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La historia de la evolución antropométrica en España. Una evidencia de la mejora de la calidad de vida

La historia de la evolución antropométrica en España. Una evidencia de la mejora de la calidad de vida

Autora principal: Leticia Civiriain San Miguel

Vol. XVI; nº 10; 536

The history of the anthropometric evolution in Spain. An evidence of the improvement of the quality of life

Fecha de recepción: 10/04/2021

Fecha de aceptación: 20/05/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 10 –  Segunda quincena de Mayo de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 10; 536

Autores:

Leticia Civiriain San Miguel, Trabajadora Social, Fundación Picarral, Zaragoza, España.

Laura Aguar Larraz, administrativo. Centro de Reconocimientos Médicos “Gómez Laguna”. Zaragoza, España.

Gratiana Stoica, Enfermera, C.S. Calanda. España.

Angeles Dobato Liedana, C.S. Calanda. España.

María Isabel Manga González, enfermera. Centro de salud canal imperial, Zaragoza, España.

Beatriz Moré Rubio, Enfermera, Atención primaria del Sector I, Zaragoza, España.

Sonia Usón Lucea, Enfermera. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

RESUMEN

El siguiente artículo explica el inicio de los estudios de antropometría en España, en base a los datos recogidos en el ejercicio del servicio militar obligatorio que los jóvenes “quintos” españoles, realizaron desde el periodo de 1857.

Aunque se tiene documentación de un tiempo anterior, la dificultad de manejar esos datos son las tallas medidas fuera del sistema métrico decimal, concretamente en, pasos o pulgadas. Esto hace que España sea pionera en la recopilación de datos de los jóvenes de la población, aunque fue Francia quien comenzó a realizar estudios antropométricos con anterioridad y fue el modelo en que España se fijó para iniciar así sus primeros estudios de Antropometría.

Por la distancia temporal se explica brevemente cómo era la forma en que se producía el reclutamiento desde las Administraciones y como se recogía la información, con los diferentes criterios de nominación.

Este tipo de estudio de Antropometría ayuda a explicar las diferentes situaciones que afectan a la calidad de vida que ha tenido la población española. Así como, los efectos evidentes sobre la estatura y la talla que genera en la población. Dichas mejoras constatan el aumento en la talla entre las diferentes generaciones que conviven actualmente, siendo la altura actual española de 180 cm, mientras que la media europea es de 175 cm.

PALABRAS CLAVE: Antropometría, Evolución, Reclutamiento

ABSTRACT

The following article explains the beginning of anthropometric studies in Spain, based on the data collected in the exercise of compulsory military service that young Spanish “fifths” carried out since the period 1857.

Although there is documentation from an earlier time, the difficulty of handling this data is the sizes measured outside the metric system, specifically in steps or inches. This makes Spain a pioneer in the collection of data on the young people of the population, although it was France that began to carry out anthropometric studies previously and it was the model that Spain set in order to start its first studies of Anthropometry.

Due to the temporal distance, it is briefly explained how the recruitment was produced from the Administrations and how the information was collected, with the different nomination criteria.

This type of anthropometric study helps to explain the different situations that affect the quality of life that the Spanish population has had. As well as, the evident effects on height and height that it generates in the population. These improvements confirm the increase in height between the different generations that currently live together, the current Spanish height being 180 cm, while the European average is 175 cm.

KEY WORDS: Anthropometry, Evolution, Recruitment

INTRODUCCIÓN

La estatura humana ha sido objeto de estudio durante mucho tiempo por médicos pediatras y antropólogos, principalmente. El uso de indicadores antropométricos cuenta con una larga tradición e historia que se remonta al siglo XIX.

En España, los estudios de antropometría comenzaron a realizarse y utilizarse entre los médicos higienistas. Estos fueron Gregorio Andrés Esparta, Francisco Bona, Anastasio Chinchilla que junto con otros responsables de la sanidad militar española, empezaron a utilizar los datos de las estaturas y valoraron la importancia de dotar de estadísticas al campo científico, que en España se empezaron a publicar regularmente desde 1858 (1)

A finales del siglo XIX, la antropología física española se desarrolló gracias a los estudios de Telesforo Aranzadi y Luis de Hoyos-Sainz (1). Todo ello, se produjo como una réplica del modelo francés, ya que se había comenzado a estudiar unos años atrás. En el país galo, este tipo de estudios se había consolidado gracias a la antropología nacional francesa.

