sexual, obtuvimos que el mayor por ciento de casos se diagnosticó entre los pacientes que refirieron orientación heterosexual, sin embargo fue significativo el por ciento de pacientes con infecciones de transmisión sexual y orientación sexual homosexual y bisexual. Esto se explica por las características anatómicas del recto, el cual se encuentra más expuesto a laceraciones y desgarros que la mucosa vaginal y a retener durante más tiempo los inóculos infectantes, además los pacientes bisexuales, por tener relaciones sexuales con ambos sexos, fueron los que refirieron una frecuencia sexual más alta. (23)
El cambio de pareja sexual es más elevado durante la adolescencia y a principio de los 20 años. (31) Los adolescentes entrevistados por Martín (24), no identificaron la promiscuidad como un factor de riesgo para adquirir una infección de transmisión sexual (ITS); algo similar encontró Fernández. (1)
Otros estudios en los que se trabaja directamente con poblaciones jóvenes menores de 20 años, destacan el pobre conocimiento sobre los factores de exposición (de riesgo) explorados, creándose así un falso sentido de invulnerabilidad y seguridad con respecto a las infecciones de transmisión sexual (ITS), los adolescentes piensan en muchas ocasiones que no adquirirán una infección de transmisión sexual (ITS) en su primer contacto sexual, conocido como «el pensamiento mágico de los adolescentes». (19)
Estudios reflejan que la mayoría de los pacientes que contraen infecciones de transmisión sexual (ITS) se relacionan con aquellos que mantienen relaciones sexuales desprotegidas. (32)
Estos factores se podrían sumar una mala comunicación con los padres, para ellos el preservativo debe estar oculto, planteamientos religiosos radicales, una escasa formación, algunas características psicológicas: poca afectividad, baja autoestima, ausencia de responsabilidad en su estrategia de afrontamiento de problemas y falta de habilidades sociales. (1)
Los adolescentes, grupo sensible y frágil, son, sin dudas, de los más expuestos; es por ello que toda labor educativa al respecto es poca la prevención de salud son las únicas armas con que se cuenta.
Se constató que antes de aplicar la intervención educativa la mayoría de los adolescentes referían no tener conocimientos correctos sobre las formas de prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS). Después de aplicada la misma, se produjo un cambio significativo en el número de adolescentes con un conocimiento comprobado adecuado sobre el tema.
Es un elemento importante para prevenir las infecciones de transmisión sexual (ITS), tener sexo responsable, evitar la exposición a factores de riesgos ya mencionados unidos a una protección sexual adecuada.
Resultó significativo en la investigación realizada por Martín, (24) donde las adolescentes tenían, en su mayoría, desconocimiento sobre los métodos de protección de las infecciones de transmisión sexual (ITS), siendo el más conocido el condón.
En un estudio realizado en estudiantes de Medicina General Comunitaria para medir conocimientos y actitudes de riesgo para infección por el virus de inmunodeficiencia humana, determinó que el 77,2% de la muestra de estudio mantuvo relaciones sexuales desprotegidas de manera continua, siendo más evidente este comportamiento en el sexo femenino con 59% de incidencia. (33)
El uso del preservativo como método de barrera continúa siendo un pilar importante para prevenir las infecciones de transmisión sexual. (7) Actitudes y prácticas sexuales realizada en Santiago de Cuba, el cuál arrojó que solamente el 18,6% de las mujeres que formaron parte del estudio refirieron la utilización del condón, mientras que en los hombres el uso del mismo fue discretamente inferior (17,6%). (34) En otras investigaciones realizadas se encontró que solamente el 59,7% de los adolescentes utilizaban el condón de manera permanente. Elemento más significativo resultó el hecho de que solamente 23,3% refiriera saber que podía utilizarse para protegerse a sí mismo de una infección de transmisión sexual. (35)
Esto se corrobora en estudios realizados por Sánchez, (23) quien halló que la incidencia de las infecciones de transmisión sexual encontradas en la investigación estuvo directamente relacionada con el nivel de conocimientos mostrados por los pacientes, acerca de la forma de protegerse y evitar adquirir una infección de transmisión sexual.
Los adolescentes no conocen que deben hacer antes de la sospecha de padecer una infección de transmisión sexual (ITS), lo que se incrementó mediante la aplicación de la intervención educativa, aspectos que se corroboran en el estudio de Fernández. (1)
De forma general, la identificación de necesidades de aprendizaje mostró que la mayoría de los jóvenes carecían de conocimientos suficientes sobre educación sexual, evidenciado en un marcado desconocimiento sobre infecciones de transmisión sexual (ITS) antes de la intervención, resultados similares a los encontrados por otros autores. (31)
Los avances en la esfera cognitiva después de la intervención coinciden con los hallazgos de otros autores en las investigaciones de este tipo realizadas en Cuba, un ejemplo lo constituye Arnold (36) que aplicó una encuesta que mostró desconocimiento por parte de los jóvenes acerca de las infecciones de transmisión sexual, a pesar de que todos los jóvenes declararon haber recibido información sobre el tema. Existió una poca congruencia entre los alumnos que habían practicado el sexo y los conocimientos de éstos sobre el tema abordado. (1)
Con el presente estudio se demuestra la importancia de continuar aplicando intervenciones educativas desde edades tempranas para lograr que los adolescentes concienticen como lograr una relación sexual responsable y disminuir el riesgo de padecer una infección de transmisión sexual (ITS).
Teniendo en cuenta estos aspectos, se recomienda incrementar las intervenciones educativas relacionadas con el tema, en los diferentes GBT de cada policlínico, incrementar acciones de promoción y educación para niños, adolescentes y jóvenes para fomentar valores y actitudes acordes a una sexualidad responsable. (1)
Favorecer la promoción por los medios de comunicación y otras vías, de conciertos, espectáculos, exposiciones, obras teatrales, danzas y literarias que se realicen por los creadores y las instituciones que aborden el tema, realizar controles