Elección del catéter central de acceso periférico (PICC) en el abordaje terapéutico de las endocarditis
Autora principal: Olga Laplana Miguel
Vol. XVII; nº 1; 57
Use of the peripheral access central catheter in the therapeutic approach of endocarditis
Fecha de recepción: 21/10/2021
Fecha de aceptación: 30/12/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 1 – Primera quincena de Enero de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 1; 57
AUTORES:
Olga Laplana Miguel, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Natalia Barbastro Crespo, Hospital Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España
Cristina Amo Nadal, Hospital Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
Irene Díaz Bello, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Lorena Calonge Roy, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Maite Ibáñez Pina, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
María Castán Merino, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Los autores de este manuscrito declaran que:
-Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
-La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud , con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) https: //cioms.ch/publications/product/pautas-eticas- inernacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/.
-El manuscrito es original y no contiene plagio.
-El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no esta en proceso de revisión de otras revistas.
-Se han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
RESUMEN
La endocarditis infecciosa es una enfermedad que afecta, fundamentalmente, a las válvulas cardíacas, con mal pronóstico y que es originada por gran variedad de microorganismos. El tratamiento estrella de este tipo de patología se centra principalmente en la administración de antibioterapias endovenosas de larga duración orientadas específicamente a la eliminación del germen o microorganismo causante una vez conocido.
Por las características terapéuticas propias dirigidas a la resolución de los cuadros de endocarditis, se hace necesario el uso de accesos venosos que permitan tratamientos de antibióticos prolongados, que supongan una incidencia baja en complicaciones y que resulten polivalentes en su uso, permitiendo la realización a través de los mismos de otros procedimientos que serán necesarios para el control de la enfermedad, como es la extracción sanguínea seriada en la monitorización de la resolución del cuadro a lo largo de su tratamiento.
Es por ello, que teniendo presentes los puntos anteriormente citados, los catéteres centrales de acceso periférico (PICC) resultan ser la opción estelar en este tipo de tratamientos, resultando idóneos para terapias de duración media y situando al profesional de enfermería como eslabón primordial en el manejo de la endocarditis mediante la aplicación del tratamiento prescrito a través del manejo de estos dispositivos.
PALABRAS CLAVE
Endocarditis, guías, Cuidados, catéter central de inserción periférica (PICC).
ABSTRACT
Infective endocarditis is a disease that mainly affects the heart valves, with a poor prognosis and that is caused by a great variety of microorganisms. The star treatment of this type of pathology focuses on the administration of long-term intravenous antibiotics specifically oriented and therefore directed to the germ or microorganism causing it once it is known.
Due to its own therapeutic characteristics aimed at the resolution of endocarditis, it is necessary to use venous accesses which allow prolonged antibiotic treatments, have a low incidence of complications and are multipurpose in their use, allowing the performance through the same as other procedures that will be necessary to control the disease, such as serial blood extraction to monitor the resolution throughout its treatment.
That is why, bearing in mind the points avive mentioned peripheral access central catheters (PICC) turn out to be the stellar option in this type of treatment, being ideal for medium-duration therapies and placing the nursing professional as a primary link in the management of endocarditis by applying treatment through these devices.
KEYWORDS
Endocarditis, Guidelines, Care, peripheral insertion central catheter.
MÉTODO
Se efectuó una revisión sistemática de bibliografía para analizar la información disponible del uso de catéteres centrales periféricos (PICC) en la endocarditis. La recopilación de la información se efectuó a través de bases de datos médicas como: Pubmed, scielo, entre otras. Finalmente, se tomaron en cuenta artículos científicos publicados en los últimos años, tanto en inglés como en español. Para ello utilizamos como descriptores: Endocarditis infecciosa, Cirugía cardiaca, PICC.