En las últimas décadas del siglo XX, los historiadores también empezaron a utilizar indicadores antropométricos

Estos datos estadísticos, con los cuales se comenzaron a realizar estos estudios, merecen una breve reflexión, pues los datos antropométricos que se utilizaron en las primeras estadísticas son los surgidos del sistema de reclutamiento en 1857. Ese año, se produjo el primer reclutamiento general, entre los jóvenes de 20 años, para toda la población masculina. Y se acabó con la promoción de 1969, último año en que se midieron en milímetros a los jóvenes de 21 años reclutados.

Hay que reseñar que la implantación del sistema métrico decimal se produce en las operaciones de tallado en España en 1858. Este hecho, unido a que se sistematiza el registro de tallas en las fuentes documentales, explica el que sea ésta la fecha en que comienzan las series antropométricas elaboradas en España (correspondientes a mozos nacidos en 1838). Para fechas anteriores, las medidas venían expresadas en pies, pulgadas y líneas, existiendo hasta el momento bastantes problemas para su conversión y la prolongación de las series hacia el siglo XVIII. Esta situación resultaba un tanto frustrante teniendo en cuenta que en España se dispone de datos antropométricos desde el último tercio del siglo XVIII (2).

El reclutamiento militar se sustentaba en tres niveles administrativos: local (Ayuntamientos)  provincial (Diputaciones Provinciales) y Central (Ministerios de Guerra y Gobernación). Esto se traducía en la generación de documentación en esos tres niveles y, en la actualidad, en su conservación en instituciones que van desde los archivos municipales a los nacionales (Archivos Generales Militares), pasando por los de las Diputaciones Provinciales y antiguos Gobiernos Civiles y sin descartar su dispersión por otras instituciones. Obviamente la tipología documental es bastante amplia y sólo una parte sirve de manera directa a la Historia Antropométrica por contener datos relativos a estatura y complexión de los “mozos quintados” (2).

Como había cierta horquilla de edad para realizar el servicio militar, se obtuvo la edad de 21 años como media para la elaboración de las estadísticas de esos años.

Si se analizan estos datos, en relación a la población y en la forma de recogerlos, se podría concluir que un punto fuerte de esta selección y utilización es que no se excluye ningún tipo de representación social. Es decir, estaban y eran todos los jóvenes, independientemente de su nivel social, pues era obligatorio para todos los españoles. Pero uno de sus puntos débiles era la forma de documentación, que quizás se podría decir, fue que no era muy exhaustiva (dado que era un reclutamiento y estos datos no tenían más finalidad que la de certificar que estaban sanos).

Toda esta información disponible, ha permitido y generado estudios muy interesantes sobre la evolución de la antropometría en España.

Un ejemplo de ello es que se ha detallado la evolución de la estatura de los españoles en las siguientes etapas: a) deterioro y estancamiento que afectó a los nacidos durante el reinado de Isabel II y el Sexenio Revolucionario, principalmente entre 1850 y 1875; b) recuperación y crecimiento que comenzó en la segunda mitad de la década de 1870, coincidiendo con la Restauración, y se prolongó hasta las cohortes de la Primera Guerra Mundial; c) un nuevo deterioro situado entre 1917 y 1930 que corresponde a los reemplazos que vivieron la Guerra Civil y la posguerra en su fase del estirón adolescente, en que la talla media disminuyó un centímetro; y d) finalmente un fuerte crecimiento que arrancó con los nacidos en los primeros años de la década de 1930 y se prolongó hasta las décadas de 1960 y 1970, un periodo sustancial de progreso del nivel de vida biológico y del bienestar en general de los españoles(3).

Ver tabla Nº1, en la que aparecen los Parámetros antropométricos de las provincias españolas (1858-1913) (6), la tabla se encuentra al final del artículo.

En España, la serie de promedios de talla más larga y homogénea de la que se dispone es la relativa a las provincias que conforman el Levante español, compuesta por más de 400.000 observaciones de municipios de Almería a Castellón. Esta serie está compuesta por las tallas de los mozos de reemplazos de 1857 a 1969. A partir de 1955 se dispone de datos del conjunto de España, ya que se recogen como datos estadísticos del Ministerio de Defensa y el INE (1).

Las fuentes de estos datos, los reclutamientos y cómo se hacían los mismos, se explican a continuación por ser un relato histórico, que se considera importante ante la recogida de datos para la antropometría.

Los Ayuntamientos eran los responsables del proceso básico de reclutamiento.

