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Función endotelial y factores de riesgo cardiovascular en estudiantes de sexto año “A” del programa de Medicina

NÚMERO DE FACTORES DE RIESGO PRESENTES

Ver Función endotelial y factores de riesgo cardiovascular en estudiantes – Anexos, al final del artículo

Considerando todos los factores de riesgo presentes en cada individuo de la muestra total, se dividieron en cuatro (4) grupos; en la muestra total no existe individuo sin factores de riesgo. Dentro del grupo con 1-2 factores de riesgo, hubo 7 individuos, de los cuales, 28,57% (2) resultaron con endotelio disfuncionante. El grupo con 3-4 factores de riesgo estuvo integrado por 19 individuos, de los cuales 36,84% (7) presentaron disfunción endotelial. Por último, hubo 4 individuos pertenecientes al grupo 5-6 factores de riesgo, de los cuales 50% (2) presentaron endotelio disfuncionante.

CAPÍTULO IV: DISCUSIÓN Y RECOMENDACIONES

El endotelio constituye la capa más interna de la estructura histológica de los vasos sanguíneos, que mas que ejercer un rol como una barrera física posee numerosas funciones de señalización celular, tales como regulación del tono arterial, respuestas inmunes, proliferación de músculo liso y regulación de la cascada de coagulación, entre otras. Produce sustancias vasoconstrictoras y vasodilatadoras que deben estar en equilibrio para mantener así la homeostasis del sistema cardiovascular. (1)

Diversos factores de riesgo afectan la función endotelial, hecho que constituye el primer paso en la génesis de la patología cardiovascular. La disfunción endotelial puede ser definida entonces como el daño funcional del endotelio que trae como consecuencia vasoconstricción, vasoespasmo, mecanismos anómalos de coagulación y fibrinólisis e incremento de la proliferación celular vascular. En este estudio se evaluó la función endotelial mediante la técnica de Vasodilatación Mediada por Flujo, cuyos resultados revelan valores comparables a otras poblaciones reportadas en la literatura expuestas a los mismos factores de riesgo cardiovascular. (1)

Del total de estudiantes evaluados, 36,67% presentó disfunción endotelial, lo cual ha sido descrito por varios estudios, en los que se señala que en individuos aparentemente sanos, se puede utilizar la Vasodilatación Mediada por Flujo como marcador de la exposición a factores de riesgo cardíacos y sus efectos funcionales en el sistema cardiovascular. (1,3,4,17)

Tomando en consideración la edad de los individuos, éstos fueron divididos en 3 grupos; veintidós de ellos pertenecen al grupo etario comprendido entre 22 y 24 años, de los cuales 27,27% mostró disfunción endotelial. Asimismo, 7 individuos corresponden al grupo etario comprendido entre 25 y 27 años y de éstos, 57,14% presentó endotelio disfuncionante. Finalmente, el único individuo de la muestra estudiada, que perteneció al grupo etario comprendido entre 28 y 30 años, presentó disfunción endotelial. Estos resultados son similares a un estudio realizado en Buenos Aires en 1998, en el cual se observó una reducción progresiva de la respuesta endotelial en relación con la edad. (18)

En cuanto al sexo, 18 individuos de la muestra eran femeninos y de éstas, 33,33% mostró endotelio disfuncionante. En contraparte, 12 individuos eran masculinos, de los cuales 41,67% mostró alteración de la función endotelial. Esto sugiere que podría existir una relación entre la disfunción endotelial y el sexo, tal como lo establecen algunos trabajos en donde la mayor respuesta de dilatación del endotelio posterior a la isquemia se evidenció en el sexo femenino (7), atribuyéndosele este hallazgo a la acción agonista de los estrógenos para la producción y/o liberación de óxido nítrico. (7,18)

Con relación al sedentarismo, 28 individuos eran sedentarios, de éstos 39,29% presentaron disfunción endotelial. Por su parte, dos individuos no eran sedentarios y éstos tuvieron función endotelial normal. En el estudio de Vilarino J y cols. se menciona que el sedentarismo es un factor de riesgo asociado con obesidad y a su vez, se estudió el papel del sedentarismo en el desarrollo o aparición de disfunción endotelial. (18)

En cuanto al consumo de tabaco, 8 individuos refirieron consumo de cigarrillo, de los cuales 50% presentaron disfunción endotelial. Por su parte, los individuos no consumidores de cigarrillos fueron 22, de los cuales, 31,82% mostraron disfunción endotelial, lo que sugiere un deterioro de la función del endotelio en fumadores, ya que en estudios realizados en poblaciones similares, establecen que el consumo de tabaco es uno de los factores de riesgo modificables con mayor relación la disfunción endotelial. (18,19)

Al analizar los antecedentes familiares de patologías cardiovasculares, 26 de los individuos presentaron dichos antecedentes, de los cuales 42,31% presentó disfunción endotelial. Por su parte 4 individuos no refirieron antecedentes familiares de patologías cardiovasculares y todos presentaron endotelio normofuncionante. En estudios similares en donde se investiga la relación de los antecedentes familiares de patologías cardiovasculares con la presencia de disfunción endotelial, se evidencian resultados semejantes a los obtenidos en este estudio. Entre ellos destaca un estudio realizado en Perú en el 2004 donde se comparó la función endotelial de individuos jóvenes que tenían dentro de sus antecedentes familiares DM tipo 2, en los que la frecuencia de disfunción endotelial fue de 47,6%; en contraparte con 9,41% encontrado en los individuos sin antecedentes. (20)

En el mismo orden de ideas, en el estudio de Campuzano R y cols. se señala la relación existente entre la presencia de antecedentes familiares de patologías coronarias e hipertensión arterial con la disfunción endotelial, en donde la existencia de disfunción es directamente proporcional a la presencia de dichos factores de riesgo. (21)

En el presente estudio, 18 individuos presentaron índice de masa corporal normal, de los cuales 38,89% mostró endotelio disfuncionante; 11 individuos presentaron sobrepeso con 27,27% de disfunción endotelial; un individuo presentó obesidad grado I mostrando disfunción endotelial. No se registraron individuos con obesidad grado II, obesidad mórbida u obesidad supermórbida. En este aspecto, el estudio de Cachofeiro V y cols. demuestran que la obesidad está asociada a un mayor riesgo de sufrir disfunción endotelial; esta predisposición puede ser, en parte, debida a que la obesidad se considera un proceso inflamatorio, ya que los sujetos obesos presentan un incremento en los niveles circulantes de marcadores de inflamación como la proteína C reactiva y la IL-6. (22)

Estos factores proinflamatorios son producidos o regulados por el tejido adiposo y favorecen el daño vascular y el desarrollo de disfunción endotelial, con posterior aparición de enfermedad cardiovascular. Por tanto, la disfunción endotelial, favorecida por el proceso inflamatorio, puede