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Estudiantes vs docentes, una realidad conductual

implica un índice de participación del 89,5 por ciento. La muestra total del cuestionario está formada por 45 mujeres (75%), frente a 15 varones (25%).

Normalmente son siempre los mismos alumnos los que repiten conductas disruptivas, y por lo tanto a los que siempre se les abre expediente disciplinario. Y curiosamente, también son los mismos profesores los que abren un expediente. Sin embargo, no parece haber relación con la materia que imparten. Consideramos que esto se debe a la escasez de estrategias adecuadas, de adaptación de programas, de técnicas metodológicas, entre otros, que le ayuden al profesorado a adecuar el contenido de la materia a las expectativas, motivaciones y edad del alumnado, y a vivir el conflicto de una manera positiva. Recordemos que para Melero (1993: 54-55) las dos raíces de la violencia y de la conflictividad escolar son el autoritarismo de la institución, que origina tensión y rebeldía; y la pérdida de poder del profesor.

En relación a los cursos, se puede concluir que es en la Educación Secundaria Obligatoria donde se produce la mayoría de los conflictos. El alumnado debe estar en el centro hasta los 16 años, lo que en muchos casos se hace por obligación y genera tensión en el grupo. En esta situación el profesorado adopta una actitud pasiva, en su mayoría no están implicados en la solución de los problemas del alumno. No existe motivación para el cambio, y esto sin duda aumenta los incidentes. En nuestra opinión, tendría que haber un cambio importante de metodología a la hora de enseñar; se debería motivar al alumnado pasivo para que llegase a implicarse y aumentar así su rendimiento académico. Creemos que haría falta la implicación de toda la comunidad educativa para que el proyecto pudiese resultar exitoso. Es decir, es fundamental la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos, pero también es imprescindible su participación en las actividades escolares.

CONCLUSIONES

Luego de analizar los problemas de conducta entre el estudiante y el docente, podemos entender que conflictos como: conductas agresivas del profesor contra el estudiante, disruptivas e indisciplinadas y conductas agresivas contra el profesorado, pueden presentarse en determinadas situaciones partiendo de las necesidades e intereses de cada uno de los entes involucrado; como pueden ser : necesidades del profesor de mantener las disciplina en el aula, mostrar su autoridad, respeto del contenido, fama delante de sus colegas; necesidades del estudiante de de ser escuchado, tomado en cuenta, a no ser rebajado delante de sus compañeros, a ser valorado y querido; esto conlleva a un conflicto que merma el dialogo, la tolerancia, en fin la convivencia.

Ahora bien tanto profesor como estudiantes comparten intereses como lo son: deseos de superación, de ser respetados, anhelos de grandeza y estimación, todo esto les puede llevar a unir fuerzas y crear cambios positivos en sus relaciones, claro está que para llegar a una tregua hace falta que se pasen por procesos de conocimiento, de diálogo, negociación y aceptación que cada uno aporte algo de si para mejorar.

En este proceso el docente debe tomar en cuenta los deseos del estudiante y sus propios anhelos de ser mejor y lograr una comunicación asertiva, para llegar a la tan necesaria paz.

Partiendo de las expectativas planteadas, el profesor se debe apoyar en una reflexión personal sobre sus actitudes y criterios, plantearse interrogantes como ¿Dónde estoy? ¿A dónde quiero llegar? ¿Cómo puedo mejorar esta situación? ¿Estas estrategias que he usado me sirven? ¿Qué estrategias puedo usar? Y partiendo de allí poner los medios necesarios para logar un cambio o mejor dicho el cambio deseado que le abra el camino en el que se pueda vislumbrar profesor y estudiantes juntos en la construcción de una mejor dinámica de enseñanza aprendizaje.

RECOMENDACIONES

Las conductas entre el profesorado y los estudiantes presente en las aulas que van contra la convivencia son fundamentalmente la falta de respeto y la violencia (en sus distintas manifestaciones psíquica, física, verbal, entre otras) un rasgo común dentro de este tipo de conducta es la falta de habilidades sociales básicas e interpersonales. Con este tipo de conducta reflejan el escaso respeto de las normas que sirven de patrón común de convivencia y los distintos tipos de relaciones que se establecen en función de esas normas.

Conociendo las necesidades existentes, los medios que podemos ofrecer al profesor que desea cambiar la realidad conductual en el aula son:

A través de especialista, como psicólogos, psicopedagogos, entre otros. Fundar en las instituciones educativas, talleres para docentes, en instruir estrategias para el manejo de conducta y de enseñanza en el aula de clase, tomando en cuenta puntos tan importantes como:

  1. Motivación del profesorado.
  2. Mejorar las habilidades del docente para el manejo de la clase.
  3. Mejorar las habilidades básicas para la resolución del conflicto.
  4. Técnicas en habilidades sociales y de comunicación.
  5. Motivación del alumno.