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Insuficiencia renal crónica. Calidad y cuidados de enfermería en el paciente dializado

Insuficiencia renal crónica. Calidad y cuidados de enfermería en el paciente dializado

Autora principal: Sara Torralba Sánchez

Vol. XVI; nº 15; 804

Chronic renal insufficiency. Quality and nursing care in the dialized patient

Fecha de recepción: 28/06/2021

Fecha de aceptación: 05/08/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 15 –  Primera quincena de Agosto de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 15; 804

Autoras:

  1. Sara Torralba Sánchez. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  2. Jesica Sanz Rosa. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  3. Raquel Valiente Castillo. Hospital Clínico Lozano Blesa. Zaragoza. España.
  4. Sara Vázquez Lobé. Hospital Clínico Lozano Blesa. Zaragoza. España.
  5. Lucía Torralba Elía. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  6. María Torralba Elía. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  7. Marta Villagrasa Alloza. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/- El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

RESUMEN

            La Insuficiencia Renal Crónica es un problema sanitario de gran magnitud, ya que tiene una gran prevalencia en la sociedad. Existe una mortalidad elevada entre los pacientes que la padecen, y, además, estas personas suelen sufrir otras patologías simultáneamente que suelen estar asociadas con esta enfermedad. Todo esto conlleva un gran gasto sanitario al sistema de salud, y una gran repercusión en la vida del paciente tras su diagnóstico.

            El deterioro renal de manera crónica e irreparable hace que haya que buscar alternativas para que el organismo sea capaz de filtrar las toxinas que los riñones no pueden. Hoy en día el procedimiento más empleado es la hemodiálisis, seguido de la diálisis peritoneal. Estas técnicas pueden ayudar durante un tiempo, pero no es la solución definitiva, además de que el paciente tiene que llevar una vida ligada a una máquina. Por ello, el procedimiento de elección siempre que se pueda es el trasplante renal. Actualmente es difícil conseguirlo, pero cada vez más se está llevando a cabo esta técnica gracias a una mayor especialización de los profesionales y una mayor concienciación de la población en cuanto a la donación de órganos.

PALABRAS CLAVE: Diabetes, hipertensión, diálisis peritoneal, hemodiálisis, renal, trasplante, autocuidado.

ABSTRACT

Chronic Renal Insufficiency is a health problem of great magnitude, since it has a high prevalence in society. There is a high mortality among patients who suffer from it, and, in addition, these people tend to suffer other pathologies simultaneously that are usually associated with this disease. All this entails a great health expense for the health system, and a great impact on the life of the patient after their diagnosis.

               Chronic and irreparable renal deterioration makes it necessary to look for alternatives so that the body is able to filter toxins that the kidneys cannot. Today the most widely used procedure is hemodialysis, followed by peritoneal dialysis. These techniques can help for a while, but it is not the definitive solution, in addition to the fact that the patient has to lead a life linked to a machine. For this reason, the procedure of choice whenever possible is kidney transplantation. Currently it is difficult to achieve this, but this technique is being carried out more and more thanks to a greater specialization of professionals and a greater awareness of the population regarding organ donation.

KEY WORDS: Diabetes, hypertension, peritoneal dialysis, hemodialysis, renal, transplant, self-care.

INTRODUCCIÓN

               La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es una patología que cursa con la afectación de uno o ambos riñones por diversas causas, provocando una disminución del filtrado glomerular durante, como mínimo, tres meses. Se produce un deterioro gradual y definitivo de la función renal, lo que provoca la incapacidad del organismo para mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos, evitando así eliminar correctamente los desechos que hay en la sangre. Es una enfermedad con una prevalencia muy elevada en todo el mundo, además de conllevar un gran gasto sanitario para su tratamiento, por lo que es considerada un gran problema de salud pública.

               Es importante reconocer que entre las causas principales de esta enfermedad se encuentran la diabetes y la hipertensión arterial, las cuales por sí solas son patologías crónicas con una incidencia y prevalencia muy alta. Junto a ellas, tener antecedentes familiares de IRC por alguna enfermedad genética, así como ser mayor de 60 años pueden aumentar la probabilidad de padecer la enfermedad.