Uno de los pasos de dicho proceso consistía en el acto de declaratoria de soldados y suplentes que, con ciertas modificaciones en el tiempo, incluía el tallado y los juicios de excepciones en los que los mozos presentaban sus alegaciones. Los resultados quedaban registrados en las Actas de Clasificación y Declaración de Soldados y Suplentes, que normalmente se conservan en archivos municipales y pueden provenir de dos tipos de sorteos o convocatorias: Ejército y Milicias. La fuente documental existe desde el mismo momento en que se practicaron las primeras quintas por sorteo en el siglo XVIII. Sin embargo, su sistematización y periodicidad anual son bastante posteriores y, de hecho, en España sólo se han empleado para la elaboración de series antropométricas locales las actas generadas desde 1858. Y esto por diversos motivos. En primer lugar, el acto de declaratoria y clasificación no afectó por lo general a la totalidad del reemplazo, es decir, a todos los mozos alistados y sorteados. El propio alistamiento, hasta 1819, no afectaba a estamentos como el nobiliario, que lo eludía por derecho (2).

En segundo lugar, aun cuando se universalizó progresivamente el servicio militar, por lo general no existía la referencia explícita a las tallas. Hasta 1819 los reconocimientos se practicaban antes del sorteo y en muchos casos se limitaban a calificar al mozo como «apto o no apto, falto, abil, abil con media pulgada, corto…», sorteable o no sorteable, en definitiva. De este modo, hasta ese año al sorteo sólo llegaban los mozos que marcaban la mínima estatura exigida y por desgracia la filiación y la talla sólo se reflejaba para aquellos mozos a quienes hubiera tocado la suerte de soldado en el sorteo, es decir, aquéllos que cubrirían el cupo asignado a la localidad2. Cuando el sistema de suertes fue sustituido por el de números, según lo dispuesto en la Ordenanza de 1823, una vez que se conocía el cupo asignado a un pueblo y que el sorteo había adjudicado los números a cada mozo, el Ayuntamiento llamaba a los primeros números (los suficientes para cubrir el cupo del pueblo) y eran éstos los tallados y reconocidos, alegando lo que creyesen oportuno. Cubierto el cupo de la localidad, el acto de declaratoria concluía. Por eso no quedaban registradas las tallas de todos los sorteados en la documentación. No obstante, estos datos, que existen desde el último tercio del siglo XVIII no son despreciables. A pesar de no estar aún regulado el sistema anual de reemplazo, los requerimientos militares del periodo se constituyeron en una fuente abundante de datos antropométricos puesto que fueron decretadas bastantes quintas que afectaron a decenas de miles de hombres (2).

Además, en este periodo se puede encontrar hechos excepcionales de alistamientos completos con expresión íntegra de la filiación (profesión, edad, talla…) para cada mozo alistado, incluyendo a cortos de talla, como es el caso de la localidad granadina de Montefrío para una fecha tan temprana como 1808. Estos datos son de gran valor potencial porque estarían aproximando al nivel de vida biológico de la población española nacida antes del siglo XIX (2).

La Ordenanza de Reemplazos de 2 de Noviembre de 1837 supone un importante salto cualitativo para los intereses de la Historia Antropométrica en España porque a partir de esa fecha se tallará a un porcentaje mayor de mozos sorteados, si bien sigue sin anotarse la estatura de los que no marcaban la talla mínima exigida, registrándose simplemente expresiones como falto, no marcó, o no alcanzó la talla prevenida, como establecía la Ordenanza (2)

Con todos los datos que se recopilaron y que forman parte de los estudios y estadísticas, se generaron estudios de las series antropométricas y se desprendió que las generaciones españolas (que actualmente conviven) presentan un crecimiento uniforme a medida que éstas se suceden.

Se puede decir que la diferencia entre las más jóvenes y las más mayores (entre generaciones), es de unos diez centímetros.

Si se amplía el tiempo de estudio y, por tanto, el número de generaciones, la evolución es todavía más evidente. Los hombres españoles de mediados del siglo XIX medían 1’62 m de media. En estos momentos, 1’80m. Casi 20 cm más en 150 años (unas 6 generaciones), gracias a las indudables mejoras en la alimentación, salud y calidad de vida. En el caso de las mujeres españolas, el crecimiento ha sido de 6 cm entre los años 1910 y 2011(4).

Estos resultados muestran que la estatura es un buen indicador de los cambios ambientales y registro de bienestar.

