Fármacos de elección durante el embarazo y la lactancia en la consulta de Odontología. Revisión Bibliográfica
Durante el embarazo y la lactancia una infección, tóxico o medicamento, puede repercutir de forma negativa tanto en la gestante como en el feto. Por ello es necesario conocer las características especiales que rodean el uso de fármacos en ambos periodos.
Fármacos de elección durante el embarazo y la lactancia en la consulta de Odontología. Revisión Bibliográfica
Patricia María Puga Guil. Doctora en Odontología. Universidad de Granada.
Laura Sanz Ceballos. Doctora en Farmacia. Universidad de Granada.
Daniel Gálvez Estevez. Licenciado En Medicina. Universidad de Granada
RESUMEN
Durante el embarazo encontramos dos seres vivos en confluencia, de modo que deberemos tener en cuenta unas consideraciones médicas y terapéuticas especiales a la hora de tratar a la paciente durante la gestación. Una enfermedad materna puede beneficiarse con un tratamiento farmacológico específico que puede afectar de forma adversa al feto. De este modo encontramos que con frecuencia el tratamiento farmacológico administrado durante el embarazo será diferente del utilizado en el estado de no embarazo. Del mismo modo ocurre durante la lactancia, al poder ser excretado el fármaco por la leche materna y llegar de esta forma al lactante. Estas premisas deben tenerse en cuenta tanto para seleccionar el fármaco como para indicar su dosis.
PALABRAS CLAVE: odontología, farmacología, pediatría, embarazo, lactancia, lactante, prescripción.
OBJETIVOS:
- Exponer la clasificación de los fármacos en función de su poder teratógeno según la Food and Drug Administration (FDA).
- Conocer la indicación/contraindicación durante el embarazo y el periodo de lactancia de los fármacos más empleados en la consulta de Odontología: anestésicos, antibióticos y analgésicos.
- Establecer las limitaciones en el momento de la prescripción de fármacos en la mujer
- Establecer las limitaciones en el momento de la prescripción de fármacos en la mujer en periodo de
- Conocer los fármacos de elección para el embarazo y el periodo de lactancia más utilizados en la consulta de Odontología.
INTRODUCCIÓN:
Según la OMS un elevado porcentaje de embarazadas (más de un 80%) están expuestas a algún medicamento durante la gestación. Otro estudio realizado en España cuantificó que el 92,4% de las embarazas tomaban algún medicamento a lo largo de la gestación y que más de la mitad habían tomado algún medicamento durante el primer trimestre del embarazo. Este consumo de medicación se produce en ocasiones sin control profesional, es decir, mediante lo que conocemos como automedicación. Se calcula que sólo un 2-3% de los neonatos presentan anomalías congénitas, y sólo un 2,5 % de éstas, se atribuyen al consumo de fármacos, aunque muchas pueden ser prevenidas.
A pesar de que la prescripción en Odontología es bastante limitada, los efectos adversos que pueden derivar de ésta pueden ser graves si no se tienen en cuenta el poder teratógeno de los fármacos durante el embarazo. (1)
La teratogénesis es definida como la alteración morfológica, bioquímica o funcional inducida durante la gestación que es detectada en el embarazo, en el nacimiento o posteriormente. Estas alteraciones pueden clasificarse como mayores (focomelia) o menores (retraso en el desarrollo mental o físico y malformaciones congénitas sin significación médica). (2). Para la aparición de estas malformaciones son necesarios: un fármaco potencialmente teratógeno en dosis y tiempo, un feto genéticamente susceptible y un periodo específico de la gestación (principalmente primeras ocho semanas de gestación). (3)
Se ha calculado que la prevalencia del 6% de malformaciones congénitas mayores en recién nacidos cuyas madres estuvieron expuestas durante el embarazo a algún fármaco teratógeno. (4) No todas las malformaciones de deben al consumo de fármacos. Sólo un 2-5% de las malformaciones congénitas son atribuidas exclusivamente a fármacos. (², 5)
También debe tenerse en cuenta que los cambios fisiológicos en la mujer durante el embarazo modifican la farmacocinética de los medicamentos y esto afecta a su eficacia y a su seguridad (tabla nº 1), tanto para la madre como para el feto. Estos cambios son más acusados al finalizar la gestación y se van reduciendo al finalizar el parto. (², 6). Así, el feto puede ser dañado por los fármacos en cualquier momento del embarazo, pero el primer trimestre es el periodo de mayor riesgo, ya que durante la fase embrionaria se produce la formación de la mayoría de los órganos, la Organogénesis (entre la tercera y la octava semana). Este periodo resulta crítico respecto del efecto teratógeno de los fármacos. Los fármacos administrados durante el segundo o tercer trimestre es poco probable que sean teratógenos, pero pueden alterar el crecimiento y las funciones fisiológicas o bioquímicas de los órganos y tejidos fetales normales.7 La mayoría de los fármacos durante el embarazo atraviesan la barrera placentaria, principalmente por difusión. La permeabilidad de ésta aumenta con la liposolubilidad y el bajo peso molecular. (8)
Durante el periodo de lactancia, la excreción del fármaco por la leche reúne condiciones similares. De este modo pasa una pequeña cantidad del medicamento a la leche materna (2-5%), pero la inmadurez de órganos responsables de la eliminación (hígado y riñón) del neonato, hace que el fármaco pueda
acumularse y aumentar sus efectos adversos. (9 ,10 ,11, 12).
Por motivos éticos y legales obvios, la mayor parte de la información disponible sobre el riesgo y la seguridad del uso de fármacos durante el embarazo y la lactancia no procede de estudios diseñados con esta finalidad, ya que no puede ensayarse sobre humanos. La información procede de notificaciones de casos o estudios retrospectivos o de estudios realizados con animales de experimentación. (13)
A partir de estos estudios se han elaborado diversas guías de clasificación del riesgo teratógeno de los fármacos. El sistema de clasificación más conocido el de la FDA, que califica a los medicamentos en cinco categorías de riesgo (A,B,C,D,X) en base a los datos disponibles en humanos y animales (tabla nº 2). Del mismo modo encontramos otra clasificación de