INTRODUCCIÓN
La endocarditis infecciosa es una enfermedad inflamatoria, exudativa y proliferativa del endocardio, que afecta más frecuentemente a las valvas, producida por gran variedad de microorganismos. Las lesiones más frecuentes son las verrugas o vegetaciones que se forman y crecen a través de la colonización por gérmenes de agregados de fibrina y plaquetas, el denominado trombo fibrinoplaquetario. En la gran mayoría de los casos, estos fenómenos se originan a partir de pequeñas lesiones del endotelio causadas por alteraciones hemodinámicas o presencia de material extraño intracavitario (prótesis, etc.).
La causa principal en más del 90% de los casos son bacterias y menos de 1% se produce por hongos1. Los cocos gram positivos (Staphylococcus, Streptococcus y Enterococcus) son las causas más comunes. De ellos el Staphylococcus aureus (S. aureus) es el responsable aproximadamente del 90% de los casos1, siendo también el de mayor virulencia, su infección está relacionada con la estancia hospitalaria.
En cuanto a su pronóstico, la mortalidad, en la fase activa sobre la válvula nativa, es del 12%, con una supervivencia del 81% a los 10 años.2 En la endocarditis infecciosa sobre una válvula protésica tardía, la mortalidad es inferior al 5% si está causada por estreptococos, y puede ser del 50% si son estafilococos.1,2
Se ha demostrado una relación entre determinados procedimientos dentales, quirúrgicos y terapéuticos con el hallazgo de bacteriemia causada por microorganismos comúnmente asociados a endocarditis y atribuibles al procedimiento en cuestión.
Es por ello por lo que se recomienda iniciar la profilaxis antibiótica inmediatamente antes del procedimiento y sin prolongarlo más de 6-8 h después del mismo3, salvo en los casos en los que, por la existencia de una infección establecida, se haga necesario su tratamiento.
Debido a la elevada morbimortalidad de la endocarditis bacteriana en pacientes sometidos a implantes de material protésico, se recomienda en ellos la profilaxis perioperatoria antibiótica… En estos casos de endocarditis ocasionada por sthaphylococus aureus, sthaphylococus coagulasa negativo y difteria, se recomienda el empleo de cefalosporinas u otro antimicrobiano, cuya elección estará en función con el patrón de susceptibilidad de cada centro hospitalario. El tratamiento debe ser iniciado inmediatamente antes de la cirugía, con valores intraoperatorios adecuados y mantenidos durante no más de 24 h en el curso postoperatorio.4
FACTORES DE RIESGO
Existen varios factores que favorecen al desarrollo de la endocarditis, entre los cuales se destacar: Edad mayor de 60 años, sexo masculino, uso de drogas intravenosas, enfermedades cardiacas existentes, Infección o procedimientos dentales.
DIAGNOSTICO ENDOCARDITIS
El diagnóstico definitivo de la endocarditis infecciosa sólo puede realizarse con seguridad absoluta mediante la demostración del germen causante. Sin embargo, debido a la necesidad de alcanzar un diagnóstico lo más precoz posible, en la mayoría de los casos, dicho diagnóstico, se realiza sobre la base de la clínica del paciente. Las dificultades diagnósticas de la endocarditis infecciosa derivan de la gran variedad de manifestaciones clínicas con que puede presentarse la enfermedad, que pueden confundirse con otras enfermedades sistémicas. El síntoma que se presenta en el 90% de los casos es la fiebre4, pudiéndose acompañar de otros síntomas inespecíficos como artralgias, mialgias, pérdida de peso, anorexia y sudoración nocturna. En ocasiones cabe destacar otros como la taquicardia y la esplenomegalia como consecuencia de la inflamación sistémica.
Es importante tener en cuenta que la ausencia de cualquiera de las manifestaciones clásicas de endocarditis no excluye su diagnóstico; pudiendo existir una endocarditis en ausencia de gérmenes aislados en los cultivos, vegetaciones en el ecocardiograma, fenómenos embólicos o sin cardiopatía predisponente, por poner unos ejemplos.
