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Grandes Síndromes Geriátricos

el músculo, bastando presiones de 60-70 mmHg por 1-2 hrs para sufrir cambios irreversibles.

Se debe tomar en cuenta que la presión ejercida sobre el sacro y trocánteres en las camas hospitalarias puede alcanzar hasta los 100-150 mmHg. Los efectos negativos de la presión por compresión son exacerbados en presencia de:

  1. a) Fricción: determina un daño epitelial (por ejemplo: tironeo de sábanas)
  2. b) Humedad: condicionado por la orina y deposiciones. Facilita la maceración de la piel.
  3. c) Fuerzas cortantes: son la fuerza generada por los tejidos sacrocoxígeos profundos.

El segundo componente esencial en el mecanismo de génesis de las úlceras es la isquemia, especialmente en las prominencias óseas. La presión ejercida en dichas áreas ocluye los vasos sanguíneos. Cuando transcurre corto tiempo se manifiesta por eritema blanqueable. En períodos más prolongados, por eritema no blanqueable y posteriormente daño subcutáneo y muscular.

Prevalencia e Incidencia

La prevalencia de las úlceras por presión en estadío 2 es de 3-11% en los hospitales e instituciones geriátricas. Más de la mitad de los casos corresponden a pacientes mayores de 70 años.

La incidencia varía 1-3%, pudiendo llegar hasta un 12% si permanecen internados al menos 6 meses.

Factores de riesgo

El factor más importante corresponde a inmovilidad (secundario a un accidente vascular encefálico por ejemplo). Otros son: la mala nutrición, incontinencia fecal y urinaria, fracturas, tabaquismo, piel seca y descamativa.

La inactividad y la edad avanzada por sí sola; es porque el fenómeno del envejecimiento trae consigo una serie de cambios que facilitan la formación de úlceras:

  • Regeneración epidérmica más lenta.
  • Disminución de la cohesión de las células epiteliales.
  • Menor densidad de vasos sanguíneos dérmicos.
  • Menor percepción del dolor.
  • Adelgazamiento de la dermis.
  • Trastornos a nivel de la formación y regeneración del colágeno y tejido elástico.
  • Menor reserva de ácido ascórbico que determina una mayor fragilidad capilar.

Manejo de las úlceras por presión

  • Prevención

Constituye la medida más importante. En todos los pacientes portadores de factores de riesgo, se deben instalar las siguientes medidas preventivas:

– Cambios de posición cada 2 horas como mínimo de decúbito supino a decúbito lateral 30º.

– Buen estado nutricional

– Higiene de la piel: útil mantenerlo lubricado.

– Uso de dispositivos anticompresión. Colchón “antiescaras” disminuye en un 50% aparición de úlceras. No se recomienda utilizar los “picarones”.

– Almohadones entre rodillas y tobillos.

– Manejo de la espasticidad muscular con kinesioterapia motora.

En los casos ya se ha formado una lesión ulcerada por presión, es imprescindible evaluar periódicamente:

– Número, tamaño, estadío y localización.

– Cambios en cuanto a olor, aparición de eritema perilesional, purulencia.

– Grado de extensión tejido necrótico, profundidad.

Una evolución desfavorable o la persistencia de las lesiones nos obliga a reforzar las medidas preventivas y por otro lado cambios en el aspecto de la úlcera o la lentitud que ésta cicatrice puede ser los primeros indicios de una infección. Es útil tomar fotografías seriadas para evaluar continuamente el tratamiento.

Tratamiento

  1. a) Sistémico: incluye

– Nutrición calórico proteica adecuada.- Aporte vitamina C, Zinc.

– Uso de Antibióticos por vía sistémica: solo indicado en casos de bacteriemia y/o sepsis, celulitis u osteomielitis; los gérmenes más frecuentes son bacilos Gram (-), enterococo y polimicrobianos.

  1. b) Medidas locales:

– La indicación de antibióticos tópicos y antisépticos en controvertido. Los antisépticos locales como la sulfadiazina de plata obtuvieron mejores resultados que la povidona yodada en disminuir los recuentos bacterianos en las lesiones, pero no superior que la irrigación con suero fisiológico. No se recomienda la aplicación tópica de povidona ya que disminuye la posibilidad de cicatrización por poseer un efecto tóxico sobre los fibroblastos.

– Eliminar el tejido necrótico: promueve la cicatrización y previene la infección. Cuando está cubierta por una escara dura, se sugiere una evaluación para un desbridamiento quirúrgico.

– El uso de apósitos especializados, como los de poliuretano (Tegaderm) o de hidrocoloide (Duoderm) facilitan la cicatrización cuando se aplican sobre úlceras superficiales limpias y sin tejido necrótico. Acumulan líquido seroso sobre la herida y permite la inmigración de células epiteliales. No tienen utilidad sobre úlceras profundas.

Síndrome de Co – Morbilidad o Tourette: situación de padecer de dos o más enfermedades al mismo tiempo.

El Síndrome de Tourette, un trastorno neurológico conocido por llamativos síntomas como los tics o gritar palabras inapropiadas socialmente de forma involuntaria, cuenta con nuevas opciones farmacológicas útiles para tratar algunos de estos síntomas.

Este trastorno neurológico se caracteriza por síntomas que los pacientes presentan de forma involuntaria y que son inaceptables socialmente, como emitir sonidos, palabras o frases raras o inapropiadas, hasta el punto de que pueden llegar a gritar obscenidades o groserías