Se puede decir, que la evolución del crecimiento dependió de factores ambientales y por supuesto, de cambios socioeconómicos. El incremento de la renta y del consumo, las mejoras de la salud pública y de la asistencia médica. El acceso a los diferentes recursos como: educación, sanidad y alimentación. Se puede decir, que el desarrollo del bienestar económico es paralelo al crecimiento del bienestar biológico (3)

El aumento del nivel de vida, el nivel de la renta por habitante y un consumo alimentario junto a las mejoras de la salud son factores esenciales del crecimiento humano en el siglo XIX y XX.

En estos momentos, se puede concretar que a comienzos del siglo XXI la talla media de los adultos españoles, es mayor que el promedio europeo, que ronda los 175 centímetros, supera la talla de los italianos y se acerque a la talla media de los franceses (1)

Hoy la historia antropométrica constituye un campo de estudio interdisciplinar. Fascinó primeramente a los biólogos humanos y a los antropólogos físicos, de los que se nutrió para comprender la plasticidad y variabilidad del crecimiento, y atrajo finalmente a los economistas, remisos al uso de la talla y del peso hasta fechas recientes. Para éstos ha sido clave entender que la estatura recoge aspectos del bienestar humano que no pueden ser medidos fácilmente por la renta, y que, en su ausencia, las estaturas muestran indicios de aspectos controvertidos sobre el bienestar. El incremento de la longevidad adulta asociado al control de las enfermedades, la tecnología médica, la mejora de la dieta, la nutrición y salud pública, ha despertado su interés hacia los cambios fisiológicos en el largo plazo, usando indicadores como la estatura y el peso a diferentes edades y el peso por unidad de estatura o índice de masa corporal. Puesta en relación con otros indicadores, la estatura permite averiguar aspectos de la calidad de vida y la distribución de la riqueza, y si se relaciona con los logros educacionales de los padres y los lugares de residencia que condicionan la disponibilidad de recursos y el acceso a servicios básicos, revela aspectos de la desigualdad que podrían incidir en las políticas públicas de salud y bienestar (5).

La expansión de la historia antropométrica ha sido espectacular en la última década, abordando nuevos problemas y territorios. Debido al conocimiento que los antropólogos físicos y arqueólogos han alcanzado con los esqueletos, los historiadores han comenzado a investigar a partir del fémur y otros huesos la evolución de la salud y la estatura en periodos que abarcan milenios. De ese modo se exploran los cambios alimenticios desde el Neolítico y, sobre todo, desde la Edad Media. Se ha documentado, por ejemplo, el deterioro de la salud y de la talla de europeos y americanos en el siglo XVII, momento a partir del cual se recuperaría hasta alcanzar sus mayores incrementos en la segunda mitad del siglo XX (5).

BIBLIOGRAFIA

  1. Martínez- Carrión, J.M., Puche-Gil, J. La evolución de la estatura en Francia y en España, 1770-2000. Balance historiográfico y nuevas evidencias, (2011),Dynamis 31(2), 429-452
  2. Martínez Carrión, J.M., Historia antropométrica y la historiografía Iberoamérica, (2009) Historia Agraria, 47; 11-18
  3. Martínez-Carrión, J.M, La evolución de la estatura humana como indicador de los cambios ambientales: el patrón histórico español, (2012), Nimbus, 29-30, 359-371.
  4. Artículo extraído del blog del Diario Público “Así ha evolucionado la estatura por países en los últimos 150 años”. https://blogs.publico.es/strambotic/2018/07/estatura-por-paises-1/. Fecha 31/07/2018
  5. Cámara Hueso, A.D., Fuentes antropométricas en España: problemas metodológicos para los siglos XVIII, XIX, (2006), Historia Agraria, 38; 105-118.
  6. Martínez Agraria, J.M., Cámara, A.D., Pérez Castroviejo, P.M., Parámetros antropométricos de los reclutas españoles antes de la transición nutricional. Análisis de las desigualdades territoriales (1858-1913), (2016), Rev. Nutri. Hosp., 33(6); 1477-1486.

ANEXO

Tabla Nº1: Parámetros antropométricos de las provincias españolas (1858-1913) (6)