Fundamentalmente los datos y parámetros valorados en los criterios diagnósticos de endocarditis infecciosa son de tres tipos (clínicos, microbiológicos y eco cardiográficos), teniendo mayor relevancia: los microbiológicos (aislamiento del mismo germen en la mayoría de los hemocultivos obtenidos, 2 al menos), la existencia de una cardiopatía predisponente y algunos hallazgos clínicos (fiebre, fenómenos embólicos o vasculares, nuevos soplos).4
Hemos de tener en cuenta que los hallazgos eco cardiográficos resultan muy importantes como criterio diagnóstico y para la instauración del tratamiento. No olvidemos que la presencia de vegetaciones, puede experimentar un aumento de tamaño si el tratamiento antibiótico no es efectivo, o bien disminuir e incluso desaparecer si el tratamiento resulta de éxito. Es por ello que en la actualidad, en la mayoría de centros en los que se dispone de ecocardiografía trans esofágica se utiliza esta técnica en casi todos los pacientes con endocarditis como método asociado a los datos microbiológicos para su diagnóstico final.
TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento antibiótico es la eliminación de vegetaciones, lo que requiere altas dosis de fármaco por vía parenteral y durante un período prolongado. El tratamiento antibiótico inicial suele ser empírico, y se debe de iniciar de inmediato.
La elección del antibiótico más adecuado, la dosis necesaria y el tiempo suficiente de tratamiento resulta crucial para la erradicación del germen responsable de las vegetaciones endocárdicas evitando de esta forma las recidivas y facilitando la erradicación de los focos metastásicos. En la mayoría de los pacientes el tratamiento se inicia una vez conocido el germen responsable y el tratamiento se realiza según el antibiograma.
En determinadas circunstancias, el estado clínico del paciente requiere una actuación rápida (estado séptico, insuficiencia cardíaca con importante destrucción valvular), siendo necesario pautar un tratamiento antibiótico empírico, siempre tras la toma de al menos 3 hemocultivos.
Una vez conocido el germen responsable aislado de los hemocultivos, se optimizará el tratamiento antibiótico empírico utilizado mediante la estrecha monitorización de la eficacia antibiótica. De manera que se consiga el ajuste individualizado de la dosis y conseguir de esta manera la máxima eficacia terapéutica.
En determinadas circunstancias, el estado clínico del paciente requiere una actuación rápida (estado séptico, insuficiencia cardíaca con importante destrucción valvular), siendo necesario pautar un tratamiento antibiótico empírico, siempre tras la toma de al menos 3 hemocultivos.
Esta terapia se puede iniciar con vancomicina y gentamicina para posteriormente con los resultados de hemocultivos, verificar que antibióticos serán los óptimos. Además, se recomienda el uso de daptomicina y fosfomicina en la endocarditis estafilocócica y la netilmicina para los estreptococos digestivos y orales sensible a la penicilina como terapia alternativa. Mención especial ha de tenerse en cuenta con respecto a los aminoglucósidos, los cuales ya no se recomiendan en la endocarditis estafilocócica puesto que no han demostrado ningún beneficio clínico y pueden aumentar el riesgo de nefrotoxicidad.
Una vez conocido el germen responsable, aislado de los hemocultivos, se optimizará el tratamiento antibiótico empírico utilizado. Siendo necesaria una estrecha monitorización de la eficacia antibiótica para el ajuste individualizado de la dosis y para conseguir la máxima eficacia terapéutica.
Así debido a su presentación clínica poco florida, los cambios epidemiológicos, las diferentes causas microbianas y las diferentes opciones de tratamiento, hacen que su manejo antibioterápico sea muy desafiante y exija por ello la integración de un equipo médico multidisciplinario.
Ello no exime que en algunos casos el tratamiento requiere ser complementado con cirugía cardíaca siendo recomendable que las formas de mayor riesgo (endocarditis aórticas, endocarditis protésicas y las causadas por microorganismos virulentos) sean tratadas en medios hospitalarios que dispongan de cirugía cardíaca.