               En las primeras fases de la enfermedad, esta puede cursar siendo asintomática, pero con el tiempo van apareciendo una serie de síntomas que pueden encender las alarmas. En cada paciente puede cursar de diferente manera, pero aquí se recogen los síntomas más recurrentes en los pacientes con IRC.

SINTOMATOLOGÍA

               1.- Astenia

               2.- Sequedad de la piel y prurito

               3.- Cefalea

               4.- Náuseas y vómitos

               5.- Cansancio y malestar generalizado

               6.- Somnolencia

               7.- Irritabilidad

               8.- Piel anormalmente oscura

               9.- Calambres o fasciculaciones

               10.- Mal aliento

               11.- Dificultad para concentrarse

               12.- Sed, y con ello aumento en la necesidad de beber agua

DIAGNÓSTICO

               La IRC produce un aumento de toxinas en el torrente sanguíneo y cada vez se complica más la expulsión de líquidos, además de disminuir la producción de hormonas que modera la tensión arterial y otras actividades fisiológicas del organismo.

               El diagnóstico de esta enfermedad se lleva a cabo mediante la historia clínica del paciente y antecedentes familiares, exploración física y, sobre todo, mediante unas pruebas de laboratorio. El examen de orina, la hematimetría para valorar una disminución de la hemoglobina o de los glóbulos rojos, una bioquímica para valorar electrolitos y minerales y la más significativa: una determinación de la creatinina en una orina de 24 horas. Además, una proteinuria en orina sería bastante llamativa como para estudiar la posibilidad de padecer la enfermedad.

               Una vez diagnosticada, estas pruebas son muy importantes para valorar también los diferentes grados de IRC que va a ir adoleciendo el paciente. Existen 5 grados de IRC siendo el grado 5 el más grave, ya que significa una IRC terminal, que necesita diálisis o trasplante renal. Es imprescindible que el paciente conozca sus opciones y pueda decidir cuál de los tratamientos le conviene más para poder llevar una vida lo más normal posible.

TRATAMIENTOS DE TERAPIA RENAL SUSTITUTIVA

               Se calcula que al menos el 10% de la población mundial padece IRC, y de ellos, la gran mayoría no lo sabe al encontrarse en los inicios de la enfermedad, que suelen ser asintomáticos. Esta enfermedad tiene diferentes etapas, pero finalmente acaba necesitando Terapia Renal Sustitutiva, siendo la hemodiálisis la terapia más empleada hoy en día, seguida de la diálisis peritoneal. A pesar de ello, la mejor opción hoy en la actualidad es el trasplante renal, por la mejora en la calidad de vida del paciente y su menor coste a largo plazo. Esto dista mucho de la realidad, ya que es complicado la donación de un riñón tanto de donante vivo como de fallecido. La dificultad ante el número de personas que quieren donar, la compatibilidad a la hora de hacerlo, el rechazo que produce en algunos países aún hoy en día y el miedo al proceso conllevan a que la opción de tratamiento más extendida sea la diálisis.

Ante todo, explicar que según la ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación

clínica, es el paciente quién tiene la última palabra para seleccionar el tratamiento que prefiere para la diálisis, aunque no esté en la lista para trasplante renal.

  • Diálisis peritoneal

   La diálisis peritoneal es un proceso de sustitución renal que elimina los tóxicos que se encuentran el organismo a través de la membrana del peritoneo. Para ello se coloca un catéter en el abdomen y se introducen aproximadamente dos litros de líquido de diálisis y se dejan actuar unas horas. Una vez el líquido está en peritoneo, se produce la diálisis, y los productos desechables pasan a través de la membrana y por el tubo al exterior.

   La sonda peritoneal se coloca mediante una intervención sencilla, y suele colocarse cerca del ombligo.

    Hay dos tipos de diálisis peritoneal: la continua que se realiza en casa y hay que hacer un intercambio de líquido entre tres y cuatro veces al día; y la automatizada, la cual se realiza por la noche ya que se emplean de 8 a 10 horas para realizar la diálisis.

   Este método permite al paciente ser más independiente y organizarse como desee para realizar el proceso. Es necesario un tiempo de aprendizaje, pero una vez que conoce el método, posibilita al paciente a realizar una vida lo más normal posible.

