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Factores de riesgo maternos asociados al parto prematuro. Una revisión de la literatura

patologías preexistentes que inevitablemente aumentan con la edad, algunos aspectos importantes a considerar son el mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, en mujeres a partir de los 35 años con enfermedades crónico degenerativas y obesidad, mayor riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades hipertensivas del embarazo y placenta previa. El embarazo posterior a los 40 años puede representar un reto físico y emocional no solo para la embarazada si no para la familia (14,19).

Lo anterior se ve reflejado en la unidad médica de Viña del Mar, en donde se demostró mayor predisposición en madres entre los 35 y 39 años de edad para enfermedades hipertensivas del embarazo y diabetes mellitus; y mujeres mayores de 40 años existió mayor frecuencia de ruptura prematura de membranas; en conclusión la edad materna superior a 35 años es un factor asociado significativamente con resultados maternos y perinatales adversos (20). En Nuevo León, México se observó la principal complicación en mujeres gestantes de más de 40 años señalando los trastornos hipertensivos producidos por la gestación como la complicación principal (21).

Indudablemente los extremos de la edad para la maternidad no son los estados más idóneos para el desarrollo saludable de esta etapa; la principal causa de muerte entre las adolescentes entre 15 y 19 años de edad se relaciona estrechamente con el embarazo y parto (14,19), mientras que la edad inferior a los 17 y superior a 35 es factor de riesgo en un 7% para presentar parto prematuro (3).

Obesidad

Hoy en día los trastornos alimenticios tienen un papel destacado en nuestra sociedad, ya sea por disminución o por exceso implican riesgos considerables para la salud. La OMS define el sobrepeso y obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud, con un Índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 25 se clasifica en sobrepeso y un IMC igual o superior a 30 en obesidad (23). La causa fundamental de la obesidad y el sobrepeso es un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de calorías. Su aumento es atribuible a varios factores, entre ellos: la modificación mundial de la dieta, con una tendencia al aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes; y la tendencia a la disminución de la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchos trabajos, a los cambios en los medios de transporte y a la creciente urbanización (24).

En México se encontró un factor predominante en las mujeres entre los 25 y 35 años de edad, el sedentarismo en donde la caminata fue la actividad física mayormente realizada (25). En México la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población es del 73% en mujeres de 20 años y más (26).

La obesidad es una enfermedad crónica, de origen multicausal que pone en riesgo la salud, para su manejo se requiere de un equipo multidisciplinario (27). La obesidad en la mujer en periodo perinatal afecta el sistema endócrino y cardiovascular con diabetes, enfermedades hipertensivas, finalmente parto prematuro espontáneo (28). En él bebe favorece el sobrepeso fetal que deriva en obesidad y trastornos endócrinos en la vida adulta, el incremento del peso materno altera el ambiente intrauterino, produciendo cambios en el hipotálamo, páncreas, y sistemas que regulan el peso corporal (29). En México la obesidad en mujeres en edad reproductiva es cada vez más frecuente y complica el embarazo aumentando el riesgo de enfermedades como la diabetes mellitus gestacional, de acuerdo con este estudio existe mayor riesgo de obesidad y sobrepeso en los mexicanos que en otras poblaciones (30), este problema en edad reproductiva es trascendente, ya que la obesidad antes de la gestación se asocia con mayor morbilidad materno infantil incluyendo preeclampsia, complicaciones en el trabajo de parto y diabetes gestacional (31), en donde existe un predominio de parto prematuro en las mujeres con obesidad (32).

En la revisión de 84 estudios se evidencia aumento del riesgo de parto prematuro en mujeres que presentan sobrepeso y obesidad (33), esto debido a la asociación causal fisiopatológica que radica en el aumento del proceso inflamatorio de las células, de igual manera el tejido adiposo se caracteriza por la producción de citoquinas, que podrían desencadenar un parto prematuro (34). Las personas con obesidad tienen mayor cantidad de elementos pro inflamatorios en el sistema inmune observable en los marcadores séricos, entre estos el factor de necrosis tumoral e interleucinas que durante el embarazo se ven mayormente elevados que, en las mujeres con índice de masa corporal normal, confirmado por un examen placentario posterior al parto, por lo tanto este proceso inflamatorio crónico se extiende a la placenta en el embarazo con efectos adversos en el feto (35). De acuerdo con el estudio de Nohr la relación entre obesidad previa al embarazo se asocia a un aumento en el riesgo de muerte fetal a medida que avanza la gestación y a disfunción placentaria (36).

Este fenómeno ha tomado relevancia entre diversas regiones del mundo, ejemplo claro es Escocia donde se realizó la comparación entre mujeres con índice de masa corporal (IMC) elevado y normal, como resultado las mujeres obesas tienen un mayor riesgo de parto prematuro, esto conduce a mayor riesgo de mortalidad perinatal y mayor riesgo de discapacidad a largo plazo entre los sobrevivientes (37). Algunos estudios reportan asociación positiva particularmente cerca de la semana 32 de gestación en la finalización del embarazo (38). Opuesto a los hallazgos propuestos en Guanajuato, México donde la edad gestacional promedio fue de 34 semanas, entre los resultados más sobresalientes fue el consumo de refrescos en el 26% de las madres y la predilección de alimentos procesados que preparados en casa, otro aspecto importante es el sedentarismo ya que el 64% de las madres no referían ningún tipo de actividad física (39).

La prevención de esta enfermedad es la clave para un embarazo saludable como se observa en Santiago donde se analizo la obesidad materna y el resultado del embarazo, tomando en cuenta el índice de masa corporal (IMC), medida en razón de momios significativa el riesgo se asocia al estado nutricional inicial, el control prenatal podría disminuir la mitad de los casos de hipertensión y diabetes gestacional (40).

Enfermedades crónico-degenerativas

Las enfermedades crónicas desafían la salud de la humanidad, trastornos metabólicos e hipertensivos representan las raíces de las principales causas de muerte, y en la embarazada no son la excepción, los estados hipertensivos del