Estatura (cm) Peso (kg) IMC (kg/m2)
1858 1903-1906 1913 Cambio absoluto 1858-1913 Cambio relativo (%) 1858-1913 1903-1906 1903-1906
ÁLAVA 163,40 59,66 22,34
ALBACETE 161,24 163,55 160,76 -0,48 -0,30 61,06 22,83
ALICANTE 164,12 164,31 163,32 -0,80 -0,49 60,35 22,35
ALMERÍA 162,38 163,06 161,52 -0,86 -0,53 60,19 22,64
ÁVILA 162,74 162,96 160,80 -1,94 -1,19 58,66 22,09
BADAJOZ 162,22 163,76 162,22 0,00 0,00 59,55 22,21
BALEARES 162,82 165,30 164,25 1,43 0,88 60,66 22,20
BARCELONA 163,67 164,55 162,62 -1,05 -0,64 60,67 22,41
BURGOS 158,52 163,22 161,83 3,31 2,09 60,82 22,83
CÁCERES 161,23 162,59 160,77 -0,46 -0,29 58,00 21,94
CÁDIZ 163,33 163,69 162,42 -0,91 -0,56 59,41 22,17
CANARIAS 165,60 63,56 23,18
CASTELLÓN 161,88 164,39 162,32 0,44 0,27 61,45 22,74
CIUDAD-REAL 162,38 162,86 161,76 -0,62 -0,38 59,24 22,34
CÓRDOBA 161,31 163,19 162,34 1,03 0,64 59,69 22,41
CORUÑA 158,81 163,27 162,93 4,12 2,59 62,15 23,31
CUENCA 161,15 162,84 161,10 -0,05 -0,03 60,46 22,80
GERONA 163,76 164,61 163,13 -0,63 -0,38 61,39 22,66
GRANADA 161,44 163,50 161,65 0,21 0,13 59,65 22,31
GUADALAJARA 161,33 162,33 160,38 -0,95 -0,59 59,39 22,54
GUIPÚZCOA 165,64 64,47 23,50
HUELVA 161,82 163,94 162,75 0,93 0,57 59,93 22,30
HUESCA 160,57 164,26 162,10 1,53 0,95 61,87 22,93
JAÉN 160,96 163,05 162,12 1,16 0,72 59,08 22,22
LEÓN 161,39 162,39 162,28 0,89 0,55 60,47 22,93
LÉRIDA 162,14 165,04 163,74 1,60 0,99 62,17 22,82
LOGROÑO 161,66 162,95 162,14 0,48 0,30 61,11 23,01
LUGO 158,50 162,86 159,62 1,12 0,71 61,94 23,35
MADRID 161,87 162,98 160,74 -1,13 -0,70 58,55 22,04
MÁLAGA 162,77 163,99 162,74 -0,03 -0,02 59,72 22,21
MURCIA 160,44 163,65 162,44 2,00 1,25 59,56 22,24
NAVARRA 161,77 163,45 163,35 1,58 0,98 61,51 23,02
ORENSE 157,29 162,78 160,99 3,70 2,35 61,43 23,18
OVIEDO 159,12 163,75 163,11 3,99 2,51 62,71 23,39
PALENCIA 158,82 163,21 161,35 2,53 1,59 61,18 22,97
PONTEVEDRA 155,89 163,22 161,57 5,68 3,64 62,22 23,36
SALAMANCA 161,57 162,74 161,20 -0,37 -0,23 57,71 21,79
SANTANDER 161,00 164,30 163,48 2,48 1,54 61,94 22,95
SEGOVIA 160,30 162,66 160,69 0,39 0,24 59,38 22,44
SEVILLA 163,71 163,63 161,58 -2,13 -1,30 59,06 22,06
SORIA 161,45 162,80 161,62 0,17 0,11 60,03 22,65
Estatura (cm) Peso (kg) IMC (kg/m2)
1858 1903-1906 1913 Cambio absoluto 1858-1913 Cambio relativo (%) 1858-1913 1903-1906 1903-1906
TARRAGONA 164,07 164,31 162,57 -1,50 -0,91 61,59 22,81
TERUEL 161,85 163,19 161,83 -0,02 -0,01 60,91 22,87
TOLEDO 160,40 162,18 161,63 1,23 0,77 59,08 22,46
VALENCIA 161,52 164,20 163,54 2,02 1,25 60,71 22,52
VALLADOLID 161,18 162,24 161,55 0,37 0,23 60,43 22,96
VIZCAYA 165,86 63,08 22,93
ZAMORA 158,41 162,19 161,24 2,83 1,79 59,34 22,56
ZARAGOZA 161,80 163,13 162,52 0,72 0,44 61,42 23,08
ESPAÑA 160,93 163,60 162,36 1,43 0,89 60,00 22,42
Mínimo 155,89 162,18 159,62 -2,13 -1,30 57,71 21,79
Máximo 164,12 165,86 164,25 5,68 3,64 64,47 23,50
Desviación típica 1,78 0,91 1,01 1,52 0,48
Coeficiente de variación (%) 1,11 0,56 0,62 2,54 2,14