  • Hemodiálisis

   La hemodiálisis trata de sustituir la función renal mediante el filtrado de la sangre. La sangre se extrae del organismo y va recorriendo un circuito en el que se encuentra un filtro llamado dializador, el cual filtra toda la sangre y elimina las sustancias tóxicas que no ha podido eliminar el organismo por sí mismo. Para la hemodiálisis hay que estar en el hospital unas 4 horas conectado a la máquina, y suele ser unos tres días a la semana, lo que hace muy dependiente al paciente.

   Para llevar a cabo este proceso, se necesita un acceso vascular que permita un alto flujo sanguíneo, por ello se emplea una FAVI (fístula arteriovenosa) o un catéter vascular. Para realizar la FAVI se baja al paciente al quirófano y normalmente, mediante una anestesia local, los cirujanos vasculares unen una arteria y una vena en el antebrazo, lo que aumenta la presión venosa y así favoreciendo la fortaleza de la vena, lo que es muy beneficioso para realizar la hemodiálisis. Suele estar bien tolerada por el paciente, evita las infecciones y generalmente no aparecen trombos.

   Por otro lado, el catéter se coloca también con anestesia local, y se emplea sobre todo en casos que la FAVI no ha funcionado bien. Hay mayor riesgo de infección. Se coloca en una vena gruesa de la zona del cuello o muslo.

  • Trasplante renal

   Se trata de una intervención quirúrgica mediante la cual un donante vivo o fallecido dona un riñón a un paciente con IRC irreversible. Han de cumplirse ciertos criterios para que esto pueda darse, como la compatibilidad de donante y receptor, edad, ausencia de determinadas enfermedades como puede ser el cáncer…

   Como ventaja podemos señalar que puede llevar una vida lo más parecido a lo normal, ya que te permite ser más independiente y no estar pendiente de una máquina. Las visitas al médico serán bastante a menudo al principio para comprobar que todo va bien, pero en principio el paciente podrá orinar y comer y beber más o menos con normalidad. La duración media de un nuevo riñón ronda los 15-20 años, dependiendo de si el donante es vivo o fallecido. Aun así, la esperanza de vida es mayor que con la diálisis.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA

                    Los pacientes con IRC suelen presentar otras enfermedades asociadas como ya hemos comentado anteriormente, por lo que hay que llevar un seguimiento más exhaustivo de estas personas. Además, suelen presentar una elevada mortalidad, por lo que es imprescindible comenzar cuanto antes con los tratamientos antes de que haya un empeoramiento irreversible.

               Cuando son diagnosticados de esta enfermedad, se informa a los pacientes de los controles rutinarios que tienen que hacer, así como de la toma de antihipertensivos para evitar la presión arterial elevada, así como una dieta adecuada si existe hiperglucemia, que suele ser frecuente. Deben limitar la ingesta de líquidos diaria según el caso de cada persona, pero habitualmente suele rondar el litro diario. El paciente debe estar concienciado en este tema, ya que cada vez que se realiza la diálisis se pesa al paciente antes y después, y se calcula el peso seco que es el peso que debe pesar el paciente sin los líquidos que almacena el organismo y que es incapaz de expulsar por sí mismo.

               Los familiares son un eslabón importante en el cuidado y atención de estos pacientes, ya que son los que pueden ayudar y controlar que haya un ambiente de confort adecuado para él. Son personas que se vuelven muy dependientes y tienen una peor calidad de vida. Es conocido que conforme va avanzando la IRC, el paciente es más débil físicamente, tiende a cuidarse menos y es menos autónomo, por lo que muchos de sus cuidados recaen en algún familiar. Muchas veces esto es muy difícil y la enfermera puede ser muy buena opción para ayudar tanto al paciente como a los cuidadores.

               La educación para la salud es un elemento importante en estos casos, ya que la enfermera puede enseñar unos hábitos saludables para la “nueva” vida del paciente, como puede ser la toma de medicación, el control de la glucosa, la vigilancia en el aumento de peso, la limitación del líquido a ingerir y el cuidado de uno mismo por si aparecen nuevos síntomas que antes no estaban. Además, pueden apoyar emocionalmente tanto al paciente como a la familia, que en estas situaciones es muy importante, ya que cuesta adaptarse a los cambios que produce esta enfermedad.

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