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Análisis del estado de salud de adultos mayores. Capítulo 1 – Introducción

Anexo 3. Ficha Familiar

Anexo 4. Familiograma

Anexo 5. Encuesta

Anexo 6. Escala de Valoración Geriátrica

Anexo 7. Fotografías

Anexo 8. Consentimiento Informado

CAPITULO UNO – INTRODUCCIÓN

1.1.         Planteamiento del problema

Las civilizaciones antiguas situaban al anciano en un rol de privilegio, siendo los referentes de la tradición, memoria y la experiencia, el anciano pasaba a ser un elemento fundamental de la vida familiar y de la vida comunitaria, pues se convierte en el principal trasmisor de conocimientos, y el accionado de un proceso que permitía la continuidad de la cultura y hasta cierto punto de la ciencia en el tiempo.

Valladares (2007) afirma:

Las primeras organizaciones humanas fueron llamadas Bandas, sus principales características es que estaban compuestas por no más de 100 individuos, eran “cazadores-recolectores” por lo que, deambulaban en busca de comida, eran “nómadas”, esto los hacía necesariamente tener una organización simple, donde no había grandes jerarquías, salvo un liderazgo informal y efímero, no tenían división de clases ni diferencias económicas.

Para estos grupos la vida era muy compleja, y difícil. Muchas veces caminaban varios días sin alimento. La falta de proteínas y el desgaste físico hacia a estos hombres y mujeres muy vulnerables, no vivían demasiado, se calcula que alrededor de los 30 años se consideraba anciano a estos hombres. Perdían los dientes, se enfermaban con facilidad, perdían la fuerza y no podían caminar al ritmo de los otros. Iban quedando al margen, quedando atrás y quedando solos, quedando a merced de depredadores, lo que en esa época era casi un suicidio. Esto se conocía como “Gerontocidio”

Con la revolución que significó el descubrimiento de la agricultura, las sociedades cambiaron, apareció el alimento y pudieron quedarse en un solo sitio, se convirtieron en “Sedentarios”, permitiendo el aumento de la población, a estos grupos se les conoció como Tribus, esto llevó a que los ancianos, fueran considerados los más experimentados, lentamente fueron tomando los cargos principales de la sociedad; con la abundancia de alimentos y las nuevas proteínas, la esperanza de vida fue aumentando, sin embargo el promedio no superaba los 40 años.

En esta época, los adultos mayores tenían sólo dos opciones: los que tenían el don de la experiencia se convirtieron en “Sumo Sacerdotes” y comenzaron a traspasar el conocimiento a las clases privilegiadas, o en el otro extremo de la escala social, eran los más desposeídos que no podían aportar ni siquiera con la fuerza de su trabajo, eran esclavos.

Con el surgimiento del cristianismo, la visión de los más desposeídos fue cambiando, surgió una mirada que permitió tener en cuenta a los mayores, sin embargo, la esperanza de vida en estas épocas no superaban los 35 años.

Con la destrucción del Imperio Romano y la aparición de los pueblos bárbaros se cambiaron los modelos de vida, tenían un gran respeto por la gente mayor, muchos de sus propios Dioses hoy se verían como adultos mayores, y tal vez por su dieta o por su actividad física, en estas culturas era común ver gente mayor.

El modelo de “Hombre Universal” que reunía todo el conocimiento y el manejo de todas las artes, reflejada en los sabios que en su mayoría eran adultos mayores, y que estaban plenamente vigentes, también estaban los adultos mayores desvalidos y postergados como en todo período, pero el papel de la Iglesia Católica siguió siendo importante y comienzan a nacer las congregaciones que recogen y ayudan a los más desvalidos.

En el caso de América como en África, los principales Dioses eran representados por figuras con características de Adultos Mayores, el Dios “Inti” de los Incas era un “Dios Padre” y sus principales autoridades también se reflejaban en el aporte de los que habían vivido muchos años. Los cambios que terminan con este período han sido atribuidos siempre a los jóvenes ideales, la Revolución Francesa como pocos movimientos sociales y políticos se encarnan en figuras jóvenes que luchan contra un sistema antiguo. Los adultos mayores eran sin duda los más desplazados y los más marginados de la sociedad, al no poder alcanzar a desarrollar el trabajo que la industria pesada necesitaba.

Las guerras mundiales, los desastres económicos, la división del mundo en “Comunistas y Capitalistas”, llevaron a convertir al siglo XX en la peor época de la historia humana, sólo en la Segunda Guerra Mundial murieron más de 55.000.000 de personas. La población más castigada fue sin duda los jóvenes y adultos que participaron de estos combates, y quienes se llevaron el trabajo de reconstruir esta Europa devastada fueron los adultos mayores, las madres y mujeres de los soldados.

Es así como en el siglo XXI el modelo social moderno, estructurado en base a la producción inmediata de bienes, y el rompimiento con las estructuras y las instituciones tradicionales (familia, religión, estado), crean la exclusión, el apartamiento, y la institucionalización del anciano, la sola idea de improductividad y término de la vida útil relega al anciano. Por otro lado el aumento de las expectativas de vida, transforma a la vejez ya no como el fin de nuestra existencia, sino como una etapa en donde quedan al menos 20 años más por vivir, este factor genera un aumento importante en la población del adulto mayor, tanto en Ecuador como en el mundo, generando una problemática a nivel social y económico.

De acuerdo con los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud:

En 2020 habrá en las Américas 200 millones de personas de más de 60 años y se estima que esa cifra subirá a 310 millones en 2050, por lo que será inevitable la aceleración de más políticas para dar servicios y atención a los adultos mayores, además se calcula que en 2050 habrá en todo el mundo 395 millones de personas de 80 años, cuatro veces más que ahora, y para esa misma década se estima que el 22% de la población mundial serán mayores de 60, cuando en la actualidad hay un 11%.

Las dos terceras partes de las personas mayores en Latinoamérica padece alguna enfermedad crónica y tiene factores de riesgo como el fumar y la falta de actividad física.

La Organización Panamericana de la Salud (2012), declara:

Todos los países de la Región envejecen, pero en América Latina y el Caribe esta transición no se ha asociado con una situación económica favorable como sucedió en las regiones de mayor desarrollo económico. Se envejece demográficamente cuando todavía no se dispone de suficientes recursos económicos; cerca de 50% de los mayores entrevistados para el estudio SABE (Salud, Bienestar y Envejecimiento), dijeron no tener recursos económicos para satisfacer sus necesidades diarias, y una tercera parte de ellos no disponía de jubilación, pensión ni trabajo remunerado.

El Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (2010), publicó: