Desea ser un reconocimiento a su sacrificio y al de  todas las mujeres que a lo largo de la historia han luchado por la ciencia.

El disfraz de hombre que ayudó a las ginecólogas

Breve historia sobre el inicio de la ginecología y obstetricia, Agnódice y la situación social de las mujeres en Atenas en el siglo V a.c.

Jericó Ojer, María. Luquin Villanueva, Amaía. Castillo Castro, Estefanía. Enfermeras especialistas en Ginecología y Obstetricia. Servicio Navarro de Salud. Complejo Hospitalario B. Navarra.

PALABRAS CLAVE: Agnódice, Atenas, obstetricia, embarazo

La Atenas del siglo V a.c. es considerada la primera democracia de Europa. En esta época disfruta de su auge cultural y político, es el momento más brillante de la historia de Atenas. La educación se convierte en el eje primordial de la sociedad y su esplendor en todos los ámbitos sociales, políticos y culturales atrae a importantes figuras de la época. Se convierte así en modelo a seguir por el resto de ciudades europeas.

Sin embargo en esta sociedad ejemplar, progresista y liberal existe una degradación y humillación a la mujer. Una época en la que las mujeres son consideradas ciudadanas de tercera, sometidas a sus padres y esposos quienes controlan sus vidas y les impiden decidir por ellas mismas.

Los hombres se dedican a la política, control de la polis y comercio. Tienen derecho a voto y participan activamente en la gestión del gobierno. Las mujeres sin embargo están relegadas al ámbito doméstico, no pueden ejercer ninguna profesión ni participar en los órganos judiciales ni del gobierno. Las mujeres están excluidas de cualquier participación de la vida pública.

Los matrimonios son concertados por los hombres sin contar con la opinión de la mujer y la diferencia de edad entre ellos es muy marcada. Muchas de ellas incluso son casadas en la infancia. Toda mujer debe estar bajo el control de un hombre, bien sea del padre o del marido. Su trabajo está dedicado a la actividad doméstica y crianza de hijos. La mujer esta relegada al papel de madre.

La inferioridad del sexo femenino queda reflejada desde el nacimiento. Las dificultades económicas de la época obligan a un control de la natalidad importante ya que no se puede mantener a muchos hijos. La práctica del aborto es habitual con métodos muy rudimentarios y en ocasiones perjudiciales para la salud de la mujer así como el abandono de los recién nacidos en los montes cercanos a la ciudad. Esta imagen inferior de la mujer estaba alentada a su vez por célebres personajes de la historia como la de Aristóteles y Sócrates cuya opinión era muy valorada y apreciada por la sociedad ateniense.

La práctica de la medicina en esta sociedad ateniense de la antigua Grecia, está completamente fuera del alcance de las mujeres. En su auge cultural y científico la ley que rige en este momento les impide acceder a cualquier titulación y a cualquier conocimiento relacionado con las matemáticas, física, medicina, filosofía, etc.…son exclusividad de los hombres. Si una mujer ejercía la medicina estaba penado con la muerte. Una sociedad dirigida por hombres donde la mujer no tiene acceso al conocimiento.

En relación con la obstetricia desde los inicios de la historia las mujeres habían sido las encargadas de ayudar a otras mujeres en el momento del parto, puerperio y cuidados del recién nacido. En el momento de la Grecia clásica, con Hipócrates, el ejercicio de la obstetricia es propio del género masculino, quedando las mujeres excluidas de esta área. Sin embargo esta prohibición que por ley, las atenienses tienen para la práctica de la medicina, no es compartida por Agnódice.

Agnódice fue una mujer que vivió en Atenas en el siglo IV a.c, perteneciente a la alta sociedad y con elevada posición social se convirtió, con enormes dificultades y mucho esfuerzo, en la primera mujer ginecóloga. Mujer de gran inteligencia, de carácter fuerte y con un gran interés por la medicina demuestra desde su juventud una sensibilidad especial por el sufrimiento de las mujeres al dar a luz.

Se percata que muchas mujeres atenienses prefieren morir al dar a luz o por cualquier alteración femenina antes de ser atendidas por un hombre. El gran pudor de la época, el miedo a que un hombre les examine o les ayude en el momento del parto anteponen la muerte de la mujer y del recién nacido. Muchas mujeres se enfrentan al parto sin ayuda de ningún profesional poniendo en peligro su propia vida y la del niño.

Se siente frustrada por no poder estudiar medicina y quiere especializarse en ginecología. Animada por su padre abandona Atenas e ingresa en la escuela del célebre médico Herófilo de Calcedonia (hacia 335 -280 a.c), que imparte clases en la Escuela de Alejandría para matricularse en medicina. Para poder realizar sus estudios Anodice debe cortarse el pelo, disfrazarse de hombre y ocultar su identidad femenina. Durante los años de universidad destaca por su brillantez, inteligencia y buen hacer. Nadie durante su periodo de formación se percata de que es una mujer.

Cuando finaliza sus estudios regresa a Atenas donde ejerce como obstetra y ginecóloga. Siempre con vestimenta de hombre y desvelando su verdadera identidad únicamente delante de sus pacientes para generar confianza y que se sientan más seguras y cómodas con ella.

Su reconocido prestigio hace que su fama rápidamente se extienda entre las mujeres de la aristocracia ateniense. Las esposas de los principales ciudadanos de Atenas acuden a su consulta incluso muchas de ellas prefirieren sus atenciones a la de resto de médicos de la ciudad. Ejerce durante años la medicina siempre ocultando su identidad femenina bajo su disfraz masculino y en contra de las autoridades médicas y políticas.

Sus compañeros de profesión, celosos del prestigio y popularidad que está adquiriendo inician una campaña de desprestigio en su contra con testimonios falsos. Los celos, la envidia hace que le acusen de seducir a sus pacientes e incluso de violarlas por lo que le llevan a juicio en el Areópago. Agnódice se ve obligada a despojarse de su disfraz y mostrar delante de todos los jueces su verdadera identidad y condición de mujer para defender su inocencia y refutar las acusaciones

Ante el ridículo de los jueces, Agnódice es condenada a muerte por ejercer la medicina. En ese momento un grupo de mujeres