El control del estado clínico del paciente incluye el control entre otros de la posible aparición de signos de insuficiencia cardíaca, alteraciones del ritmo o conducción cardíaca, fenómenos embólicos o clínica neurológica resulta crucial. No olvidando tampoco la posibilidad de que aparición de efectos tóxicos de los antibióticos administrados.
Una vez finalizado el tratamiento antibiótico, debe procederse a realizar hemocultivos de control antes de asegurar la curación bacteriológica, siendo recomendable realizar el último hemocultivo a los 2 meses de completado el ciclo antibiótico5, que es el período con mayor riesgo de recidiva. Si reaparece la infección, se tratará de nuevo médicamente y se planteará el recambio valvular si se trata de gérmenes de tratamiento difícil o muy virulentos.
JUSTIFICACION
El uso de PICC para la administración de antibioterapia de larga duración en el tratamiento de la endocarditis ha aumentado de manera importante durante la última década debido a su comprobada seguridad, facilidad de inserción, baja tasa de complicaciones y costo- efectividad. Al tratarse de catéteres de duración intermedia con una tasa de complicaciones de 4.6%.6 han demostrado ser un instrumento seguro, eficaz, bien tolerado y de bajo costo para la aplicación del tratamiento en la endocarditis que requiere de altas dosis de fármaco durante semanas de tratamiento.
Con la utilización de la PICC en este tipo de abordajes terapéuticos se disminuyen las complicaciones e incomodidades relacionadas con los catéteres insertados por vía central y los problemas generados por accesos venosos periféricos, principalmente derivados de la administración de antibióticos altamente irritables como Vancomicina entre otros.
Este hecho hace que los catéteres PICC emerjan como dispositivos altamente interesantes en la administración de tratamientos endovenosos prolongados como sucede en el caso de las endocarditis.4
El manejo de estos dispositivos, tanto en su colocación ANEXO1, cuidadosANEXO2 y retirada la finalización del tratamientoANEXO3, requerirá de personal de enfermería cualificado y familiarizado en el desarrollo de sus competencias en este tipo de técnicas.
ANEXOS
ANEXO1 COLOCACION DISPOSITIVO PICC 6,7
• MATERIAL NECESARIO
– KIT: El catéter PICC viene preparado en un kit para su inserción que mantiene parte de sus componentes comunes independientemente de la casa comercial.
– Mesa auxiliar para colocación de material estéril
– Equipo de protección personal: Gorro quirúrgico, Bata quirúrgica estéril, mascarilla, Guantes estériles y no estériles
– Antiséptico local: Clorhexidina > 0.5 % , solución yodada o alcohol 70%
– Compresor
– Paños estériles (uno fenestrado a ser posible).
– Gasas estériles
– Anestésico local (mepivacaina 2% o lidocaína al 2%)
– Unidades de solución salina de 10cc de suero fisiológico al 0.9 %
– Solución Heparina sódica20 u.i. /ml (tipo Fibrilin).
– Llaves antirreflejo
– Jeringas desechables 10cc
– Abocath n18 ( tipo Braun)
– Agujas intravenosas: de cargar , sc
– Punto para sutura si fuese necesario ( 2/0)
– Apósito trasparente de fijación ( tipo Tegaderm )
• ELECCION DEL VASO
Anatómicamente el brazo derecho será de primera elección por su acceso directo a cava superior.
No obstante debemos tener en cuenta que el brazo dominante, y aquel que no esté inmovilizado por causas neurológicas o traumáticas, siempre van a tener mejor función muscular, mayor calibre venoso y por tanto mejor flujo, por lo que la canalización será más fácil y se producirán menos complicaciones trombóticas.
Las venas periféricas de elección en estos catéteres son la basílica, braquial y cefálica.
– BASILICA: de buen tamaño y recta. Alejada de arteria braquial y nervio mediano.
– BRAQUIAL: de buen tamaño, profunda. Cerca de la arteria braquial y nervio mediano.
– CEFALICA: cómoda para la inserción y cuidado, se puede visualizar y palpar pero no tiene un gran calibre y puede ser tortuosa.
