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Estudiantes vs docentes, una realidad conductual

funcionales de intervención, por lo tanto, le pasa la tarea a especialistas en la materia, a los padres de familia, al director de la escuela, sin ellos determinar una línea de acción ante la situación del alumno, y ante esta situación, mucho menos existen especialistas en cada uno de los centros educativos para dar atención a estas inadecuadas acciones de los estudiantes. La formación docente no se ha dado a la tarea de tratar estos aspectos, generaliza los temas sobre la conducta infantil y su tratamiento psicológico; pero lo anterior no justifica las actitudes que los educadores muestran al querer solucionar los problemas de conducta, pues incurren en actitudes negativas, hostiles, de apatía y de falta de creatividad.

Machado y Guerra (2010), indica que los miembros de la familia, los docentes y otros adultos que participan activamente en la vida del niño, niña y adolescente, como en el entorno en que se encuentran, juegan un papel muy fundamental en su desarrollo físico, emocional, social y moral. El afecto, los valores, sumado al aprecio brindado por los adultos, así como la transmisión de sentimientos positivos de confianza, generan en los estudiantes la autoestima necesaria para el afianzamiento de su personalidad, además de construir un elemento esencial e imprescindible para una adecuada formación integral.

Desde esta perspectiva, es importante darnos cuenta de la imperante necesidad de intervenir en este tipo de situación, pero si no se cuentan con las herramientas necesarias, es preciso echar mano del apoyo de especialistas, o mejor aún, la formación de estas situaciones que cada día son más comunes en los ambientes escolares. Normalmente las medidas únicamente sancionadoras pueden originar más conflicto entre el estudiante – docente, y no corrigen las situaciones que provocan dichas sanciones. Las conductas problemáticas no tienen por qué ser el pase de expulsión para el menor y mucho menos el rechazo y otras consecuencias que trae consigo el mal manejo de las situaciones.

Es por eso que en este estudio, se busca tomar en cuenta, alternativas de intervención, que de aprender a manejarla, es importante que el docente sienta su participación asertiva ante las situaciones de conflicto en el aula, por ello es necesario buscar estrategias de resolución de conflictos menos mecánicas y más creativas y participativas.

MARCO TEÓRICO

LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es un momento de cambios significativos, como el crecimiento físico y la transición psicosocial, que generalmente abarca la segunda década de la vida. Es una época de cambios, un proceso que consiste en dejar de ser niños y niñas para llegar a adultos; es decir, es una etapa en la cual nos convertimos en una mezcla de niños y adultos. Se trata de una evolución del ser humano en la que buscamos una identidad, una forma para crear nuestra personalidad. Una época de crisis en la que los diferentes cambios físicos y psíquicos nos afectan de tal manera que no estamos en condiciones de razonar y entender con la suficiente madurez.

El adolescente no comprenden por qué se les quiere «controlar», que quieren más independencia, que no entienden por qué sus padres se irritan con tanta felicidad, que a veces se sienten los dueños del mundo, y otras veces les invade la inseguridad. Adolescentes que se sienten orgullosos, horrorizados por los cambios físicos de la pubertad; adolescentes que les cuesta concentrarse, que se aburren con facilidad, que desafían a la familia, al colegio, etc.

Asimismo, padres que a veces sienten como si no conociesen este «nuevo» miembro de su familia. Que añoran al niño de antes, que no saben, o no quieren apoyar al adolescente en su deseo de tener mayor independencia. Padres que temen perder el control de la situación, temen el mundo de las drogas y el alcohol, no comparten los nuevos valores de sus hijos adolescentes y necesitan aprender cómo negociar unas normas que sean aceptables para todos los implicados.

La OMS (Organización Mundial de la Salud), postula que la edad de la adolescencia es entre los 11 y los 19 años, período que se divide entre adolescencia temprana (12 a 14 años) y adolescencia tardía (15 a 19 años). No obstante, la edad de la adolescencia no es definitiva, ya que varía según el individuo y el grupo social al que pertenezca. Se suele considerar que la adolescencia es entre los 13 y los 25 años.

En consecuencia, esta etapa en donde se manifiestan los mayores cuestionamientos, el individuo comienza a sentir una necesidad de autosuficiencia y de buscar su propia identidad. Comienza a aprender de sus propias experiencias y a buscar sus propias respuestas. Es por ello que aparecen las diferencias con los padres, especialmente si no existe comunicación y confianza. El adolescente comienza una búsqueda de independencia pero a pesar de mostrarse resuelto en sus decisiones, sufre de una inseguridad que lo pone frente a muchos factores de riesgo. Es en esta etapa en donde muchos toman caminos equivocados, en donde el querer probar las cosas, junto a una impulsividad, llevan a la persona al consumo de drogas, la delincuencia, el embarazo juvenil, etc. En este punto es fundamental el apoyo, la orientación y la educación. Otros factores de protección son la buena nutrición, el ejercicio físico, reglas en el hogar combinados con libertades que permitan al joven experimentar en forma controlada y oportunidades de trabajo, entre otros.

Lo antes expresado señala que, los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por cuanto según planteamientos de Piaget (2001), en los primeros cinco años, el niño desarrolla su personalidad y es en el hogar a partir de la socialización e interacción con quienes lo rodean, que él va formando sus patrones de conducta, los cuales va a confrontar al ingresar al sistema escolar y en su interacción con otros al socializarse. No obstante, en ello va a incidir la falta de preparación en cuanto a la temática abordada, el nivel socio cultural, los valores que se manejen en el entorno inmediato y los recursos para asumir efectivamente esa tarea formadora, tan fundamental.

Es de destacar, aunque la adolescencia significa tantos cambios y problemas personales, también es una etapa maravillosa en la que se viven experiencias de gozo y satisfacción que junto con las experiencias malas, sirven en conjunto para vivir un proceso de maduración. Con una orientación sabia, un apoyo perseverante y una buena educación, la adolescencia es una de las mejores y más ricas etapas en la vida de una persona.

LA CONDUCTA DEL ADOLESCENTE

Los problemas de conducta en adolescentes también hacen referencia al comportamiento de una persona no habitual y mal visto por la sociedad, y al igual que en los niños son observables, medibles y modificables. Sin embargo, los problemas de conducta se dan en una etapa de la