Inicio > Psicología > Factores ambientales y genéticos asociados a la esquizofrenia paranoide > Página 2

Factores ambientales y genéticos asociados a la esquizofrenia paranoide

variables epidemiológicas: Género (el biológico en masculino y femenino), estado civil (soltero, casado, divorciado o viudo al comienzo de la enfermedad y no en el momento de la investigación), presencia de algún acontecimiento estresante relacionado con el inicio de la afección (divorcio, problemas personales, laborales, entre otros de forma abierta) aplicado a los casos. De igual modo se consideraron los antecedentes obstétricos (definidos como aquellos que ocurrieron durante el embarazo y el parto) aplicados en los casos y los controles; entre lo prenatales (la malnutrición materna, el estrés intenso y enfermedades virales durante la gestación), entre los perinatales (parto eutócico transpelviano, instrumentado, por cesárea, hipoxia fetal crónica y conflicto Rh) y entre los postnatales (aislamiento o agresividad durante la infancia y la inadaptabilidad escolar).

Con vista a identificar los factores genéticos en los integrantes de la casuística se analizó el antecedente familiar de esquizofrenia cuando uno u otros familiares estuvieran afectados por la enfermedad. Se indagó el comportamiento genealógico calculando el porcentaje que representaron los enfermos en los familiares de ambos grupos según el grado de parentesco: primero, segundo y tercero, así como el porcentaje que corresponde a cada uno de ellos mediante la elaboración del árbol genealógico con la intención de calibrar la magnitud (mayor o menor) de la predisposición hereditaria en ambos grupos. Se diseñó un estudio de agregación familiar general de casos y controles, del que se excluyó a los propósitos y se estudiaron los familiares de forma general presentaran o no la enfermedad con la finalidad de identificar los que tuvieron historia familiar positiva.

Una vez obtenida la información necesaria, se procesó a través del paquete estadístico SPSS versión 10.1 y con sus resultados se confeccionaron tablas de 2 entradas, donde se aplico el porcentaje como medida de frecuencia relativa. También se calculó el Ji cuadrado, con un nivel de significación de 0,05; el intervalo de confianza (IC) con 95% de confiabilidad con el propósito de demostrar si había asociación o no con respecto a los casos, así como el “odds ratio” (OR) estimado y por intervalos de confianza para evaluar la magnitud de asociación entre variables.

Resultados

De los individuos estudiados más de la mitad de la muestra, 65% (26) eran solteros al inicio de la enfermedad, particularmente los hombres con el 85% (17), hallazgo que resultó ser estadísticamente significativo (p < 0,05), OR de 3,45; IC = 1,25 a 9,66.

En el 60% de los propósitos la edad de debut de la enfermedad, como la promedio, resultaron ser un dato no significativo (p > 0,05), tampoco encontramos diferencias entre géneros.

En el 72, 5% de los casos (29) (Grafico 1) se presentó algún tipo de acontecimiento considerado como estresante en el debut de la enfermad entre; entre los que predominaron los problemas personales con un 30%, seguidos del divorcio con el 15%.

El antecedente familiar de esquizofrenia estuvo presente en el 90% de los casos, para un OR de 39,0; lo cual demuestra que esta es la cantidad de veces que pudieron tener los casos de padecerla con relación a los controles, con un IC = 10,91 hasta 153,7 y un nivel de significación de p < 0,05. Es decir que el riesgo de tener un familiar afectado resultó mayor en los casos que en los controles.

La agregación familiar se evidencia (tabla 1), al identificar que los casos tienen 4 veces más probabilidad de padecer la enfermedad cuando se tiene un familiar de primera línea afectado. Demostrándose así la posible influencia del factor genético en el desarrollo de la esquizofrenia paranoide, al haber agregación familiar de la misma en los casos más que en los controles.

En la tabla 2, es posible comprobar que cuanto más cercano sea el grado de parentesco del familiar con el propósito mayor probabilidad de ser igualmente afectado porque el número de genes a compartir es mayor.

Los antecedentes obstétricos prenatales de malnutrición materna, estrés intenso y enfermedad viral aumentan el riesgo para padecer la enfermedad, al resultar significativos con un OR = 7,21 contrario a los perinatales (tabla 3).

Un último patrón premórbido preocupante es aquel que existió desde la niñez como la agresividad mal manejada, impulsividad, negativismo e inadaptación escolar; factores estos considerados como posnatales(tabla 4), y que al ser analizados, se presentaron en el 77,5% de los casos y solo en el 6,2% de los controles, lo que determinó una razón de 51,67 con un intervalo de confianza del 95% entre 14, 37 y 203,57 que resulta altamente significativo (p < 0,01) y nos indujo a pensar que este pudiera ser un factor confusor, por lo que se estratificó dicho componente con el antecedente familiar de esquizofrenia y sin él.

Al determinar la razón de productos cruzados (OR) crudo para los dos estratos, nos dio un valor de 31,04 y al aplicar la prueba de Mantel – Haenszel fue de 17,96 con IC de 9,61 a 54,60; expresivo de que el mismo no constituye un factor confusor y que existen 17,96 más posibilidades de padecer esquizofrenia paranoide cuando se está expuesto al antecedente posnatal.

Discusión.

Se considera que debido a la enfermedad, que implica dificultad en las relaciones interpersonales y tendencia marcada al aislamiento, estas personas prefieren quedarse solteros o si se casan, debido a la incapacidad de afrontar las responsabilidades y obligaciones propias del matrimonio, se presentan separaciones y divorcios frecuentes. En cuanto al estado civil, se nota que en las personas que ingresan por primera vez a los hospitales con el diagnóstico de esquizofrenia existe un alto porcentaje de solteros, separados, divorciados o viudos (11). Lo cual quedo demostrado en nuestra casuística, donde más de la mitad de los individuos afectados por la enfermedad estaban solteros al debut de la misma.

Es válido destacar que en la literatura consultada no existe diferencia cuantitativa entre uno y otro sexo respecto al diagnóstico de esquizofrenia, al hallarse afectados con la misma frecuencia; pero sí se establece la edad de comienzo de la misma; comprendida entre los 15 y 45 años, con cierta diferencia en el hombre (entre 15 y 25 años) que en la mujer (entre 25 y 35 años), y un comienzo de forma asolapado en uno y otro pero más leve en las féminas. (1, 3, 5, 6,8).

Lo anterior se constato por nosotros al ser el grupo de edades entre 15 y 34 años el más representado para ambos géneros al comienzo de la enfermedad, sin diferencias significativas entre uno y otro sexo, acorde con lo expuesto en la literatura consultada.

La edad promedio al comienzo de la misma no resultó significativo ni tuvo valor diagnóstico, pues solo existe relación entre la edad de comienzo temprano con respecto a la evolución posterior de los cuadros de esquizofrenia y la respuesta al tratamiento (9). En otros estudios sociodemográficos tampoco se encontró como significativo (12, 13).

Hasta el momento no se ha podido evaluar especificidad entre una noxa ambiental y el desarrollo de la esquizofrenia