Según este orden BBC (basílica, braquial, cefálica), teniendo en cuenta el calibre, el recorrido y la profundidad.
Una vez localizada la vena, calcularemos la longitud del catéter.
Para ello mediremos la distancia desde el punto de entrada seleccionado hasta la línea media infraclavicular y desde este punto SIEMPRE al tercer espacio intercostal paraesternal derecho (tanto si la inserción se realiza en el brazo derecho como en el izquierdo).
Existen otros métodos aproximados conociendo la talla del paciente mediante la siguiente fórmula: talla (cm)/10+20= longitud del catéter. La medida siempre se refiere desde mitad del brazo.
• PROCEDIMIENTO
Se desarrolla en dos partes, una aséptica y otra estéril.
ASEPTICA
– Preparar un entorno adecuado donde se le explicará al paciente, si está consciente y su estado neurológico lo permite, la técnica que se le va a realizar y el motivo de la misma. Firma de consentimiento informado.
– Previo lavado de manos según protocolo y colocación de guantes, proceder a la evaluación de la extremidad idónea para su implante así como de la vena de inserción.
– Colocación del brazo del paciente formando un Angulo de 90º respecto al cuerpo e inclinarle la cabeza hacia la zona de inserción, haciendo tocar la barbilla con la zona clavicular a ser posible.
– Colocación de compresor venoso unos 5 traveses de dedo por encima de la posterior zona de punción de catéter.
ESTÉRIL
– Colocar el material necesario en una zona accesible, preparando el campo estéril con el material necesario y anteriormente citado.
– Preparación de la punción desinfectando la zona con el antiséptico escogido dejando actuar el mismo según el tiempo necesario.
– Colocación del equipo de protección individual anteriormente citado. Colocación de mascarilla y gorro, lavado quirúrgico de manos, colocación de bata y guantes estériles con ayuda del equipo asistencial.
– Montar el quipo estéril sobre una mesa auxiliar (opcional) y/o sobre el paciente dejando solo libre la zona de punción.
– Canalización de la vía de acceso venoso palpando la vena con los dedos índice y medio, una vez localizada proceder a la punción de la vena escogida. Tras su canalización retirada de fiador y colocación de tapón antirreflejo.
– Preparar el catéter PICC girando el fiador si este está pegado.
– Cargar tres jeringas de 10cc con sf
– Purgar todas las luces con solución salina estéril de 10cc
– Preparar la guía localizando la parte más flexible
– Iniciar la infiltración del anestésico local a ambos lados del catéter corto insertado.
– Retirada de fiador de catéter corto y conexión del catéter con fiador avanzando guía.
– Retirada de dispositivo de ayuda y engarce de dilatador en fiador.
– Punción firme de dilatador en zona de acceso y extracción de dilatador.
– Inserción de catéter en fiador y avance del mismo a la vez que vamos retirado fiador.
– Introducción hasta la medida previamente calculada.
– Comprobación que refluye sangre mediante aspiración.
– Proceder al lavado de luz con SF.
– Sellado de luces con heparina
– Limpiar la zona, desinfectarla y secarla bien para poder fijar el catéter correctamente.
– Punto a piel si así se decide para mayor fijación
– Colocación de apósito estéril semitransparente de fijación manteniendo visible el punto de punción
– Retirada de guantes
– Lavado de manos según protocolo
– Verificar la correcta colocación del dispositivo mediante control radiológico.
· REGISTRO DE DISPOSITIVO
La enfermera responsable del paciente registrara fecha y turno de colocación del dispositivo, lugar de inserción, longitud y calibre de la PICC así como cualquier incidencia acontecida durante su colocación.
También registrara debidamente posterior al control radiológico, si el dispositivo se encuentra correctamente colocado o ha sido necesario manipularlo o retirarlo por completo.
Recordamos que es de vital importancia la NO utilización del dispositivo hasta comprobar la correcta colocación del mismo.
