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Funcionalidad física y mental en adultos mayores que realizan ejercicio

ejercicios, entre otros; todos ellos factibles de control y cambios.

 Durante el proceso normal de envejecimiento se presentan cambios biológicos, psicológicos y sociales que repercuten y disminuyen la funcionalidad física y mental de los adultos mayores. Para la OMS la funcionalidad en los adultos mayores representa el principal parámetro determinante del estado de salud entre los envejecidos, midiendo su estado de salud no en términos de déficit.

Al respecto (Staab, 1989) señala que la funcionalidad física proporciona al adulto mayor la capacidad para integrar las habilidades motoras finas y gruesas necesarias para realizar las actividades de autocuidado para valerse por sí misma.

 Por lo tanto, este proceso plantea muchas cuestiones, por ejemplo, cómo podemos ayudar a las personas a que sigan siendo independientes y activas a medida que envejecen. El presente estudio tuvo como propósito identificar los beneficios que aporta la práctica del ejercicio a la funcionalidad física y mental del adulto mayor. Investigaciones como las realizadas por (Dawe, Curra, y Smith, 1994) revelaron que el ejercicio mejora la autoestima, el autocontrol, los hábitos de sueño, las funciones intelectuales así como el funcionamiento autónomo.

 De igual forma en el Departamento de Psicología de la Universidad de Australia, algunos proyectos realizados demostraron que el ejercicio es un antidepresivo, un antiestrés que mejora los estados de ánimos de las personas que participan en un programa de entrenamiento. La práctica del ejercicio potencia la funcionalidad física y mental del individuo, además reduce el riesgo de contraer enfermedades crónicas, además favorece que la persona mayor mantenga más independencia por más tiempo, con mejor capacidad funcional. A decir de ( Murillo, 2007) en México son pocos los estudios que se ha realizado para evaluar la funcionalidad física y mental del adulto mayor que realiza ejercicio. Dentro de las consideraciones éticas, se les comunico a los sujetos de investigación que se guardaría el anonimato, y se tenía la libertad de no responder si consideraba que afectaba su privacidad, se les entrego previo a la aplicación de los instrumentos, una carta de consentimiento informado, y se les dio la opción de aceptar participar o no.

Metodología

El estudio fue de tipo prospectivo, comparativo y descriptivo, se realizó en un Centro de Seguridad Social del IMSS. La muestra la constituyeron, 60 adultos mayores de ambos sexos, en edades de 60 a 84 años, y que cubrían los criterios de inclusión (edad de 60 y más, ser derechohabiente del centro de seguridad social) de los cuales 30 practicaban ejercicio y 30 no.

Para valorar la funcionalidad física se aplicó a ambos grupos el Índice de Katz, instrumento que evaluó el grado de independencia de seis Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) (bañarse, bañarse, vestido, uso del inodoro, traslado, continencia y alimentación, cada actividad se valora en términos de independencia).

Este instrumento se ha utilizado desde hace 35 años, posee una alta reproducibilidad y la consistencia interna del índice y la jerarquía de los ítems han sido corroboradas en múltiples estudios. La validez de la escala, es fundamentalmente de contenido y de constructo, desde su publicación ha sido utilizado como patrón y se ha comparado su validez con otros índices de valoración funcional más recientes.

El índice de Lawton y Brody que evaluó ocho Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), evalúa la capacidad para usar el teléfono, hacer compras, preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la ropa, uso de medios de trasporte, responsabilidad respecto a su medicación, manejo de sus asuntos económicos. Todas ellas puntúan 1 o 0. La consistencia interna y la fiabilidad del instrumento se ha realizado a través del coeficiente de Cronbach, con rendimiento diagnóstico entre bueno a excelente

Para la funcionalidad mental se aplicó el Examen del Estado Mini- Mental de Folstein (MMSE) que consta de 30 reactivos que evalúan; la orientación, memoria, atención y cálculo, memoria diferida y el lenguaje. El MMSE ha sido validado y utilizado extensamente, tanto en la práctica como en la investigación clínica desde su creación en 1975. Para identificar los beneficios que aporta el ejercicio a los sistemas corporales, se elaboró un cuestionario con 18 preguntas, estructuradas y semiestructuradas, aplicado al grupo que practicaba ejercicio. La aplicación de los instrumentos se realizó una vez se obtuvo la autorización de los directivos del Centro de Seguridad Social y la firma del consentimiento informado de los participantes. Para el análisis y presentación de los de resultados se utilizó la estadística descriptiva, tablas estadísticas, distribución de frecuencias y porcentajes.

Resultados

El sexo predominante en el grupo de estudio fue el femenino con un 73% y el resto lo constituyó el masculino, en ambos grupos el rango de edad fue de 60 a 84 años.

De acuerdo con el Índice de Katz, el 97% del grupo que practica ejercicio es independiente en las seis actividades básicas de la vida diaria (ABVD) y el 3% es dependiente en una en relación con el grupo que no practica ejercicio, donde el 83% es independiente y el 17% dependiente (Tabla 1).

 En la Escala de Lawton y Brody el 91% del grupo que práctica ejercicio del sexo femenino es independiente en las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) y el 9% es dependiente, mientras que las que no practican ejercicio el 68% es independiente y el 32% dependiente (Tabla 2). Con respecto al grupo que realiza ejercicio del sexo masculino el 100% es independiente en comparación con el que no realiza ejercicio, en donde se observó que el 63% es independiente (Tabla 3).

 El Mini examen mental de Folstein permitió identificar que en el 93% de los adultos mayores que realizan ejercicio el estado mental es normal y el 7% presenta trastorno cognitivo, a diferencia de los que no lo practican, en donde el 73% es normal y el 27% padece trastorno cognitivo (Tabla 4).

 La encuesta aplicada al grupo que practica ejercicio, determinó que el 100% identifica diferentes beneficios por aparatos y sistemas, entre los que destacan: Menor dificultad para respirar, disminución y mantenimiento del peso corporal, aumento de movilidad y flexibilidad de articulaciones, disminución de fatiga y por último velocidad, coordinación muscular y equilibrio corporal (Tabla 5).

Conclusión y discusión

En ambos grupos estudiados se puede apreciar que existe gran similitud entre el número de adultos mayores enfermos y sanos; encontrando como principales enfermedades crónicas