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Fibromialgia. Una revisión

Fibromialgia. Una revisión

RESUMEN: La fibromialgia es una enfermedad crónica cuya patogenia es desconocida, y cuyo tratamiento es fundamentalmente sintomático y no se encuentra en la actualidad bien estandarizado.

El manejo de la enfermedad, en nuestra práctica diaria, se divide en farmacológico y no farmacológico.

A continuación, haremos una revisión de la etiopatogenia de la enfermedad, de su diagnóstico, así como de las líneas de tratamiento actuales.

Fibromialgia. Una revisión

Autores:

1.- Margarita García Huerta, F.E.A. Anestesiología hospital Santa Bárbara de Soria.

2.- Mª Inmaculada Rodríguez Díaz – Regañón, F.E.A. Anestesiología Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

1.- INTRODUCCIÓN

La fibromialgia es una enfermedad crónica cuya patogenia es desconocida, y cuyo tratamiento es fundamentalmente sintomático y no se encuentra en la actualidad bien estandarizado.

El manejo de la enfermedad, en nuestra práctica diaria, se divide en farmacológico y no farmacológico.

A continuación, haremos una revisión de la etiopatogenia de la enfermedad, de su diagnóstico, así como de las líneas de tratamiento actuales.

2.- FIBROMIALGIA: ETIOPATOGENIA Y DIAGNÓSTICO

La fibromialgia es una patología crónica que afecta predominantemente a mujeres de mediana edad, caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado, que puede llegar a ser invalidante fatiga, rigidez matutina, sueño no reparador y por la presencia de múltiples puntos dolorosos a la presión denominados “tender points”.

Como se observa en el dibujo afecta a las áreas coloreadas. El dolor ha de estar presente, al menos, 3 meses y padecer hiperalgesia a la palpación digital con 4 kg/cm2. El dolor se manifiesta con la presión en 11 de los 18 puntos tender, que corresponden a áreas muy sensibles para estímulos mecánicos, es decir con bajo umbral para el dolor mecánico (1).

Se sabe que la fibromialgia afecta más a mujeres que a hombres en una proporción de 9~10:1,[] y que podría afectar a un 3-6% de la población general.[] Se observa mayoritariamente entre los 20 y los 50 años de edad, aunque existen casos de niños y ancianos aquejados de esta enfermedad (2).

Su diagnóstico es clínico y actualmente no existe ninguna prueba de laboratorio ni hallazgo radiológico específico de la fibromialgia. Es un problema importante de salud por su prevalencia, morbilidad y elevado consumo de recursos sanitarios (3).

Se han barajado diferentes hipótesis acerca de su mecanismo primario, destacando disfunciones periféricas (alteraciones musculares y del sistema nervioso periférico), o centrales (alteraciones neuroendocrinas, trastornos en los neurotransmisores que regulan la percepción del dolor y/o la fisiología del sueño). La aparición de nuevas técnicas de neuroimagen, tales como la resonancia magnética funcional (RMf) y la tomografía por emisión de positrones (TEP) han facilitado el estudio de la percepción del dolor. En estos estudios de neuroimagen se ha mostrado una disminución del flujo sanguíneo en distintas áreas de ambos hemisferios cerebrales y un aumento de éste en las zonas activadas por estímulos dolorosos (3). Schweinhardt et al (4)(2007) publicaron una revisión con un total de 38 referencias en la que recogían los principales fenómenos relacionados con la fisiopatología de la fibromialgia a nivel de sistema nervioso central (SNC). Estos hallazgos fueron alteraciones psicológicas y anatómicas en el sistema nervioso central (SNC), tales como una posible disfunción en los neurotransmisores, hipoperfusión y cambios en la materia gris, además de la ya mencionada mayor percepción del dolor e hipervigilancia ante estímulos interoceptivos y exteroceptivos.

También afecta a las esferas biológica, social y psicológica (depresión, ansiedad) del paciente. Se ha relacionado además con otras enfermedades funcionales como el colon irritable, cefaleas tensionales, vejiga irritable o la dismenorrea primaria (5).

El papel que puede desempeñar el músculo esquelético en la patogenia de la enfermedad no es concluyente. Así, las anormalidades estructurales del músculo esquelético, según algunos autores, son inespecíficas, y varios estudios sugieren que las alteraciones musculares son únicamente consecuencia del bajo nivel de actividad física inducido por la fatiga y el dolor. Los estudios de Sietsema et al y de Simms et al no encontraron alteraciones en el metabolismo muscular ni diferencias en la contracción voluntaria máxima de trapecio y tibial anterior de mujeres con fibromialgia comparadas con controles sedentarios (6,7).

En diversos estudios sin embargo se han encontrados alteraciones estructurales y metabólicas en músculos de pacientes fibromiálgicas, como atrofia de fibras y presencias de fibras reticulares o elásticas no presentes en el músculo normal (8), así como bajos niveles de ATP, fosfocreatina, anormalidades circulatorias, endotelios capilares adelgazados o alteraciones de la glucólisis, probablemente asociadas a una hipoactividad simpática durante el ejercicio (9).

En cuanto a los mecanismos centrales, se han considerado mecanismos anormales en el metabolismo de la serotonina, con afectación del dolor, el humor y el sueño, así como alteraciones globales en la modulación del dolor de origen central, que disminuyen el umbral doloroso (10).

Por lo cual, se barajan mecanismos mixtos, centrales y periféricos, en el origen del dolor en la fibromialgia.

El entrenamiento cardiovascular ha demostrado que puede aliviar ciertos síntomas, que por medio de un doble mecanismo, por un lado central con un aumento en los niveles de neurotransmisores centrales, y por otro periférico, que estimula el metabolismo del músculo y por tanto su función.

3.- FIBROMIALGIA: TRATAMIENTO

Dado que la patogenia de la enfermedad es incierta, el tratamiento de la fibromialgia es principalmente sintomático y no estandarizado e implica un abordaje multidisciplinar (11).

Se puede clasificar en farmacológico y no farmacológico (12). Dentro del no farmacológico se encuentra el ejercicio físico, pero voy a hacer un