• CAMBIO DE APOSITO
Se realizara siempre que se precise ya sea por perdida de integridad del apósito, sudoración, sangrado, suciedad etc…
Si el apósito está limpio e íntegro se programaran las curas:
– Semanalmente: si utilizamos un apósito semipermeable trasparente y visualizamos el punto de salida del catéter.
– Cada 48h: siempre que usemos un apósito con gasa que no permita observar el punto de salida del PICC.
Antiséptico de elección:
Se recomienda la aplicación del mismo en esponjas monodosis o en su defecto el mismo antiséptico en spray.
– De primera elección: clorhexidina >0.5 % (preferiblemente al 2%) con alcohol isopropilico al 70%. Tiempo de secado unos 30 segundos.
– En caso de sensibilidad a la clorhexidina, usaríamos povidona yodada no alcohólica (no en catéteres de silicona) o alcohol isopropilico al 70%. Tiempo de secado 1.5-2 minutos y 30 segundos respectivamente.
Procedimiento:
– Lavado de manos.
– Preparación de una zona limpia /estéril para colocar el material.
– Retirada del apósito previo preferiblemente de zona distal a proximal para evitar la extracción accidental del catéter. En el caso del apósito trasparente, este se retira después de estirarlo previamente para que pierda su capacidad adhesiva.
– Examinar el aspecto de la piel en el punto de inserción del catéter con el objetivo de detectar posibles complicaciones que indicarían su retirada (edema, infiltraciones cutáneas, supuración o cualquier otro signo de infección).
– Con guantes estériles, se limpiara la zona con suero salino, empezando por zona de inserción del catéter en forma circular hasta unos 20 cm, luego se seca con gasa estéril.
– Realizar desinfección de la zona de inserción del catéter con gasas impregnadas en el antiséptico de elección. Limpieza en espiral desde el centro a la periferia. Se recomienda la aplicación de antiséptico en la zona circundante y en la totalidad de la parte exterior del catéter.
-Dejar secar el tiempo indicado según antiséptico utilizado.
– Opcionalmente con fijadores removibles se puede colocar una o dos tiras de aproximación estériles sobre la parte de la PICC situada justo entre el punto de salida y la zona de colocación del sistema fijador para reducir el riesgo de salida accidental durante su manipulación.
– Limpiar con una gasa impregnada en SF o antiséptico los posibles restos de apósito y comprobar la integridad de la piel.
– Rotar las zonas de pegado del fijador para evitar daños.
– Colocar el apósito de fijación trasparente. En caso de sangrado del punto o sudoración excesiva utilizar apósito de gasa.
– Retirar conexiones de cabezales y desinfectar frotando con gasa estéril impregnada en clorhexidina > 0.5%, alcohol isopropilico o soluciones yodadas.
– Lavar con técnica push – stop-push.
– Cambiar tapones bioconectores por unos nuevos.
– Opcional sellado con heparinas.
RESULTA INTERESANTE anotarse en los registros del paciente el cambio de apósito.
· MANIPULACION DE EQUIPOS, CONEXIONES Y VALVULAS
-Todos los sistemas conectados se cambiarán en el mismo turno cada semana, no poniendo en contacto sistemas nuevos con los que se están utilizando.
-Se desinfectará con clorhexidina >0.5 % o solución yodada la conexión de la luz del catéter con el sistema.
-Se puede utilizar el mismo sistema para pasar varias medicaciones siempre que sean compatibles con el fin de evitar desconexiones múltiples.
-Los sistemas de infusión de NPT y de perfusiones con alto contenido lipídico (Propofol®) se cambiarán cada 24 horas como el resto de equipos preferiblemente en el turno de mañana.
-Tener en cuenta reducir al mínimo imprescindible la manipulación de conexiones y número de llaves de tres vías retirándolas cuando estas no sean imprescindibles.
-Sistemas de infusión, alargaderas y llaves se cambiaran cada semana en el turno de mañana y siempre que estén sucios.
-Los tapones de las llaves deben de estar siempre puestos, se manipularán lo mínimo necesario y cuando se desconecten para pasar un bolo de medicación se mantendrán sujetos con el guante sin dejarlos sobre ninguna superficie, en caso de poner una medicación en perfusión se tirara el tapón y cuando finalice se pondrá uno nuevo.
-Deberá anotarse en los registros del paciente el cambio de sistemas de infusión.
· HEPARINIZACION DEL CATETER
La irrigación o lavado del catéter se realizará siempre después de cada uso con 10 ml de suero fisiológico y 3ml de heparina monodosis (Fibrilin®), y si no se utiliza, se realizará cada 24 horas. Se realizará previo lavado de manos y colocación de guantes. Se preparará una zona limpia para colocar el material, retiraremos el tapón antiguo, aspiramos comprobando que refluye sangre, lavamos con 10 cc de SF con la técnica push-stop-push y presión positiva (siempre con jeringa de 10cc o de mayor calibre).
Opcionalmente y asegurando un mayor sellado del sistema podemos utilizar 3 ml de heparina monodosis (Fibrilin®).
TECNICA PUSH – STOP-PUSH
El lavado con esta técnica se realiza con el objeto de crear una turbulencia dentro del catéter que garantice la limpieza de las paredes, evitando con ello el depósito de hematíes o fibrina que pudieran acabar obstruyéndolo.
Para su realización usaremos jeringa de 10cc o mayor pero nunca menor que esta y cargándola con sf y previa desinfección de la luz realizaremos emboladas de unos 2cc parando entre las mismas realizando con ello las turbulencias en la luz del catéter citadas con anterioridad.
· EXTRACCION DE SANGRE
La extracción de sangre se hará en caso de luces de distinto calibre por la que sea de mayor, utilizando siempre jeringas de 10 ml o de mayor calibre.
Se desecharán 5 c.c. de sangre y a continuación se extraerá con vacutainer o con jeringa de 10 ml la cantidad necesaria de sangre.
Posteriormente se lavará con 10 ml de suero salino y si no se va a utilizar se irrigarán 3cc de heparina mono dosis (Fibrilin).
Si el catéter es de doble luz, y en una de ellas se está administrando algún medicamento en perfusión continua, se debe parar la infusión durante la maniobra de extracción e instaurarla inmediatamente después.
ANEXO3 RETIRADA DISPOSITIVO 6,7
• MATERIAL NECESARIO
-Guantes estériles y no estériles.
– Gasas estériles.
– Bisturí
– Suero fisiológico.
– Solución antiséptica: preferiblemente clorhexidina al 2%, sino solución yodada.
– Contenedor o bote con tapa para recoger la punta del catéter para cultivarla en caso necesario.
– Apósitos estériles.
– Depósito de material punzante.
• PROCEDIMENTO DE RETIRADA
-Informar al paciente de lo que se va hacer, creando un ambiente íntimo y tranquilo.
-Colocar al paciente en decúbito supino.
-Preparar el material necesario.
– Lavado de manos y colocación de guantes.
-Despegar el apósito y observar el punto de inserción buscando signos de infección.
-Lavado quirúrgico de manos.
-Poner guantes estériles.
– Limpiar primero con suero fisiológico y luego con antiséptico la piel de alrededor del catéter con movimientos circulares de dentro hacia fuera.
-Colocar una gasa estéril sobre la zona de inserción, habiendo retirado anteriormente el tipo de fijación que tuviera el catéter.
-Retirar el catéter de forma suave y continua, manteniendo presión en el lugar de punción unos 5 minutos hasta que cese la hemorragia. Si el paciente está anti-coagulado o tienes problemas hematológicos, mantener la presión 10 minutos.
-Comprobar que el catéter está íntegro y medirlo para comparar su longitud con el registro de seguimiento del PICC.
-Aplicar antiséptico y colocar un apósito estéril.
-Vigilar posible sangrado en la zona de inserción venosa.
-Registrar sus cuidados y supervisión por parte de enfermería.
-Realizar cultivo de punta si se precisa ante sospecha de infección del catéter.
BIBLIOGRAFIA
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